La investigación arqueológica de la amazonía peruana se podría decir que está en sus inicios. Y no es que recién se haya comenzado a desarrollar la investigación científica del pasado prehispánico de esta parte tan importante del país, sino que el conocimiento acumulado hasta la actualidad resulta en extremo inicial si lo comparamos a lo que se conoce de la porción andina del Perú (costa y sierra); resulta en si algo paradójico si consideramos que la amazonía constituye más del 60 % del territorio nacional.
Esto se debe a varios factores. En primer lugar, la investigación arqueológica de la amazonía se retrasó con respecto a la andina ya que desde que se inició la arqueolgía científica en nuestro país, con Max Uhle, todos los investigadores se sintieron deslumbrados por la magnificiencia de las culturas clásicas andinas como Moche, Nasca, Tiwanaku y los incas, y muy poca atención le mostraron a las culturas amazónicas a las cuales consideraban muy "inferiores" ya que tomaban como referencia a los diversos pueblos amazónicos existentes. Se les veía, con una óptica muy evolucionista, como expresiones congeladas en el tiempo, sociedades atrasadas que no habían logrado alcanzar los logros de sus vecinos andinos.
Si ha eso le agregamos las tremendas dificultades que implicaba el trabajo de campo en la selva, donde poco se conserva y los padecimientos para el hombre occidental son muchos, podremos entender las causas de ese retraso.
Un ejemplo típico se puede observar en Julio C. Tello. Tello. El "Padre de la Arqueología Peruana", planteó que las culturas andinas se habían derivado todas de la cultura Chavín descubierta por él en 1919. Pero Chavín habría tenido sus origenes más remotos en la amazonía ya que, según afirmaba, las figuras de monos, jaguares y serpientes tan difundidas en el arte Chavín son representaciones de especies que sólo existen en la selva amazónica. Lo mismo ocurría con diversos cultivos como el maní, la yuca el camote, la coca, etc. Sin embargo, Tello jamás realizó trabajo de campo alguno en la amazonía para demostrar su teoría con pruebas empíricas.
Sólo es a partir de las investigaciones de los arqueólogos estadounidenses Betty Meggers y Clifford Evans que la arqueología amazónica tendrá un gran despegue. Meggers y Evans realizaron excavaciones sistemáticas en la desembocadura del Amazonas en el Brasil a partir de los cincuentas. Definieron en la isla Marajo toda una secuencia de ocupaciones que se remontaban casi al 1,000 a.C. Así mismo, plantearon que por toda la cuenca amazónica se habían dado tres grandes horizontes culturales a partir de los elementos decorativos que se podían observar en la cerámica de diversos sitios. El más antiguo sería el "Achurado Zonal", que podría remontarse al 2,000 a.C.; el "Barrancoide" hacia el 500 a.C. y el "Polícromo Corrugado" desde el 1,000 d.C. y que perduraría hasta la actualidad.
Así mismo, teorizaron acerca del proceso de población y asentamiento en la amazonía. Según Meggers, las más antiguas poblaciones en la selva se habían asentado en las zonas en las cuales exitían los mejores recursos. Demostrada la idea de que la amazonía había sufrido fuertes procesos de desecación, las poblaciones se habrían refugiado en aquellas áreas que aún mantenían, a manera de relictos, el bosque amazónico. Cuando los procesos de desecación concluían, las poblaciones se expandieron junto con la selva. La tónica marcadamente determinista ambiental se nota al instante en este planteamiento, y a pesar de que gozó de popularidad durante un tiempo, ahora es muy poco sostenible.
Otro investigador que se puede considerar pionero en la arqueología amazónica fue Donald Lathrap. Sus investigaciones en el Ucayali central, concretamente en el lago Yarinacocha al norte de Pucallpa, abrieron una perspectiva tremenda acerca de la historia de los pueblos de la amazonía. Latrhap estableció una secuencia que se iniciaba en el 2,000 a.C. y se remontaba hasta el 1,300, engranándose esta última con las comunidaes shipibas actuales. Su famoso Tutishcainiyo contituyó el antecedente de Chavín que Tello hubiera querido ver y su siguiente fase Shakimu (1,500 a.C) la cultura que entró en franca interrelación con Chavín. Latrhap también planteó otra teoría sobre el prceso de poblamiento amazónico.
Según él, las poblaciones se asentaron inicialmento en aquellos lugares en los cuales se podían contar con los mejores recursos, es decir en las zonas proximas a los rios y lagos, la denominada "varsea". Pero los recursos disponibles en estas zonas sólo podían soportar a determinado número de personas. Cuando la población exedía ese número se producian conflictos que finalmente llevarían al desplazamiento de la población exedente hacia otras zonas.
Aunque muchos de los planteamientos de estos investigadores ya no pueden seguir siendo sostenidos, sus investigaciones fueron valiosas ya que demostraron que los pueblos amazónicos no se habían mantenido congelados en el tiempo. Tras de si existía una larga historia.
Exeptuando algunos casos, las investigaciones arqueológicas en la amazonía no han tenido el grado de sistematización que contaron las de Meggers y Latrhap por ejemplo. La mayoría de los estudios se realizaban cuando se descubrían accidentalmente los sitios arqueológicos debido a los trabajos agrícolas o a la explotación petrolera. Tal es el caso del hallazgo del sitio Valencia investigado por Rosa Fung y que se descubrió durante la perforación de pozos en el campamento petrolero de Trompeteros en Loreto.
Una investigación que en ese sentido escapó a la norma fue el de Daniel Morales en la cuenca del Chambira en Loreto. En base al reconocimiento superficial de sitios arqueológicos distribuidos a lo largo de dicho rio, se establecieron hipótesis que buscaron demostrarse con la excavación de los mismos. Lo interesante de su trabajo es el haber encontrado abundancia de botellas en su fase más antigua, Chambira, que él lo ubica en el 2,500 a.C. Esto se relacionaría con una época de desecación amazónica y retroceso del bosque. Así mismo, los fuertes parecidos de dicho estilo con estilos formativos del actual Ecuador, demostraría la fuerte interrelación que siempre existió entre los pueblos asentados en la selva amazónica y los ubicados en los Andes.
Otros trabajos memorables fueron los de William Allen, Reymon Scott y Roe Deboer en el Alto Apurímac y el Alto Pachitea en la década de los sesentas. También plantearon sendas secuencias para los sitios descubiertos en dichas zonas, pero para épocas un tanto más tardías.
Estas y otras investigaciones, han permitido a los investigadores plantear un cuadro cronológico, que aunque muy genérico, permite tener cierto marco de referencia para ordenar los materiales descubiertos en los distintos sitios arqueológicos. El cuadro se inicia con una etapa hipotética, de los primeros pobladores cazadores-recolectores, que se remontaría al 15,000 a.C. y denominada "Paleolítico".
Es una etapa hipótetica ya que no se han descubierto sitios arqueológicos asociados a la misma. La segunda etapa sería un "Mesolítico", época de los primeros agricultores incipientes que se iniciaría en el 3,000 a.C. Muy pocos sitios pueden asociarse a esta etapa. El siguiente periodo es denominado "Alfareros Tempranos I" a partir del 1,500 a.C. es la época de los primeros alfareros y de los horizontes estilísticos "Achurado Zonal" y "Barrancoide". El siguiente periodo se denomina "Alfareros Tempranos II" a partir del 500 d.C. Es la época del horizonte "Polícromo Corrugado" y de los estilos que serían antecedentes directos de las actuales comunidades amazónicas. Finalmente los "Grupos Tardíos" a partir del 1,300 d.C. son las actuales pueblos amazónicos.
Aparte de la llanura amazónica, otra región muy importante de la amazonía peruana, la constituyen los flancos orientales de los andes, la denominada "selva alta". En ella, las sociedades que se asentaron tuvieron desarrollos culturales más complejos que los de sus vecinos de la selva baja.
Famosos son sitios arqueológicos como Kuelap ubicado cerca a Leimebamba en el departamento de Amazonas y cuya existencia se conocía desde fines del siglo pasado. Kuelap es una gran asentamiento urbano compuesto de numerosos edificios cuya monumentalidad hizo que se le describiera como una fortaleza. Otros sitios no menos importantes son el Gran Pajatén , el Pocullo de los Pinchudos y la ahora muy mentada "Laguna de las momias" ubicadas en San Martín. Todos estos sitios arqueológicos pueden vincularse a una serie de grandes curacazgos cuyas existencias quedaron registrados en los documentos etnohistóricos con el nombre genérico de "Sachapuyos". Son muy conocidas las historias de los padecimientos que tuvieron que pasar los incas para someterlos. En todo caso, constituyen pueblos muy tardíos.
Las investigaciones de Ruth Shady y Hermilio Rosas en las proximidades de Bagua durante la década de los setentas han abierto también importantes perspectivas.
Según ellos, hay tres fases bien definidas en el sitio: Morerilla (1,200 a.C) que se vincula estilisticamente a Pandanche de Pacopampa sitio ubicado en Cajamarca, Bagua I y Bagua II (900-400 a.C) vinculado Cupisnique, Pacopampa-Pacopampa y Huacaloma, La Peca (400 a.C.) y El Salado (200 a.C.) vinculado a Chavín y al horizonte B/R. Lo interesante es verificar que dichos estilos no fueron expresiones aisladas en la floresta de la selva alta; muy por el contrario, mantuvieron estrechas similitudes con estilos tan distantes como Marcavalle D en el Cusco, Shakimu Tardío en Yarinacocha y Pechiche de Tumbes para el caso del Salado. Y es que los rios amazónicos constrituyeron la mejor via para que se produjeran estas interrelaciones. Así, el rio Ucayali habría sido un eje a través del cual viajaron continuamente pueblos e ideas.
Hasta aquí esta apretada síntesis de la situación de la arqueología en la amazonía peruana. Como dijimos al principio, a pesar de las numerosas investigaciones hechas, es una arqueología todavía inicial. Esperemos que las investigaciones continuen para que se nos permita tener un conocimiento cada vez mayor de la historia prehispánica de los pueblos amazónicos, y deje por tanto de ser el "patito feo" de la arqueología nacional. Por nuestra parte, presentamos esta compilación de la bibliografía arqueológica de la Amazonía y los Andes Orientales Peruanos. Aunque no se pretende que esté completa en un 100%, los textos más importantes y "clásicos" están presentes y creemos que puede constituir un modesto aporte para los que se quieran iniciar en la investigación de tan apasionante tema.
Bibliografía sobre la amazonia
Textos: Joaquín Narvaez