Pensamiento
Católico y Aborto:
Una historia poco conocida II parte |
|
Recién en 1869 la Iglesia católica habla de excomunión en el tema de aborto. Antes era considerado como uno de los tantos pecados sexuales e incluso se lo castigaba menos drásticamente que pecados como el soborno, la adivinación y el hurto. |
Teresa Lanza/
Ivana Calle
Antes de la época moderna, las leyes que definían la penitencia por la práctica del aborto no siempre concordaban con las opiniones de los teólogos. Hoy día observamos el creciente poder del papado sobre materias pastorales y penitenciales, y la creciente influencia del Vaticano sobre la teología moral. Esta centralización del poder ha tendido a sistematizar las diferentes corrientes sobre el aborto en una posición única e inflexible. Durante los últimos dos siglos, la Iglesia ha aceptado la opinión que todo aborto es malo y que no es permitido bajo casi ningún motivo. En 1864 el teólogo Jean Gury introduce la idea de que matar a un ser humano en potencia es como matar a un ser humanos real; esta idea sentó las bases para que en 1869, a partir de la publicación de Apostólica Sedis, escrito por el Papa Pío IX, se afirmara que la excomulgación es la pena requerida para el aborto en cualquier momento del embarazo.[i] Éste papa decía que cualquier aborto es homicidio. Su afirmación era un respaldo implícito -el primero de la iglesia- para la humanización inmediata punto en el cual un embrión en desarrollo o feto se convierte en un ser humano. La declaración de Pío IX es el primer apoyo explícito que presta la Iglesia a la teoría de la hominización inmediata. En 1917 la hominización inmediata recibió el apoyo implícito del nuevo Código de Ley Canónica; este nuevo código prescribe la excomulgación tanto para la mujer que aborta como para cualquier otro involucrado como ser médicos y enfermeras, que sean parte de dicho aborto.[ii] La infalibilidad papal Otro hecho importante característico de esta época es el relacionado con el desarrollo de la doctrina de infalibilidad la cual también se promulgó durante el papado de Pío IX; la infalibilidad papal se aplica a muy pocas declaraciones papales y la enseñanza sobre el aborto no está incluida como una enseñanza infalible. Sin embargo, los católicos y católicas no han comprendido esta limitación de la doctrina y creen incorrectamente que la posición de la Iglesia sobre el aborto es infalible. Más tarde en 1930 en su encíclica Casti Connubii (De Esposos Castos) el Papa Pío XII condenó el aborto en general, y específicamente en tres instancias: en el caso del aborto terapéutico, que clama la muerte de un inocente; en el matrimonio para prevenir hijos; y en bases sociales y eugenésicas como practicada por algunos gobiernos.[iii] La posición del Papa Pío XII sobre el aborto permanece siendo el punto de vista de los estratos jerárquicos de la iglesia. La encíclica Casti Connubuii no intentaba ser una enseñanza infalible, pero al estar dirigida del papa a los obispos conlleva una gran autoridad. Las últimas décadas En 1965 se inicia más claramente la última tendencia moderna católica. El Segundo Consejo Vaticano, en Gaudium et Spec (Sección 5) declaraba: "La vida debe protegerse con el máximo cuidado desde el momento de la concepción; el aborto y el infanticidio son crímenes abominables." Aquí se condena el aborto sobre la base de la protección de la vida, no como encubrimiento del pecado sexual. En 1974, la Congregación Sagrada para la Doctrina
de la Fe promulgó la "La Declaración para la Obtención de un
Aborto", que se opone al aborto sobre la base de que "uno
nunca puede reclamar la libertad de opinión como un pretexto para
atacar los derechos de otros, especialmente el derecho a la vida."
La clave de esta posición es que el feto es una vida humana
desde el momento de la concepción, aunque no necesariamente un
total ser humano. Con esta posición la iglesia cambia totalmente
los términos de su argumento.
Actualmente la jerarquía de la iglesia católica no permite el aborto bajo ninguna circunstancia, ni siquiera en el caso de una violación o como una manera directa de salvar la vida de una mujer En la práctica en nuestros días la Iglesia no siempre se rige por la doctrina de la hominización inmediata . No siempre se bautiza a los fetos en caso de aborto espontáneo. Muy raras veces se bautiza, se aplica la extremaunción o se ofrece misa de difuntos, aún en el caso de los niños que nacen muertos al término del embarazo. Parece que la Iglesia distingue en todos los casos menos el aborto, entre el ser humano en potencia representado por el feto en vías de desarrollo y el ser humano real en que se convierte cuando termina de desarrollarse. A manera de resumen La mayoría de la gente piensa que la posición de la Iglesia Católica Apostólica Romana respecto al aborto ha permanecido sin variaciones por 2,000 años. Esto no es verdad, las enseñanzas de la Iglesia respecto al aborto han variado continuamente a través del curso de su historia. Nunca ha existido una opinión unánime sobre el aborto. Mientras que sí hubo un acuerdo constante y general respecto a que el aborto es pecaminoso y diabólico, la iglesia ha tenido problemas en definir la naturaleza de ese mal. Miembros de la jerarquía Católica se han opuesto constantemente al aborto como evidencia del pecado sexual, pero no siempre han considerado el aborto temprano como un homicidio. Contrario al conocimiento general, el argumento del "derecho a la vida" es relativamente nuevo dentro de las enseñanzas de la iglesia. El debate continúa hasta ahora. También contrariamente a la creencia general, ningún Papa ha proclamado la prohibición del aborto como una enseñanza "infalible". Este hecho deja mucho más para la discusión sobre el aborto de lo que generalmente se piensa, existiendo entre teólogos y laicas diferentes opiniones que varían ampliamente. De cualquier forma, la teología Católica indica a los individuos seguir su conciencia personal en temas morales, aún cuando su conciencia entre en conflicto con los puntos de vista jerárquicos. En el siglo V, San Agustín expresaba el punto de vista general de que el aborto temprano requería penitencia sólo como pecado sexual. Ocho siglos después, Santo Tomas de Aquino estaba de acuerdo, expresando que el aborto no era un homicidio a menos que el feto tuviera ya "un alma". , lo que él pensaba que ocurría mucho después de la concepción. La posición de la que el aborto era plausible a la excomulgación sólo se estableció 150 años atrás. Voces disidentes En la actualidad, al interior de la Iglesia Católica, existen varias voces disidentes respecto al aborto. Entre ellas se cuentan la de Marjoire Reiley teóloga con un doctorado de la Universidad Católica de Washington y Daniel Maguirre doctorado en teología sagrada de la Universidad Gregoriana de Roma que relativizan, en nombre de la conciencia el tema de la excomunión. Ellos afirman que muchos católicos creen que el pecado del aborto acarrea la pena de excomunión en el derecho canónico, y piensan que esto supone que toda católica que se hace un aborto queda excomulgada automáticamente por la Iglesia. "Esto es erróneo. Sólo se puede excomulgar a alguien por el pecado de aborto, y no es algo automático", afirman.
La iglesia Católica se olvida que también enseña oficialmente
que la conciencia del individuo es suprema; por esto, si luego de
examinar profundamente una situación de embarazo producto de una violación,
la mujer víctima decide que el acto de interrumpir el embarazo no
deseado es lo mejor para ella, no comete un pecado.
Esta cronología resumida no hace justicia a las múltiples variaciones del pensamiento teológico a través de los siglos. Puede, sin embargo, colocar el tema en debate dentro y fuera de la iglesia Católica en la perspectiva de continuar el análisis abriendo corazones y mentes. "Nuestro propósito no ha sido formular conclusiones morales. Más bien esperamos que cada quien, después del estudio, reflexión y oración, trate de resolver por sí mismo las incongruencias que rodean el importante tema del aborto"*. [i] Actae Sactae Sedis, 5:298. [ii] Codex iuris canonici, c. 2350 [iii] Acta Apostolicae Sedis, 22:539-92. Este artículo está basado en el libro "La historia de las ideas sobre el aborto en la Iglesia Católica, lo que no fue contado" de la teóloga *Jane Hurst y publicado por Católicas por el Derecho a Decidir en 1992. |