"BETHARRAMITAS:
HIJOS DEL CORAZÓN DE JESÚS,
UNA FAMILIA DE DISCÍPULOS MISIONEROS, EN NUEVOS CAMINOS DE COMUNIÓN"

 

BETHARRAMITAS:

Casi como el anuncio de un Heraldo, este lema 2009, está dirigido a quien esté dispuesto a escucharlo.

En lo que a lemas se refiere, a menudo empezamos por: “Betharram”. La institución… La Historia... Un pasado que llega hasta el presente. Pero para muchos, “Betharram”, podría revestir una significación cada vez más  diversa, y hasta equívoca.

Por ejemplo: para la gente de Adrogué, “Betharram” es un predio de 17 ha , con una capilla,  y que representa un vértice entre la gente de Malvinas y la de Adrogué City. Un punto de encuentro y de solidaridad.

En Martín Coronado, “Betharram”, será sobre todo la Parroquia , un pedio que ha cambiado de perfil muchas veces…, pero que sigue estando enclavado en el medio del pueblo de Coronado.

En Francia, “Betharram”, es sobre todo la Casa Madre , con su santuario y el Calvario; pero también un colegio de renombre en la región, que fundó San Miguel …. Etc, etc, etc.

Cuan diverso es el panorama. Que difícil unificar emociones, sentimientos tan favorables como adversos.

Pero, que pasa  si en cambio decimos: “Betharramitas”. De la institución a las personas…

Veamos los tres sentidos siguientes:

Lo primero es que este nombre pone de relieve ante todo a las personas concretas: los betharramitas. Que hoy ya no son sólo religiosos, sino también laicos, ya que también ellos, por gracia del Espíritu Santo, se han sentido llamados personalmente a beber de un mismo carisma en las fuentes que San Miguel nos dejó como herencia. Los betharramitas son personas concretas y no paredes de concreto. ¡Cuánto daño nos hicimos/hacemos mutuamente cuando dejamos que esta dicotomía nos divida!. Desde hace dos años los religiosos betharramitas de Argentina y Uruguay han optado por abrazar decididamente su vocación consagrada. Perder de vista el ser guardianes de museos, para pasar a ser lo que el grito unánime de los últimos años venía pidiendo: “queremos ser religiosos” (Capítulo General 93), “compartamos la misión con los laicos” , “formación, formación, formación” (capítulo General 99)...

Opción por ser BETHARRAMITAS hoy. Para los hombres y mujeres de hoy. En diálogo y apertura a un mundo que cambia.

Alguno podrá decir, pero Betharram existe también como institución. Si, existe y existirá siempre, en la medida en que no confundamos “la idea” que de ella tenemos, con “la real Betharram”.

El intento de personalizar la institución, no es de ahora,  tiene ya algunos años…

Una anécdota ilustrativa: El Padre Ierullo nos decía en los 90: - Betharram es una “madre anciana” a la que debemos servir; P. Gaspar nos decía, en el cambio de siglo: - Betharram es “un niño pequeño, frágil”, una esperanza… . Últimamente el P. Enrique nos recuerda: Betharram es “una Familia”, que quiere trabajar en comunión. 

 

Propongo por eso para este año 2009: “BETHARRAMITAS”. Ya sea “madre anciana”, “niño frágil” y/o  “familia”, son tres rostros de una misma realidad congregacional animada por personas (religiosos y laicos) que quieren, como diría San Miguel,  “Vivir y morir en ella”: Esos son “los betharramitas”.

 

HIJOS DEL CORAZÓN DE JESÚS: La expresión parece conocida, pero quisiera compartirles el encuentro profundo y gratuito que me ha inspirado. Hace poco tiempo, lejos de aquí, contemplando un célebre cuadro de un Jesús con su Sagrado Corazón en la mano, sentí interiormente algo que pronto se  volvió convicción en mí. Si bien las experiencias espirituales son en cierto modo incomunicables, podría en este caso  resumirlo así: 

Estando allí en silencio sentí que Jesús me decía:

“Este es mi Corazón puro. No rechaces los sufrimientos del Corazón y llegarás a se un hijo como yo”. 

La verdad es que me quedé muy sorprendido con esta moción interior. Les digo que no me dejo más que paz y consolación este pensamiento, y lo llevo conmigo desde entonces.

El Corazón de Jesús vuelve a subrayar una expresión conocida por todos nosotros, que nos recuerda que  somos hijos del Corazón de Jesús. El mismo San Miguel así lo decía: “Él nos ha engendrado, a Él se lo debemos todo” (SMG).

Tanto ayer como hoy, los betharramitas viven de ese “secreto resorte” que es el Amor del Sagrado Corazón. Y lo viven como un impulso generoso, nunca comparable a un dolorismo piadoso. El Corazón de Jesús es valiente,  “Sale como el Esposo de su alcoba, contento como un héroe a recorrer su camino” (Smo 118). Camino no exento de cruces, tan arduas de llevar como victoriosas.

Este año les pido que abracemos este llamado a ser: HIJOS DEL CORAZÓN DE JESÚS. Con una dinámica pascual que implica entrega: sacrificar para crecer, desarraigarse para heredar la tierra nueva, crecer en disponibilidad a la Voluntad de Dios que nos marca un rumbo. Nunca caprichoso, sino eclesial, es decir discernido y sostenido por la acción del Espíritu Santo en la Iglesia.  

 

UNA FAMILIA DE DISCÍPULOS MISIONEROS:

En este tiempo nos solemos preguntar: ¿dónde está La familia?. El cambio de época nos toma frente a nuevos modelos de convivencia que solemos llamar ”familia” ; pero cuando tratamos de describir cómo es su estilo de vida en realidad… nos quedan más dudas que certezas.

Ahora bien, los Betharramitas, constituimos verdaderamente una familia. Algo que va mucho más allá de una relación laboral, en los diferentes ámbitos de la pastoral: educativa, parroquial, juvenil, misionera, etc…

El P. Mirande  scj (Sup. General en los 60) decía inspiradamente algo sobre el “auténtico betharramita”, que nos puede iluminar:

 

“El auténtico Betharramita, quiere a Betharram. Se siente ligado a él con todas las fibras de su ser. Ha hecho suyos los intereses de la Congregación : alegrías, penas, esperanzas de su vida. Hasta tal punto que no puede pensar lo que sería su vida fuera de Betharram.

  Dios lo había hecho para Betharram y había hecho Betharram para él. Su puesto aquí estaba reservado desde siempre; y ahora lo ocupa. Más o menos rápido, pero con seguridad, toda su persona se ha ido realizando aquí. Se siente a gusto… como en su casa.

  El autentico betharramita quiere a Betharram y por tanto también su ideal y lo va realizando cada día.

  El auténtico betharramita quiere al Betharram real, es decir a todos los betharramitas, incluso a tal y tal…

  Que poco betharramitas seríamos si nuestro amor por la congregación no consiguiese hacernos superar esos rechazos, eso motivos (aunque sean justos) de resentimientos. Es de los nuestros. Eso basta”.

 

 Miren si este texto no expresa lo que entendemos por espíritu de Familia. Pero de familia que se acepta tal cual es. Sin idealizaciones, ni reproches. Sin utilitarismos de ocasión. Sin discriminación ascendente o descendente. Porque eso nada tiene que ver con el Amor que une a un betharramita con otro. Este sentimiento profundo hace que juntos creamos en que Betharram (los betharramitas, las personas) tenemos futuro. Una familia que mira hacia el futuro: rezaba un lema de hace algunos años.

Cuando hablamos de familia también queremos decir diálogo, corresponsabilidad, deseo de retroalimentar nuestra espiritualidad para vivir según nuestra vocación bautismal, según el evangelio.

Sin duda siempre estamos aprendiendo. Por eso somos DISCÍPULOS-MISIONEROS.

Esta conocida expresión del documento de Aparecida (2008) le da un tono eclesial fuerte a nuestro lema. Un compromiso que se extiende más allá de las propias fronteras: institucionales, nacionales, etc.  Para poder anunciar a Jesús con nuestra vida y labor misionera, cualquiera sea nuestra posición al servicio de la Iglesia Latinoamericana. Tenemos que hacer nuestro el mensaje que nos traen nuestros pastores que anhelan una Iglesia en estado de Misión.

En el núcleo de nuestro carisma está este texto que muestra la doble dimensión del llamado y la respuesta de todo buen betharramita discípulo-misionero:

 

“Por eso Cristo al entrar en el mundo dijo a Dios: “No quisiste sacrificios ni ofrendas por el pecado, pero me diste un cuerpo (en hebreo: “me abriste el oído”). No te agradaron los holocaustos ni las ofrendas por el pecado. Entonces dije –como está escrito de mí en el libro de la Ley- “Aquí estoy –vengo para hacer, Oh Dios, tu voluntad” (Heb 10,5-7)

Que importante es saber ponerlos a la escucha de los signos de Dios en los tiempos que corren. Como cita el texto hebreo “abrir el oído”(cf. Smo 40, 6 b). No aferrarnos al pasado, sino lanzarnos decididamente hacia adelante, concientes de nuestra condición de Hijos dispuestos a “entregar la vida con inmenso Amor, dentro de los límites de nuestros oficios, de nuestra posición” (SMG).

A eso podríamos llamar ‘el comienzo de un renovado discipulado’. El mismo Señor que “no duerme ni descansa” “que trabaja siempre”, se hará presente en medio de nosotros para sostener nuestro trabajo. Impulsará iniciativas que enriquezcan a todos, “obreros de la primera o de la última hora” . Nos enseñará a abrir espacios nuevos, para que su Palabra se encarne y viva en todos los ambientes. El discípulo se vuelve misionero, porque la experiencia de Dios le quema dentro. Le arde el corazón con el fuego de un Cristo que lo ama, arrancándolo de su rutina, su sensación de fracaso, su sinsentido.

Así descubrimos que no hay que ir muy lejos para MISIONAR. La misión está ahí frente a nuestros ojos. 

Detengámonos un momento a mirar, a oír, a dialogar: Dice el evangelio que Jesús pasaba y se detuvo, mandó que lo trajeran cerca y al verlo le dijo (al ciego): “¿qué quieres que haga por ti?” (cf. Lc 18,41).

 

EN NUEVOS CAMINOS DE COMUNIÓN:

También podríamos proponer otra redacción: “aceptando caminar en comunión”. Porque hoy vivimos aceptando y rechazando llamados telefónicos al celular; propuestas, ofertas de todo tipo, ventanas que se abren ante nosotros, sin siquiera haberlo solicitado… Vivimos aceptando y rechazando….

Corremos el riesgo de hacer lo mismo con Cristo. El dulcemente nos dice: “Vengan a mí los que estén afligidos y agobiados y yo los aliviaré” “carguen con mi yugo y aprendan de mí que soy manso y humilde de corazón” Y así encontrarán alivio; porque mi yugo es suave y mi carga liviana” (cf. Jn 11,25-ss).

¿Quién podrá sentirse indiferente ante tal propuesta…? ¿Quién podrá rechazarla…?

Con todo, el Señor nunca impone. Siempre propone. El dice: ”El que quiera seguirme, que me siga…”

Aceptar de corazón a Cristo es, entonces,  el principio de una auténtica Comunión.

Es tiempo de recordar este estilo evangelizador: no sirve crear vínculos “virtuales” entre nosotros; por más eficaces que sean los medios con que hoy contamos. La caridad verdadera exige vínculos reales. Tiempos compartidos. Un sentirnos ‘lanzados con ímpetu y fascinación’ tras las huellas del único Maestro.

Sin ese fervor no hay comunión verdadera. La “experiencia de Dios” es lo que nos amalgama. Nos fragua. Nos templa.

En una sociedad con vínculos débiles, efímeros, casi descartables, asumamos el desafío de transitar NUEVOS CAMINOS DE COMUNIÓN en Cristo que, ciertamente, nos conducirán al Padre. Esto significa hacia la felicidad-santidad , irrenunciable aspiración para cada hombre o mujer que haya sido alcanzado por el Amor de Cristo.

Entre nosotros, la Regionalización ,  no es otra cosa sino la consecuencia de habernos sentido interpelados por una misma experiencia del Carisma que San Miguel Garicoïts dejó como herencia. Sobre todo en el “Ut unum sint”(para que sean uno).

¿Seremos capaces de expresar, con fidelidad creativa, nuestra adhesión íntima a Cristo y a la Iglesia Latinoamericana a la que estamos llamados a servir?.

 

Como podemos concluir, esto es sólo el comienzo de un camino, que nos conduce hacia “el Camino”.

“Yo soy el Camino. Nadie va al Padre sino por mí”.

 

Que este 2009 todos podamos compartir este punto de llegada. Que sea nuestro faro en la playa. Donde atraque el Nuevo Etincelle, la chispa que encienda el fuego, el acróbata que con renovadas piruetas  alcance el objetivo señalado para nuestro escuadrón volante.

 

La Región Augusto Etchecopar comprende los Vicariatos de Argentina y Uruguay; Brasil; Paraguay.

 

Su patrono es el M.R.P. Augusto Etchecopar, Siervo de Dios.

 

Que Jesús, Verbo Encarnado, María de Betharram, su madre y su querido discípulo misionero San Miguel Garicoïts nos conduzcan siempre al Buen Puerto de la Gracia.

 

 

Gustavo Agín scj 1