Luis Eduardo
Aute,
artista
integral
Germán
Uribe
Uno
de los personajes de la cultura actual que encaja con mayor
precisión y redondea de mejor manera la idea de artista
integral, ese es sin duda alguna este Luis Eduardo Aute pintor,
escultor, músico, cantautor, guionista, director de cine y
poeta. Recientemente Cuba le rindió un soberbio homenaje durante
la clausura del XIII Festival de la Canción de Autor Barnasants
2008, prestigioso evento realizado por primera vez por fuera de
Cataluña. Como suele ocurrir con aquellas figuras renombradas en
Europa que visitan la isla y que aún no se encuentran bien
posicionadas en nuestro Continente, esta vez fue este artista e
intelectual español quien mereció un fulgurante nuevo
"lanzamiento" con notable eco en toda Latinoamérica.
El señalado
talento de Aute no es cosa de poca monta. Luego de más de 40
años de incansable labor artística, ha sabido expresarse como
pocos en variadísimas ramas, seduciendo de generación en
generación a quienes han tenido el privilegio de acercársele.
Ahí ha estado constante todo este tiempo, y ahí está ahora
vigente este autodidacta emprendedor con toda la carga vehemente
de sus canciones -28 volúmenes discográficos-, de sus poemas, de
su pintura y su cine, siempre en actitud provocadora, exigiendo
con su crítica mirada social venida desde las profundidades de
su ser emocional, el compromiso de todos en la búsqueda de un
hombre mejor, o de aquel "Hombre nuevo" por el que diera su
propia vida el Comandante Ernesto Che Guevara. Y al igual que un
Atahualpa Yupanqui, este humanista íntegro ha concebido su norte
alrededor de una preocupación, la del ser social, señalando
tantas veces a través de su heterogénea obra toda iniquidad que
pueda minarlo o no le permita mantener el rumbo esencial hacia
su realización total y en plena libertad.
El Aute
compositor e intérprete que vine a conocer hace apenas unos años
y que hoy tanto admiro, podría muy bien resumirse para
quienes aún no lo conocen a través de su canción, "Al alba", un
éxito suyo que se ha abierto paso en la memoria colectiva y cuyo
contenido refleja a un cultor de la canción de autor que hace
uso de la "sublevación" -sin ser ajeno a una suerte de lírica
intimista- como materia prima de su inspiración mientras reúne
bellas melodías que le van dando a sus ideas la fuerza de una
razón incontestable. Ya sean canciones políticas o canciones de
amor, en todo caso todas ellas parecen conjugar en él ese mismo
anhelo de protestar proponiendo pero, eso sí, sin dejar de lado
la belleza, la ternura y el amor, manifestaciones que han
acompañado siempre al hombre en sus empresas.
"Si mi música
le sirve a alguno, y de esa experiencia sale un poco más
sensible —ni siquiera más culto, sino solo un poco más
sensible—, ya eso vale la pena", acaba de decir en Cuba. Y sí
que ha sido así.
En todo caso,
en el empeño por acercar al lector a la vida y obra de este
completísimo "animal cultural", intentaré un repaso breve
enumerando unas pocas de sus múltiples actividades artísticas.
Nació en
Manila el 13 de septiembre de 1943. De padre catalán y madre
filipina, desde niño mostró pericia como dibujante y pintor y a
raíz del regalo que le hicieran sus padres de una cámara de ocho
milímetros dejó ver su temprana obsesión por el cine. A los ocho
años canta en un hotel de Madrid interpretando para el público
"Las hojas muertas". En 1960, en la Galería Alcón, se atreve con
su primera exposición individual de pintura. En el 61, con su
primer guión de cine y un cortometraje de 20 minutos, concursa
para la revista Primer Plano. Y como para reafirmar el impulso
apasionado de su decidida y prematura vocación de mezcladas
tendencias culturales, escribe "Los últimos estertores", un tipo
de libro con textos, poemas y guiones. ¡Y apenas bordeaba los 18
años!
El
4 de marzo de 1983, en el teatro Salamanca de Madrid, provoca un
hito. Junto a Teddy Bautista, Pablo Milanés, Silvio Rodríguez y
Joan Manuel Serrat, y en dos funciones seguidas, presenta el
concierto "Entre amigos", grabado en directo y mereciendo con él
el Premio Nacional del Disco 1983 del Ministerio de Cultura
español. En el 86 y en homenaje a Neruda graba "20 Canciones de
Amor y un Poema Desesperado", recitando al final uno de sus
poemas con el acompañamiento a la guitarra de Paco de Lucía. Más
tarde, en grabación conjunta, le dedica a Joaquín Sabina su
canción "Pongamos que hablo de Joaquín". Y en 1993, acompañado
de Silvio Rodríguez, adelanta una gira tras la edición del disco
"Mano a Mano" llevándolos a culminar aquel recorrido con la
grabación en directo desde la Plaza de Las Ventas de Madrid el
24 de septiembre un notable concierto de tres horas y media.
Su
filmografía, hasta 2001, podría sintetizarse así: compuso la
música de "Emilia... parada y fonda", actuó en "El gran Gato",
fue el guionista de "A flor de piel" y asumió la fotografía, el
guión, la música y la dirección de "Un perro llamado dolor".
De ahí en
adelante Luis Eduardo Aute no ha parado. Viaja, canta, compone,
hace cine, concursa, escribe, publica, hace amigos, protesta,
recita sus versos, opina, expone sus pinturas y esculturas y, en
fin, continúa la marcha de un intelectual y artista
endemoniadamente completo.