SAN MIGUEL GARICOITS

15 de Abril de 1797 - 14 de mayo de 1863

EL HOMBRE

Miguel nació el 15 de Abril de 1797 en la aldea de Ibarre, diócesis de Bayona (Francia), de padres campesinos, humildes pero de gran fe y cristiana piedad.
Desde niño sintió el llamado al sacerdocio, pero como su familia careciera de recursos para costearles los estudios, debió trabajar como criado hasta los 15 años. Entretanto obtuvo el ansiado favor de hacer su primera comunión.
Evidenciaba ya tanta cordura y sensatez que sus amos lo llamaron "el doctorcito". Paso luego a la casa parroquial de Saint Palais y de allí al palacio episcopal de Bayona en calidad de alumno y mucamo a la vez, lo que no le impidió colocarse a la cabeza de su clase.

 

SU VOCACION

Terminados sus estudios secundarios, entró en el seminario de Dax donde sobresalió en ciencia y piedad al extremo de ser llamado "otro San Luis Gonzaga" por sus maestros y discípulos.
El 20 de Diciembre de 1823, Miguel Garicoits fue ordenado sacerdote y enviado al pueblo de Cambó como auxiliar del párroco muy enfermo y mayor de edad. Con su celo apostólico renovó admirablemente la vida espiritual de la feligresía y promovió la comunión frecuente y el culto al Sagrado Corazón.
Tres años después, el Obispo de Bayona lo nombró profesor de filosofía y administrador del Seminario Mayor de la diócesis, establecido en Betharram, junto a un renombrado santuario de la Virgen y al pie de una colina que ostenta un monumental calvario.
Miguel desempeñó sus funciones con tanto acierto que fue nombrado Director en 1813.

 

FUNDADOR DE LA CONGREGACION

Al trasladarse a Bayona el Seminario de Betharram el P. Garicoits permaneció como capellán del santuario lugar de peregrinación muy concurrido. Fue entonces cundo la Virgen le inspiró la fundación de un Instituto religioso de Sacerdotes, basados en la modestia, el desprendimiento y la obediencia para dedicarse a las misiones y a la enseñanza.
Fue aprobado y confirmado en sus proyectos por el Obispo de Bayona y en Octubre de 1835 echó las bases de su obra con otros cinco sacerdotes que lo eligieron como superior.
En 1841, la obra recibió su nombre definitivo "Instituto de los Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús de Betharram" cuyos primeros misioneros recorrieron con santo celo las poblaciones de Gascoña, Vasconia y el Bearn.
El P. Garicoits, contando ya con un personal selecto, abrió en Betharram, Mauleón, Ortez y Oloron varios colegios de enseñanza primaria y luego secundario que figuraron entre los mejores de la región. Consolidada por el fervor y la abnegación de sus primeros miembros, la congregación pudo extenderse fuera de su diócesis de origen, Bayona, (de donde proviene el nombre de Bayoneses).

 

LA OBRA EN AMERICA

A mediados del siglo pasado fue ampliamente propiciada la inmigración europea a las márgenes del Plata. Allí se dirigieron millares de vascos y bearneses que tomaron su parte en el desarrollo y el progreso del país. Pero esa corriente migratoria amenazaba detenerse si no se atendía a las necesidades religiosas de la misma con misioneros de su raza, lengua y nación.
Por tal razón y merced al entendimiento entre el gobierno de la ciudad de Buenos Aires y Monseñor Escalada Obispo de Bayona, el P. Garicoits recibió la propuesta de enviar a la Argentina un núcleo de sus religiosos. Aceptó en el acto y estuvo a punto de embarcarse el mismo, pero el Obispo se opuso y el P. Diego Barbé fue designado superior de la modesta misión Betharramita que, embarcada en Bayona el 30 de Agosto, día de Santa Rosa, llegó a Buenos Aires el 4 de Noviembre de 1856.
Entre sus miembros figuraba el ya mencionado P. barbé, fundador del colegio San José de Buenos Aires, el P. Juan B. Harbustán fundador de la casa de Montevideo (1861), el P. Pedro Sardoy, superior de la Iglesia de San Juan (Alsina y Piedras), otros dos Padres, dos coadjutores y el estudiante Juan Magendie (1835-1925) destinado a dirigir durante unos 40 años la obra betharramita en América y abrir las casas de Rosario (1899), La Plata (1902) Asunción (Paraguay)(1904).

Falleció el 14 de Mayo de 1863, a las tres de la mañana hora en la que iniciaba sus actividades con la oración.
Era el día de la ascensión.
Muchas personas lo han visto elevado a dos palmos del suelo durante la misa y circundado de resplandor celestial. Leía en el secreto de los corazones y en los arcanos del porvenir.
Esas instituciones sobrenaturales hicieron que se le llamase comúnmente "EL HOMBRE DE DIOS", "EL SANTO DE BETHARRAM".
Para la canonización se requieren dos nuevos milagros posteriores a la beatificación. Esa santa exigencia ha dado ocasión a San Miguel para poner en evidencia su predilección por América, y en especial por los argentinos : los dos prodigios requeridos para su canonización son dos milagros argentinos, ocurridos en La Plata, y a la luz del cielo establecen un vínculo eterno entre Argentina y Betharram.

 

SU CANONIZACION
DOS MILAGROS ARGENTINOS

Angela Zanini, religiosa de la Sociedad de María consagrada a la educación de niñas sordomudas padecía desde hacía dos años de un fibroma con dolores viscerales que la tenía postrada en cama, aumentando día a día la gravedad de su estado.
Con la esperanza de salvarla las religiosas y las niñas de la casa imploraban al P. Garicoits uniéndose a ellas Sor Angela con fervor. En la noche 9 a 10 de Julio de 1936, no pudiendo conciliar el sueño a causa del dolor, invocó al Santo con mayor confianza. De repente se le apareció en medio de una suave luz : "Hace tanto que me suplicas, dijo ¿qué sea de mi ? Oh Padre ! La salud, si ha de ser para mayor gloria de Dios."
Pues bien, ya estás sana". Sonrió, la bendijo y lentamente desapareció.
Angela curada enel acto, recuperó todas sus fuerzas, reanudó sus clases y llegó a tomar parte de los festejos de la canonización.
Loado sea Dios que glorifica así a sus santos!

Blanca Simioni, niña de 10 años contrajo una gravísima infección de tifus, complicado con miocarditis y enterorragia, tóxica y orgánica.
Sin esperanzas de curación posible, sus padres aconsejados por el médico, comenzaron una novena al P. Garicoits, aplicándole una reliquia a la enferma. El 17 de Mayo de 1935 la vida de la niña tocaba a su fin cuando reaccionó de pronto quedando instantánea y perfectamente curada ante el asombro de médicos y de las personas que la rodeaban.

Su santa vida alcanzará la gracia máxima el 6 de Julio de 1947, en la basílica de San Pedro, bajo el pontificado de su santidad PIO XII.



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