VII. ORACIONES A SAN JOSE

 

34 - ACUERDATE

 

Acuérdate, castísimo Esposo de la Virgen María

y amable Protector mío, San José,

que jamás se ha oído decir que ninguno

haya invocado tu protección

e implorado tu auxilio

sin haber sido consolado.

Lleno, pues, de confianza en tu poder

vengo a tu presencia

y me encomiendo a tí con todo fervor.

No deseches mis súplicas,

Padre adoptivo del Redentor,

antes bien acógelas propicio,

y dígnate acceder a ellas piadosamente. Amén.

 

35 - ORACION A SAN JOSE

 

A tí recurrimos en nuestra tribulación,

bienaventurado José;

y después de haber implorado el auxilio

de tu Santísima Esposa,

solicitamos también confiadamente tu Patrocinio.

Por el afecto que te unió

a la Virgen Inmaculada, Madre de Dios;

por el amor paternal que profesaste al Niño Jesús,

te suplicamos que vuelvas benigno los ojos

a la herencia que Jesucristo conquistó con su sangre,

y que nos socorras con tu poder en nuestras necesidades.

Protege, prudentísimo Custodio

de la Divina Familia,

al linaje escogido de Jesucristo;

presérvanos, Padre amantísimo,

de todo contagio de error y corrupción;

sénos propicio y asístenos desde el Cielo,

poderosísimo Protector nuestro,

en el combate que al presente libramos

contra el poder de las tinieblas.

Y del mismo modo que, en otra ocasión,

libraste del peligro de la muerte al Niño Jesús,

defiende ahora a la Santa Iglesia de Dios,

contra las asechanzas del enemigo

y contra toda adversidad.

Ampara a cada uno de nosotros

con tu perpetuo patrocinio;

a fin de que, siguiendo tus ejemplos,

y sostenidos con tu auxilio,

podamos vivir santamente,

morir piadosamente

y obtener la felicidad eterna del Cielo. Amén.

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