Somos Zapping
Luis Miguel Fuentes

2 de julio de 2006

Santa Rocío. En esta tierra en la que confundimos a los Cristos con toreros, a los futbolistas con monaguillos y a las Vírgenes con novias, sólo nos faltaba una vecina en el balcón del Cielo, con alas de geranio. El pueblo ve en el Paraíso las mismas verbenas que aquí abajo, con ángeles como pretendientes, con santos como turroneros, con mozas vestidas de domingo. A veces, para el pueblo, la religión es algo así como la cocina suya más dorada y subida por un orfeón a las nubes. Cuando lo dijeron en Por la mañana, en la Primera, no estaban seguros de si era una guasa, pero yo supe desde el principio que no. Y es que hay gente aquí cuya sentimentalidad es un único cajón donde se rebujan como ropita su Jesusito, su cofradía, su pueblo, su equipo, sus infantitas y sus tonadilleras. Sí, es cierto, hay una web que está pidiendo la beatificación de Rocío Jurado, con toda la seriedad que puede tener el asunto para quien se imagina el Cielo como un álbum de fotos. Un admirador fetichista que firma “Rociero”, un creyente con la religiosidad de los pastores, hecha de faltas de ortografía, o la de esos mariquitas de marianismo madrero, está empeñado en que hagan beata a la “sierva de Dios Rocío Jurado”, que piensa que ya tenía manos de santa y se hablaba de tú a tú con la Virgen de Regla. Hasta ha diseñado una estampita y ha buscado en la página del Opus una oración modelo que ha adaptado para el “culto privado”. En televisión la leyeron, con un respeto entreverado de cachondeo: “Dios Todopoderoso, que llenaste a tu Sierva Rocío de abundantes tesoros de gracia en el ejercicio de sus deberes profesionales y artísticos en medio del mundo: haz que yo sepa también santificar mi trabajo y mi arte ordinario y llevar la luz de Cristo a mis amigos y compañeros; dígnate glorificar a tu Siervo y concédeme por su intercesión el favor que te pido... (pídase). Así sea. Padrenuestro, Avemaría, Gloria”. Santa Rocío... Igual lo consigue. El Cielo anda últimamente muy barato y el pueblo ya llevó allí a muchos barbudos, tías monjas, pedruscos y retratos.

El horóscopo y la sanidad. Huyendo de las cucarachas con las que la operación Malaya me llena las noticias, me pierdo en los últimos canales de la tele por cable, donde hay máquinas de abdominales como las de coser, danzas ucranianas y videntes como piratas. Ono tiene todo un canal dedicado a la videncia que es como el ganchillo de unas locas con gato mágico, y en el que aparece brutalmente, a calambrazos, la ignorancia de nuestra época. De todas las estupideces humanas, ésta de la astrología, que nos divide como en ganaderías, me rebela especialmente. La gente en verdad cree que unas agrupaciones arbitrarias de estrellas conducen su vida y que Urano entrando o saliendo de su casa le va a fastidiar el novio o las oposiciones. Veo que telefonea una andaluza y queda muy pendiente precisamente de Urano para saber cómo le va a ir con un ligue de Sevilla y si la van a llamar de la bolsa de trabajo de los hospitales. Y es que en Andalucía, para trabajar, y más si es en el SAS, parece que tienen que darse conjunciones, choques de cometas y planetas que se comen unos a otros. Cuando cambia la vidente y aparece una que adivina hablando con muñecos, llama otra andaluza para que le aclare si un dolor que le viene es muscular o de hueso. Debe de ser que no le funciona la cita del médico por Internet, o que, al fin y al cabo, entre nuestros ambulatorios y una chiflada jugando al mus con calaveras, le da más confianza esto último. La Segunda Modernización ha llegado al zodíaco.

Mejor la teta. En Mejor lo hablamos ya repiten los temas como si Mariló Montero no se acordara de si ha salido otro día con los mismos zapatos. Volvían a hablar de la televisión con especialistas como Bárbara Rey y gente tan independiente como Consuelo Berlanga, que va a sustituir ahora a Juan y Medio. Pero de nuevo, las gafas oscuras de los famosos, la intimidad o el asalto de su chalé o su entrepierna, eran todo lo que le interesaba a la moderadora. Cuando Pilar Rahola y alguien más dejaron caer el problema de la “manipulación de los informativos” en la televisión pública, pasaron a publicidad y luego volvieron con la teta de Janet Jackson. Mejor una teta extranjera que entrar en las muchas vergüenzas locales.