VIII. ORACIONES A SAN MIGUEL

36 - GRACIAS, PADRE

 

Gracias, padre,

por todo lo que te debo,

por todo lo que te debemos.

Tú nos has hecho nacer a la vida religiosa,

nos has asociado a tu misión

venida del cielo.

Por tí fuimos encolados

bajo ese estandarte

que lleva dos corazones

con la sublime divisa:

¡AQUI ESTOY! ¡ECCE VENIO!

Eres tú, quien fuiste nuestro guía,

nuestra luz, nuestro modelo perfecto,

nuestra fuerza y nuestro consuelo.

¡Continúa, padre!

Que seamos tus imitadores,

como tú lo fuiste de Jesucristo.

Guarda a todos los que Jesús te ha dado.

Defiende, defiende tu obra,

la obra misma de Jesús y de María.

¡Que seamos santos y perfectos! Amén.

(del V. P. Augusto Etchecopar)

 

37 - ORACION A SAN MIGUEL GARICOITS

 

San Miguel Garicoits,

tú que, en la Iglesia de Cristo,

fuiste un ejemplo admirable

de la conformidad a la voluntad de Dios;

tú que elegiste,

como lema de la Congregación

por ti fundada,

la divisa FIAT VOLUNTAS DEI

(¡Hágase la voluntad de Dios!)

y que, en todas las circunstancias de tu vida,

exclamabas al punto:

!Héme aquí, Señor!";

alcánzanos la gracia de hacer siempre

la voluntad de Dios nuestro Padre

que está en los cielos,

a ñn de ir a contemplarlo eternamente.

Así sea.

 

38 - A SAN MIGUEL

 

Tú que, joven pastor,

al escalar las cumbres

de tu Ibarre natal

ya soñabas

con heroicas ascensiones del Espíritu,

alcánzanos del Señor el ideal de generosa entrega.

 

Tú que, en tus juveniles años

alternaste el rudo trabajo manual

con las prolongadas horas de estudio,

alcánzanos del Señor

la fortaleza de seguir tus huellas

progresando cada día

en valor y saber.

 

Tú que, perseverando en la oración

desarrollaste el corazón y la inteligencia,

alcánzanos del Señor

lucidez en las decisiones

y disponibilidad para asumir

las responsabilidades del momento.

 

Tú que, en la prueba y el dolor

te abriste a la confianza

en el amor del Padre,

alcánzanos de su bondad

que, con los ojos fijos en el cielo

sepamos cumplir nuestra noble misión

aquí en la tierra.

 

Tú que, al subir al altar de tu primera Misa

viste realizado el sueño de tu adolescencia,

alcánzanos del Señor

encarnar nuestro ideal de vida

por caminos de amor y de servicio.

 

San Miguel Garicoits,

que tu intercesión nos ampare y aliente,

que tu vida alumbre nuestros pasos

y tu ejemplo nos arrastre. Amén.

(P. Angel Cerrutti)

 

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