APLICACIONES DE LA CRIMINOLOGIA, COMUNICACION Y EDUCACION AL ANALISIS DE LAS TELENOVELAS
DR. EDUARDO HABACUC LOPEZ ACEVEDO
¿LA
REALIDAD ES REAL EN LAS TELENOVELAS O SÓLO EN LA VIDA REAL?
Para iniciar el análisis de una telenovela como parte de las actividades a desarrollar, es necesario preparar el terreno académico para valorar posteriormente nuestros comentarios, es decir, estructuraremos un marco teórico para nuestra disertación.
La televisión efectúa una construcción de la realidad que nos es transmitida por medio de valores económicos, políticos, sociales, por eso es importante preparar receptores críticos de estos mensajes para que sean capaces de incorporarlos a su vida familiar, escolar y social. La televisión tiene un lenguaje que puede ser desmembrado.
El niño recibe una educación y la televisión comercial también lo
educa. La televisión con fines educativos tiene 20 o 30 años, sin embargo,
la cuestión de la educación para los medios tiene sólo de 6 a 7; ya se
tienen experiencias en el ILCE, la UPN, CONACYT, en donde se pretende enseñar
el lenguaje de los medios, romper la barrera entre el entretenimiento y la
educación, pretendiendo que el entretenimiento sea educativo y la educación
entretenida.
Se pretende alfabetizar en el lenguaje de los medios para que maestros
y alumnos lo puedan utilizar en sus vertientes: conociendo el lenguaje puedo
captar mejor lo que me están transmitiendo, puedo darme cuenta como se me están
construyendo los mensajes de la televisión, puedo ser más crítico, más
selectivo; pero el hecho de dar a conocer el lenguaje de los medios es más
amplio, los medios del lenguaje, es el lenguaje de la modernidad, no es
exclusivo de quién hace televisión.
La telenovela no es una obra de la casualidad, su creación está estrictamente codificada y no tanto por los productores, que podríamos pensar desde alguna de las escuelas ideológicas que quisieran manipular a la sociedad, sino que está codificada por la misma sociedad; los elementos que emplea la telenovela no son nuevos, los tenemos a lo largo de toda la historia, desde Moisés, hasta nuestros días. En la telenovela no hay nada nuevo, simplemente elementos que son propiedad de todos, conocidos por todos y que por eso los productores no pueden dejar de usar ni descuidarlos, ya que la gente sabe que esperar y tiene el derecho a exigir que se empleen de acuerdo con su cultura.
El melodrama como género teatral nace en el siglo XVIII, nada menos que con el gran pensador Jean Jaques Rousseau, con la obra “El Pigmalión”, inaugurando este género que reúne una serie de características que ya existían y que por primera vez se ven juntas en una obra. Desde luego, como siempre que alguien inicia algo nuevo, ya que él fue el iniciador, pero no el máximo exponente, no se le considera como el padre de la telenovela, pero en fin, ahí esta su creación.
La época dorada del melodrama se ubica en el siglo XIX ya que este
auge lo proporciona el contexto social del momento, ya que se desarrolla el
romanticismo. Las características del melodrama existen en la literatura
universal desde el inicio de los tiempos; sin embargo, en el siglo XIX se
multiplican estas historias; se enriquece con otros géneros y la imprenta le
da la posibilidad de expandirse.
El melodrama por sus características es un modelo particularmente
apto, dúctil para cumplir la función social de la literatura, por eso es que
siempre tiene vigencia y lo pone en contacto con el público.
Con la revolución industrial surge también la explotación industrial
de las artes, que favorece este desarrollo; cuando se dan cuenta que las artes
son redituables en su modalidad popular, en ese momento se organiza un aparato
de producción y distribución que permite que esta literatura, que antes se
distribuía de forma primitiva, llegue a toda la población por los medios más
modernos de la época, mismos que ahora utilizan a la televisión.
Originalmente pensada sólo para mujeres en revistas, ha prosperado en todos los niveles y sectores sociales; esta literatura se ha convertido en una “institución social”, sirve a la sociedad de una manera muy determinada y su función particular es la de reproducir la visión del mundo de la sociedad, su jerarquía de valores, su ideología, su manera de hacer las cosas, transmitirla para que las nuevas generaciones las sumen y sigan adelante. Podría pensarse que esto es gratuito, que es una manipulación, pero para algunos es medio de la sociedad para vivir en su entorno, lo que se transmite a las nuevas generaciones son las estrategias que han servido a las generaciones anteriores para sobrevivir en ese mismo lugar, en ese mismo entorno, en esas mismas circunstancias.
En México, en el siglo XX se ha vivido una revolución que ha llevado
a la población del campo a la ciudad y en 1950 la literatura más comprada es
la historieta seriada y el tipo
de historias que se privilegian, que llegan a tener gran auge son aquellas que
enseñan a la población del campo a llegar a la ciudad y a adaptarse al modo
de vida urbano.
El melodrama ha pasado desde la historieta, la llamada biblioteca
circulante, a la radionovela y de ahí a la televisión como telenovela,
siempre con la función social de ayudar al grupo a sobrevivir en su entorno,
en sus cambiantes circunstancias, pero también en línea directa con sus
tradiciones culturales en las que se arraigan.
Es un elemento clave, figura decisiva, ya que toda obra de arte popular
se construye con elementos que son conocidos por la mayor parte de la
sociedad.
No todos los elementos lo son, sino gran porcentaje de ellos y pueden
ser utilizados de manera novedosa. Pero, parte del gozo de una telenovela, es
que se reconocen fragmentos que hacen más digerible, más fácil de
descodificar la obra y al mismo tiempo plantean retos diversos al autor, ya
que mientras dentro de la literatura culta el reto es la originalidad
absoluta, en la literatura popular el reto es la originalidad relativa, es
decir, de que manera voy a utilizar un elemento conocido por todos, para que
parezca nuevo.
Es fácil comprobar, en el corazón del melodrama que hay un principio de justicia, “lo que se siembra se cosecha”, nadie se escapa de las consecuencias de sus actos y eso es lo mismo que transmite el melodrama; por eso tiene un final feliz, en el cual cada cual recibe lo que merece, un final justo de acuerdo con los valores, la ideología, la visión del mundo de una sociedad.
La telenovela, como melodrama, tiene un final feliz y un mensaje de
esperanza porque no hay persona que no haya tenido un mal momento en esta vida
y que no haya quien le dijera que tarde o temprano va a recibir lo que espera
por el bien que ha realizado. Esto obliga a la telenovela a ser maniquea, es
decir, dividir a los personajes en positivos y negativos, esto es, dividir a
los personajes en prosociales y antisociales. De igual forma, existe una
estilización de los personajes, las escenas; esta estilización es una
exageración, misma que nos lleva a las características del melodrama, que es
el empleo de lo absurdo, lo increíble, lo imposible, lo fabuloso.
Otra característica es la
utilización de personajes simbólicos
funcionales, normalmente la gente los llama tipos; estos representan
instituciones sociales, deben de reunir el saber colectivo sobre determinadas
personas, profesiones, momentos de la vida y son funcionales porque, no
importa sus características físicas, es decir, si se es pobre, debe parecer
como pobre, esto es, lo que lo define dentro de la historia debe seguir definiéndolo,
aunque muchas características puedan cambiar.
Otro punto es el efectismo, el llamado golpe de efecto, es decir, escenas contundentes de la historia. Los diferentes dispositivos que se usan en la telenovela para fragmentar la narración y su lectura, están a medio camino entre los mecanismos técnico - artísticos, y las reglas del genero y para su conformación participan los códigos iconográficos con el tamaño de los planos, el punto de vista de los encuadres, las escenas y finalmente las secuencias y capítulos.
Quisiera que nos detuviéramos a analizar con cierto detalle el
dispositivo de la fragmentación del relato de la telenovela por episodios. La
escena, la secuencia y el capitulo, son las unidades dramatúrgicas y
narrativas que posibilitan dividir la lectura del episodio en una serie de
lecturas sucesivas y que acompañadas de cierto grado de repetición, permiten
que el televidente no pierda el sentido global del relato. La organización de
la telenovela por episodios cumple la función de operar sobre los registros
de la duración y el suspenso.
El sentimiento de duración es el que permite al televidente entrar sin
perderse en la cantidad y variedad de sucesos y peripecias de la acción.
Mediante la duración es que la telenovela logra confundir la ficción y la
vida y predisponer al telespectador a comprometerse con la narración que le
están contando y terminar por incorporarse mediante el envío de cartas al
escritor o al canal de televisión. Su intención es la de incidir sobre lo
que pasa en el relato.
El suspenso en la telenovela se logra en base a que cada episodio
contenga suficiente información, para que constituya una unidad capaz de
satisfacer mínimamente el interés y la curiosidad del receptor, pero esa
información se suministra de modo que se abra a tal cantidad de interrogantes
que dispara el deseo de la gente a continuar viendo el relato. En el empleo
del suspenso hay una redundancia calculada y una continua apelación a la
memoria.
La fuerte presencia en la telenovela de sucesos, peripecias y
situaciones climáticas en una secuencialidad acumulativa y representadas
fragmentariamente dentro de estructuras de narración reiterativas y episódicas,
introduce un elemento de ruptura con las formas teatrales. Esto es así,
porque la telenovela no tiene un eje único, sino varios que la mantienen como
una narración inestable, indefinible e interminable.
Si
lo analizamos desde un punto de vista estrictamente dramático, habría
razones para levantar una acusación contra esos procedimientos que precipitan
los mas puros propósitos dramatúrgicos hacia su propio vacío. Las
estructuras por episodios no están vinculadas a una concepción dramatúrgica,
Aristóteles ya lo señalo en su Poética, sino a las estructuras narrativas
de origen popular. Las estructuras episódicas se caracterizan por ser un
lenguaje expresivo tendido hacia afuera de si mismo, hacia su capacidad de
comunicar. Todo lo contrario de una concepción dramatúrgica que tiene como
propósito esencial mirarse en su propio texto, pues su pertenencia es a la
cultura letrada.
En las telenovelas están presentes los esquemas dramatúrgicos con sus
tramas lineales, sus acciones ascendentes que van acumulando tensiones hasta
alcanzar un punto culminante. Están presentes igualmente, las peripecias que
le darán un vuelco a las acciones y los desenredos que desatan los nudos que
están atados. Pero este diagrama piramidal de Freytag no esta operando solo;
esta interconectado con las repeticiones temáticas, las continuas afluencias
de episodios con sus redundancias calculadas y acumulativas, las sorpresas y
los suspensos. Y todos estos dispositivos son propios de las estructuras
narrativas.
En las telenovelas, ambas estructuras, las dramatúrgicas y las
narrativas, operan en un maridaje permanente de entrecruzamientos, choques y
mestizajes. No existen límites precisos e inamovibles entre la representación
teatral y las estructuras narrativas, aunque tampoco existe una compatibilidad
de naturaleza absoluta. Por lo tanto, seria muy saludable no desestimar,
aminorar o negar las diferencias hechas en esta exposición, entre una
representación teatral y una representación narrativa.
La telenovela, da prioridad a lo sentimental, porque tiene que llegar a
todos los estratos sociales, a todos los niveles educativos; debe existir un
patrón de sentimientos de fácil accesibilidad para todos para ser
comprendido por todos los niveles.
Una telenovela no se construye para gustar a un grupo de personas, sino
para la mayoría de la sociedad con elementos que reconoce como propios,
siguiendo convenciones para contar la historia con elementos que la sociedad
ha ganado de su contacto con la literatura popular.
El éxito de las telenovelas se debe a varios aspectos:
1.
Sociológicamente.-
La telenovela tiende a favorecer una serie de conductas que a lo largo del
tiempo se han probado particularmente productivas para la sobrevivencia del
grupo social, por ejemplo, la estabilidad familiar, ciertos valores, etc.
2.
Aprendizaje
social.- Hay cosas que no se aprenden en la escuela, la familia y que la
literatura enseña, ejemplo, como declarársele a la novia, como reaccionar
ante un asalto, como interaccionar con el grupo de amigos, etc.
3.
Psicológicamente.-
El final feliz es un gran mecanismo de esperanza, de desahogo, de vivencia
supletoria. Cuando la gente se identifica con un personaje, esta, se pone en
su lugar y adquiere experiencias que no se adquieren en la vida real y dándole
mayor colorido a la vida, porque la vida real de todos tiende a ser rutinaria,
monótona y esto puede llevarnos a la depresión. De igual forma, llena vacíos
afectivos, para mantenerse en equilibrio y no poner en peligro su estabilidad.
La telenovela es educativa de por sí, ya que “premia” una serie de conductas y “castiga” otras, en este momento transmite valores, una visión del mundo. Si los productores, además, tienen un compromiso social y procuran subsanar las debilidades que en un momento dado puede tener la historia de una sociedad, pueden ser benéficas; porque extienden el conocimiento a estratos sociales que no recibirían este tipo de aprendizaje de cualquier otra forma.
La telenovela parte de la literatura popular, se debe ubicar en su estética, en su contexto, en su función social y para poder entender a la telenovela es necesario entender primero, que parte de una estética colectiva que no tiene intenciones de estética individual, de originalidad absoluta, pero que cumple la función social que se espera de ella.
La propuesta del melodrama que ha pasado hasta nuestros días, es que la realidad se mire, se sienta y se viva a través de las relaciones y los conflictos familiares.
Con lo expuesto aquí, es aconsejable postular que estamos ante un nuevo modo de comunicación: el relato de géneros. No me estoy refiriendo a un genero de relatos, sino al relato de genero que se da por oposición al relato de autor. ¿Hacia dónde apunta este modo de conceptualizar la telenovela?. Hacia un funcionamiento social y cultural de los relatos electrónicos, y que es ese espacio exterior a la "obra" desde el que se produce y se consume, se ve, se apropia y usa el sentido del relato de las telenovelas. Proceso cultural inmerso en relaciones contradictorias y dominantes que la cultura de masas sostiene frente a las culturas populares y sus memorias.
CUADRO
DE ANALISIS DE LA TELENOVELA “SERAFIN”
ESTEREOTIPOS |
CARACTERÍSTICAS |
FUNCIONABILIDAD |
PROCESO
EDUCATIVO |
Los elementos conocidos son: una muchacha buena, que por su forma de ser y su empeño en el trabajo, le pasarán un sin número de problemas. Una muchacha mala, que le hará ver su suerte a la buena. Un muchacho, pleito de la telenovela, por el cual las dos mujeres “lucharán” cada cual con sus medios para lograr la recompensa, el amor. Unos hijos, uno de la muchacha buena y otro del muchacho-premio. Contexto social: Por supuesto la muchacha buena es pobre, pero eso sí, muy honrada, ingenua y tonta. La mala, es rica, pero deshonesta, sagaz e inteligente. El premio (muchacho) es honrado y bueno. El ambiente es urbano, de clase social alta, muy pudiente. Existe un ángel cibernético, representación del bien (aspecto que parece como nuevo formato en la telenovela) |
La justicia debe imperar, en este caso, la muchacha buena logrará conquistar con sus encantos, honestidad y trabajo al muchacho. Deberá sufrir lo indecible para lograrlo, pero al final debe obtener el premio, para que “el bien derrote al mal”. La muchacha mala recibirá su “castigo”, en este momento ignoramos cuál, pero es fácil de predecir, se quedará sola, ira a la cárcel o bien morirá. Aparecen dos menores cuyo premio será el encontrarse nuevamente dentro de una familia integrada, organizada, llena de amor y además con los recursos económicos más que suficientes para ser felices. Por supuesto priva la exageración, lo increíble. Existen los símbolos funcionales que son: los buenos y los malos. Los golpes de efecto son escenas para terminar cada capítulo y que estemos en el próximo. El patrón sentimental es claro, debe prevalecer el amor puro, casto, sobre la ambición, la hipocresía. |
Desde el punto de vista sociológico, favorece las conductas tendientes a la integración familiar con base en el amor y la solidaridad, misma que desencadenará una estabilidad familiar al final de la telenovela. Pretende favorecer las conductas honestas, aunque siempre las deshonestas tienen un éxito espectacular al inicio de las tramas de las telenovelas. En cuanto al aprendizaje social, nos esta mostrando como debe conducirse una buena muchacha y como no debe de conducirse para ser la mala; nos indica el camino que se debe seguir para conquistar el corazón de un hombre y de una mujer, por varias direcciones, señalando que los medios honestos triunfan hasta el final. Psicológicamente, es de esperarse que al final se tenga un desenlace gratificante para el tele espectador y por supuesto para los personajes simbólicos de la misma. En donde el bien debe prevalecer sobre el mal. |
De entrada, se manejan valores: “los buenos y los malos”, en donde primero los malos parece que ganan la pelea, pero al final, por medio de la perseverancia y sobre todo, porque la “verdad debe vencer a la mentira” y esa es una enseñanza fundamental de las telenovelas. De igual forma, el mal debe ser castigado, para que “no se repitan ese tipo de conductas en la sociedad”. Se presenta una visión del mundo, en la cual, la mayoría de la población no vive, pero que aspira a tener ese tipo de vida y por lo tanto se maneja el mecanismo de la esperanza. Este proceso lleva a una catarsis televisiva, evitando depresiones y otro tipo de problemas en la población media. |