LA TRAZA DEL PODER

Destruída en el siglo XVI, la ciudad de México fue substituída por una ciudad colonial que evolucionó muy lentamente hasta mediados del siglo XIX. Es a partir de ese momento cuando la ciudad inició su expansión, que pronto se demostrará incontrolada. La historia urbana de la capital de la república registró en las denominaciones de su expansión, "colonias" y "fraccionamientos," el complejo origen de sus tribulaciones. Fueron los beneficiarios del fraccionamiento de los bienes del clero y los creadores de colonias agrícolas para extranjeros quienes, a mediados del siglo XIX, iniciaron los negocios inmobiliarios en la ciudad de México.

Desde ese momento y a partir del primer fraccionamiento, la historia política y los negocios inmobiliarios en el Distrito Federal han estado intimamente ligados. Su evolución ha comprendido desde el agente inmobiliario aislado, la incipiente sociedad inmobiliaria familiar y las compañias colonizadoras extranjeras, hasta complejos entrelazamientos entre los aspectos técnico, financiero, social y poíitico que involucra el negocio urbano moderno. Durante el porfiriato los fraccionadores fueron parte del poder local de la ciudad de México, de los bancos, las constructoras y similares.

El negocio con la tierra de la ciudad de México paso inadvertido tanto por los revolucionarios como por los gobiernos locales democráticos que surgieron a partir de la Constitución de 1917 en el Distrito Federal. si ver afectadas sus propiedades notablemente, viejos y nuevos agentes inmobiliarios continuaron el tradicional camino para hacer negocios con el suelo urbano hasta 1928, cuando desaparece el gobierno municipal de la capital. La imagen que ofrece la ciudad de México desde entonces es la de estar sujeta a un crecimiento anárquico, fuera de todo control institucional, aspecto que todavía la caracteriza en nuestros dias.

Este crecimiento ha respondido a las leyes del negocio inmobiliario que desataron los primeros empresarios de la tierra a mediados del siglo pasado, y que puede sintetizarse en el complejo uso del poder político, económico y técnico para llevarlo a cabo.

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