(Anónimo)

Todo hombre hecho a imagen de Dios es siempre el Sacramento de su Presencia. Es verdad que nunca podremos agotar la búsqueda, la profundización, el conocimiento de una criatura, de una persona, de un alma y de su experiencia de vida.

Creo que esto vale también para nuestro Fundador, San Miguel.

A veces, nuestra falta de profundización y atención nos impiden reconocer la Marca de Dios en cada hermano, sin embargo, no podemos escapar al misterio insondable del hombre que aceptó ser de Dios y para Dios.

Así nacieron los escritos que presento: son el fruto de una elección hecha por algunos hermanos, deseosos, como hijos de San Miguel, de perpetuar en el tiempo la presencia de Dios, en la identidad, la misión, la vida de su "Padre" y de la Familia que quiso y amó.

• De esta manera, San Miguel "revive" entre nosotros, se le siente palpitar en sus hermanos y en sus hijos espirituales a lo largo de dos siglos de historia...
• Hoy San Miguel significa "porvenir" para el hombre, para la misión, para el mundo contemporáneo, para la Iglesia, para los jóvenes ..
• San Miguel "enseña" que no es en la transcendencia de lo humano que el hombre puede ser revelación de Dios, sino más bien en la realización de su propia naturaleza, pues esta naturaleza Dios se la dio y él mismo la asumió, para que, en ella, el Amor le sea revelado.
• San Miguel emerge de estos escritos verdaderamente como "hombre" todo de una pieza, un hombre que no parecía en nada distinto de los demás hombres: ni mayor, ni más instruido, ni más santo… se sentía y se mostraba hermano y, en su voluntad de no ser un hombre, se manifestó la EFICACIA DE LA GRACIA DIVINA. "A Dios le agradó hacerse amar"

Agradeciendo a los hermanos por el trabajo realizado, recuerdo a todos el DON que Dios nos ha hecho, a nosotros y a la iglesia. la "persona" de Miguel; es un don muy caro, para guardar preciosamente, con el esfuerzo constante de hacer de tal manera que no se pierda. Mejor aún, es nuestro deber de Hijos hacer fructificar este don compartiéndolo con todos los que están cerca de nosotros.

Es una RIQUEZA que colma nuestras pobrezas así como los vacíos, los miedos y las angustias del hombre de hoy y de todos los tiempos... es un ejemplo de vida que lleva a la Santidad.