Carta Circular

29 de octubre de 1860

Aquí estoy. Que tu voluntad

se haga en mi como en el cielo.

Al principiar este año nuevo, siento más y más la necesidad de recomendarles que insistan ante sus profesores sobre los puntos siguientes:

1º - Sobre el sólido fundamento de la renuncia a sí mismo y el progreso en la virtud, el cual ha de preceder v acompañar tanto al estudio de la literatura y el modo de emplearía, cuanto su uso.

¿Quién no debiera ver la importancia de este punto? Sin este fundamento, con toda la erudición y los grados posibles, sólo se produce brillo vano.. nada sólido... ruinas. No podría ser de otro modo.

Dios de quien procede todo bien; pide instrumentos despojados de todo, especialmente de sí mismos, enteramente abandonados en su corazón, a la acción del Espíritu Santo, a la ley de amor y caridad que acostumbra grabar allí, y a la gran ley de la obediencia, a ejemplo de N.S. bajo estos dos aspectos: El Espíritu del Señor está sobre mí porque me eligió; se anonadó y se hizo obediente hasta la muerte de cruz; lo cual se resume en esta única palabra.- Aquí estoy.

So pena de renegar de nuestra profesión de Sacerdotes auxiliares del Sagrado Corazón de Jesús, y de alistarnos bajo el estandarte de Satán, todo, en nuestra conducta deliberada debe responder al Espíritu Santo y a nuestros superiores. Aquí estoy, sin demora, sin retorno, por amor hacia la voluntad de mi Dios, velando por entregarme a todos los medios que Dios y los superiores juzgaran oportuno emplear para rectificar las desviaciones de nuestra conducta indeliberada.

O nuestra profesión de tender a la perfección propia y empleamos decididamente a la de los otros es sólo ficción. O hemos de hacer todos nuestros esfuerzos para practicar esta doctrina.

2º - Idem

3° - Idem

4° - Idem

100º - Idem

Aquí esto. Hágase tu voluntad en mí como en el cielo.

Levante bien alto este estandarte, y para conservar, ,v, en caso necesario, hacer volver bajo este estandarte a toda su gente, estudie, pida y emplee enérgicamente todos los medios que nuestras santísimas reglas colocan en sus manos para una empresa tan importante ,v absolutamente necesaria; pues, sobre todo en el campo de batalla y no sólo en "los Glacis", los guerreros del Sagrado Corazón han de caminar bajo este estandarte.

Por lo tanto, buen ánimo y corazón firme; adelante, vele sobre la enseñanza, camine exitosamente y reine. Amén, amén.

 

Garicoits

 

P.S. Recomiendo .a todos los nuestros hacer brillar entre Uds. la unión y la uniformidad. Sean uno y de idéntico proceder, para que así brille vuestra luz ante los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen al Padre celestial, diciendo: ¡Qué bueno, qué agradable para los hermanos vivir unidos!

Carta N° 293

 

ORACION

DE SAN MIGUEL GARICOITS

¡Cuánto me has amado.' ¡Dios mío.'

¡Cuánto has hecho para que yo

te ame! ¡Dios mío!

¡Cuánto has deseada y sigues

deseando que yo te ame!

¡Aquí estoy, Dios mío, Aquí estoy!

Mi corazón está dispuesto.

No me niego a nada que pueda

probarte mi amor.

¿Qué quieres que haga?

¡Aquí estoy!

 

ORACION A SAN MIGUEL

GARICOITS DEL P. ETCHECOPAR

Gracias, Padre, por todo lo que te debo, por todo lo que te debemos.

Tú, nos has hecho nacer a la vida religiosa, nos has asociado a tu misión, venida del cielo. Por ti fimos enrolados bajo ese estandarte que lleva dos corazones con la sublime divisa.

¡Aquí estoy!

¡Ecce Venio!

Eres Tú, quien fuiste nuestro guía, nuestra luz, nuestro modelo perfecto, nuestra Fuerza y nuestro consuelo.

¡Oh, Padre, continúa! Que seamos tus imitadores, como Tú lo fuiste de Jesucristo. Guarda a todos los que Jesús te ha dado!

Defiende, defiende tu obra, la obra misma de Jesús y de María ¡Que seamos santos y perfectos!

P. Etchecopar

3 de enero de 1880

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