III. ORACIONES A CRISTO, EL SEÑOR
7 - AL CORAZON DE JESUS
Corazón de Jesús,
dulce como el corazón de una madre,
el más dulce de todos los corazones,
lléname de dulzura, de paciencia,
de afabilidad, de caridad.
Corazón de Jesús,
humilde como el corazón de un niño,
líbrame del orgullo,
enséñame la pequeñez de corazón y de espíritu
que hace a uno digno del Reino de los cielos...
Finalmente, dulce y tierno corazón,
estamos todos postrados a tus pies;
recíbenos a todos por las manos
de nuestro bueno y venerado Fundador.
Divino Corazón,
a él le inspiraste la idea de esta obra,
a él le encargaste
la dura tarea de comenzarla,
de continuarla en medio
de todos los obstáculos.
Recíbenos,
bendícenos,
llénanos de tu fuerza,
llénanos de tu dulzura,
llénanos de tu Espíritu,
llénanos de tu amor.
(Oración del V. P. Augusto Etchecopar)
8 - ALMA DE CRISTO
Alma de Cristo, santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame.
¡Oh mi buen Jesús, óyeme!
Dentro de tus llagas escóndeme,
No permitas que me aparte de ti.
Del maligno enemigo defiéndeme,
en la hora de mi muerte llámame
y mándame ir a tí,
para que con tus Santos te alabe,
por los siglos de los siglos. Amén.
(Oración de San Ignacio)
9 - OFRECIMIENTO AL SAGRADO CORAZON
Divino Corazón de Jesús,
por medio del Inmaculado Corazón de María
yo me ofrezco a Dios Padre
en tu santo Sacrificio del altar
con todos mis trabajos,
oraciones, sufrimientos y alegrías de hoy,
en reparación por nuestros pecados
y para que venga a nosotros tu reino.
Y especialmente Te ruego
por las dos intenciones
confiadas este mes por el Papa
al apostolado de la Oración.
(Intenciones del Apostolado de la Oración)
11 - ORACION DEL SEGUIMIENTO
Señor Jesús,
mi Señor y mi Dueño invencible,
aquí estoy, aquí estamos,
siguiendo a nuestro Fundador,
para anonadarnos siempre,
para trabajar siempre,
en los límites de nuestros cargos,
vivir y morir en ellos,
humildes, obedientes, constantes, contentos;
Es la ley que tú fundaste y seguiste,
y que es tanto nuestra ley
como tu ley.
La queremos porque tú la quisiste
en el fondo de nuestros corazones:
Tu ley en medio de mi corazón.
Queremos cumplir como tú
esta ley del combate
con las únicas armas de la verdad y la caridad,
y siempre antes por amor
que por otros motivos,
según el pensamiento del Padre Garicoits,
y principalmente por el premio de tu amor
y para que nuestro corazón
pueda poseer tu corazón,
ya que tú eres el Dios de nuestro corazón,
y tu Corazón nuestra herencia en la eternidad.
(del V. P. Augusto Echecopar)
12 - QUE ME CONOZCA Y QUE TE CONOZCA
Señor Jesús,
Que me conozca y te conozca,
Que no desee nada más que a tí;
Que me odie a mí y te ame a tí;
Que haga todo por tí.
Que me humille a mí, y te exalte a tí;
Que no piense en nada más que en tí.
Que muera a mí mismo y viva en tí,
que cualquier cosa que me suceda la reciba de tí.
Que me persiga a mí y te siga a tí;
que opte siempre por seguirte a tí.
Que huya de mí y me refugie en ti
para que merezca ser defendido por tí.
Que desconfíe de mí y confíe en tí;
que quiera obedecer a causa de tí.
Mírame a mí, para que te ame a tí;
llámame para que te vea,
y pueda gozar de tí en la vida eterna. Amén.
(Oración de San Agustín)
13 - SEÑOR, YO CREO EN TI, YO QUIERO CREER EN
TI.
Señor, haz que mi fe sea pura,
sin reservas,
y que penetre en mi pensamiento,
en mi modo de juzgar las cosas divinas y
las cosas humanas.
Señor, haz que mi fe sea libre,
es decir, que cuente
con la aportación personal de mi opción:
que acepte las renuncias
y los riesgos que comporta y que exprese el
culmen decisivo de mi personalidad.
Creo en tí, Señor.
Señor, haz que mi fe sea cierta:
cierta por una congruencia exterior de pruebas
y por un testimonio interior
del Espíritu Santo,
cierta por su luz confortadora
por su conclusión pacificadora,
por su con naturalidad sosegante.
Señor, haz que mi fe sea fuerte,
que no tema las contrariedades
de los múltiples problemas
que llenan nuestra vida crepuscular,
que no tema las adversidades de quien
la discute,
la impugna,
la rechaza,
la niega,
sino que se robustezca
en la prueba íntima de tu Verdad,
se entrene en el roce de la crítica,
se corrobore en la afirmación continua
superando las dificultades dialécticas
y espirituales
entre las cuales se desenvuelve
nuestra existencia temporal.
Señor, haz, que mi fe sea gozosa,
y dé paz y alegría a mi espíritu,
y lo capacite para la oración con Dios
y para la conversación con los hombres,
de manera que irradie
en el coloquio sagrado y profano
la bienaventuranza original
de su afortunada posesión.
Señor, haz que mi fe sea activa
y dé a la caridad
las razones de su expansión moral
de modo que sea verdadera amistad contigo
y sea tuya en las obras,
en los sufrimientos,
en la espera de la revelación final,
que sea una continua búsqueda,
un testimonio continuo,
una continua esperanza.
Señor, haz que mi fe sea humilde
y no presuma de fundarse sobre la experiencia
de mi pensamiento
y de mi sentimiento
sino que se rinda
al testimonio del Espíritu Santo,
y no tenga otra garantía mejor
que la docilidad a la autoridad
del Magisterio de la Santa Iglesia. Amén.
(Oración de Pablo VI)
14 - TOMA, SEÑOR
Toma, Señor, y recibe,
toda mi libertad, mi memoria,
mi entendimiento y toda mi voluntad,
todo mi haber y mi poseer;
tú me lo diste
y a tí, Señor, lo torno;
todo es tuyo,
dispón de ello con toda tu voluntad;
dame tu amor y gracia,
que ésta me basta.
(San Ignacio)