Ernesto Velit Granda
Presidente del Instituto Peruano
de Polemología (I.P.P.)
La prensa norteamericana así como la europea han destacado en los últimos días los importantes beneficios que esperan obtener las principales empresas de defensa de los Estados Unidos, si el presidente George Bush consigue ampliar al aire y al mar lo que hasta ahora ha sido un modesto programa de defensa de mísiles basado en tierra.
Cuatro grandes proveedores - Boeing, Lockheed, Raytheon y TRW - ya están involucrados en el esfuerzo de defensa nacional de mísiles (NMD) que incluye instalaciones en Alaska y Dakota del Norte.
William Hartung, miembro del Instituto para la Política Mundial de la New School en Nueva York, señaló que extender este sistema a barcos, aviones e incluso satélites superará los 60 mil millones de dólares del sistema de Clinton y podría llegar, ya que se habla de un potencial hasta cuatro mayor, a costar de 120 a 240 mil millones de dólares.
El plan de Bush ya fue criticado por los especialistas norteamericanos, porque la tecnología de ese país no está tan desarrollada como para cumplir con los objetivos trazados, en referencia a que la noción de la capacidad del nuevo sistema demandaría un misil que aún debe ser diseñado, ya que tendría que ser más grande, más rápido, más ágil y podría requerir un tipo diferente de barco.
Pese a las decenas de miles de millones de dólares - continúa
Hartung - que Estados Unidos ha gastado en investigación sobre defensa
misilera, desde la época de Reagan, la tecnología para un
sistema de tierra limitado aún no ha sido probada con éxito.
Iván Eland, jefe de estudios de política de defensa del
Cato Institute, manifestó que las tecnologías probadas para
sistemas basados en mar, aire y espacio están todavía a años
luz. Sin embargo, funcionarios de dos de las cuatro grandes empresas de
defensa, Lockheed y Raytheon, expresaron su entusiasmo por el plan de Bush
así como su confianza de que podrían hacer el trabajo.
Analistas de la industria indicaron que si el plan de Bush se concreta, Raytheon se concentraría en fabricar ojivas de mísiles y radares - llamados "vehículos para matar "- mientras que Lockheed, gracias a su sistema de defensa aéreo Aegis que opera desde barcos, se especializaría en el componente naval así como en la producción de mísiles utilizados como blancos enemigos para ser derribados en pruebas.
Boeing probablemente sería el responsable de integrar funciones como comunicaciones y blancos al sistema. Mientras TWR suministraría tecnología de comando y de control.
Los países del Tercer Mundo miran absortos el volumen de una inversión multimillonaria dedicada al negocio de la muerte y con la cual podrían solucionarse los problemas de salud, educación, vivienda, transporte, etc. del 50% de la población mundial.
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Editorial del IPP.
Mayo del 2001
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