Enviados a América en 1856 por su Fundador, los betharramitas se lanzaron con mucha alegría y entusiasmo a esta obra de evangelización. Trabajaron mucho. Han dado su vida por el anuncio del evangelio allí donde la Iglesia los ha llamado: colegios, parroquias, misiones…

Hoy, al conmemorar en Adrogué, el 150 aniversario de la Congregación, los betharramitas sudamericanos reafirman, en la fe y en la esperanza, su voluntad de continuar la misión confiada por San Miguel para el servicio de la Iglesia en Argentina. Uruguay, Paraguay y Brasil.

Después de casi 130 años de presencia en América del Sur, más que nunca decimos: la misión continúa. Más que nunca escuchamos el llamado del Señor: "Vayan, anuncien el Evangelio". Más que nunca queremos entregarnos a esta Iglesia latinoamericana.

Los betharramitas reafirman las convicciones que dan sentido a su vida:

1. Quieren vivir hoy, en la vida religiosa, el Evangelio de Jesucristo (art.. lº). Quieren tener la preocupación constante por tratar de vivir la verdad del Evangelio y saben que esto supone por su parte un esfuerzo de conversión constante. El pueblo que nos rodea nos interpela sobre la autenticidad le la vida religiosa, la autenticidad de nuestra vida con Dios, la autenticidad de nuestra pobreza y del don de nosotros mismos a los otros.

2. Quieren vivir esta vida religiosa según el espíritu de Miguel Garicoits, que conocieron y aprendieron a am4r más en el desarrollo de este encuentro de Adrogué. Quieren escuchar hoy su llamada, llamada a vivir ese impulso del Verbo Encamado cuando dice: Ecce Venio para la salvación de los hombres. Esto implica que seamos hombres entregados abnegados, celosos... "un comp volant"... Nada que ver con lo que puede parecer hombres egoístas, encerrados sobre si mismos.

San Miguel quiere voluntarios que se entreguen con alegría al servicio de la misión.

Renovaremos, pues, nuestra total disponibilidad al servicio de la misión allí donde la Iglesia nos llama por medio de los superiores.

3. Quieren vivir la misión que la iglesia les ha confiado.

Quieren ser en medio del mundo: signo y anuncio de Jesucristo. Es por eso que los betharramitas quieren formar comunidades:

• Orantes, que viven la presencia de Dios entre los hombres.
• Fraternas, fundamentadas sobre el amor y el don de si mismo.
• Misioneras. capaces de compartir "las alegrías y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres" (GS, 1).

En la alegría y en la esperanza, los betharramitas sudamericanos renuevan sus deseos de vivir una vida religiosa auténtica:

• Una vida totalmente entregada a Dios, guiados por el Espíritu.
• Una vida totalmente vivida por Cristo y el Evangelio.
• Una vida en comunidad de fe, tras las huellas de San Miguel
• Una vida animada por la voluntad de servir a la Iglesia, en medio de los hombres. con una atención particular hacia los pobres, que son tan numerosos entre nosotros.
• Una vida que sea esperanza del Reino de Dios.

Primer encuentro latinoamericano de Betharramitas