BETHARRAM EN ÁFRICA MISIONERA
INTRODUCCIÓN
"Un día (...) Miguel Garicoits se dejó impactar por un cierto rostro de Dios (...) Este "apasionado de Dios" se sintió empujado a DECIR, a GRITAR ese Nombre y ese Rostro a los jóvenes, a los adultos, a los pobres de su tiempo.
"Vinieron discípulos y siguieron reuniéndose para DECIR y GRITAR a través de su vida el mismo Amor y el mismo Rostro en cada lugar en donde se implantan con sus comunidades - apostólicas, misioneras, enseñantes - en cada época en que viven...
SON LOS RELIGIOSOS DE BETHARRAM
DISCIPULOS DE SAN MIGUEL GARICOITS".
Si hoy, en el momento de festejar el Bicentenario del nacimiento de su Fundador, Religiosos de Betharram son misioneros hasta en África, es porque Miguel Garicoits fue verdaderamente un gran misionero, él, el "Superior de las cuatro paredes de un vasto edificio".
Empezaremos por ver esto. Luego, franqueando el tiempo y los espacios, tornaremos la mirada hacia África y la Iglesia que allí vive hoy. Un tercer capitulo nos llevará a expresar nuestro trabajo misionero: lo que hacemos, lo que deberíamos hacer, lo que nos falta por hacer... bien humildemente.
Terminaremos - aunque esto podría ser la continuación de la parte precedente - por situarnos frente a los grandes desafíos que la Iglesia en África debe plantearse hoy.
"A Dios le agradó hacerse amar."
Es urgente descubrir este mensaje cada día con nuestros hermanos de todos los continentes, y, por consiguiente, de África.
1. MIGUEL GARICOITS, MISIONERO
Miguel Garicoits, Misionero.
¿Seria provocador un tal titulo? Seguramente que no. En todo caso no más que proclamar "patrona de las Misiones" a esa "pequeña Teresa" de Lisieux de quien celebramos, en este año de 1997, el centenario de su nacimiento para el cielo.
Vivió unos diez años dentro de su Carmelo de Normandía antes de morir a los 24 años. Miguel no fue un sedentario en su infancia y su juventud. [barre, Oneix, Saint-Palais, Bayona, Aire, Dax y Larressore fueron sus etapas en la ruta hacia el sacerdocio. Y tras sólo veinte meses de ministerio en Cambó, ahí lo tenemos lejos del lugar. Dirección: Betharram; y al término estará con el Padre todo amante.
Incluso si va a menudo de Betharram a lgón, en donde las Hijas de la Cruz, su terreno de misión no parece muy extendido. Sin embargo, su interés por las misiones es manifiesto.
1.1. LOS "MISIONEROS DE BETHARRAM".
Sus primeros compañeros son misioneros. Miguel Garicoits se distingue de ellos: no llega a hablar la lengua bearnesa utilizada por la gente del lugar. El P. Guimón, al contrario, la maneja con tanta seguridad y fuerza como el vasco de sus padres.
Estos "misioneros" predicadores de la gente del campo tienen la ambición de llegar a toda la población de una parroquia o de una región en tres semanas: todo está calculado para no olvidar a nadie. Como punto culminante de una misión, se erige solemnemente una cruz en un cruce o en una plaza pública. Pero, además, los Padres de Betharram tratan de formar verdaderos Apóstoles capaces de proseguir la obra emprendida: proponen, especialmente a los jóvenes y a las chicas, una cofradía de la Virgen o una asociación del Sagrado Corazón.
Para estos primeros compañeros, existe como una crisis de envidia cuando otros religiosos son afectados al servicio de la enseñanza. El Fundador debe intervenir y como imponer sus escuelas: para él la educación de la juventud es una obra misionera.
Miguel Garicoits pone mucho ardor en formar a sus misioneros: conferencias espirituales, discusiones y encuentros diversos no faltan; él mismo conduce cada año el retiro. En particular, supo ayudar al P. Guimón a alejarse del jansenismo de la época para predicar a ese Dios a quien "le agradó hacerse amar"; y este gran predicador se ha convertido en modelo de misionero.
1.2. MISIÓN(ES) EN SUDAMÉRICA.
Simón Guimón pertenece al primer equipo que se embarca para América: quiso tanto esta misión que habló de ella al Obispo y a otros sacerdotes antes de decírselo a su Superior.
Los religiosos de Betharram fueron enviados junto a los emigrantes, en especial a los Vascos y Bearneses. Pero, ¿es suficiente para tan valientes Apóstoles?
Con el fin de salvar más a Vascos, el P. Guimón pide para ese grupo el titulo de "Misioneros Apostólicos": así no dependerán más del Obispo de Buenos Aires y estarán más libres en sus movimientos.
El llamado vino también de Montevideo: ¿hay que franquear una nueva frontera?
A estas propuestas, el P. Garicoits opone un rechazo neto, pero circunstancial: no hay que "ofuscar a los Ordinarios" de Bayona y de Buenos Aires: "no ha llegado el momento aún", escribe al P. Diego Barbé.
Sin embargo, "la mies es tan hermosa. Si supieras cómo me tienta" escribe el 29 de junio de 1860 a Don Echanchu. No se atreve a enrolarse para Montevideo.
1.3. ORIGEN DEL INTERÉS DE MIGUEL GARICOITS POR LA MISIÓN.
Ya en el colegio de Aire, Miguel Garicoits habla devorado con avidez la biografía de San Francisco Javier, Vasco y Navarro como él.
Pero la influencia más fuerte viene, sin lugar a dudas, de Mons. D'Astros, el obispo que ordenó a Miguel. ¿Hace falta una prueba? El 24 de abril de 1860 Miguel Garicofts utiliza un último argumento para decidir a Don Echanchu a ir al Uruguay. "Y luego no he olvidado que en 1827 Mons. D'Astros, que tenía en su diócesis más de treinta parroquias sin pastor, casi como salvajes, había lanzado en sus seminarios mayores (de Betharram y de Bayona) un llamado para las misiones extranjeras: alentaba al mismo tiempo a responder a este llamado, diciendo que la diócesis sólo podía ganar con esta generosidad."
Treinta años más tarde, y casi al atardecer de su vida, Miguel Garicoits lo recuerda.
Mons. D'Astros tenía una gran devoción al Sagrado Corazón. Permitió el encuentro de Juana Isabel Bichier des Ages y de Miguel Garicoits trayendo a las Hijas de la Cruz a lgón, nombrando a Miguel para Betharram con la idea de hacer de él el director de todas (sus) religiosas. Y sobre todo él mismo va a ver a Miguel Garicoits después de su retiro en Toulouse y lo anima a fundar una familia religiosa. Mons. D'Astros está muy presente, incluso discretamente, en los orígenes de Betharram: su interés por las misiones fue a todas luces compartido por nuestro fundador.
1.4. EL ROL MISIONERO DE LOS HERMANOS.
"La idea de Betharram, la idea de estar asociado a los buenos Padres de Betharram, me llegó al corazón."
Así se expresa, en 1840, Arnaldo Gaye, el primer Hermano que permaneció en la Congregación. El Fundador de Betharram, a pesar de lo que se practicaba entonces, tuvo en gran estima a los Hermanos:
"Los Hermanos tienen una gran responsabilidad y grandes deberes; participan en todo lo que hay de más relevancia, en la Comunidad, en el sacerdocio mismo: son el brazo, el pie del sacerdote: tendrán, si lo quieren, la mayor participación en los frutos de la predicación. Un Hermano zapatero, en su taller, obtendrá quizás por sus oraciones todos los felices resultados que producirá una misión; y los pecados de los misioneros, Dios los habrá perdonado en consideración a ese zapatero.
Así hay que ver las cosas: hay que ejercer, en el circulo limitado de su empleo, la inmensidad de la caridad"
Es interesante escuchar estas palabras de Miguel Garicoits: muestran el lugar de los Hermanos en la Vida Religiosa, y la de los fieles laicos en la Iglesia. ¿Estaría "adelantado" Miguel Garicoits sobre su tiempo?
Permaneciendo en los limites de su empleo, sin salir de su Carmelo, la pequeña Teresa alcanzará muchas conversiones y será la Patrona de las Misiones, juntándose con Francisco Javier, el intrépido misionero de Extremo Oriente.
Vaticano II afirma:
"La Iglesia está hecha para extender el Reino de Cristo en toda la tierra, para la gloria Del Padre (...) Los laicos hechos participes de la carga sacerdotal, profética y real de Cristo, asumen en la Iglesia y el mundo la parte de lo que es la misión de todo el Pueblo de Dios. "
1.5. BETHARRAM MISIONERO HOY.
"La actividad apostólica en país no cristiano está en la línea del impulso misionero de San Miguel. La Congregación participa, pues, en la Evangelización de los pueblos no cristianos"
Eso es lo que dice nuestra Regla de Vida. Pero según lo que precede, nos atrevemos a decir:
En la linea de San Miguel, todo religioso de Betharram (y también toda persona que vive de su espiritualidad) puede y debe ser misionero.
"Ser misionero", no implica ir a lo lejos. Incluso si Betharram emigró de Europa a América, a Asia y, finalmente, a África, formamos una familia: si los que "fueron lejos" experimentan "resultados felices" en su apostolado, ¿no lo deben a caso a las oraciones y a los sacrificios de tal o tal religioso, de edad o enfermo, o incluso trabajando en otro ambiente, quizás en otro continente?
Hoy Betharram debe ser misionero en cuatro continentes.
En África, Betharram es misionero por los hijos de este continente así como por los venidos de Europa o de América.
2. LA IGLESIA EN ÁFRICA
Para hablar de Betharram en África, conviene situar la Iglesia en África, y en primer lugar el continente africano mismo. La tarea no es demasiado ardua después de la Asamblea especial para África del Sínodo de Obispos (Roma, lo de abril - 8 de mayo de 1994) y la exhortación "Ecdesia in Africa" (Yaundé, 14 de setiembre de 1995).
2.1. UNA MIRADA SOBRE ÁFRICA PLURAL.
¿Vasto continente? Sin duda, pero no el mayor. El más dividido, unos cincuenta países para treinta millones de kms2.
Si es fácil clasificar África del Norte en "musulmana" y árabe", en otros lugares las diversidades regionales cruzan los países. Pongamos por caso a Costa de Marfil: de 12 a 15 millones de habitantes, unas sesenta etnias, al menos 25% de extranjeros... África Central y Africa Austral parecen tener conjuntos culturales más amplios: en ciertos países una lengua nacional puede ser lengua oficial en lugar de la del antiguo colono.
2.2. ¿EN QUÉ SE HA CONVERTIDO ÁFRICA?
Hace un siglo África fue dividida por las potencias coloniales europeas. Se pretendía aportar "la civilización"; y, sin embargo, se venia a saquear las riquezas de este continente para industrializar Europa. Poco tiempo antes los europeos vinieron a llevar hombres para conquistar el "Nuevo mundo". Toda esta historia marca aún profundamente.
Hacia 1960, muchos paises se hicieron independientes, al menos en teoría. Pero siguen luchas por aquí, por allá y ciertos pueblos no están satisfechos de las fronteras heredadas de la época colonial.
Así describen los Obispos Africanos a su continente:
"Situación común, es sin duda, el hecho de que África está saturada de problemas: en casi todas las naciones, hay una miseria espantosa, una mala administración de los raros recursos disponibles, una inestabilidad política y una desorientación social. El resultado está a la vista: miseria, guerras, desesperación. En un mundo controlado por las naciones ricas y poderosas, África es prácticamente un apéndice sin importancia, a menudo olvidado y descuidado por todos. "
"Para varios Padres sinodales, la actual África puede compararse al hombre que bajaba de Jerusalén a Jericó: cayó entre las manos de bandidos que lo despojaron, lo molieron a palos y se marcharon, dejándolo semi muerto (Cf. Lc, lo, 30-37 ). África es un continente en donde numerosos seres humanos - hombres y mujeres, niños y jóvenes - están acostados de alguna manera al borde de la ruta, enfermos, heridos, impotentes, marginados y abandonados. Tienen una extrema necesidad de samaritanos."
¿ Es la Iglesia un Buen Samaritano?
2.3. HISTORIA DE LA EVANGELIZACIÓN EN ÁFRICA.
África está presente en el Nuevo Testamento a través de la huida a Egipto, del Cirineo que ayudó a Jesús en el camino del Calvario, del Etíope bautizado por Felipe, y también de los Africanos presentes en Jerusalén el día de Pentecostés. La tradición hace remontar a San Marcos el origen de las Iglesias de África. Éstas han dado a la Iglesia universal doctores
(Origenes, Atanasio, Cirilo, Tertuliano, Cipriano, Agustín), los fundadores del monaquismo y de la vida religiosa en comunidad (Pablo, Antonio Pacomio), santas mujeres (Felicidad y Perpetua, Mónica), Papas (Victor I, Melquíades, Gelasio I). Esta vida de la Iglesia en África del Norte ha perdido ya su esplendor; pero aún hoy cristianos, sobre todo en Egipto y en Etiopía, saben que sus Iglesias remontan a los tiempos apostólicos.
En los siglos XV y XVI empieza la evangelización en el Sur del Sáhara: 1492, nacimiento de la Iglesia en Angola; 1518, Don Enrique, hijo del rey del Congo, es consagrado por León X como primer obispo autóctono de África Negra.
Pero, en el siglo XVIII, "a causa de dificultades de diversos órdenes" que Juan Pablo 11 no se atreve a decir, casi todas las misiones al Sur del Sáhara se apagan: consecuencia de la trata de negras.
En el siglo XIX, la evangelización retoma principalmente con las sociedades de misioneros creadas especialmente para África. En estos años, muchas Iglesias festejan su primer centenario. Pero no olvidemos la sangre de los mártires que ha corrido: en Uganda en 1885 y 1886, en el Zaire más recientemente.
"El espléndido crecimiento de la Iglesia en África y sus realizaciones son debidas esencialmente a la entrega heroica de generaciones de misioneros desinteresados. "
2.4. HOY
Hoy, 14% de Africanos son católicos. La mayor parte de los obispos son autóctonos; el número de diócesis crece.
Cada vez hay más ordenaciones y siempre más candidatos al sacerdocio y a la vida religiosa. Institutos misioneros fundados en África envían a sus miembros hasta otros continentes; e igualmente obispos envían a sacerdotes como "Fidei Donum'l Institutos de derecho pontifical crecen en este continente.
Por estos signos, Juan Pablo 11 mide la madurez de la Iglesia en África.
Pero en un continente enfermo, ¿qué quiere decir este crecimiento rápido?
2.5. PROBLEMAS Y DESAFÍOS.
Millones de Africanos no han escuchado aún la Buena Noticia a que tienen derecho. Desde que el Verbo se hizo hombre y mostró así cuánto ama Dios a los hombres, es en su propia cultura que cada uno puede y debe recibir el Evangelio.
¿Cómo anunciar la Palabra de Dios en un continente tan pobre?
"Contrariamente a América Latina, África no puede otorgarse la posibilidad de una opción preferencial por los pobres. La Iglesia de África, es una Iglesia de pobres, no tiene otra alternativa que entregar el Mensaje a los pobres, a ejemplo de su Maestro, trabajando para hacer retroceder la pobreza que mata, y hacer avanzar a los pobres en el Reino invisible."
Juan Pablo 11 enumera "algunos problemas preocupantes" para la Iglesia: el porvenir triste y sombrío propuesto a los jóvenes, la plaga del Sida, las guerras, los refugiados y las personas errantes, la deuda internacional, la dignidad de la mujer africana, ... Pero el Papa no agota todas las cuestiones. Se podrían añadir: el crecimiento demográfico galopante, la urbanización, las amenazas contra la familia, la invasión de modelos culturales extranjeros a través de los media, etc.
2.6. LA IGLESIA, FAMILIA DE DIOS.
Frente a todos esos desafíos, la Iglesia necesita de todos sus miembros, como una familia africana en la que cada uno tiene su parte de trabajo. "No sólo el Sínodo habló de la inculturación, sino que la aplicó tomando, para la evangelización de África, la idea directriz de la Iglesia Familia de Dios."
"En esta Iglesia Familia de Dios, la vida consagrada tiene un puesto importante, no sólo para indicar a todos el llamado a la santidad, sino también para testimoniar de la vida fraterna en la comunidad".
2.7. DOS IGLESIAS CENTENARIAS.
Los Religiosos de Betharram trabajan en dos países africanos cuyas Iglesias acaban de celebrar sus cien años: en la Epifanía de 1995, la República de Africa Central; en setiembre de 1995, Costa de Marfil.
a) Africa Central: 612 000 kms2; 3 millones de habitantes unidos por una lengua nacional, el Sango. La historia política de este país, independiente desde 1960, fue y sigue siendo bien movida.
La Iglesia católica cuenta con 500 000 bautizados, alrededor del 17% de la población. Hay siete diócesis y sólo cuatro obispos centroafricanos. Unos cien jóvenes viven en el Seminario Mayor de Bangui.
Hay cristianos luteranos o bautistas. Una parte de la población es musulmana. Se encuentran grupos animistas en los pueblos.
Betharram en Africa Central, está en la diócesis de Bouar, una comunidad de cuatro miembros: dos residen en Niem, y los demás en la ciudad episcopal.
b) Costa de Marfil. 332 000 kms2 para 3 millones de habitantes en 1960, cuando la independencia. Hoy hay 4 ó 5 veces más; a causa de la multiplicidad de las etnias. El francés es la lengua oficial, incluso si no todos la comprenden.
La Iglesia católica cuenta entre el 15 y el 20% de la población (más si sólo se tienen en cuenta los marfilenses), 14 diócesis y todos los obispos son marfilenses desde hace 20 años. El Seminario Mayor nacional está repleto: cada año entran 70 candidatos, y se rechazan más... Otras estructuras de formación para el sacerdocio se implementan. Los candidatos a la vida consagrada, chicos y chicas, son cada vez más numerosos.
Los musulmanes, a quienes les gusta exagerar, dicen ser más de la mitad de los habitantes del país. Pero ciertamente los adeptos de las religiones tradicionales son aún los más numerosos. Entre los cristianos, los metodistas forman un buen grupo; los Harristas, miembros de una Iglesia local, los Bautistas están también presentes. Se encuentran también diferentes sectas en los medios urbanos y en el Sur del país.
Betharram en Costa de Marfil, son dos comunidades: una, en la diócesis de Katiola, trabaja en las tres parroquias del sector pastoral de Djimini; la otra, es la comunidad de formación y asegura al mismo tiempo el servicio de una parroquia en la diócesis de Yopugón.
3. BETHARRAM EN MISIÓN EN ÁFRICA.
Si hemos comprendido bien la intuición de Miguel Garicoits, y también el sentido de la misión, nadie se extrañará que en esta parte rechacemos distinguir el Betharramita venido de otro sitio y el que vive en su país natal.
"Los religiosos encuentran en su vida consagrada un medio privilegiado de evangelización eficaz... Gracias a su consagración religiosa son por excelencia voluntarios y libres para dejar todo e ir anunciar el Evangelio hasta los confines del mundo. Son emprendedores y su apostolado está a menudo marcado por una originalidad, un genio que fuerzan la admiración. Son generosos: se los encuentra a menudo en la vanguardia de la misión, y aceptan los mayores riesgos para su salud y su propia vida."
Estas palabras de Pablo VI, ¿[as avalan los Betharramitas en África? ¿Cuál es nuestro lugar? ¿En dónde están nuestra "originalidad" y nuestro "genio"?
En África, permanecemos Betharramitas y, por consiguiente, en lo posible, humildes y modestos...
3,1. "EN POS DEL VERBO ENCARNADO"
Según el Vaticano II, "la actividad misionera no es, ni más ni menos, sino la manifestación del designio de Dios, su Epifanía y su realización en el mundo y su historia". Miguel Garicoits nos muestra el "designio de Dios":
"A Dios le agradó hacerse amar, y mientras éramos sus enemigos, nos amó tanto que nos envió a su Único Hijo. Nos lo dio para ser el atractivo que nos gane al amor divino, el modelo que nos muestre las reglas del amor, y el medio de llegar al amor divino: el Hijo de Dios se hizo carne"
En África también sabemos que, unidos a todos nuestros hermanos de la Congregación, "en pos del Verbo Encarnado que el Padre consagró y envió en el mundo, somos a nuestra vez consagrados y enviados para ser en el mundo, a través de nuestra vida religiosa, signo y anuncio de Jesucristo".
Estas pocas citaciones bastarán seguramente para decir nuestro rol en la misión y nuestra originalidad betharramita, en África Central o en Costa de Marfil, como en todas partes. Sin embargo, nos atrevemos a continuar nuestro propósito: tratemos de descubrir algunos colores particulares, propios de lo que vivimos o tratamos de ser en esta tierra africana.
3.2. COMO TESTIGOS.
Hace veinte años Pablo VI decía qué necesarios son los testigos para nuestro tiempo. Hace mucho más tiempo que la primera carta de Pedro nos pide "una excelente conducta en medio de las naciones."
"Llamados a cooperar con el Hijo de Dios que se hizo uno de nosotros para salvarnos a todos, queremos compartir 'las alegrías y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres'. Por esto quedamos a la escucha de los hombres de nuestro tiempo en una presencia humilde y verdadera en su vida".
Lejos de fijarnos objetivos cuantificables como lo harían los mercaderes deseosos de penetrar nuevos mercados, compartimos el programa de vida de todos nuestros hermanos betharramitas; lo adaptamos a nuestro medio de vida.
Así, allí donde no hay ni Samu, ni bomberos, ni incluso ambulancia en buen estado, no hay que dudar en recorrer de noche 45 kms. de pista mala para transportar al hospital una niñita de cinco meses y así salvarla de meningitis; incluso si hubo una confirmación por la mañana, y que le seguirá otra al día siguiente: tanto peor por la noche en blanco.
El testimonio de la caridad, muy silencioso, es elocuente. Incluso si el hecho se remonta a más de veinte años, oímos todavía a un viejo de un pueblo de la Parroquia de Niakara decirnos: "estaba en el pueblo, enfermo; nadie se ocupaba de mi; las hermanas de Niakara me vieron, me condujeron al dispensario; y como había que ir hasta el hospital, me confiaron a las Hermanas de Katiola. Me amputaron una pierna, pero hoy estoy curado gracias a las hermanas; por eso, quiero seguir el mismo camino que ellas, ser cristiano como ellas; pido, pues, el bautismo".
3.3. EL ANUNCIO DE CRISTO SALVADOR.
"No hay evangelización verdadera si el nombre, la enseñanza, la vida, las promesas, el Reino, el misterio de Jesús de Nazaret, Hijo de Dios, no son anunciados", decía Pablo VI.
Decir y volver a decir la Palabra de Dios, insistir a tiempo y a destiempo, he ahí también nuestra misión. Tratamos de cumplirla con la ayuda preciosa de los catequistas.
A veces la Palabra es escuchada de manera asombrosa. Dejemos expresarse a un joven de un pueblo de la parroquia de Nyangurugbonon. "El año pasado, fui a Landedugu, sólo para ver la Pascua de los cristianos. Participé en toda la vigilia, desde las 23 hs. hasta las 5. Escuchando la Palabra de Dios, esa noche, aprendía la bondad de Dios por nosotros: es tan bueno que quiso que su Hfo se haga hombre como nosotros y que nos salve."
Así este joven comprendió de golpe el amor de Dios, la grandeza de la Encarnación, y también la salvación que se nos propone: es mucho. Pero, ¿quién, pues, empujó a este hombre hacia la Pascua de los cristianos antes que a los solemnes funerales tradicionales que atraen tanto a los Djimini? Misterio de la gracia que llama.
3.4. LA ACCIÓN DEL ESPÍRITU.
Hay misioneros que dicen que los que esperan la Palabra de Dios desde hace miles de años pueden esperar también un poco más. No. Hay urgencia. El Reino de Dios está siempre próximo.
Están ahí, nuevos Macedonios, que nos dicen: "Venid a nuestra casa, venid en nuestra ayuda" En país Djimini, en cada una de las tres parroquias, hay hombres que vinieron a buscarnos. "Venid también a nuestros pueblos, venid a enseñarnos".
Al escuchar estos llamados, oímos a Miguel Garicoits:
"Yo sé que Dios no cesa de hablar en el fondo de las almas. Sé que, en el fondo de esas almas, hay como un fermento incesante, excitante, fomentado por la mano creadora y que pide, como desde una distancia infinita, de en medio de las tinieblas, del sopor y de entre los ruidos de todo género, para responder, para abandonarse en las divinas persecuciones de Dios".
En Costa de Marfil, en África Central, en muchos países africanos, apagar la sed de los hombres, responder a su derecho de conocer la Palabra de Dios es un deber imperioso. "Ay de mi si no anuncio el Evangelio".
En otros países leyes injustas y situaciones de guerra impiden el anuncio de la Buena Noticia; y sucede que el Espíritu acompaña a los testigos hasta el don de su vida, prueba suprema de amor; pensemos en lo que ocurre en la región de los grandes lagos africanos, en Argelia, y también en otras partes. Incluso cerca de nosotros, la sangre de sacerdotes y religiosos se derramó...
"La sangre de los mártires es semilla de cristianos", decía el Africano Tertuliano.
3.2. LA CONVERSIÓN.
Gracias al Espíritu, el anuncio de la Palabra conduce "a la conversión, es decir, a la adhesión plena y sincera a Cristo y a su Evangelio por la fe. La conversión es un don de Dios, una acción de la Trinidad". Y nos sucede ser felices testigos de esa acción del espíritu. Como en Nyangurugbonon.
En este rincón de África no existe verdaderamente muerte natural: toda muerte tiene que tener una explicación. Cuando Juan pierde su hijita, hay alguien para proponerle, por un pollo, descubrir y matar al que hizo morir a la niña; pero hablando con el catequista Juan descubre cómo, seguir ese camino, va contra el amor del prójimo; por otra parte la pequeña está bien viva, puesto que la comunidad pudo darle el bautismo. Y Juan consigue resistir a las presiones de su parientes.
No siempre es así; todos no tienen la suerte de encontrar a su lado un cristiano capaz de aconsejarlos bien.
3.6. EL BAUTISMO.
Algunos se extrañan de que todos los catecúmenos no llegan al bautismo: lo contrario seria más bien sorprendente, e incluso anormal. Sin embargo, a los que tienen el corazón abierto para escuchar la Palabra de Dios, la respuesta no ha variado: "Arrepentíos: bautízate en el nombre de Jesús; y recibirás el don del Espíritu Santo".
Antes, algunos se bautizaron demasiado de prisa en nombre del adagio "fuera de la Iglesia, no hay salvación". Hoy, algunos creen superfluo el bautismo, piensan que la fe y la conversión son suficientes. Para nosotros, el tiempo de Pascua y los bautismos que lo acompañan, son a menudo grandes momentos de alegría. Alegría también de la confirmación dada por el Obispo en el mismo periodo. A veces también, alegría de otros sacramentos, alegría ante ciertas decisiones, como ésta: "Por el bautismo me he confiado totalmente a Jesús.- quiero seguir este camino y celebrar mi matrimonio cristiano".
Alegría ante los beneficios que Dios concede a sus hijos. Felicidad de ver crecer la familia de Dios y avanzar el Reino.
3.7. NUEVAS COMUNIDADES.
Fundar nuevas comunidades, forma parte de la misión ad gentes. El proyecto comunitario de los Betharramitas en País Djimini (14-05-1991) inscribe este objetivo entre los suyos. Para decir verdad, no es más que una continuidad: después de su primera visita al primer equipo betharramita en África Negra, el Superior General de entonces, el P. Joseph Mirande, es entusiasta:
"Vuelvo a África Negra. Encontré a Betharram... En Ferké encontré una obra verdaderamente betharramita. Es misionera en el sentido total de la palabra. Primero, contribuye eficazmente a implantar la Iglesia en Costa de Marfil. El Curso Normal 'San Miguel' prepara maestros para las escuelas de la Misión... Nuestros Padres se preocupan por asegurar a sus alumnos una instrucción lo más vasta posible, una formación espiritual bastante cuidada para hacer de ellos verdaderos misioneros laicos".
3.8. COMUNIÓN EN IGLESIA.
Formar nuevas comunidades sólo se puede hacer en unión con la Iglesia local, siguiendo las directivas episcopales. Los Betharramitas lo hacen poniéndose totalmente al servicio de los Obispos. Leemos todavía el mismo informe del P. Joseph Mirande, Superior General:
"Betharramita, la obra lo es también por que no es nuestra obra y que no parecemos trabajar para nosotros. Los nuestros se desgastan, pero es para la Misión, para el Obispo, en consecuencia como auxiliares, instrumentos según los términos caros a S. Miguel".
En efecto, desde el principio, "quiso presentar al Obispo a sacerdotes totalmente dispuestos a desempeñar todos los empleos que quisiera, totalmente obedientes, siempre dispuestos para decir: Adsum. Aquí estoy. Ahí está el carácter propio del Betharramita".
Hoy, todavía, nuestra Regla de Vida pide:
"Servidores del Evangelio, nuestros misioneros se acordarán que hacen obra de Iglesia. Trabajarán con sus hermanos misioneros y con todos los que se consagran a la gran obra de las misiones, teniendo sólo en vista la gloria de Dios y el bien de la Iglesia".
"Los misioneros serán los auxiliares de los obispos, lo mismo para la evangelización que para la formación del clero autóctono".
3.9. COMUNIDADES EN LA BASE.
En nuestras Iglesias vemos nacer comunidades. Las queremos evangelizadoras.
Se habla de "Comunidades Eclesiales de Base" o "Comunidades Cristianas de Base" en la diócesis de Yopugón, y por consiguiente en la Parroquia de Adiapodumé; e igualmente, desde hace poco, tales grupos se implantan en la ciudad de Dabakala; poco a poco se constituyen en "centros de formación cristiana y de influjo misionero".
En otras partes, en País Djimini, las localidades son pequeñas y los cristianos poco numerosos: cada comunidad puede formar una familia, sencilla comunidad en la base. Con el Obispo de Katiola queremos comunidades orantes y, por consiguiente, unidas a Jesucristo, amantes y, por consiguiente, signos del amor de Dios para todo hombre, responsables.
En un continente en donde el rol de la familia, de la gran familia, es primordial, es deseable, incluso necesario, que cada comunidad forme una familia, célula de la Iglesia-Familia de Dios.
4. INCULTURACIÓN, DIÁLOGO INTERRELIGIOSO, DESARROLLO DE LOS DESAFÍOS PARA LA IGLESIA Y PARA BETHARRAM EN ÁFRICA.
¿Hemos dicho lo esencial de la misión de Betharram en África? Quizás. Sólo hemos seguido paso a paso el capitulo V de la admirable Carta Encíclica de Juan Pablo 11 sobre la Misión del Redentor.
Sigamos nuestro recorrido con el mismo guía; miremos los desafíos que, sin ser propios de África, exigen soluciones adaptadas. La inculturación, el diálogo interreligioso, el desarrollo acapararán más nuestra atención.
4.1. AFRICANOS CRISTIANOS, CRISTIANOS AFRICANOS.
Para ser cristiano, ¿hay que renunciar a su cultura? Hubo un tiempo en que los misioneros contestaban afirmativamente, al menos en sus maneras de actuar. Hoy aún, muchos de nuestros hermanos bautistas djimini encuentran "satánico" toda la herencia recibida de los antepasados.
Sin embargo, hay que responder con coraje: el Africano, al hacerse cristiano, tiene el derecho y el deber de permanecer Africano; hay que decir esto incluso de cada pueblo africano.
Se ha podido decir, incluso en Betharram, que la inculturación era una moda. Si esto es verdad, la moda es más bien vieja, data del Apóstol de los paganos: Judío entre los Judíos, paganos con los paganos, utiliza ya sea los modos de pensamiento de los rabinos, ya sea citando a los autores paganos y, por ahí, introduce en la Revelación.
La inculturación se practicó siempre en la Iglesia: recordemos la primera Asamblea de Jerusalén. "La inculturación es un derecho, y no una concesión. La inculturación es una irrupción y una epifanía del Señor que provoca la desestabilización"; así hablaba para el Sínodo Africano Mons. Laurent Monsengwo Pasinya, arzobispo de Kisangani (Zaire).
La misma palabra "inculturación" tuvo dificultad en introducirse en el discurso oficial de la Iglesia, incluido la Redemptoris Missio. Por otro lado, en Ecclesia in Africa, y seguramente, bajo la presión de los mismos obispos, la palabra descubre sus derechos y sus fundamentos. Retengamos esto:
"El Sínodo considera la inculturación como una prioridad y una urgencia en la vida de las Iglesias particulares para un enraizamiento real del Evangelio en África, 'una exigencia de la evangelización 'un camino hacia una plena evangelización, uno de los soportes mayores para la Iglesia en el Continente al acercarse el tercer milenio’.
Así como 'el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros’ (Jn. 1, 14), así la Buena Noticia debe inscribirse en el ambiente de vida de los que la escuchan. La inculturación es precisamente la inserción del mensaje evangélico en las culturas...
La inculturación tiene también sus lazos profundos con el Misterio de Pentecostés".
Habría que leer enteramente estos pasajes. Descubriríamos entonces muchos rasgos de la espiritualidad de San Miguel Garicoits; sobre todo ese lazo tan fuerte entre Encarnación y Redención: "en el momento en que (el Hijo de Dios) penetró en el mundo, animado por el espíritu del Padre, se puso en el lugar de todas las víctimas".
Para nuestro Fundador, la Encarnación 'inicia', de alguna manera, la Redención:
"¡Qué anonadamiento: Dios-hombre!
¡Pero qué elevación: el hombre-Dios!"
Por supuesto, no hay que buscar la palabra 'inculturación' en Miguel Garicoits. Tampoco en nuestra Regla de Vida. Y, sin embargo, "estamos atentos a los valores culturales, sociales y religiosos de diferentes ambientes humanos, buscando reconocer en ellos los signos del Reino de Jesucristo".
Juan Pablo II exige esta misma preocupación, y por consiguiente la inculturación "de los misioneros originarios de otras Iglesias y otros países".
En concreto, ¿qué quiere decir esto? Hacen falta libros enteros para responder a esta pregunta; y se escribirán muchos. Balbuceemos algunos elementos.
Allí en donde la serpiente se considera más rica que el pescado, ¿cómo traducir Mt. 7, lo? Todos sabemos que los discípulos de Emaús tenían el corazón ardiente al escuchar al Resucitado; pero, para un Djimini (y a menudo en esta región de África), 'tener un corazón ardiente" es estar enfadado.
La oración por los difuntos, el 2 de noviembre, ¿necesita una procesión al cementerio? ¿lmpone crear cementerios allí en donde no hay la costumbre (como en país Djimini y entre los Senufo)? La oración por los difuntos y el culto de los muertos no requieren necesariamente un recogimiento sobre la tumba...
¿Qué significa una celebración de matrimonio en la iglesia, trecha de acuerdo a algunas preguntas y respuestas allí en donde la tradición exige ceremonias que duran varios días y se renuevan durante varios años? Pero, al mismo tiempo, ¿cómo contemplar un matrimonio habitual que no respeta siempre la libertad de los consortes y que evoluciona rápidamente hacia su muerte? Se trata, para cada agente pastoral, autóctono o extranjero, de buscar la mejor manera de expresar la fe, vivirla en un pueblo determinado. Añadir un paso de danza o introducir un nuevo instrumento de música local, no es suficiente para 'inculturar'.
La inculturación llega al alma del pueblo. Por eso es necesario acercarse al pueblo al que somos enviados. San Miguel Garicoits da a sus hijos el ejemplo de los Jesuitas: "Se ponen la sotana y el alzacuello, se vuelven burgueses, mandarinos, todo con la misma facilidad, y en eso siguen el espíritu de su regla: se hacen todo a todos para la mayor gloria de Dios".
4.2. EL DIÁLOGO CON LAS DEMÁS RELIGIONES.
El africano está llamado a ser cristiano permaneciendo al mismo tiempo africano. La necesaria inculturación exige diálogo de la fe con la cultura, y en primer lugar con las religiones tradicionales. Este diálogo es obligatoriamente cotidiano para los cristianos de los pueblos: estos no viven separados de sus padres no bautizados. (Pasó el tiempo en que, ignorando la enseñanza de la carta a Diogneto, los misioneros en Korhogo, en Katiola, en otras partes también, trataron de construir 'pueblos cristianos' separados de los demás). Un hecho vivido en Navidad de 1995 nos ayudará a comprender.
Para una buena comida de fiesta se necesita carne: he aquí que un joven cazador feliz que vuelve con un joven antílope sobre sus espaldas. Pero la entrada de esta bestia en el pueblo exige ritos, y nuestro joven no lo sabia. ¿Qué hacer? ¿Hay que aceptar un simulacro de regreso de cazar para que los ancianos reparen el olvido? ¿O rehusar a pesar de la amenaza de muerte que pesaría sobre la madre del cazador? Éste y el propietario del fusil, implicados igualmente, son cristianos; pero la madre no. Los dos hombres aceptan que los antiguos actúen como lo entienden; siguen sus gestos como espectadores. Pero sus ceremonias acabadas, los roles se invierten y los 'viejos' miran a su alrededor; con el agua bendita, los dos jóvenes rezan a Dios, el Padre de Jesucristo: que aleje del pueblo todas las fuerzas del mal y permita vivir en paz a todos los habitantes del pueblo. Al final, se escuchan los comentarios: "Lo que acabáis de hacer no es poco. No os pedimos que actuéis siempre como nosotros. Pero nuestros padres nos han enseñado que en ciertos casos hay gestos que cumplir; si vosotros también hacéis los vuestros, estamos de acuerdo con vosotros y podemos vivir en paz juntos".
Generalmente, el diálogo con la religión tradicional puede utilizar este tipo de camino: cuando lejos de todo insulto o de toda provocación, cada uno, al mismo tiempo que respeta al otro y afirma tranquilamente su diferencia, no sólo la tolerancia sino aún la estima son recíprocas. Sucede incluso que los guardianes de la costumbre hacen reproches a los suyos que provocan inútil y malignamente a los cristianos.
El diálogo con la religión tradicional es tanto más fácil cuando ésta no tiene generalmente ni templos ni jerarquía; y, sobre todo, porque prácticamente en todas partes los hombres creen en un Dios único: habría que terminar de limitar a tres las religiones monoteístas, hay más: y la Revelación no ha dejado totalmente de lado a los Africanos...
Ante Juan Pablo 11, en Yaundé, el 15 de setiembre de 1995, un laico camerunés deseaba que: "El Ser Superior al que nuestros padres han servido y que buena parte de nosotros sirven de diversas maneras, aparece en tierra africana bajo los rasgos del Dios, Padre de todos los hombres, de quien usted es el heraldo. (... Es urgente que el diálogo entre el (cristianismo) y (la religión tradicional) se active, para la unificación del fiel cristiano en tierra africana y para expansión de los aspectos más nobles de la fe de nuestros padres. Así África será una oportunidad para el Cristianismo, y el Cristianismo una posibilidad para África"
En este continente, el Islam existe también, mayoritario en ciertos países. En las ciudades y los pueblos de Costa de Marfil, en general, nuestras relaciones con los musulmanes son buenas. Incluso si a veces se sienten aquí o allá criticas, una 'concurrencia', y algunas calumnias, son casos aislados. Sin embargo, el diálogo no existe realmente, es más bien una tolerancia.
Sabemos muy bien que el diálogo islamo-cristiano es difícil en otros sitios: pensemos en Sudán o en Argelia. "Pero si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis?: en este versículo, Mons. Henri Tessier, Arzobispo de Argelia, justifica la necesidad del diálogo con los musulmanes, hasta en la situación trágica que conoce Argelia.
Dialogar es amar, amar hasta el fin, amar hasta dar su vida. ¿Cómo no pensar en esos religiosos, religiosas, incluso obispo, víctimas del conflicto argelino desde 1992? Hoy permanecen en el Amor, en Dios, para siempre; ellos y muchos más que consagraron su vida a Dios y a sus hermanos en el continente africano.
4.3. PROMOVER EL DESARROLLO Y EDUCAR LAS CONCIENCIAS.
Amar es interesarse por el hombre, por todo hombre, por todo el hombre. Sobre todo en un continente pobre, en donde la pobreza está presente por todas partes, entre los deberes de los misioneros, y en el corazón mismo de la evangelización, se encuentra el desarrollo humano integral. La enseñanza de Pablo VI es siempre actual; Juan Pablo II retoma en Ecclesia in África:
"Entre evangelización y promoción humana - desarrollo, liberación - hay profundos lazos. Lazo de orden antropológico, porque el hombre a evangelizar no es un ser abstracto, sino sujeto a cuestiones sociales y económicas. Lazos de orden teológico, pues no se puede disociar el plan de la Creación del plan de la Redención que alcanza las situaciones concretas de la injusticia a combatir y la justicia a restaurar. Lazos de ese orden eminentemente evangélico que es el de la caridad: en efecto, ¿cómo proclamar el mandamiento nuevo sin promover en la justicia y la paz, la verdadera, el auténtico crecimiento del hombre ?"
Ya en su tiempo, nuestro Fundador comprendió bien, e incluso mejor que ciertos religiosos suyos, que la evangelización del campo pasaba por el desarrollo: por eso, las escuelas y colegios que creó.
Hoy, en tierra africana, fieles a la Iglesia y a San Miguel, los Betharramitas se interesan por la promoción del hombre, en África Central y en Costa de Marfil. Podríamos citar muchos proyectos emprendidos con su ayuda; contentémonos con algunos.. En África Central, son un millar de niños escolarizados gracias a los religiosos de Betharram; también un dispensario creado para ellos. Cuando el Estado no llega a responder a las necesidades de los habitantes, a menudo la Iglesia trata de socorrer a las poblaciones. En Costa de Marfil, los Betharramitas han empezado a formar a futuros maestros; hoy aún, incluso discretamente, favorecen acciones concretas para que el hombre pueda vivir más dignamente. Tratamos, en todas partes, de ayudar a los hombres a ponerse de pie para que puedan caminar por si mismo. Pero no nos engañemos: al que tiene sed de Dios, no basta proponerle agua de un pozo o de una represa... Anunciar la Buena Noticia, es participar en el desarrollo del hombre.
CONCLUSIÓN: AMOR Y SANTIDAD
¿Hay que concluir?
Quizás no.
¿Se ha dicho todo? ¿O demasiado?
En todo caso, la misión no se ha terminado; no termina nunca: somos enviados hasta los confines del mundo, cada día hasta el fin de los tiempos.
Siempre nos hace falta amar.
Siempre nos hace falta llegar a ser santos.
Amor.
Juan Pablo 11, en Redemptoris Missio, cita a un autor antiguo:
"El amor es y permanece el motor de la misión; es el único criterio según el cual todo debe hacerse o no hacerse, cambiar o no cambiar. Es el principio que debe guiar toda acción, y el fin al que debe tender. Cuando se actúa según la caridad o cuando nos movemos por caridad, nada es desventaja y todo es bueno".
Y Miguel Garicoits fundaba todo en el amor:
"El amor, ahí está el germen divino a desarrollar en los corazones. Si falta, no hay nada que hacer"
Santidad.
Amar, amar hasta el final, es ir hasta dar, entregar su vida; Jesús nos muestra el camino.
"El verdadero misionero, es el santo", afirma Juan Pablo II. Escuchemos aún a Miguel Garicoits hablarnos, con palabras de su tiempo:
"Trabajar por la salvación y la perfección propia, por la salvación y por la perfección del prójimo, es nuestro elemento.
Emplearnos totalmente, es vivir.
Emplearnos con negligencia, es languidecer.
No emplearnos en absoluto, es la muerte.
Trabajar por evitar el infierno, por ganar el cielo, por salvar las almas que tanto costaron a nuestro Señor (... ): ¡qué empleo! ¿ No pide todos los cuidados? ¿Podemos temer hacer de más?
¿Haremos bastante?
Ayudémonos, pues, a amar hasta llegar a ser santos, unidos al solo Santo, tres veces Santo, al Amor.
Miguel Garicoits nos abrió el camino.
P. Beñat OYHENART, s.c.j.