Proyecto de Pastoral Juvenil
Nuestro
Servicio en la Educación de los Jóvenes
Por qué razón hacemos Pastoral Juvenil
Estamos convencidos de que Cristo está con nuestros jóvenes aun antes que los
encontremos, y que su vida es una historia sagrada, en la que está trabajando
el Espíritu. Ahora mismo ellos son Iglesia.
Amamos a los jóvenes y queremos "proporcionarles la misma felicidad"
que nos hace vivir.
Como nuestra Congregación estuvo siempre comprometida con los jóvenes, es una
cuestión de fidelidad al carisma y a la historia de Betharram. De hecho, los jóvenes
están siempre presentes en los lugares donde trabajamos, nos hacen descubrir
nuestro modos particular de servir al hombre y a la Iglesia.
Queremos ayudarles a releer sus vidas, a elegir, a discernir en todo la
presencia de Cristo. Queremos ir hacia ellos sin aguardar a que vengan a
nosotros.
Un método de trabajo
Para una aproximación crítica de la realidad, partimos de la convicción de
que Dios nos ama a todos. Estamos convencidos también de que la realidad
interroga al Evangelio, y que el Evangelio interroga a la realidad. Por eso
debemos ser conscientes del lazo permanente que existe entre fe y vida.
La transformación de la realidad nunca puede darse por adquirida: la mirada
sobre la vida (perspectiva crítica) iluminada por los ideales (perspectiva
normativa) nos ayuda a transformarla (perspectiva de proyecto); pero esa nueva
realidad, a su vez, tendrá que ser reevaluada. Nosotros no somos los jueces de
la realidad, pero buscamos comprenderla mejor.
En este sentido, es importante dejar que los jóvenes hablen, y escucharlos con
atención y afecto. Al mismo tiempo debemos permanecer abiertos a todos aquellos
( personas, instituciones,...) que comparten con nosotros el cuidado de la
educación de los jóvenes.
Criterios para trabajar en conjunto
El pluralismo es un hecho ( diferencia de situaciones sociales, de culturas, de
creencias) : lo que constituye nuestra unidad es el deseo de colaborar y de
compartir para conocer a los jóvenes como son y ayudarlos a que se realicen. Un
proyecto ( local, provincial, de Congregación) es la mejor garantía de
continuidad en el trabajo en los casos de cambio de personas.
El criterio principal es la Encarnación
* Porque Dios se hizo hombre, todo hombre es una historia sagrada.
* En Jesús, el misterio de Dios entra en la historia: nuestra tarea será
revelar ese misterio.
* Contemplando "el impulso del Verbo Encarnado", San Miguel hizo la
experiencia del Dios-Amor. Nos invita a que entremos en la misma dinámica.
Consecuencias
* Para revelar ese misterio es preciso que hayamos recibido, integrado a
Jesucristo como Alguien vivo, como alguien que camina a nuestro lado y nos ayuda
a marchar "con la cabeza en alto".
* Nos es preciso, también, ser capaces de escuchar a los jóvenes en todo lo
que ellos viven, apreciar lo positivo y continuar creyendo en ellos, aun cuando
parezca que predomina lo negativo
* Ser capaces de escuchar quiere decir también ir hacia ellos, no esperarlos:
es tomarse el tiempo y crear las condiciones favorables para que puedan hablar
de su vida liberando su palabra, ellos se abren a sí mismos, a los otros y a
Dios.
Condiciones concretas
Es preciso que seamos:
* Auténticos: ser nosotros mismos, ser sinceros, no tener miedo de parecer
limitados a sus ojos.
* Exigentes: atreverse a interpelar a los jóvenes, ayudarlos a que acepten sus
límites y a avanzar en sus vidas.
* Formados: adquirir competencia educativa con la preocupación de la formación
permanente.
* Creativos: preocuparse constantemente de estar disponibles para crear con los
jóvenes lugares de libre expresión sobre sus vidas, que cambian rápidamente.
Fundamentalmente, creemos en los jóvenes, los creemos capaces de ser
responsables en la realización de su vocación de hombres y de cristianos.
El Carisma de Betharram
El Sueño de San Miguel
"Quiso
Dios hacerse amar..."
San Miguel nos enseña a contemplar a Dios como amor, relación, plenitud del
don y de la acogida, y a creer que el hombre está llamado a la felicidad en la
comunión con El.
Pero el pecado nos vuelve incapaces de tal intimidad. Entonces Dios elige al
riesgo de venir a nuestro encuentro: " cuando éramos sus enemigos, El nos
amó tanto que nos envió a su Hijo Único".
"Aquí
estoy para hacer tu Voluntad"
Es en el dinamismo de la respuesta del Verbo Encarnado: "Aquí estoy
", que se abre para nosotros un camino de felicidad. A través de la
certeza de ser amados; la comunión con su Voluntad; la alegría del servicio
hasta el fin; Cristo hace de nosotros hombres nuevos. En adelante, nada, ni el
fracaso ni la muerte, podrán separarnos de El.
"Procurar
a los demás la misma felicidad"
Tamaño don no podemos guardarlo para nosotros mismos. En cuanto Comunidad,
nuestra razón de ser es dar testimonio de él y permitir a otros que hagan la
misma experiencia. Así ellos mismos encontrarán la verdadera felicidad.
La Respuesta de la Comunidad Betharramita
El carisma genera en nosotros, en nuestra vida personal y comunitaria, tres
actitudes de fondo: el amor; la disponibilidad; la humildad.
* Amor:
" Ante este prodigioso espectáculo" , y en pos de San Miguel,
queremos aportar nuestra respuesta personal, libre y responsable al proyecto del
Amor Encarnado. Todo lo que constituye nuestra vida es acogido en la lógica de
un Dios que ama la vida. Y es siempre su amor que nos anima desde el interior el
que fundamenta nuestra felicidad y nuestro envío al mundo.
* Disponibilidad:
Es el otro nombre de la obediencia a Dios, a la vida y a la Iglesia, en la
fidelidad al hombre de hoy. Esta pasa por una concreta atención a personas y
situaciones. Exige un discernimiento de la voluntad de Dios a partir de la
escucha de la realidad. En un proyecto que evita el individualismo, nos
disponemos a obrar teniendo en vista el bien de todos.
Para ser el " campo volante" con el que soñaba San Miguel, nos
ponemos al servicio de la Iglesia, local y universal, en una actitud misionera.
Quiere decir que permanecemos abiertos a nuevos llamados, y que buscamos estar
presentes en las fronteras de la Nueva Evangelización, "allí a donde los
otros no quieren ir". Tal disponibilidad supone igualmente la adquisición
de competencias específicas.
* Humanidad:
Nosotros tendríamos que distinguirnos por la sencillez en nuestras relaciones y
en nuestras maneras de ser, sin caer en la tentación de parecer diferentes de
lo que somos.
Buscamos asumir nuestros límites, con una autenticidad gozosa, viviendo ya la
reconciliación en el interior de nuestras comunidades.
Así seremos capaces de volvernos compañeros de ruta de los jóvenes, y de
caminar a un mismo paso con la convicción de que nunca se acaba el crecer
juntos.
El estilo de Vida Religiosa que proponemos
A través de nuestra vida religiosa expresamos reiteradamente las grandes
intuiciones del carisma, en especial a por medio de los tres votos: ·
Con la castidad, queremos servir a la libertad interior que consiste en
estar disponibles para los demás. ·
Con la pobreza entendemos servir a la sencillez de vida, la gratuidad que
rechaza buscar el éxito por si mismo, los resultados, la eficacia, y que se
expresa en el perdón recibido y otorgado. ·
Con la obediencia, ofrecemos nuestra disponibilidad constante para
discernir la voluntad de Dios en todo acontecimiento, y a testimoniar ante
nuestros hermanos la felicidad de servir.
Los Jóvenes
Debido a la diversidad de la juventud, y a la extensión de nuestro campo de
acción nos es imposible describir de un modo unívoco el mundo de los jóvenes.
Queremos, sin embargo, recalcar aquí algunos elementos de su vida:
Por todas estas razones creemos que es de importancia para los jóvenes:
El Objetivo
Para nosotros, religiosos de betharram, la Pastoral Juvenil es un camino que
debemos hacer junto con ellos, un acompañamiento para vivir su crecimiento como
personas y como cristianos.
Por eso queremos:
Tener en cuenta los valores de los jóvenes
Acoger como una riqueza, valorizar y hacer crecer en ellos la alegría de vivir,
el entusiasmo, la apertura a los demás; la sed de un mundo sin fronteras, en el
que el hombre es respetado en su dignidad; despertar y sostener su deseo de
compromiso con la justicia y la paz, en un espíritu crítico de responsabilidad
y libertad.
Llevar al encuentro con el Señor de la Vida
En la búsqueda de signos muy a menudo subjetiva, ayudar a encontrar el amor
personal e incondicional de Dios -"Quiso Dios hacerse amar"-
amor que, en la persona de Jesús se vuelve "el impulso de amor del
Verbo Encarnado" , salvación, perdón, ofrecimiento de sentido en
medio de los límites y condicionamientos de la vida, decisión de amor hasta el
fin "por amor más que por cualquier otro motivo"
Ser Actores y Profetas en la Iglesia
Acompañando esta experiencia, poner a disposición de ellos una comunidad de fe
acogedora, de la que ellos mismos se conviertan en constructores y actores,
incorporando a cuantos como ellos se orienten hacia una respuesta libre y
profunda al llamado del Señor.
Procurar a los Otros la misma Felicidad
Permitir que en la vida de todo joven el " Aquí Estoy", brote:
* Como un don " sin demora, sin reserva, sin retorno, por amor".
* Como una manera de vivir relaciones auténticas de compartir con otros, de
comprometerse de una forma duradera.
* Como un estilo de vida en la Iglesia y el mundo, según la vocación de cada
uno.
N.B.: A partir de ahí, el trabajo de cada comunidad consiste en traducir el
objetivo en pequeñas etapas educativas. Estas fijarán el ritmo de
los pasos que todo joven habrá de vivir para llegar al objetivo final. Se
trata, pues, de fraccionar el objetivo final en un encadenamiento de objetivos
intermediarios mancomunados: para cada uno de ellos conviene programar
actividades, proveer instrumentos, etc.
Este trabajo, teórico todavía, ha de tener cuenta de los jóvenes que
encontramos. Por esta razón, su puesta en práctica corresponde a cada
Provincia.
Elementos Fundamentales para alcanzar el Objetivo
Formación
¿Qué quiere decir la palabra " formación " cuando se habla de un
joven.?
Una clave de la formación del joven es su aprendizaje del sentido de la
responsabilidad en su medio de vida y de las opciones para vivir en el diálogo
de " las dos libertades " , lo que le permitirá crecer en su
personalidad y de dar cuenta de su esperanza a los hombres y a la comunidad. Así,
trazará un camino de conversión que le hará descubrir que ha sido creado a
imagen de Dios ( Ef. 3,16), para hacer que todo hombre marche "con la
cabeza en alto" ; en la dignidad.
¿Cuál es el problema principal?
* La cuestión de la formación del animador y de la confianza que se ha de
crear, del diálogo necesario en toda relación pastoral - joven.
* Hacer que el joven se sienta comprendido, y hacerse comprender por él.
* El lazo, el punto de equilibrio ( para el animador y para el joven), entre fe
y vida.
* Encontrar adultos capaces y disponibles para acompañar.
¿Cuáles son las experiencias fundamentales?
1.- La de vivir en grupo; equipo; comunidad ( descubrimiento concreto de los
valores: amor, tolerancia, comunicación...)
2.- La de la apertura a más grandes que sí mismo y que el equipo, (
servicio a los demás, peregrinaciones, movimientos...)
3.- Tomar conciencia de la importancia de su cuerpo y de su vida a través de la
experiencia de la fragilidad ( encuentros con discapacitados, con enfermos de
sida, con drogadictos...)
4.- Hacer la experiencia de la interioridad ( en un lugar en contacto con la
naturaleza, en lugares particulares) que se realiza en el encuentro personal con
Cristo vivo ( sin olvidar que toda fe individual se recibe de la fe de la
Iglesia - ya explicitada, enseñada - y que ella puede nutrirse de
nuestro carisma.
¿Qué nuevas propuestas?
- " Casa de jóvenes " para vivir el tiempo libre, a fin de descubrir
el sentido de la comunidad.
- " Escuela de la fe " ( bajo la forma de un tiempo más o menos largo
para compartir la vida, formarse y ejercitarse en el apostolado, el servicio.)
- En nuestra Congregación, proponer experiencias internacionales en torna a
comunidades que viven opciones " prioritarias " (Monteporzio,
Catamarca, Costa de Marfil, África Central o Tailandia), o que se hallan
implantadas en sitios simbólicamente fuertes (como por ejemplo Tierra Santa).
Los educadores y sus cualidades
Estar en equipo
tanto para la formación de los animadores como para la evaluación del trabajo,
para una cooperación apta para trabajar en la diversidad (respeto, atención...)
y sentido de pertenencia a la Iglesia.
Respetar el lugar de los laicos
para asegurar una experiencia variada en la pastoral de los jóvenes, pero también
para ofrecer a los jóvenes el rostro de una Iglesia con vocaciones diversas.
Respetar el lugar de los mismos jóvenes
aquellos que han tenido una experiencia de trabajo con otros jóvenes o bien de
beneficencia o de "cooperación" (humanitaria o misionera).
Los padres, los educadores, los otros adultos.
Hay jóvenes que viven en contacto con diferentes adultos en su lugar de vida o
de esparcimiento. Como nosotros, pero de modo diferente, son testigos de su
alegría de vivir y recibir la confianza de los jóvenes.
Queremos creer que con esos adultos podemos vivir una "educación
difusa", fundada en ciertos rasgos de vida común. Debemos ser creativos y
atentos para entretejer los lazos necesarios y dejarnos provocar.
En ciertas Provincias se vive ya una colaboración con otras Congregaciones
religiosas en la pastoral juvenil.
En nuestros proyecto de pastoral hay que prestar particular atención para tomar
en serio las situaciones en que un religioso se encuentra solo para realizar su
trabajo.
Cuando existen equipos , la atención se centrará en reconocer las cualidades
del educador:
Dicho esto, somos conscientes de que se trata de un ideal y que andamos siempre
en camino de conversión, en el que hemos de vivir el perdón.
¿Qué formación para los educadores?
"La Escuela de la Vida"
Es importantes tener experiencia de la vida, con los pies en la tierra y buen
sentido. El animador tiene que saber escuchar y aprender de los mismos jóvenes
cómo avanzar con ellos.
En un equipo
algunos pueden seguir una formación específica y brindarla para provecho de
los demás.
Entre las formaciones prioritarias
relaciones humanas, psicología, ciencias sociales.
Deberemos prestar una atención particular a todo lo que se refiere a la
inteligencia de la fe de la Iglesia, el crecimiento del mismo animador, lo que
hemos llamado un "Sabiduría" (inteligencia del Evangelio, oración,
estudios teológicos...)
Nuestra Congregación ha realizado opciones pastorales prioritarias (en
particular referentes a las pobrezas que marginan en nuestro mundo). Nuestra
propuesta de formación ha de tener cuenta de esos casos especiales.
En algunas diócesis existen formaciones teológicas y pastorales para
animadores laicos, evitemos duplicar...
Existen dominios de formación que nosotros reconocemos como propios de nuestra
Congregación, de los que nos hacemos cargo (por ejemplo la profundización de
nuestro carisma, la lectura del Evangelio a su luz, el descubrimiento de nuestro
"estilo" educativo...)
Comunión
1.- Definición de Comunión
La comunión nace del amor recíproco del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Para nosotros, antes que nada es un don, siempre más grande que nosotros,
siempre más allá de nosotros. Por lo tanto no es una simple cuestión de
organización o de estrategia, sino una dimensión fundamental de nuestro ser de
cristianos.
Nuestra vida religiosa betharramita es a los ojos de los hombres el signo de ese
don de la comunión que queremos vivir en nombre del Señor. Ese don nos obliga
a una respuesta generosa, a fin de que influya en nuestra vida concreta. Por eso
la comunión se vuelve para nosotros:
Unidad en la diversidad y la reciprocidad
Comunicación de convicciones y de objetivos fundamentales, en el respeto de las
diferencias de sensibilidades, de dones personales, de modos de obrar. Es una
manera de dar y de recibir unos de otros.
Diferentes pero no indiferentes
La comunión manifiesta unidad de motivación, de intención y de acción en
vistas al bien común.
Distantes pero no extraños
La comunión es una realidad que se vive en forma concreta, sensible, local, y
que, al mismo tiempo sobrepasa esa dimensión experiencial, expandiendo el espíritu
y el corazón al mundo entero.
2.- Experiencias de Comunión para hacer vivir a los jóvenes
Son todas las ocasiones que permiten el encuentro fraternal con el otro,
especialmente compartiendo esperanzas, tareas, desafíos comunes (sin olvidar la
dimensión espiritual, sobreentendida).
Va de suyo que el criterio de comunión consiste más en referirse al proyecto
que a regular las actividades.
Por ejemplo:
- Vivir tiempos fuertes (fines de semana, convivencias a diferentes niveles,
etc.) que se inscriben en un proceso educativo de conjunto.
- Trabajar juntos en una causa común.
- Favorecer el conocimiento del otro, fuera de su propio grupo:
- Hacer la experiencia de la "gratuidad" en el sentido de la aptitud
para brindar su tiempo, su energía, sin esperar retorno.
La comunión no es sólo asunto de los jóvenes entre ellos, concierne al
conjunto de la comunidad cristiana. También pasa por los otros grupos de la
Iglesia.
3.- Relaciones con la Iglesia Local, los movimientos y asociaciones.
Nuestro carisma nos impone una obligación (gozosa) de participar en las
instancias de coordinación que nos permitan cumplir mejor nuestro servicio de
Iglesia. Y ellos, a pesar de ciertas dificultades objetivas para dialogar y
colaborar en los distintos ámbitos de inserción. Ponemos nuestro esfuerzo en
llevar propuestas y tomar parte activa en momentos comunes, en actividades
comunes, en la información sobre las diversas iniciativas.
4.- Postura de un movimiento de jóvenes betharramitas.
Por un lado sentimos la necesidad de hacer partícipes a otros de nuestra
especificidad, nuestro tesoro espiritual; consecuentemente, ansiamos hacer
propuestas al mayor número posible. Por otro lado, tenemos presente la
pertenencia de los jóvenes a otras realidades, las múltiples solicitaciones de
las que son objeto. Por eso nuestras propuestas han de ser claras, explícitas,
cuidando, al mismo tiempo, de no encerrarlas en una estructura fija.
Trabajar en la irradiación de nuestro carisma, a través de un movimiento de
nuestro carisma, es trabajar para toda la Iglesia. En efecto, nuestro carisma es
un don para todos, y él nos pide expresamente ser ministros de la comunión en
la disponibilidad a los llamados de la Iglesia.
5.- Un proyecto para vivir la comunión.
Misión
Definición de la misión
Como betharramitas, tomamos parte en la misión de la Iglesia. Nos hacemos compañeros
de ruta de todo joven, a fin de que tengan vida , y que descubran al Señor de
la Vida. El encuentro con Cristo desemboca en la misión, la cual se realiza a
través de la promoción humana, el testimonio de vida, y el anuncio explícito
y valiente del Evangelio. Proponiendo esa misión a los jóvenes, tenemos cuenta
del hecho de que su fe crece y se consolida cuando aprenden a compartir con los
demás.
Lo que recibimos lo damos gratuitamente. No se trata, pues, de engrosar nuestros
efectivos, de hacer proselitismo o de usar a las personas.
Horizontes de la misión
Dado el carácter misionero de nuestra Congregación, y su implantación
internacional, queremos:
Relación con las otras Instituciones.
Con respecto a otras instituciones, queremos afirmar la importancia:
Selección y Organización de los Recursos
¿ Con quiénes vamos a contar? (recursos humanos)
¿ Con qué podemos contar? (recursos estructurales)
¿ Con qué podemos contar? (recursos estructurales)