Instituto Peruano de Polemología (I.P.P.)
La facilidad con la que el Gobierno norteamericano recurre al uso de su aparato militar para tratar de resolver sus conflictos internacionales muestra, entre otras cosas, la poca efectividad con que la ONU cumple las obligaciones que le imponen su Carta Fundamental. EE.UU. ha encontrado la manera de burlar el filtro del Consejo de Seguridad, donde el derecho a veto de sus 5 componentes bloquearía cualquier acto de fuerza, para en uso de las nuevas doctrinas implementadas en el accionar estratégico de la OTAN, proceder militarmente incluso en regiones no consideradas en el área de responsabilidad de la Organización del Atlántico Norte.
Lo sucedido en Irak, es una clara muestra de lo que afirmamos y de lo que reconocen los politólogos europeos, principalmente. Allí, como lo expresó el Canciller Vedrine de Francia, se vio "el trato preocupante que EE.UU. da a las Naciones Unidas ", en una clara demostración de que "no existe contrapeso para la hiperpotencia norteamericana en el campo de las relaciones internacionales ".
Si a estas situaciones, le agregamos el especial interés puesto por el Gobierno de Clinton para separar a la OTAN del campo de influencia del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y así poder tener las manos más libres para sus operativos militares, entendemos el porqué los países miembros de la Unión Europea asumen posiciones muy diferentes, a menudo contradictorias, frente a las aventuras bélicas de los EE.UU..
Esta diplomacia armamentista, que distingue la política exterior norteamericana, pone en situación muy incómoda, por decir lo menos, el rol de guardián de la Paz en el Mundo que le compete a la ONU. De otro lado, los países tercermundistas reclaman, también, un accionar más efectivo de la ONU ante conflictos como los que hoy sacuden el Continente Africano, donde las luchas tribales por conquistar el poder se acompañan de matanzas de inocentes imposibles de tolerar en el mundo de hoy, y a las cuales las NNUU sólo enfrenta con pronunciamientos de condena sin ninguna consecuencia en el terreno de los acontecimientos. En estos casos, la actitud indiferente de la Europa Occidental hace más condenable y vergonzosa la existencia del conflicto.
La presencia de soldados de las NNUU en el territorio yugoslavo de Kósovo, no logra detener los enfrentamientos armados entre rebeldes independentistas y Ejército de la Federación. Al parecer, la incapacidad de las Fuerzas de Paz hace posible la persistencia y agravación del conflicto por tiempo indefinido, no obstante los acuerdos y los tratados firmados al amparo de las Naciones Unidas.
En el caso de los inspectores de la UNSCOM, enviados a investigar el territorio irakíe en la búsqueda de depósitos de armas biológicas y químicas, los resultados fueron poco menos que desastrosos. Se mostró que muchos de los integrantes de la referida misión, hacían labores de espionaje para EE.UU. e Israel, se comunicaban por vía satélite con sus respectivas centrales de inteligencia, distorsionando totalmente el objeto de su misión y utilizando el emblema de las NNUU para sus tareas francamente violatorias de la soberanía irakíe y concluyendo finalmente con un informe que desató el bombardeo anglo norteamericano, con los resultados que todos conocemos.
Por si fuera poco, la ONU insiste en que Irak reciba nuevamente a la UNSCOM y le permita "culminar su misión ".
Dentro de este contexto, nada halagador para los EE.UU. y mucho menos para la ONU, la diplomacia latinoamericana ya empezó a sentir la presión política procedente de Washington a fin de que, con el argumento de que es preciso reforzar la seguridad y la defensa de la Región, se apoye las nuevas estrategias de la OTAN y se incorporen a ella los países de América Latina dispuestos a ser calificados "socios estratégicos de la OTAN "y a gozar de todos los privilegios que esa denominación conlleva, principalmente la compra de armamentos a muy bajo precio, el uso del territorio para la instalación de bases militares norteamericanas y un trato especial en el manejo de algunos rubros de la Deuda Externa, sobre todo de parte de organismos financieros internacionales muy ligados al Gobierno norteamericano.
Ya al interior de la OEA se han dejado escuchar voces de alarma sobre estos riesgos militares que amenazan a la Región y en el seno del Parlamento Latinoamericano se debatirán pronto los verdaderos alcances de una situación que a no dudar debilita los esfuerzos de Paz en todo el Mundo.
La política de seguridad de los EE.UU. está utilizando
equivocadamente a la OTAN como su brazo armado. Ninguna paz construida
a base del uso sistemático del poder militar tiene garantías
de duración. América Latina ya está advertida.
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