POCO TOCINO Y … MUCHA HAMBRE
Un domingo de agosto llega a Betharram un párroco de campaña. El P. Miguel lo recibe con pan seco y un trozo de tocino. El huésped nunca, como en aquel día, comió con tanto apetito. Es el R Chirou: ha dejado su parroquia para unirse al P. Garicoits; es el primer compañero y
colaborador.
Otros se agregarán después: son las primeras semillas betharramitas que brotarán y se desarrollarán "lenta y difícilmente, entre dificultades de todo tipo". Todavía no son una comunidad religiosa, pero viven como religiosos.
Entre tanto esta pequeña "patrulla móvil" opera un renovado fermento religioso en las parroquias, por medio de la predicación y de la educación de la juventud. El secreto del éxito está en la obediencia, en el celo apostólico, en la caridad.
La comunidad es pobre, tiene dificultades de orden material. Cuenta un testigo ocular: "Estos buenos Padres no sabían a la mañana lo que comerían al mediodía. Mi madre les mandaba cada tanto unas manzanas, que aceptaban complacidos".
El 4 de Agosto de 1837 llega a la diócesis el nuevo Obispo: Mons. Lacroix, quien cree poder disponer de los miembros de la comunidad de Betharram como de los otros curas de la diócesis y sacar al P. Garicoits de Betharram. Después de un diálogo clarificador con el obispo, el R Miguel dice simplemente: "Monseñor el Obispo me ha devuelto, no me ha querido'. Y continúa su obra con generosidad y coraje.
En 1837 el R Miguel abre un colegio. Los misioneros se oponen. La comunidad está desorientada. La congregación, recién nacida, parece morir. El P. Miguel no se da por vencido. "Tenemos cruces, por lo tanto, la obra viene de Dios". "Siempre adelante", y, de esta forma, continúa su difícil camino, seguro de que Dios está con él.
Reflexión
Los Hechos de los Apóstoles (2, 42-47) nos cuentan de la vida de la primera comunidad de Jerusalén, de sus dificultades y de sus logros. S. Pablo, en su segunda carta a los Corintios (6, 3-10) nos habla de todas las dificultades presentes en su vida. No existe una vida de amor sin cruz.
El Padre Miguel ha luchado y ha sufrido mucho. La vida no es fácil para nadie, sobretodo para quien la ofrece al Señor. Y el Señor jamás abandona a quien lo sirve con corazón grande y generosidad pronta. Tú también encontrarás dificultades en la vida. Ama al Señor, agradécele por ellas y pídele ayuda en el momento de la prueba. ¿Te achicas en las dificultades? ¿Tienes confianza en Dios?
Oración
Señor, asiste a las comunidades religiosas.
Haz que cada consagrado
sea signo de tu amor,
sea fiel a su entrega
y viva en la pobreza, castidad y obediencia
con alegría y generosidad.
Propósito
Disfruta de lo que tienes. No son las riquezas las que te hacen persona, sino los valore vives. Hoy, y no sólo hoy, sé disponible, generoso y alegre.