Somos Zapping
Luis Miguel Fuentes

7 de noviembre de 2004


Día de elecciones. El día que los granjeros, los puritanos y Las Siete Hermanas elegían Emperador, la televisión fue un Wall-Mart, un rodeo, el abeto de Navidad de la Casa Blanca. Estados Unidos marca el tiempo del mundo con su calabaza hueca, con sus renos con esmóking, con sus elecciones cocinadas y sus candidatos como Fred Astaire. La televisión de la vieja Europa y de la no menos vieja España mandaba a todos sus reporteros frioleros, y hasta Canal Sur estaba en Washington, quizá porque les pilló de paso después de cubrir alguna cosa de la Junta en China. Kerry, de quienes algunos han querido hacer un trasunto de Zapatero a pesar de que en USA la izquierda no sale de Central Park, traía buenos augurios. Hasta su equipo de béisbol, los Boston Red Sox, habían ganado lo que allí llaman las series mundiales, acabando con la “maldición del Bambino”. Pedro Martínez había amasado bien la pelota, Johnny Damon bateaba para los ángeles, y los héroes bostonianos, que no ganaban desde 1918, barrían a los Cardinals por 4-0. Terminó la maldición para los Red Sox, pero Kerry, con la gorra del campeón, tenía que felicitar al príncipe de los victorianos, al señor de las moscas, al nuevo comandante en jefe del planeta con peinado de escupidera. Era uno de esos días que hacen los siglos, y en Canal Sur, la noticia de la pelea perdida por Ohio abre el informativo. Sin embargo, el presentador pasa con rapidez por el juego del trono del mundo, porque la primera imagen en la jornada de las elecciones a Dios es otra: Chaves con la cabeza entre las piernas de una parturienta, Chaves que mira asombrado una vulva sobredilatada y rara, en un quirófano donde ha entrado toda su corte como un secretariado de camilleros. La parturienta es un maniquí, la crónica nos enseña un centro donde se entrenarán los médicos con dolientes de plástico, la noticia es un Chaves obstetricio que anuncia que Andalucía se encuentra a la cabeza de la investigación y Bernat Soria, ese hilandero de las células, tendrá sus embriones como gusanitos. Ni el derrotado Kerry, triste como un novio abandonado, ni el glorioso Bush, coronado de mazorcas, sino Chaves mirando el parto de un Nenuco como el de un tetrabrick. Esa es la imagen que mete Canal Sur cuando Andalucía pone la mesa, el día en que temblaba el mundo y miles de muertos esperaban veredicto. Los ambulatorios de Andalucía se puede caer como hechos de galleta, el mundo puede estallar porque el vaquero tejano se ha puesto por cuatro años más la bota malaya, pero en Canal Sur tenía que abrir Chaves y que saliera un Servicio Andaluz de Salud como el puente de mando del Enterprise, que es de atrezzo. Aquí, esta maldición nos va a durar más que la de los Red Sox de Kerry. Strike out. Todavía nos faltan héroes para esa hazaña.

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Charlotada. Como Kerry ha perdido, y Zapatero también un poco, la política exterior la tendrán que seguir haciendo los toreros y las cigarreras. La imagen de España, fuera, ya sabemos que es la de Andalucía, que es el jardín de todas las macetas patrias. Somos tan exóticos que en Documanía sale el Rocío en el mismo reportaje donde sacan luego a unos beduinos o tuareg, como otro africanismo, como otra religión con brujo y máscaras. Somos tan exóticos que aquí viene el circo chino y los monjes de Shao-Lin y a China mandamos al bombero torero, la tauromaquia de tercera como un canibalismo simpático que tenemos y que atrae turistas. Han sacado mucho en televisión la charlotada de China, que era como algo de Angel Garó, como ese japonés suyo cantando sevillanas. Los toreros parecían barberos y los chinos taconeando parecían gimnastas equivocándose. Luego dirán que no exportamos cultura. Sobre si el toreo es cultura o casquería debatían hace poco en “Mejor lo hablamos”, en Canal Sur, con Máximo Valverde como intelectual destacado. Se olvidan de que todo lo que hace el hombre es cultura. Otra cosa es civilización. Otra cosa es arte.


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