Declaraciones políticas emitidas por el CEMICOR y otras organizaciones

Basta de masacres en Timor del Este (9.SEP.99)

Por la derrota y la expulsión de la OTAN de los Balcanes

ĦAbajo la intervención imperialista en Colombia ! (5.AGO.99)

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Fuera las tropas indonesias y el imperialismo de Timor del Este - Basta de masacres

 

La explosión de violencia en Timor del Este después del plesbicito del 30 de agosto pasado, en el cual la mayoría de la población votó en favor de la independencia era más que previsible. Luego de que los líderes de la guerrilla (Fretilin) abandonaran las armas y aceptaran el proceso de paz impuesto por la ONU quedó más que claro que Indonesia no se retiraría pacificamente de este territorio. La ocupación ilegal de Timor del Este ha contado durante 24 años con el apoyo de los EEUU, Australia y Nueva Zelandia. Debido a esto, creer que la independencia se podía obtener por medios pacíficos fue una traición para el pueblo de Timor del Este. Desde la misma retirada de las tropas portuguesas en 1975 quedo en claro que la independencia de Timor del Este sólo se conseguiría a traves de la lucha armada. En la actual crisis los trabajadores de todo el mundo deben apoyar el derecho a la autodeterminación del pueblo timores y exigir la retirada inmediata de la tropas indonesias de ocupación.

La actual crisis es el resultado de 25 años de ocupación indonesia. Después de muchos años sin poder derrotar militarmente a la guerrilla el gobierno de Jakarta aceptó la realización de un plesbicito bajo la presión del gobierno de los EEUU. Sin lugar a dudas ambos esperaban que después de años de brutal represión y repoblación la mayoría de la población de Timor del Este votase por la integración a Indonesia. Una vez conocido el resultado en favor de la independencia, el gobierno de Jakarta está intentando por la fuerza mantener bajo su control las zonas más ricas de Timor del Este. El plazo de dos meses dado por la ONU para la retirada de las tropas sólo favorece la concreción de este objetivo, instrumentado por medio de la matanza de independentistas.

La mayoría de la izquierda pacifista de occidente, incluidos muchos trotskystas, está pidiendo la intervención de tropas de la ONU, los EEUU o Australia para frenar la masacre en Timor del Este. Al igual que lo hicieron en el resiente conflicto yugoslavo, criticando los bombardeos de la OTAN, pero pidiendo una intervención militar internacional que libere a Kosovo de las garras del ogro Milosevic, ahora nuevamente creen que los EEUU y sus socios son capaces de garantizar los derechos humanos en algún lugar del planeta. Realmente, es una total hipocresia creer que los mayores enemigos de la independencia de Timor del Este en 1975 pueden ahora haber cambiado de lado. Lamentablemente, al igual que ocurrio con el ELK en Kosovo, la totalidad de las fuerzas independentistas de Timor del Este, incluidos los izquierdistas del Fretilin, y el Partido de la Revolución Democrática de Indonesia, también han realizado llamamientos en este sentido.

Cuando Portugal, tras la revolución de los claveles en 1975, se retiro de Timor del Este la guerrilla declaró la indepencia. Los EEUU, tras haber sido derrotados en Vietnam y bajo la paranoia de la expansión comunista, impulsaron a Suharto a ocupar este territorio masacrando a los comunistas tal como lo habia hecho en Java en 1965. Especialmente los EEUU querian mantener bajo su control la rutas rutas submarinas que unen el sudeste asiatico con el oceano índico. Este apoyo, y el de Australia y Nueva Zelandia, cuyas burguesías tienen grandes intereses económicos en la región, fueron fundamentales para mantener a Timor del Este bajo el control de Indonesia. Por lo tanto, es una traición de parte de la guerrila pedir la intervención de tropas de los EEUU o internacionales para garantizar la independencia de Timor del Este.

Haciendo esto la dirección de la resistencia timorense se coloca abiertamente al servicio de los intereses imperialistas, desarmando y desmoralizando a las masas populares frente a la masacre patrocinada por Indonesia. En verdad, la aparente demora del imperialismo en iniciar la ocupación militar, dejando a la misión internacional responsable del plesbicito relativamente indefensa, es parte de su estrategia. Esta consiste en dejar que las bandas paramilitares, apoyadas por el ejercito indonesio, hagan el trabajo sucio de perseguir y asesinar a los sectores más radicales del activismo independentista, esparciendo el terror al conjundo de la población (ya un tercio de ella, 300 mil de 800 mil habitantes, se fugo a las islas vecinas) y forjando una opinió pública internacional que justifique una nueva intervención militar "humanitaria". Encima dichos planes se ven favorecidos por el apoyo activo de la dirección socialdemócrata de la resistencia timorense a la intervención militar internacional.

José Alexandre Xanana Guzmao, principal dirigente del Falintil (brazo armado del Fretilin) y responsable de la retirada militar de la guerrilla, declaró luego de ser liberado de la prisión que "Timor del Este enfrenta una situación desesperante". Además, hizo una apelación a los países amigos para que adopten oportunamente las medidas que nos ayuden a salvar nuestras vidas (O estado de Sao Paulo 8/9). Más directo fue el premio Nobel de la Paz, obispo Carlos Ximenes Bello, quien dijo que el pueblo "es incapaz de luchar contra la violencia". Y que la comunidad internacional "debe acudir inmediatamente para proteger al pueblo timores" (Usa Today 8/9). Declaraciones como estas revelan el caracter proimperialista de la direcciones nacionalistas de Timor del Este, las cuales defienden una salida pacifica, negociando primero con el estado opresor indonesio y ahora, sin intermediarios, directamente con las grandes potencias capitalistas; y oponiendose completamente a una solución para el conflicto por medio de la acción directa del proletariado y el campesinado timores en unidad con los trabajadores indonesios que busque derrumbar a Habibie, títere del imperialismo. Al contrario, son cada vez más frecuentes las apelaciones a confiar en el gobiernode Habibie. De hecho, el secretario político del Comité Central del Fretilin dijo que "a Indonesia no le interesa alimentar el conflicto por que tiene otras regiones problemáticas .... Por eso, es de su interes que el mismo termine rapidamente. Nosotros creemos en Habibie" (El País 8/9). Esta postura de llamar a confiar en el gobierno opresor justamente en el momento en que este patrocina la aplicación del terror sanguinario es una traición vil a la independencia nacional de Timor del Este por parte de la dirección proimperialista del Fretilin, quienes parecen estar preparandose para cumplir el rol de títeres del imperialismo en una nueva semicolonia del gran capital internacional. Queda patente una vez más la completa incapacidad de las direcciones nacionalistas burguesas y pequeñoburguesas para cumplir con las más elementales tareas democráticas pendientes de la lucha antiimperialista.

Por su parte el gobierno indonesio ya pactó con el imperialismo la entrada de las "fuerzas de paz" en Timor del Este bajo la condición de que estas sean controladas por la propia indonesia. De esta forma, sin una reorganización de las fuerzas revolucionarias contra la influencia política de las direcciones traidoras y del imperialismo, las masas timorenses estarán condenadas a que se intensifique su explotación, pues ahora en lugar de soportar la opresión política, militar y económica de Jakarta, tendran como destino la ocupación de su país por parte de las "fuerzas de paz" de la ONU, pasando a sufrir una doble cadena de explotación y opresión nacional.

Ante esta situación es necesario frojar una nueva dirección revolucionaria que conduzca a la población explotada a la victoria en su lucha por la independencia nacional, superando politicamente a la actual dirección socialdemócrata -que tanto avoga por la intervención de la ONU- y combatiendo a los capitalistas de indonesia y al imperialismo en busca de su autodeterminación. Esta tarea histórica sólo puede ser llevada a cabo por un genuino partido revolucionario que sepa unificar la lucha por la liberación nacional contra la opresión indenesia y la inminente colonización imperialista con la lucha contra la corrupta burguesía nativa aliada del imperilismo, forjando una alianza internacionalista con los trabajadores de Indonesia y del comjunto del sudeste asiático. El objetivo de esta alianza debe ser que los obreros y pobres tomen el poder no sólo en la mitad de la isla, sino también en toda la región para dar paso a la formación de una Federación de Repúblicas Socialistas del Sudeste Asiático.

Para los firmantes de este documento hay un solo camino para la liberación de Timor del Este no sólo de las garras de Jakarta sino también de las del imperialismo: La organización del pueblo timores alredor del programa revolucionario de la clase obrera y el uso de la acción directa de masas y la unión con los trabajadores de Indonesia y del resto del mundo. Como lo mostraron los estudiantes en Jakarta durante los últimos años, está es la única forma posible de enfrentar al regimen totalitario de Suharto-Habibie. Lamentablemente, el Fretilin no ha sacado las conclusiones correctas tras largos años de lucha que costaron la vida de 300.000 inocentes. Hoy mismo, más de 1.000 victimas ya han sido sacrificadas en el altar de las negociaciones de paz.

Ante la urgencia de la situación corresponde a toda fuerza revolucionaria:

Paremos las masacres en Timor del Este!
Defendamos el derecho a la autodeterminación del pueblo timores!
Opongamosnos a todo tipo de intervención imperialista!
Por la formación de una Federación de Repúblicas Socialistas del Sudeste Asiático!

9 de septiembre de 1999

Partido Obrero Revolucionario (Argentina)
Grupo Solidaridad (Alemania)
Comité de Enlace de Militantes por una Internacional Comunista Revolucionaria - CEMICOR:
PODER OBRERO (Bolívia-Peru), GRUPO COMUNISTA OBRERO (Nueva Zelandia)
Liga Bolchevique Internacionalista (Brasil)

 

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!POR EL TRIUNFO MILITAR DE YUGOSLAVIA!

!POR LA DERROTA Y EXPULSION DEL IMPERIALISMO YANKEE Y LA OTAN DE LOS BALCANES!


1.- En este momento, una alianza militar encabezada por los EEUU, compuesta por diecinueve países y la más avanzada tecnología bélica del planeta, a iniciado un bombardeo aéreo sobre uno de los países más pobres de Europa. Una lluvia de misiles americanos destruyó varias ciudades en la Federación Yugoslava (compuesta por Servia, Montenegro y Kosovo) entre ellas Belgrado y la propia capital de Kosovo, Pristina. Aún no se sabe las centenas de personas que fueron asesinadas por los proyectiles imperialistas, pero independiente del número de muertos, los resultados del ataque han dejado dolorosas cicatrices en la población que ya vive hace más de una década bajo la condición de semicolonia segregada por un criminal bloqueo económico internacional. El frente imperialista cuenta con la colaboración activa de todos los gobiernos socialdemócratas europeos, es así que los bombarderos partieron de bases situadas en la Italia del premier Massimo D'Alema, ex-dirigente del Partido Comunista Italiano. El ataque, justificado por sus autores bajo "motivos humanitarios" también profundizara enormemente la miseria no sólo de las masas servias, sino también de las albano kosovares, destruyendo lo que había quedado en pie de la economía yugoslava después de una década de guerras.

2.- El primer paso para el ataque fue la retirada del ejército de 1.400 observadores de la Organización para la Seguridad y Cooperación de Europa (OSCE), que desde octubre del 98 estaban en la Federación Yugoslava en nombre de garantizar el cese del fuego entre servios y kosovares, pero en realidad se dedicaban al espionaje, haciendo una inspección de las mejores condiciones para el ataque de la OTAN y la instalación de su base militar en la región. Una maniobra que esta siendo bastante conocida y fue aplicada recientemente en Irak por los EEUU, en nombre de una supuesta fiscalización internacional las grandes potencias infiltran agentes para recoger informaciones útiles para un ataque futuro sobre el país inspeccionado. Pero esa no es la única semejanza entre el conflicto actual con los ataques yankees contra Irak, así como con Saddam Hussein, la burguesía mundial trata de presentar al enemigo Milosevic, como el gran demonio, el nuevo Hitler, etc. como siempre hacen en estos momentos para justificar la carnicería de los bombardeos sobre los países oprimidos dirigidos por dictadores. También como el pueblo iraquí, los servios viven sobre un criminal bloqueo económico imperialista impuesto por los gobiernos "demócratas" y socialdemócratas de EEUU y Europa.

3.- La acción criminal fue determinada igualmente después que Milosevic capitulara una a una a las condiciones exigidas en las negociaciones de París, aceptando la autonomía de Kosovo en los marcos impuestos por los organismos capitalistas internacionales. Clinton y los gobiernos socialdemócratas de Europa impulsan el bombardeo porque Belgrado no concordó en permitir la intervención militar extranjera de 28 mil soldados en su territorio. Esto es una demostración que los "acuerdos de paz" son sólo un pretexto para alcanzar el objetivo de instalar una base militar en Europa Oriental. Por eso, definiran para los kosovares una autonomía tutelada por las bayonetas de las tropas imperialistas por un plazo mínimo de 3 años. En este período, además de desarmar las fuerzas servias de la región de Kosovo, pretenden también desarmar el ELK. Someterse a la autonomía tutelada por el imperialismo es para los kosovares estar bajo condiciones de opresión nacional peores que la que viven hoy bajo el gobierno opresor de Milosevic. Los propios bombardeos aéreos sufridos por los kosovares en Prístina, en la capital de la provincia de Kosovo son una demostración de los verdaderos métodos que serán aplicados por el imperialismo en Kosovo.

4.- A pesar que las direcciones proimperialistas kosovares que reivindican la intervención extranjera, la guerrilla albano-kosovar ha sido un problema permanente para los EEUU y las potencias europeas, extrapolando los limites fronterizos yugoslavos impuestos por los planes de paz. La lucha por la autodeterminación nacional albano-kosovar a estimulado la lucha de los albaneses de las fronteras vecinas, particularmente en Albania, que desde el levantamiento popular de 1997 viven bajo otra intervención militar de la OTAN, y en Macedonia, donde también existe una significativa población de origen albanesa. "En la prensa albano-macedonia se idolatra a los hermanos luchadores del otro lado de la frontera, y el terreno esta listo para la aparición de opciones políticas más radicales que las representadas por los principales partidos albano macedonios actualmente existentes." (El pams, 23/03/99). Por eso es que el imperialismo sabe que la intervencisn militar no seguira un curso tranquilo ni rapido, "ya se habla de cinco años como primer plazo de permanencia para las tropas de la OTAN en el sur de los Balcanes." (ídem).

5.- La intervención viene provocando roces crecientes entre Washington y Moscú. Rusia, después de la restauracién capitalista, fue transformada en una semicolonia del imperialismo, pero continua manteniendo uno de los mayores arsenales del planeta y sabe que la extensión del dominio militar de la Alianza Atlántica en los Balcanes está dirigida al este europeo en el sentido de ocupar el espacio de influencia militar y política que antes lideraba el Pacto de Varsovia. Los EEUU vienen aumentando la correlación de fuerzas a su favor en el este y no es pura coincidencia que dos ex estados obreros burocratizados acaban de ingresar en la Alianza Atlántica del imperialismo. Preocupados por el avance del imperialismo yankee, los dirigentes rusos se han alarmado por la intensidad del conflicto. El primer ministro Primakov declaró que el recurso de la fuerza "causaría un profundo efecto desestabilizador en Yugoslavia, en Kosovo, en el conjunto de Europa y en todo el mundo."(El país, 23/03/99). Ya el ministro de Defensa, Sergueiev dijo que "los bombardeos, provocarían un segundo Vietnam, pero esta vez, dentro de Europa." (Folha de Sco Paulo, 24/03). Pero la oposición de los jerarcas de Rusia al ataque no pasan de declaraciones en la prensa mundial, subordinandose cobardemente a las amenazas de Clinton de que también bombardearía cualquier país que preste ayuda militar a Servia. Así mismo, sus "protestas" no son hecha por "razones humanitarias", sino al contrario, por el temor de que el próximo paso de la OTAN en el este europeo sea entrometerse en las propias repúblicas fronterizas donde Rusia ejerce su opresión nacional, además de intentar preservar sus intereses comerciales con Yugoslavia, gran compradora de su arsenal bélico.

6.- En este momento, es preciso defender a la población servia colocandose incondicionalmente en el campo militar de Yugoslavia, sin que esto signifique brindar ninguna clase de apoyo político al gobierno opresor de Milosevic. Un triunfo imperialista en la región, significará mejores condiciones para ejercer su dominio sobre los pueblos del este europeo y los restantes pueblos del planeta. A su vez, la derrota de la OTAN daría un gran impulso a la lucha antiimperialista y por la autodeterminación nacional en los Balcanes, en el corazón del este europeo, debilitando a los gobiernos socialdemócratas que atacan las conquistas de los trabajadores y al mismo tiempo pondría en jaque al propio gobierno opresor de Milosevic.

7.- Las corrientes de izquierda que se oponen a la defensa de Yugoslavia en nombre del caracter sanguinario de Milosevic, podrían usar el mismo criterio para no apoyar a Irak contra los bombardeos de los EEUU. Acaso, Saddam Hussein sería menos sanguinario que Milosevic? La única forma de detener el chauvinismo de Milosevic sin crear una nueva condición de opresión en Yugoslavia bajo las bayonetas del imperialismo es derrotando en este momento a las fuerzas de la OTAN a partir de la unidad antiimperialista en Yugoslavia. Liberando al país del imperialismo, se debilitarian las condiciones de opresión que genera el chauvinismo Gran Servio, colocando a los trabajadores en mejores condiciones para ajustar cuentas con el carnicero Milosevic. Pero hoy, negarse a apoyar el triunfo militar de Yugoslavia contra la OTAN es apoyar tacitamente los bombardeos imperialistas.

8.- No existe ninguna salida política con las direcciones nacionalistas servias o kosovares, que beneficie a las masas de ambas nacionalidades. El carnicero Milosevic intenta desviar la insatisfacción popular como resultado de la crisis económica del país hacia el chauvinismo contra el pueblo kosovar y los dirigentes albaneses, como Rugova y el ELK buscan librarse del yugo servio acabando por pactar un nuevo yugo a través de la falsa autonomía tutelada por la OTAN. Las masas kosovares y servias no deben caer en esta trampa. Los trabajadores servios nada tienen que ganar con la opresión nacional ejercida por el gobierno capitalista de Belgrado sobre las masas albano kosovares y deben apoyar y sumarse a la lucha por su autodeterminación nacional, por el derecho de separarse de Yugoslavia y unirse a los albaneses en Albania y Macedonia si así lo desean. De esta manera, es posible inclusive ganar a los kosovares que ven con desconfianza las maniobras imperialistas para luchar por la expulsión de la OTAN de los Balcanes. Es fundamental luchar por la unidad de las masas obreras, campesinas y populares contra el principal enemigo de los pueblos del planeta, el imperialismo, construyendo un partido revolucionario e internacionalista en la región, que rompa con las direcciones nacionalistas y apunte la lucha y las armas contra los gobiernos procapitalistas de la región y por la expulsión y derrota de las tropas de la OTAN y de los EE.UU. Para avanzar en esta dirección, es preciso unir al programa de la revolución socialista, las justas aspiraciones de los trabajadores kosovares, forjando milicias obreras y campesinas, a través de la unidad revolucionaria de los pueblos balcánicos, rumbo a una Federación de Repúblicas Socialistas de los Balcanes, único marco en el que se podría ejercer efectivamente el derecho a la autodeterminación del pueblo kosovar y de todas las nacionalidades de la zona.

9.- Llamamos a todas las corrientes que reivindican la defensa de los pueblos oprimidos a realizar actos, marchas y movilizaciones de protesta en las embajadas de las potencias imperialistas contra el ataque de la OTAN a Yugoslavia, reivindicando el retiro inmediato de todas las tropas y el cese de los bombardeos a los Balcanes. Es necesario unificar la lucha por la defensa del pueblo yugoslavo con el combate a los gobiernos proimperialistas latinoamericanos que apoyan la ofensiva militar.

27 de Marzo de 1999

LIGA BOLCHEVIQUE INTERNACIONALISTA - LBI (Brasil)

Partido Obrero Revolucionario - POR (Argentina)

Fracción Trotskysta (Brasil)

Comité Iniciativa Obrera Socialista - CIOS (Argentina)

Grupo Trotskysta ortodoxo (Brasil)

Comité de Enlace de Militantes por una Internacional Comunista Revolucionaria - CEMICOR /LCMRCI

Poder Obrero / LCMRCI (Bolivia)

Poder Obrero / LCMRCI (Peru)

Grupo Comunista Revolucionario /LCMRCI (Nueva Zelandia)

 

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ABAJO LA INTERVENCIÓN IMPERIALISTA EN COLOMBIA!

UNIR LA LUCHA DEL MOVIMIENTO OBRERO CON LA OFENSIVA MILITAR DE LA GUERRILLA PARA DERROCAR AL GOBIERNO DE PASTRANA Y AL DOMINIO IMPERIALISTA Y BURGUÉS!


Después de diez meses de negociaciones, el Gobierno de Andrés Pastrana y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia - Ejército del Pueblo (FARC-EP) resolvieron establecer una "agenda de diálogo por la paz". El acuerdo fue sellado después de que el gobierno colombiano desmilitarizó una zona de 42.000km2 en el sur del país, localizada en el municipio de San Vicente del Caguán, atendiendo a una exigencia impuesta por la guerrilla para participar de la mesa de negociaciones. Después del acuerdo, el encuentro entre los representantes de las FARC y del Gobierno viene siendo constantemente aplazado por la polarización política desencadenada con la reciente ofensiva de la guerrilla, el secuestro y asesinato de campesinos por parte de grupos paramilitares y por la amenaza de intervención militar del imperialismo yankee en Colombia.

A pesar de la división dentro del propio gobierno burgués, con la renuncia reciente del Ministro de Defensa, que acusó al Presidente de ceder en demasía a las exigencias de las FARC, y de las últimas declaraciones del Departamento de Estado norteamericano alertando que en caso que la situación colombiana saliese del control del Gobierno los EEUU intervendrían militarmente la región -llegando su representante en la OEA a proponer la creación de una fuerza multinaciónal de intervención-, las negociaciones con la guerrilla están siendo llevadas adelante por Pastrana. Las actuales tentativas de establecer un "diálogo de paz" tienen el acompañamiento y el aval directo del imperialismo, constituyendo un medida preventiva de la burguesía y el gran capital ante la profunda crisis económica y política que enfrenta el país. Los EEUU enviarán para acompañar las negociaciones e intensificar el entrenamiento antiguerrillero del Ejército colombiano al general Barry MacCaffray, director general de la DEA, y anunciaron que van a aumentar sus efectivos de instructores militares en Colombia, hoy oficialmente 240 hombres.

La ayuda militar anual de EEUU para el Gobierno colombiano, actualmente de 289 millones de dólares, va a ser intensificada para combatir a la guerrilla, en una especie de "intervención blanca" de EEUU en el país. En caso de que la crisis social avance, no está descartada por imposición de los EEUU una intervención militar de la OEA bajo la dirección de las Fuerzas Armadas argentinas, país cuyo régimen se alinea incondicionalmente con el imperialismo yankee, tomando como pretexto el combate al narcotráfico. Los EEUU unen la intervención militar contra la guerrilla al combate al narcotráfico porque, al mismo tiempo que pretenden eliminar una fuerza de oposición al gobierno pro-imperialista, desean tener el control total sobre la producción y distribución de narcóticos de Colombia, hoy el mayor proveedor de drogas para el mercado norteamericano. El narcotráfico es un negocio que moviliza millones de dólares, con las más altas tasas de lucro del mundo, pero contradictoriamente, no es controlado por el imperialismo, represantando una pérdida monumental de divisas para los EEUU con salidas de dólares ilegales del país.

Colombia, así como el conjunto de América Latina, se encuentra en el epicentro de una crisis que se agiganta a grandes pasos desde el crack financiero internacional que comenzó en Asia en 1997, atacó fuertemente a Rusia y afectó duramente la economía de todo el cono sur. A partir de esto, la región se viene destacando como un foco creciente de inestabilidad, donde las economías más frágiles como Ecuador, Colombia, Perú y Bolivia, fueron a la debacle, y los gobierno nacionales tienen sus peores índices de popularidad, aún siendo recientemente electos, como es el caso de Andrés Pastrana y del ecuatoriano Jamil Mahuad, que asumieran la Presidencia en agosto de 1998.

La crisis capitalista ha provocado una reacción ascendente del movimiento obrero y campesino en muchos países latinoamericanos, con fuertes movilizaciones de masas que presentan elementos de guerra civil, como en Ecuador, cuyas manifestaciones callejeras diarias llegaron a la inminencia de ocupar la sede del Gobierno central. Estas luchas fueron momentáneamente desviadas por un pacto de gobernabilidad entre Jamil Mahuad y el Frente Patriótico opositor. Ecuador es hoy el espejo de América Latina. Con un desempleo que ya llega a casi el 20% y con una semidesocupación que alcanza el 50% de la población, la crisis económica empuja a las masas a una lucha heroica, que choca directamente con un gobierno pro-imperialista y con las podridas instituciones del régimen.

Esta dinámica de crisis es la que marca la situación política y económica de todo el continente latinoamericano. La falencia de la pretendida estabilidad económica y política en la región coloca al borde del agotamiento a los regímenes "democráticos" y torna a América Latina un verdadero barril de pólvora con peligro de explotar, en una especie de efecto dominó. Ese es el centro de las preocupaciones del imperialismo en la región, y por eso amenaza con la intervención militar en Colombia, ya que los EEUU se sienten fortalecidos (después de la ocupación de Yugoslavia por parte de la OTAN), para ejercer la función de ejército supremo del planeta, pronto a agredir con su descomunal aparato bélico cualquier país, pueblo o fuerza política, que no se someta integralmente a sus dictámenes económico-políticos.

En el caso particular de la crisis colombiana, las fisuras económicas son agudas. La moneda nacional, el peso colombiano, se desvalorizó un 25% frente al dólar en los últimos meses, mientras se instaló la mayor recesión de los últimos 60 años. El rechazo popular a Pastrana llega a un 70% de la población, y la actividad económica retrocedió un 5,8% en el primer trimestre del año. Por otro lado, el gobierno enfrentó una masiva huelga general de profesores, estudiantes y trabajadores en mayo de 1999, y las FARC, que ya controlan o tienen una considerable influencia en el 40% del territorio colombiano, tienen cerca de 15 mil hombres en el área desmilitarizada de San Vicente del Caguán, cuya frontera está a 100km de la capital del país, Bogotá. Para tener una dimensión del peso de las FARC, un informe de la propia comisión designada por el entonces Presidente Ernesto Samper para negociar con la guerrilla, afirmó que "...los guerrilleros operaban en apenas 173 municipios en 1985, mas ahora, en poco más de 10 años, aumentaron su influencia hasta 622 municipios". Y concluye que el conflicto armado "...en sus nuevas formas de expresión es superior a la capacidad del Estado para someter a la Ley y que no hay otro instrumento mejor para superar la situación que no sea el diálogo" (Informe de la comisión gubernamental para la paz, Colombia/97).

En los últimos días de julio, las FARC desencadenaron una ofensiva militar que ya dejó en enfrentamientos con el Ejército más de 360 muertos. El objetivo de esa ofensiva es, según el Gobierno, negociar en mejores condiciones un acuerdo de paz. Por esta razón, la agenda del "diálogo de paz" fue postergada, y los grupos paramilitares ligados al ejército y al Partido Conservador, como "Autodefensas Unidas de Colombia", están atacando poblados campesinos provocando solamente en la última semana más de 25 muertos y 50 rehenes. La crisis colombiana se agudiza a pasos largos y hoy se torna el centro de atención de América Latina, junto con las luchas en curso en Ecuador.

La ofensiva de las FARC y la amenaza de una intervención del imperialismo, dificultan los acuerdos entre el Gobierno y la guerrilla. Las FARC tienen más de 35 años de existencia y una indudable influencia en las masas colombianas. El debate sobre su estrategia, su programa y su trayectoria es fundamental para las organizaciones revolucionarias, con el objetivo de fortalecer la lucha antimperialista y por la revolución proletaria en el continente.

La estrategia de las FARC: ¿Tomar el poder o reformar el régimen burgués?

Los primeros focos de la guerrilla colombiana surgieron a partir de la insurrección popular de abril de 1948, conocida como "el bogotazo". La derrota de la insurrección, debido a la traición de sus dirigentes burgueses ligados al Partido Liberal, devino en un resistencia campesina, que combinó la lucha contra la dictadura conservadora y las reivindicaciones de tierras contra los latifundistas. La mayoría de los núcleos guerrilleros eran influenciados por el Partido Comunista, que actuaba conjuntamente con fuerzas militares insurgentes ligadas al Partido Liberal, de cuño nacionalista burgués. El PC seguía así, la política etapista de Moscú, de subordinar la lucha de las masas a la dirección de la burguesía nacional, adoptando una política de "dos campos" , "democracia versus dictadura", la cual alimentaba ilusiones de que "a lo largo de cuatro años de lucha, los núcleos guerrilleros liberales avanzaran de una lucha en respuesta a la violencia oficial a levantar reivindicaciones de profundo contenido social" (Declaración conmemorativa de los 30 años de las FARC).

Lejos de la expectativa abierta por el PC de solidificar la alianza con la burguesía nacional en nombre de la construcción de una "Nueva Colombia", en 1953, las guerrillas del Partido Liberal acabaron por deponer las armas y establecer un acuerdo con el Gobierno Nacional conservador, lo que tuvo como consecuencia una brutal ofensiva del régimen sobre las guerrillas comunistas e inclusive, sobre focos liberales que resistían, con el asesinato en masa de sus principales dirigentes. Se repetía en Colombia, por responsabilidad de la política de colaboración de clases del stalinismo, las masacres de dirigentes obreros y campesinos, como sucediera en la China de Chiang Kai Chek. Los núcleos guerrilleros resistentes continuaron influenciando algunas zonas campesinas y, en 1964, el gobierno desencadena (con el apoyo de EEUU), a través del Plan OSAL (Operación de Seguridad de América Latina), la "Operación Marquetalia", que destacó 16.000 hombres para la selva, con helicópteros, aviones de ataque e instructores norteamericanos, consiguiendo imponer una derrota a la guerrilla.

Como una forma de recomponerse, los núcleos guerrilleros realizan entre 1965 y 1966 dos conferencias: en la primera, deliberan por un programa agrario para las guerrillas, y en la segunda fundan las FARC. En ese mismo período surgen otras organizaciones guerrilleras: ELN en 1965 y el EPL en 1966. En la década siguiente surge el M-19. El conjunto de estas guerrillas tienen características de ser movimientos armados pequeñoburgueses, con base social en el campo, cuyo objetivo es crear un espacio político democrático para la oposición burguesa, fortaleciendo la economía nacional, sin alterar las relaciones de clase: una especie de reformismo armado.

En la década de los 70 y 80, con la agudización de la crisis económica, las revueltas campesinas fueron más intensas y las FARC y los demás grupos guerrilleros acabaron colocándose a la cabeza de esas movilizaciones, hasta que en 1984 las FARC firmaran con el Presidente Belisario Betancur (1982-1986) "un acuerdo de cese del fuego y tregua", donde se integran a la oposición civil con el nombre de Unión Patriótica (UP), con un programa que declara su decisión de encabezar "en unión con otros partidos y movimientos democráticos y de izquierda la lucha de las masas populares por el retorno de la normalidad, de la controversia civilizada, por apertura democrática que grantice el libre ejercicio de la oposición y su acceso a todos los medios de comunicación social, su organización, su lucha y movilización hasta crear un clima de participación popular en las gestiones del Estado" (programa citado en la Declaración conmemorativa de los 30 años de las FARC-EP).

El resultado del acuerdo de paz fue el asesinato de 5.000 dirigentes populares por parte de las fuerzas paramilitares del Ejército. Los parlamentarios electos por la UP fueron asesinados, lo que forzó a las FARC a romper la tregua en 1987. A pesar de esto, en 1990, el M-19 y un sector del EPL depusieron las armas y se incorporaron a la oposición burguesa, llegando al extremo de que el dirigente del M-19, Navarro Wolf, se integró al Gobierno como Ministro de Salud. En la década de 1970, las FARC se desarrollaron como un movimiento guerrillero con poca influencia política que por mucho tiempo actuó como una fuerza que cobraba a los narcotraficantes el denominado 'impuesto revolucionario' en las áreas donde actuaba, donde se procesaba y exportaba cocaína. Con estos "recursos" las FARC conseguirán adquirir un respetable arsenal bélico, colocándose en muchas zonas casi en igualdad de capacidad de combate con el Ejército regular colombiano. El crecimiento de las FARC en los últimos años, tornándose la más importante referencia de oposición al Gobierno pro-imperialista, con un aumento de su influencia en extensas zonas campesinas, es producto directo del vacío político existente en Colombia en función de la completa integración al Estado Burgués, tanto de las ex organizaciones guerrilleras como de la oposición civil y sindical.

La deposición de las armas por parte del M-19, con su integración a la oposición burguesa civil, copatrocinando los ataques patronales a las masas populares, reforzó a los ojos del movimiento de masas, principalmente del campesinado, la necesidad de combatir al Gobierno en el terreno de la lucha armada. Por otro lado, el Partido Comunista, el MOIR (Movimiento Obrero Independiente y Revolucionario) y las centrales sindicales (CUT, CTC, FECODE, etc.) vienen teniendo una política sistemática de colaboración de clases, colocándose siempre como auxiliares de los partidos burgueses tradicionales, al punto de que en las elecciones del 98 no existió ninguna candidatura, siquiera de carácter reformista, ligada al movimiento obrero.

La inexistencia de un fuerte partido ligado al movimiento obrero de masas en las ciudades, y la descomposición de la ex izquierda foquista, con su completo fracaso como alternativa de oposición burguesa, dejó un espacio político que fue ocupado rápidamente por las FARC, crecimiento umbilicalmente ligado al avance de la crisis social colombiana. Al mismo tiempo que las FARC ganan peso de masas, su estrategia política y su programa refuerzan su carácter de ser un movimiento guerrillero que no tiene como objetivo destruir al Estado Burgués y tomar el poder contra los capitalistas. Es una fuerza armada que se coloca como instrumento de presión en pro de las más elementales reivindicaciones campesinas y democráticas, limitándose a ser un grupo para reformar el régimen político burgués, similar al EZLN de México.

En este sentido, las FARC se diferencian asímismo de las guerrillas centroamericanas que tuvieran su clímax en las décadas de los 70 y 80 (como el FSLN), quienes a pesar de su programa reformista, instauraron un nuevo régimen político donde las instituciones del Estado somocista fueron destruídas (Parlamento, Justicia, Ejército), dando lugar a nuevas instituciones políticas creadas bajo el control del FSLN. Un nuevo régimen que por el carácter reformista de los sandinistas (que no deseaban llevar a cabo una ruptura completa con el orden burgués), culminó integrado posteriormente a las necesidades del gran capital, participando de la reconstrucción del Estado Burgués, para finalmente entregar el poder a partidos directamente ligados al imperialismo.

El programa de la guerrilla pequeñoburguesa, sea por la vía de la oposición parlamentaria pequeño-burguesa, sea por la lucha armada, se mostró totalmente incapaz de atender las demandas obreras y campesinas, y de luchar por la destrucción revolucionaria del Estado Burgués. La plataforma política de las FARC se limita a intentar apuntalar a la tambaleante democracia burguesa de Colombia, constituyéndose como una fuerza auxiliar de apoyo a un sector de la burguesía nacional, considerada "patriótica y progresista". Pero esta política es utópica y reaccionaria ya que es imposible conciliar los intereses de la burguesía y su Estado capitalista (sometidos al imperialismo), con las reivindicaciones de las masas. Esta lección se torna aún más evidente si recordamos las capitulaciones de integración al Estado burgués del FSLN (Nicaragua), el FMLN (El Salvador), así como la política de frentes populares en Chile y en España, que sólo consiguieron derrotas y sangre en las filas del movimiento obrero, fortaleciendo la contra-revolución burguesa pro-imperialista.

Unir la ofensiva de la guerrilla a la lucha de las masas por el derrocamiento revolucionario de Pastrana y de la dominación burguesa e imperialista

Fueron los sucesivos "acuerdos de paz" con la guerrilla y la política de las direcciones del movimiento obrero lo que permitió al régimen democratizante prolongar su sobrevida hasta hoy. El movimiento obrero urbano, a pesar de dos importantes huelgas contra el gobierno de Pastrana, (trabajadores estatales en octubre del 98 y profesores en mayo del 99), ha sido víctima de la política de derrota y de colaboración de clases de los partidos de la oposición (PC, MOIR, y las centrales sindicales por ellos influídas).

En cuanto a la guerrilla, a pesar de la lucha armada, su programa continúa siendo el mismo de la UP: La instalación de una Mesa de diálogo y de una esperanza viable para la búsqueda de la paz con justicia social y poder convertir en realidad una serie de medidas políticas, económicas, sociales y estructurales que liquiden la raíz de las profundas desigualdades sociales expresadas por la crisis que afecta a la nación"(Revista Resistencia, febrero-abril/99).

La estrategia de las FARC consiste en presionar a la burguesía para conseguir algunas reformas del régimen político, constituyéndose en una fuerza auxiliar de un futuro gobierno democrático burgués, como revela la Declaración de la Comisión Internacional de las FARC-EP/mayo 1998: "Cualquier proceso que se inicie debe tener como tarea la concreción de una Asamblea Constituyente que cambie en Colombia las relaciones de poder a favor de los sectores populares". Por eso las FARC defienden que el proceso de paz debe "contribuir a la organización y a la lucha de los colombianos por una patria generosa y democrática, para la constitución de un gobierno de reconciliación y reconstrucción nacional, pluralista, democrático y patriótico" (ídem). Toda la formulación programática de las FARC está preñada de colaboración entre las clases, donde el proletariado y el campesinado, al contrario de ejercer su propia dictadura, su subordinarían "democráticamente" a sectores de la burguesía nacional. Esa es la esencia de la política de reconciliación nacional que pretende reconstruir sobre nuevas bases burguesas el Estado capitalista. A pesar de su programa claramente reformista, la crisis económica y política empuja objetivamente a las FARC a ser una alternativa de poder frente al desgastado gobierno de Pastrana, constituyéndose en un catalizador popular del odio al régimen. Esta cuestión es la que debe orientar la intervención de las masas y de los revolucionarios frente a la guerrilla colombiana.

Para que no se repitan las tragedias de Nicaragua y El Salvador, donde la cúpula guerrillera tuvo manos libres para pactar derrotas históricas impuestas al proletariado, las organizaciones que se reivindican revolucionarias y clasistas deben intervenir activamente en el escenario político en defensa de la unidad militar con la guerrilla en sus acciones contra el gobierno, al mismo tiempo que se debe levantar un programa anticapitalista y antiimperialista, de ruptura abierta con la burguesía nacional, que propugne la reforma agraria expropiando el latifundio y las grandes fábricas y multinacionales, la estatización del sistema financiero bajo el control de las masas y el no pago de las deudas internas y externas en ruptura abierta contra el imperialismo.

Solamente el movimiento obrero y sus organizaciones políticas pueden desviar a la guerrilla de su curso de colaboración de clases imponiendo un programa revolucionario para las masas colombianas que coordine la ofensiva guerrillera en el campo con fuertes movilizaciones de masas en las ciudades. La guerrilla no está inmunizada a las presiones del movimiento obrero urbano si éste se moviliza. La ofensiva guerrillera en las vísperas de la negociación está al servicio de los diálogos de paz, pero está también ligada a una dinámica causada por la fuerte crisis social que la empuja a una lucha cada vez más abierta con la propia burguesía nacional y el imperialismo.

La base radicalizada de la guerrilla, el ascenso del movimiento campesino, las duras luchas de las masas en las ciudades colocan la posibilidad de que las FARC vayan más allá de sus objetivos inciales de encontrar un acuerdo con el Gobierno. Para detener esa perspectiva, el Gobierno busca una negociación, un acuerdo con la guerrilla, ya que el enfrentamiento de las FARC con el régimen podría coincidir con el creciente clima de revuelta del movimiento obrero, campesino y popular por la grave crisis social. Ese fue el motivo por el que los diálogos con la guerrilla fueron intensificados durante la huelga de profesores en mayo, y recibieran un apoyo a través de la visita a las FARC en la propia selva del Presidente de la Bolsa de Valores de Nueva York, Richard Grasso.

Los 10 meses de negociaciones iniciales con la guerrilla fortalecieron a Pastrana, dándole una relativa base social para llevar adelante el plan pro-imperialista que su antecesor Ernesto Samper no fue capaz de implementar. Según los cálculos del propio Gobierno, una suspensión de hostilidades permitiría un crecimiento de 4 puntos en el PBI, revirtiendo la expectativa de un crecimiento negativo para Colombia. Es por eso que sectores importantes de la burguesía y del imperialismo consideran a la política de "paz" un buen negocio, ante la inminente bancarrota económica. Alentando la negociación con el Gobierno, la guerrilla mostró que sobre la actual estrategia de colaboración de clases sus intereses son completamente distintos de los de los explotados, operando como factor de debilitamiento de las reivindicaciones de las masas populares.

La política de aproximación de las FARC con el Gobierno en medio de la lucha de profesores produjo una enorme confusión entre los trabajadores, principalmente cuando el comandante máximo de la guerrilla, Manuel Marulanda, llamó al pueblo a participar activamente del proceso de paz. Eso se intensificó aún más cuando la guerrilla no emitió ninguna declaración de apoyo al movimiento huelguista, ni condicionó la negociación a que se atiendan las reivindicaciones de los sectores en lucha.

Lejos de apoyar la estrategia de "diálogo por la paz" entre las FARC y el gobierno, y mantener el aislamiento entre la guerrilla y el movimiento de masas, las organizaciones obreras deben coordinar acciones políticas comunes con las FARC y demás organizaciones guerrilleras para imponer el derrocamiento revolucionario de Pastrana y del conjunto del régimen burgués. Este llamado se torna aún más necesario frente a la amenaza concreta de una intervención militar del imperialismo, que no será solamente contra la guerrilla y mucho menos contra los narcotraficantes, sino dirigida a imponer una derrota al conjunto del movimiento obrero y de las masas populares del país.

Es preciso apoyar la ofensiva militar de la guerrilla en el sentido de colocarla al servicio del movimiento obrero y campesino para impulsar una insurrección popular en toda Colombia. El Gobierno de Pastrana negocia con la guerrilla buscando su desmilitarización incondicional, mientras lleva a cabo la más feroz de las guerras contra las condiciones de vida de las masas (reforma a las condiciones de trabajo, fin del salario mínimo, aumento de los combustibles, recortes en educación y salud). Su plan de desarrollo "Cambiar para construir la paz" aprobado en el Parlamento, prevé el pago puntual de la deuda externa que corresponde al 35% del presupuesto nacional, lo que coloca a su pueblo en la peor crisis social de su historia.

El proletariado defiende a la democracia pequeño burguesa en su lucha contra la reacción y el imperialismo, pero lo debe hacer desconfiando de ésta y sabiendo que ésta va a terminar atacándole. Las FARC y el ELN no han nacido en el movimiento obrero ni le expresan. Su objetivo es reconstituir al estado burgués y mantener al capitalismo. Se precisa mantener en alto la independencia y oposición política de clase del proletariado frente a la pequeña burguesía antiimperialista. Con ella es preciso hacer acciones de frente único antiimperialista, al mismo tiempo que se plantea la organización de consejos y milicias obreras, campesinas y populares. La guerrilla no apunta a destruir al estado burgués sino a reflotarlo via reformas. De allí que sus acciones militares apunten a presionar mejores condiciones para capitular y llegar a un acuerdo con los amos del país. La propia guerrilla está condenada a enfrentarse al proletariado. Ya se vio como los ex-guerrilleros del M-19 entraron al gobierno que reprimió huelgas y hasta guerrilleros. También se ha visto como los sandinistas en el poder reprimieron a organizaciones obreras y campesinas.

La estrategia del proletariado debe ser distinta a la de la guerrilla. Nuestra labor es ayudar a crear fuertes, masivos y combativos sindicatos y organismos de poder obrero, campesino y popular. Son las acciones directas de masas -la movilización callejera, las tomas de tierras y empresas, y la HUELGA GENERAL- los mecanismos que debe utilizar el proletariado. La guerrilla quiere que el proletariado se le subordine y no se perfile como tal, independientemente como clase, para poder llegar así a un acuerdo con la reacción. Nuestra estrategia no pasa por formar un gobierno de las FARC o uno de coalición entre la guerrilla y el proletariado. Las FARC en el poder repetirían la misma experiencia de Bolivia 52 o Nicaragua 79.

En caso que la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar se estructure como un poder dual que sea la autoridad indiscutible de las masas, nuestra política podría pasar por exigirles que tomen el poder aunque el proletariado no integre ese nuevo gobierno. Esto, para ayudar a desenmascararles. Exigimos que las FARC rompan con los programas de reforma del sistema y con las conciliaciones con el viejo orden reaccionario y llamen a la formación masiva de organismos de poder de los obreros y campesinos. Llamamos a los trabajadores a solo confiar en sus propias fuerzas y a luchar por su propia revolución y gobierno obrero-campesino (dictadura proletaria).

Los trabajadores deben luchar contra Pastrana y cualquier gobierno burgués. No deben pretendender que caiga Pastrana para que lo remplace algún otro reaccionario, sino que quieren remplazar al estado burgués por uno de los obreros comandando a los pobres de la ciudad y el campo. Por eso es preciso que el proletariado colombiano se organice y que a través de sus huelgas, marchas, ocupaciones de empresas y demás acciones se convierta en el eje de la lucha contra el sistema y del derrocamiento del orden imperante.

En vez de pactar con los paras hay que organizar la autodefensa popular para aplastarlos. Para que la democracia se imponga hay que desarmar a los paras y a las FFAA y policiales; y los trabajadores del campo y de la ciudad deben contar con sus propias milicias subordinadas a sus asambleas de base.

Combatir la intervención imperialista con la unidad revolucionaria de las masas de la ciudad y el campo

El imperialismo yankee, bajo el pretexto de combatir al narcotráfico, está proponiendo por medio del comité antiterrorista de la OEA que una fuerza multinacional (comandada por argentina) intervenga en Colombia para atacar militarmente a las FARC y al ELN en caso de que el gobierno no controle la situación. El propio presidente argentino Carlos Menem declaró que "si Colombia lo pide, la Argentina, por solidaridad, estará allá" (frase recogida por distintos medios de todo el mundo, entre ellos, Folha de Sao Paulo del 26-7-99).

Al mismo tiempo, el director de la DEA, que se encontró con el presidente Andrés Pastrana en los últimos días, prometió más recursos para el ejército y más instructores norteamericanos, cuando visitaba una base militar, donde está siendo entrenado un batallón de 950 hombres para actuar en las zonas controladas por las FARC. El imperialismo, usando al mismo tiempo la política de "paz" y de intervención militar, estudia el mejor modo de seguir recolonizando Colombia. Por eso es preciso una política de independencia de clase que, rechazando la tentativa de intervención imperialista, denuncie el carácter fraudulento y reaccionario de los acuerdos de paz en curso.

La "lucha contra las drogas" es una vieja cantaleta imperialista para inmiscuirse en los asuntos internos de otra nación. Si la droga se produce en países pobres esto se debe a que los EEUU y otros países imperialistas la demandan. También a que el imperialismo cierra las posibilidades para el desarrollo de otras áreas de la economía de las semicolonias. La droga que viene de Los Andes bien puede ser sustituída por otra proveniente de otros lugares o de la misma norteamérica.

Estamos por la descriminalización del cosumo de drogas y por el cese de toda represión a los campesinos que producen la coca o a los consumidores de la cocaína. Los narcotraficantes deben ser expropiados. Un estado de los trabajadores debe tener el monopolio de la exportación y procesamiento de la coca, la cual debe priorizarse para usos medicinales.

Nos cabe a las organizaciones revolucionarias que supieran colocarse incondicionalmente en la trinchera de Yugoslavia cuando la OTAN bombardeaba en forma asesina a Serbia (justificando la acción militar del imperialismo con el pretexto de defender la autonomía de Kosovo), desplegar todas nuestras energías contra una posible intervención imperialista a una nación oprimida latinoamericana, defendiendo a los grupos guerrilleros, independientemente de las divergencias políticas que tenemos con ellos.

Las masas colombianas sojuzgadas por la opresión imperialista y por la explotación de la burguesía nacional solamente pueden conquistar una genuina paz derrotando a Pastrana y tirando abajo el podrido estado burgués. Solamente es posible conquistar la tierra, la soberanía nacional, y garantizar los más elementales derechos democráticos hoy pisoteados por los grupos paramilitares, tomando el poder, expropiando a los capitalistas y a los monopolios imperialistas y destruyendo al ejército asesino a través de la construcción de un genuino poder proletario. Los campesinos y las masas trabajadoras de las ciudades precisan de una estrategia opuesta a la defendida por las FARC, y justamente por eso, debemos luchar decididamente contra una intervención imperialista en Colombia, reclamando que todos los grupos guerrilleros coloquen todos sus recursos militares y humanos al servicio de la unidad revolucionaria entre los trabajadores del campo y de las ciudades, contra el imperialismo y contra todas las variantes burguesas.

El proletariado debe dotarse de un partido revolucionario. Su objetivo debe ser desarrollar la democracia directa y las organizaciones de masas de los trabajadores hasta transformarlas en alternativa de poder para llevar a cabo una revolución socialista. Esta estrategia es opuesta a la de una guerrilla pequeñoburguesa que apunta a reestructurar el estado capitalista y que terminará aliándose a un ala de la burguesía contra los trabajadores.

Este partido debe ser internacionalista y apelar a la unidad internacional con las demás clases obreras, incluyendo la de los propios EEUU. Su meta debe ser acabar con el capitalismo para establecer los estados unidos socialistas.

Convocamos a todas las organizaciones obreras y antiimperialistas a realizar manifestaciones contra la intervención imperialista en Colombia y a coordinar jornadas huelguísticas a nivel continental exigiendo la expulsión de las tropas yankees de ese suelo.

5 de Agosto de 1999

LIGA BOLCHEVIQUE INTERNACIONALISTA - LBI (Brasil)

Partido Obrero Revolucionario - POR (Argentina)

GRUPO TROTSKISTA ORTODOXO (Brasil)

Comité de Enlace de Militantes por una Internacional Comunista Revolucionaria - CEMICOR: PODER OBRERO (Bolívia-Peru), GRUPO COMUNISTA OBRERO (Nueva Zelandia)

Grupo Solidaridad (Alemania)

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