DOCENTE BETHARRAMITA
Año
II Nro. 4
Nos pareció oportuno compartir con todos los docentes betharramitas, una charla que diera el Padre Alejandro Puiggari, en ocasión de reflexionar sobre el Docente frente a este JUBILEO DE LA ENCARNACIÓN.
¨
Parto de una premisa: un encuentro de
educadores católicos no puede quedar reducido a hablar de pedagogía,
lineamientos curriculares o tendencias de gestión educativa..., todo eso es
importante, pero creo que también es necesario que nos reunamos para ahondar en
nuestra identidad, renovar nuestra mística, templar nuestro espíritu...Siempre,
en última instancia, un encuentro de educadores católicos es sintonizar con el
sueño de Dios, para renovar también nuestra capacidad de soñar...Decía un
docente con muchos años de aula que...
“No soñar en educación es atascarnos en rutinas
con poco sentido...Sintonizar con el sueño del Creador, es entrar en sintonía
con las semillas que, en los chicos están pugnando por desarrollarse. No
tenemos que inventar energías nuevas en los alumnos, ellos tienen energías en
potencia. Las posibilidades son asumir juntos el compromiso, el desafío...”
(Eduardo Levy, sj)
¨
Sí, a mí me gusta mucho pensarme
como Socio de Dios, instrumentos del Señor... Como educadores nos
“asociamos con Dios en esta gran empresa de crear humanidad, desde nuestras
propias y cansadas rutinas que ahora no pretendemos cambiar sino vivificar. No
dejar de hacer lo que hacemos, sino hacerlo con más sentido y más en
comunidad...”
¨
Somos socios de Dios... somos entonces
como educadores también portadores de una Buena Noticia, tenemos un Evangelio
que anunciar.
I- LA
BUENA NOTICIA Y EL ARTE DE EDUCAR
Evangelio
significa Buena Noticia...
Sentido
de la palabra Evangelio
-
Evangelio no es un término que
reconozca su origen en la Biblia. En el uso profano...
en griego
significaba “buena nueva”, particularmente anuncio de victoria. La paz
romana, los principales acontecimientos de la vida del emperador, se celebraban
como otros tantos “evangelios”. Sin embargo, la palabra “evangelio”, fue
tomada sin duda por el lenguaje bíblico eon el sentido particular que ya
entonces poseía: anunciar la salvación. (X.León Dufour)
-
Esta palabra adquiere sentido
propiamente religioso en Is 40,66. El mensajero de buena nueva” anuncia
entonces, con el fin del exilio, la venid del Reino de Dios...”
-
“Buena Noticia” (“euangélion”
en griego) siempre dice relación a alguien que anuncia.
“Dar la
buena noticia... en el texto del cap. 52 se dice de varias formas paralelas:
“anunciar la paz”, “traer buena noticia”, “anunciar salvación”,
“decir a Sión: Ya reina tu Dios”, cuatro formas de decir lo mismo.
-
La “Buena Noticia” está
identificada con ese grito de alegría de un pueblo que está oprimido,
triste,
aplastado por el pecado y por todas sus consecuencias, y que, de pronto, ve que
todo eso cambia porque Dios viene a liberarlo y a perdonarlo”.
·
No codifiquemos: el evangelio es
siempre una Buena Noticia...
· Como también el educar es una buena Noticia. Y el educador debe tener siempre la cualidad de la alegría.
La alegría, como punto de partida para educar
San
Agustín en la obra quizás más brillante de la historia sobre catequesis, que
tiene una
Gran
actualidad, también para la educación, le da una gran importancia a la alegría
del educador o catequista, “porque la
tristeza –con palabras del mismo San Agustín- seca
el ánimo y quita al discurso su frescura... Cualquiera, pues que sea la causa
que perturbe la serenidad de nuestra alma, hay que buscar en Dios remedios para
aligerar esta opresión, y para volver a recobrar tranquilidad y alegría en tan
buena obra, porque Dios ama a los que dan de buena gana”.
(Catechizandibus Rudibus, 15)
Alegría
por la vocación, por haber sido llamados a esa tarea de educar... a la que el
Señor nos ha llamado, para la cual nos ha elegido.
Alegría por
la misión... tenemos a sus predilectos entre sus manos, nos pide que seamos sus
brazos...
La convicción
como fuerza en el educar
Hablar de
Buena Noticia es hablar de esperanza. El educar es un acto de Esperanza...
Y hoy hay que insistir mucho en la esperanza... Vivimos en un mundo que fácilmente
nos lleva a la desesperanza. El agobio de tantas situaciones angustiantes, de
las cuales lógicamente nuestras escuelas son cajas de resonancia, pueden
hacernos perder la frescura de la esperanza, corriendo el peligro de
transformarnos en expertos escépticos del “no va a andar” ,amargados
profetas de desgracias o nostalgiosos de tiempos pasados que fueron mejores...
Estemos atentos.. y, si algo de eso nos empieza a pasar, pidamos al Señor
que nos renueve el corazón, o vayamos presurosos al ANSES, antes que el colegio
haga una novena por nuestra jubilación.
Por eso, educar es apostar por el futuro, pero recuperando siempre la
memoria, que nos permite vivir con intensidad un presente que se nos revela como
don y tarea.
Nada más falso es la supuesta esperanza transformada en optimismo
simplista de quien niega la realidad o la mira con vicios de superficialidad. La
Esperanza no es una cuestión de estados de ánimo, o de encuestas de opinión...
La esperanza se funda en una certeza, que da origen a una convicción...Creemos
en un Dios vivo, Señor de la Historia, que nos llama a colaborar en su obra.
Es interesante ver cómo en la Biblia, cada vez que el Señor da una misión,
Él mismo se pone como garantía...al anciano Abraham, cuando le ordena dejar
todo para ir a tierras lejanas, sólo le ofrece la garantía de una
presencia...A Moisés, cuando le pide volver a Egipto..En la misma vocación de
los profetas, ante la misión que es, por sí misma, riesgosa y difícil, no
acepta excusas de debilidad, torpeza o juventud...porque Él es el garante.
También hoy como ayer, el Señor nos dice: “vayan por todo el mundo,
hagan mis discípulos enseñándoles todo lo que les he enseñado, que yo estaré
siempre con ustedes”. Y esa es nuestra certeza: Dios está en medio de
nosotros, esa es la razón del Jubileo, 2000 años del Emanuel, de un Dios que
ayer, hoy y siempre se hace hermano nuestro para llevarnos a los brazos del
Padre.
Certeza de la fe que nos permite educar con convicciones...
¨
Afirmamos que TODO hombre es “imagen
y semejanza de Dios” y esa es la fuente primera de todo fin y toda regla
educativa.
¨
No negamos la gran influencia de los
cambios socio-culturales, hoy vertiginosos y globales, pero reconocemos una
naturaleza humana que, en Cristo, es elevada por la gracia.
¨
Con humildad y lejos de cualquier
triunfalismo nos sentimos hijos de una Iglesia, cuyo caminar dos veces
milenario, le permite presentarse ante el mundo como “experta en humanidad”,
educadora del hombre y transformadora de la historia.
La coherencia como condición para poder educar
Pero
la esperanza y la fe no son entes abstractos, sino realidades encarnadas en
personas que creen y tienen confianza...El creyente, es por esencia, testigo de
lo que cree; ya que sólo se puede ser discípulo si la luz recibida como don no
se esconde debajo de la mesa.
Por eso, la Madre de todos los creyentes prolonga el SÍ de la Anunciación
en el testimonio de la Visitación, donde la fe se hace canto de alabanza,
servicio y gozo.
Por eso, Juan Pablo II, llamado en la Providencia a confirmar en la fe a
la Iglesia del Tercer Milenio, se hace peregrino incansable, testigo de la
Esperanza.
También nosotros, estamos llamados a ser testigos...
Testigos con palabras, pero sobre todo testigos de la vida...
Cómo sigue teniendo actualidad, lo que afirmaba Pablo VI , en 1975:
“El
hombre contemporáneo escucha más a gusto a los que dan testimonio que a los
que enseñan, o si escucha a los que enseñan es porque dan testimonio”. (EN
41)
Por
eso el docente, el educador catòlico puede apropiarse de eso tan lindo que dice
Esquerda Bifet de todo cristiano:
“El cristiano es el hombre que
ha experimentado a Cristo de una manera más profunda, y a veces, menos
sensible. Por eso su apostolado no es fanatismo...
Es
simplemente “testigo de un encuentro”, que además se repite todos
los días. En su vida cotidiana se refleja el amor a Cristo, normalmente sin
otro heroísmo que una vida normal en el que aparece siempre un interrogante
para los demás. El cristiano con su sólo vivir repite aquel: Ven y lo verás.
Y lo dice con convicción y naturalidad”.
En esta cultura emergente, del zapping y lo descartable, debemos mostrar
con nuestras vidas que hay valores absolutos, que se pueden vivir para siempre y
que todo es consecuencia de un encuentro, de una gracia, de un permanecer en Aquél
que es “el camino, la verdad y la vida”.
La vida así vivida, exigirá coherencia, nombre propio de la segunda
conversión...
En esta mañana
nos viene bien recordar algo que compartía el Padre Kentenich a unos docentes:
“Quizás recuerdan las palabras que en su momento
dirigiese un hombre del pueblo a San Francisco de Asís: Francisco, tú sabes cuántos
son los que te aman y siguen. Procura no desilusionar a ninguno de ellos.
Al percibir el amor que me tiene mis chicos, u otras personas
subordinadas a mí, que resuene en mis oídos la siguiente advertencia: ¡Procura
que más tarde ellos no se desilusionen de ti!” (Educar: Pensamientos sobre el
educador y la educación; Padre José Kentenich)
II- EL
DOCENTE COMO PROLONGACIÓN DE LA ENCARNACIÓN
Este segundo punto, requiere previamente una aclaración...Hoy se habla
mucho de una vuelta a lo religioso. Podemos decir, siguiendo una terminología
escolástica, “concedo pero distingo”.
Es indudable
que el hombre está sediento de lo trascendente y busca de mil maneras el
encuentro con la divinidad.
Pero tampoco podemos canonizar tan fácilmente toda expresión de lo
religioso. Estamos ante una reedición posmoderna de la antigua tentación gnóstica
para la cual lo divino es una
abstracción,
la divinidad, pura energía.
Por ejemplo , no podemos decir que todo lo que hay es auténticamente
cristiano en ese movimiento de vuelta a los ángeles...Cuando escucho por radio,
que llamando al 0800-2432 me conecto con Angelphone, la línea amiga que te
acerca tu ángel preferido, ¿es eso cristiano?
Ya en 1997, nos advertía Mons. Bergoglio a los catequistas de Buenos
Aires sobre esta nueva versión light del cristianismo burgués, en que Cristo
es suplantado por una divinidad tipo spray, inasible, despersonalizada; en la
que la experiencia religiosa es buscada por el camino de los métodos y no por
el camino del encuentro con una Persona.Lo gnóstico y todo tipo de deísmo son
reediciones de aquellos que niegan el acontecimiento salvífico del Verbo de
Dios hecho carne.
Esta fue la
primera herejía de la historia, y fue condenada enérgicamente por el apóstol
Juan en su segunda carta. (II Jn, 7-11).
Hoy, también Juan Pablo II nos advierte el peligro de una religión que
se olvide de su centro: Jesucristo y nos invita a celebrar jubilosamente los dos
mil años de su presencia en medio de nosotros.
Misterio de la Encarnación, que
debe también llevarnos a la preocupación de no olvidarnos que, en el centro
del acto educativo, también hay un encuentro de personas...
Y
que nada, ni siquiera los grandes avances informáticos, podrán suplir el sueño
artesanal de un docente, que en la ternura de un gesto pequeño, comunica al
educando la alegre noticia capaz de transformarlo todo: “Tú eres importante
para mí, yo he puesto en vos mi confianza”.
Encarnación, Sacramentalidad y estilo del docente
De esta mediación del docente, se entreteje toda una cultura de
encuentro, de la que él mismo es llamado a ser alma y gestor...constituyéndose
para el otro en un verdadero sacramento, a través del cual su socio, el mismo
Dios, termina de modelar la obra de sus manos.
Pero insisto: para eso, Dios necesita no del mundo docente en abstracto,
sino de hombres de carne y hueso, con sus límites y pecados, que reediten el diálogo
del Resucitado con Pedro junto al Mar de Galilea...”Señor, tú lo sabes
todo...sabes de mis caídas, de mis yerros...pero también sabes que te amo”.
Y por ese amor, somos elegidos para apacentar, educar, acompañar a su rebaño.
Encarnación, comunidad y la misión del docente
Misión demasiado grande para que Dios la confíe a francotiradores, a
autistas o solitarios.Y de la misma manera que congregó a los doce, también
nos congrega e instituciones y comunidades educativas, para que siendo la imagen
de un Dios Trino, también nosotros eduquemos desde la alteridad, relacionados
por el amor, con un estilo familiar que permita a nuestras escuelas la utopía
del hogar.
Misión de educar que implica siempre un “desde adentro”.Y no sólo
en el mismo acto de educar, sino en la misma condición del educador. Al
respecto dice Edith Stein:”En la educación, en la formación del alma y del
hombre entero obra todo aquello que ha sido asumido en el interior del
alma”.De ahí, que si queremos un docente líder transformador, es necesario
que él mismo sea también lider de la interioridad, ya que sólo los valores
encarnados son capaces de arrastrar conductas y producir transformaciones.(continuará...)