Religiosos del Sagrado Corazón

1. Las diversas familias religiosas en la Iglesia

La vida religiosa aparece, en el curso de la historia de la Iglesia, como un con junto de acciones providenciales del Espíritu que anima a la Iglesia.

Es el Espíritu Santo quien suscita en el seno del Pueblo de Dios las diversas familias religiosas. Es El el que asigna sitio y misión en la iglesia, a través de su Fundador.

"A manera de un árbol que se ha ramificado maravillosa y espléndidamente en el campo del Señor a partir de una semilla puesta por Dios, han ido creciendo diversas formas de vida solitaria y vida en común y diversas familias que se desarrollan ya para provecho de sus miembros, ya para el bien de todo el Cuerpo de Cristo" (L.G. 43a)

¿Cuál es la inspiración espiritual que guió al P. Garicoits en la fundación de su familia religiosa que él creía claramente querida por Dios?

"A pesar de su profunda humildad, el P. Garicoits creía en una obra de especial creación, con su finalidad, su organización, su espíritu, sus medios. Creía que el Dios de los pequeños y de los pobres lo había elegido para ese fin. . . y que le había dicho: Ve a fundar en mi Iglesia un nuevo instituto. Tiene su razón de, ser" (Etchecopar - Circular del 10-II-1888).

 

2. La intuición fundamental del P. Garicoits

"¡Ah, si se pudiera reunir una sociedad de sacerdotes que tuviesen el mismo programa del Corazón de Jesús (. . .) Esos sacerdotes serían un verdadero cuerpo volante de soldados escogidos, listos para correr a la primera señal de sus jefes, a dondequiera que se los llame" (D.S. 43)

2.1. El P. Garicoits funda con algunos sacerdotes del clero secular:

2.2. Ese cuerpo sacerdotal apostólico, el P. Garicoits lo ve animado por el mismo ímpetu espiritual que empuja al Sagrado Corazón a ofrecerse al Padre en el impuso del Ecce Venia para la salvación de las almas.

" ¿Por qué nuestra sociedad lleva el nombre de sociedad de Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús?" (M.S. 342) "Los sacerdotes de Betharram se sintieron empujados a entregar su vida imitando a Jesús anonadado y obediente, y para emplearse íntegramente en procurar la mima felicidad a los demás bajó la protección de María siempre dispuesta para todo lo que Dios quisiera, y siempre sumisa a todo lo que Dios hacía" (D.S. 41).

2.3. Para el P. Garicoits, esta tarea apostólica exige una consagración que liga a Dios. Exige igualmente la: vida común, que se vuelve, en primer lugar, una obra apostólica que ha de llevarse a cabo conjuntamente en la conciencia de una misión y una responsabilidad comunes.

"¿Cómo nuestra forma de vida reúne las condiciones de una verdadera congregación religiosa? En que tiene como fin, no sólo tender a la perfección de quienes la abrazan, sino también el conducir a los otros a esa misma perfección, con todas sus fuerzas, y que, para alcanzar ese fin, se renuncia al siglo, se consagra al servicio de Dios mediante los tres votos substanciales de religión y además se hace profesión perpetua". (M.S. p. 340).

3. Carácter de la Congregación

De esas intuiciones fundamentales del Padre Garicoits parecen desprenderse las tres siguientes conclusiones:

3.1. Betharram ha sido querido por el P. Garicoits como un instituto de vida apostólica.

"¿En qué consiste la vida apostólica, que debe procurar la gloria de Dios? Consiste en que Dios sea

conocido, amado y servido sea por nosotros sea por el prójimo. Los apóstoles habían sido llamados para esas das cosas: dedicarse a su salvación y su perfección, y a la salvación y perfección de los demás. Ese es también el fin de nuestra sociedad. Nuestro fin, como el fin de la vida apostólica, encierra dos cosas inseparables" (Manuscrito 979)

"En esos institutos, la acción apostólica pertenece a la naturaleza de la vida religiosa (...) Por lo cual, toda la vida religiosa de sus miembros debe estar penetrada de espíritu apostólico, y toda la acción apostólica ha de estar animada de espíritu religioso" (P.C. 8)

3.2. Espíritu propio

La vida apostólica del betharramita, San Miguel la ve y la quiere unida a titulo especial al impulso del Verbo encarnado diciendo: "Aquí estoy" a su Padre para cumplir su voluntad que es la salvación del mundo.

"De todos nuestros deberes, el primero y el más indispensable, al mismo tiempo que el más precioso, es presentarnos a Dios y a sus representantes reconociendo y confesando nuestra nada, abandonándonos a ellos, ocultos y abnegados, diciéndoles a cada uno: "Aquí estoy, Dios mío. Dame ese espíritu de tu divino Hijo Nuestro Señor" (D.S. p. 47).

Si es cierto que "narrados a formar parte del séquito de Cristo" nadie puede imitar en su totalidad la

perfección de su misterio, cada familia religiosa es suscitada por el Espíritu para manifestar un aspecto del rostro de Jesucristo resucitado - no exclusiva pero si prioritariamente -.

San Miguel Garicoits ha sido llamado por el Espíritu Santo para suscitar en la Iglesia una familia religiosa que tuviese por misión espiritual reproducir y manifestar más netamente :

"El impulso del Verbo Encarnado diciendo a su Padre: Ecce Venio y lanzándose al servicio de la Voluntad del Padre para la redención de los hombres".

Es lo que puede llamarse nuestro espíritu peculiar, es decir ese empuje interior que debe animar toda nuestra vida espiritual y apostólica y que halla su fuente en el ímpetu mismo del Sagrado Corazón hacia su Padre para glorificarlo y hacia los hombres para salvarlos.

Ese espíritu peculiar se alimenta de "sentimientos de caridad, de humildad, de mansedumbre, de obediencia, de entrega, encerrados en ese primer acto del Sagrado Corazón de Jesús: Ecce Venio" (M.S. p. 73).

Impulso interior que el P. Garicoits quería "sin demora, sin reserva, sin retomo, por amor" a irritación del impulso del Sagrado Corazón.

3.3. Orientación de base: la disponibilidad

La vida apostólica de su familia religiosa el P. Garicoits la quiere esencialmente disponible en el seno de la Iglesia:

"El fin de nuestra sociedad no es tanto predicar, oír confesiones. enseñar, etc... sino formar hombres aptos y enteramente dispuestos a ejercer santamente esos ministerios, cuando el obispo o el superior de la sociedad se los confíen.

El fin de la sociedad es pues engendrar y formar ministros tan perfectos que, a la primera señal de la voluntad del obispo o del superior, puedan ser dignamente elegidos para trabajar en la salvación de las almas" (M.S. p. 339).

3.3.1. Un cierto número de factores históricos han determinado "esa disponibilidad al servicio de la

Iglesia" en tiempo del P. Garicoits y con posterioridad: misiones parroquiales, educaci.5n de la juventud...

3.3.2. Otros factores históricos deben determinar hoy en sentidos que será preciso definir conforme

con las necesidades del mundo contemporáneo, la misma y total disponibilidad que no se circunscribe a priori en ninguna obra particular. (cf. nota anexa del P. Duvignau).

3.3.3. Pero en la elección de la obra como en la forma de trabajar apostólicamente, la familia del P.

Garicoits deberá poner cuidado en manifestar un sentido profundo de Iglesia y una disponibilidad aún más grande a sus llamados y a sus necesidades concretas.

 

Esquema de la Comisión Interprovincial 1968

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