UN SUEÑO HECHO REALIDAD
Miguel alberga en su corazón un gran sueño: recibir a Jesús Eucaristía.
Doña María, la dueña de la granja de los Anghelú, se da cuenta de que Miguel no comulga. "Eres grande, le comenta. Tendrías que haber ya tomado la comunión." Esta observación hiere profundamente al muchacho, y le hace sangrar el corazón, aumentando así el hambre de Dios.
Una mañana Miguel busca al P. Barbaste, y le pide la Primera Comunión. El Padre le habla del respeto debido al sacramento, y de un Dios justo y severo, y de las penas del infierno para los que reciben indignamente el Cuerpo de Cristo. Miguel otra vez vuelve al hogar más desorientado que nunca.
Se siente mal.
Un día, mientras apacentaba las ovejas, su corazón se inunda repentinamente de alegría: "Perdí de vista al rebaño, - contará él mismo - no pude controlar ya mis gestos. Recobré la conciencia al chocar la cabeza contra una pared, como si estuviera borracho". Dios coronó su deseo de comulgar con un luminoso éxtasis. Esta experiencia fue definitiva. Guiará toda su vida. Abrirá para siempre su corazón al Dios Bueno y Padre. Desde aquel día, piensa sólo en comulgar. Se esfuerza doblemente en el catecismo. Y finalmente el 21 de mayo de 1811, toma su Primera Comunión.
"Parecía un ángel', cuentan los testigos.
Y un nuevo gran deseo nace en su corazón: ser sacerdote de Jesús.
Reflexión
S. Juan nos invita a meditar sobre Jesús, Pan de Vida (6, 35-58). El nos anima a crecer en la verdad y en la caridad, a crecer como persona. ¿Recuerdas, todavía, tu Primera Comunión?
Miguel deseó de todo corazón recibir la Comunión. Se entristeció cuando lo alejaban de ella, porque no podía crecer como amigo de Jesús. El confiaba en la bondad de Dios. Y al final logra realizar su deseo. Su alegría ahora es total. Roguemos para sentir el mismo amor a la Eucaristía.
Oración
Señor,
Tú que eres el Pan que da vida,
ven a mí,
para hacerme crecer
como buen amigo tuyo.
Propósito
En tu próxima comunión, pídele a Jesús mejorar tu amistad con El.