Boletin Numero 2: Trabajando mano a mano


Cuando yo estaba en mis años de formación inicial como religioso, fui enseñado que el tiempo libre de verano o las vacaciones debían ser utilizadas, al menos parcialmente, en una extensión de nuestro ministerio educativo. Pero para esto debían pasar muchos años dedicados a estudiar en estos meses libres y aprender todo lo necesario para ser un Hermano Cristiano útil a la misión de la iglesia. Hace cinco años, cuando recibí mi misión en el Colegio Fe y Alegría pensé que era tiempo de hacer realidad este sueño largamente deseado: salir con jóvenes del colegio durante las vacaciones de verano para evangelizar en lugares más pobres que mi propia misión. Pero quién podría ayudarme? Desde el 95 ya se iba madurando en la Región del Perú la siguiente inspiración: con nuestros hermanos y hermanas Asociados estábamos llamados a asumir la Misión de Edmundo en la Iglesia. Con la presencia del Hermano José Ryan en Canto Grande en 1996 como participante del programa Passover, pensé que podíamos arriesgamos a viajar al norte con una aventura apostólica. Desde aquel año se han realizado cada verano lo que hemos llamado Misiones Educativas Edmundo Rice. Asociados, Hermanos, alumnos y ex alumnos han participado con gran generosidad en los siguientes eventos misionales:

Pueblo de Monsefú, Chiclayo - enero de 1997, 1998 y 1999

Nuevo Chimbote - febrero de 1999

Una Misión Educativa es llevar la Buena Noticia a los niños y jóvenes que no tienen la suerte de una educan católica. La mayoría de los niños en el Perú atienden a escuelas públicas de baja calidad educativa y donde no se enseña religión apropiadamente. Los frutos de la educación católica: la maduración cristiana y la eficiencia educativa deben ser compartidos con aquellos que no las han recibido. La Familia de Edmundo Rice posee dones extraordinarios para compartir estos frutos entre la niñez y la juventud. Con el escaso tiempo de vacaciones que cuentan los Asociados de Lima y Monsefú, ellos han participado activamente en estas misiones durante una o dos semanas. En los días previos, algunos preparan materiales y donaciones. Otros viajan lejos de sus hogares para organizar y enseñar en las clases de nivelación en matemáticas y lenguaje o en catequesis infantil. Todos oran por el éxito de la misión. Los Asociados y Hermanos, por su mayor experiencia en el campo de la educación, supervisan y animan la misión, los jóvenes de nuestros colegios y grupos cristianos enseñan a los niños y juegan con ellos en un ambiente de simpatía y respeto. Pero todos trabajan por igual, mano a mano, para llevar la misión adelante. Gracias a la generosidad de nuestros benefactores en Estados Unidos podemos contar con los medios necesarios para alimentación y ayuda en los gastos de viaje de los maestros y jóvenes misioneros.

Cuando el Capítulo Congregacional de 1996 reconoció y celebró "el surgimiento en muchas partes del mundo, de individuos y grupos que son inspirados por la visión de Edmundo Rice" nos ha comprometido a los Hermanos a establecer vínculos donde esos individuos y grupos puedan realizar experiencias apostólicas. Esto implica tiempo, dinero y programación. Pero tal vez en el futuro debe ser, visto como parte del ministerio de los Hermanos. Mi experiencia apostólica al lado de los Asociados y amigos de la Familia de Edmundo Rice siempre ha sido una fuente de alegría y crecimiento para mi vocación, un desafío a mi espíritu de servicio y oración. La devoción a Edmundo no ocupa mejor lugar que en un grupo orante formado por religiosos, maestros, padres de familia y alumnos. La Dirección del Capítulo establece: "Trabajamos mano a mano en todas las expresiones auténticas del carisma de Edmundo" esto me ha enseñado un sentido profundo de ser Hermano en la Iglesia: el hombre de servicio que facilita la relación de los dones de sus hermanos y hermanas.


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