Somos Zapping
Luis Miguel Fuentes

30 de octubre de 2005

Delito de humor. Hubo una época sin tantos agravios autonómicos en que el humor regional que hacía Beatriz Carvajal trayendo diferentes cestos nos divertía mucho e inocentemente. Pero ahora que cualquier cosa envuelta nos parece una bomba y cada acento viene con uno o varios políticos detrás queriendo trinchar España, hasta los mimos del parque creemos que nos dedican insultos o insinuaciones desde alguna clase de prepotencia por elevación. Hemos ganado en maldad o en susceptibilidad, que ya sabemos que muchas veces esto refleja complejos propios más que intenciones ajenas. Hoy, incluso los muñecos de Mari Carmen serían políticamente incorrectos: Nicol, por machista acosador; Doña Rogelia, por representar el desprecio al medio rural; Rodolfo, por ridiculizar a los homosexuales... Pero uno piensa que llevar a la horca lo que se hace con intención humorística es inelegante y ridículo, y que meter en la cárcel a la catalana o a la galleguiña de la Carvajal sería como meter a la Dorothy de El mago de Oz. He visto el famoso anuncio del andaluz soso de la ETB, una parodia con la única culpa de utilizar una ironía demasiado evidente, y ni como andaluz soso que soy me ha resultado ofensivo. Más bien son los propios vascos los que se ponen de sosos en él. Cuando el falso andaluz llega a Euskadi, lo tiran desde un camión, lleva chubasquero, se encuentra un paisaje lluvioso y tétrico, y cuando por fin sonríe y declara haber encontrado la gracia, lo que meten es un plano de una solitaria plaza vasca por la que cruza una paisana con pañuelo en la cabeza y cesta de verduras, algo así como Doña Rogelia amaneciendo en el salvaje oeste. De ser chistosos nacionales a no tener sentido del humor hay demasiada distancia, hasta para un andaluz. El humor es tópico y exageración. Lo peligroso, lo nefasto, es cuando el tópico se quiere convertir en oficialidad, idiosincrasia, identidad. A ver si nos tomamos las cosas de otra manera y nuestros serios políticos se dedican a menesteres más importantes que mirar anuncios.

En el espejo. Ese anuncio de la ETB, justito de gracia pero tampoco criminal, nos sirve muy bien para ponernos delante del espejo. Analicemos la irreal caricatura del andaluz que tan hiriente les ha resultado a algunos: El andaluz soso le rezaba a la Macarena, aunque no era la Virgen, sino su novia; la familia del andaluz soso ocultaba su vergüenza por el niño tras unos abanicos; el andaluz soso hablaba con “acento exagerado”. En realidad, no hay más. Pues veamos. A la Macarena, como a otros cristos, vírgenes, santos y parihuelas, aquí no se les reza nunca. No, lo que se monta en Sevilla alrededor de la Semana Santa, un poner, es sólo un festival de la cosecha. No hay barrios, lobbies económicos ni equipos de fútbol asociados a una imagen madrera o a un redentor agitanado (la prueba es que Lopera y Del Nido nunca han pisado una capilla). Si se monta una romería, aquí van cuatro gatos, y Canal Sur no tiene apenas material ni audiencia para retransmitir esa cosa tan elitista que llaman el Rocío. ¿Cómo pueden los de ETB colar esa maldad sin fundamento? Y los abanicos. No, las casetas de Isi Sayago o de Los del Río tienen decoración halógena y minimalista y nunca hay abanicos ni muñecos toreritos; las ferias sucesivas son sólo exhibiciones de maquinaria, aquí no sabemos ni qué es eso de vestirse de flamenca y no hemos visto coches de caballos más que en las películas de Sisí. ¿Cómo se les ocurre a estos vascos? Y el acento exagerado... Nada que ver con cómo hablan María del Monte, Jesulín, Los Morancos, el Linterna... En cuanto a todo el fundamento del anuncio, nuestra gracia tomada por oposición, ¿conocen ustedes a algún andaluz que vaya de gracioso? ¿Acaso escuchan ustedes a sus vecinos cantar alabanzas constantes a la gracia y el arte connaturales a esta tierra? ¿Se atreven en Canal Sur a hacer programas con zambras y rengues, con alguien haciendo parodias de casapuerta o contando un chiste de garbanzos? Una caricatura totalmente irreal, ya ven. Menos mal que nuestros poderes públicos, con el liderazgo de la televisión andaluza, se encargan de que todos estos tópicos mentirosos se vayan perdiendo. Delante del espejo, la verdad es que ya parecemos casi suecos. Sí, ahora me doy cuenta. Qué gran injusticia este anuncio...