Karen
Vidal Segovia
Egresada de la Facultad de Psicología de
la Universidad del Desarrollo (Concepción, Chile).
Diciembre 2004
Son muchas las
disciplinas que se desprenden de la filosofía oriental. Entre estas se
encuentra la del Tao, que es apreciado por sus adeptos como una forma de vida,
la cual se rige por máximas escritas en el Tao Te King, libro que constituye el
pilar fundamental de la disciplina taoísta.
El objetivo de este paper es indagar en
algunos fundamentos que constituyen la base de la disciplina del Tao y
presentar los puntos de cruce entre éstos y la teoría Humanista-Experiencial.
La inquietud que me lleva a desarrollar este tema es indagar mas sobre esta disciplina oriental y la idea de la posibilidad de reforzar la intervención psicoterapéutica a través de la utilización de los recursos que ofrece, los cuales pueden ayudar a poner en marcha un experienciar distinto en el cliente.
Comenzaré con una breve delimitación tanto
del Tao como de la psicoterapia Humanista-Experiencial para finalmente exponer
las relaciones teóricas existentes entre ambos.
El Tao es una disciplina filosófica de
origen chino. Muchos creen que el autor de esta disciplina es Lao Tse,
contemporáneo de Confucio (551-479 a.C.), y cuyo libro Tao Te King es uno de
los pilares fundamentales del taoísmo (http://geocities.datacellar.net/kandeal/,
http://www.religioustolerance.org/taoism.htm).
La palabra "Tao" puede ser
popularmente traducida al español como el sendero o camino. Sin embargo es
básicamente indefinible. Debe ser experienciado. Se refiere a un poder que
envuelve, rodea y fluye hacia todas las cosas, vivas y no vivas. El Tao regula
los procesos naturales y el balance del Universo. Además incorpora la armonía
de los opuestos (http://www.religioustolerance.org/taoism.htm).
Es difícil llegar a una definición de lo
que es el Tao en si, ya lo dice Lao Tse en el primer párrafo del primer
epigrama del Tao Te King: "El Tao que puede ser explicado no es el Tao
eterno." En este epigrama Lao Tse le da la connotación a la palabra Tao de
una realidad inefable, trascendente, inmanifestada, anterior al Universo y al
Ser mismo (Soublette, 1990).
El Tao es una actitud ante la vida, su
práctica lleva a recorrer el camino de la vida misma. La práctica del Tao es el
reencuentro cotidiano con la vida en la plenitud que nos ofrece cada instante
presente, y no ya con aquella constante ansiedad e insatisfacción que nos
produce el apego a deseos, a sentimientos superlativos, a rencores y envidias.
La comprensión del Tao no es una labor intelectual, sino una experiencia vital.
La sabiduría que se busca en el camino taoísta, es la del superar las
perspectivas personales para obtener una conciencia de la realidad más
universal, más próxima a la verdad, menos distorsionada por nuestros intereses,
nuestras apetencias, nuestras capacidades y habilidades disímiles. (http://geocities.datacellar.net/kandeal)
El destino de los seres
es circular por ese curso circular universal de interdependencia entre todas
las cosas que en el existen, y acoplarse a él sin rebeldía ni reticencia, fluir
en armonía con él y seguir relajadamente su trayectoria, renunciando a
cualquier impulso egocéntrico(http://geocities.datacellar.net/kandeal).
En consecuencia el Taoísmo es una forma de vida, una manera
de ser y de actuar, un modo de ver la realidad y de estar en el mundo. Su
objetivo fundamental es transformar la vida humana para unirla al orden cósmico
del que forma parte y hacerla una fiel expresión del Tao. La meta de la vía
taoísta es conocer la realidad suprema, y a través de este conocer la profunda
verdad del ser humano y la ley que rige el orden universal, lo que supone
descubrir el vínculo que une a ambos (http://geocities.datacellar.net/kandeal).
Al taoísmo no le interesa un conocimiento
puramente mental, abstracto y teórico, desvinculado de la vida, como es el que
domina la vida del hombre occidental moderno. El conocimiento que busca la vía
del Tao es un conocimiento realizativo. El conocimiento del Tao tiene que ser
vivido para ser comprendido. Es una verdad para ser vivida con la totalidad del
ser, que para ser realizada exige una participación de la persona entera: con
su cuerpo y su alma, con su inteligencia y con su sentimiento, con su estómago
y sus pulmones (http://geocities.datacellar.net/kandeal).
La psicoterapia experiencial trabaja con
las experiencias actuales, con el sentimiento directo de la complejidad de las
situaciones y de sus dificultades (Gendlin, 1973). El objetivo principal de la
terapia es conceptualizar el proceso de terapia en marcha, tal como lo
experimenta el cliente. El fenómeno central es el experienciar entendido como
una corriente de sensaciones que ocurre en el presente inmediato, cuya
naturaleza es organísmica, preconceptual y en este sentido guía la
conceptualización. Esta corriente de sensaciones es significativa o es fuente
de significados, de este modo las personas pueden hacer referencia a ella y
formar conceptos (Reyes).
En la psicoterapia Humanista-Experiencial
es a través de la experiencia y el vivenciar que el hombre puede ir auto
desarrollándose, evolucionar, aprender y relacionarse. Le da una importancia a
la vivencia en el presente la que lleva a abandonar la centración tradicional
en el "hacer" y se enfoca en cambiarla por la valoración del
"ser", abriendo espacio a los significados y relevancia de la
experiencia (Bagladi).
Lo que se desea lograr es un empuje
y una reconstrucción del proceso vital del cliente a partir de la autenticidad
con que se da la relación cliente-terapeuta, dando espacio a la colorida gama
de sentimientos con los que viene cargado el cliente, buscando que como meta
logre a abrirse a la vida.
En la visión orgánica del universo que
sustenta el taoísmo filosófico toda manifestación del ser es dual y encierra
los contrastes y tensiones implícitos en toda interacción de polaridades, no
pudiendo existir un aspecto del fenómeno sin su opuesto complementario. De la
relación de aspectos opuestos complementarios, tal que no se puede concebir la
existencia del uno sin la del otro, ni la modificación del uno sin el cambio
del otro. Sólo cabe esperar estados de equilibrio dinámico y no la imposición
definitiva de uno sobre el otro, o la aniquilación de uno de ellos por la
acción del otro (http://geocities.datacellar.net/kandeal).
El Tao promueve la armonía de los
opuestos, entre el Yin y el Yang, los cuales son los aspectos polares
constituyentes del Ser, y es a partir de esta interrelación que se generan
todas las cosas que animan el Universo. Ying y Yang es una polaridad dinámica
complementaria y armónica: la razón de la sombra la encontramos en la luz
existente, y lo esencial de la luz es que disipa la oscuridad http://geocities.datacellar.net/kandeal).
En este sentido la teoría
Humanista-Experiencial, conceptualiza al hombre como un ser compuesto, como una
organización compleja, dentro de la cual actúan las diferentes partes que lo
caracterizan. Se visualiza al ser humano como portador de partes y polaridades
en su interior. Cada parte interna supone la antítesis o cualidad polar, la que
permanece en el fondo (dando relieve a la experiencia presente), pero
conservando la potencialidad necesaria para emerger como figura en algún momento
(Zalaquett y Bagladi, 1986 cit. en Bagladi). Este punto además concuerda con un
principio básico de la Gestalt, el cual hace referencia a la estructuración de
las partes en un todo dotado de significado que las partes tomadas
individualmente no tenían. La psicología Gestáltica explica al individuo a
través de este concepto en el que el ser total es mas que la suma de sus
partes. Los problemas psicológicos brotan a menudo de la incapacidad de
integrar los diversos aspectos de la personalidad en un todo organizado
(Papalia y Wendkos, 1987).
La gran mayoría de las personas están, sin
embargo, demasiado atemorizadas de lo que puede haber dentro de sí mismos como
para llegar a plantearse siquiera esta decisión de incluir los diferentes polos
que conforman su Ser, o bien ha perdido en tal grado el contacto con sus
vivencias más internas que no experimentan conscientemente conflicto alguno. En
el primer caso, se sienten demasiado inaceptables como para enfrentarse a sí
mismos, y se contraen con temor o repugnancia y recurren a mostrar la conducta
"aceptable" o automática que los demás están dispuestos a tolerar. En
el segundo caso, ni siquiera se dan cuenta de que experimentan este rechazo:
simplemente, lo llevan a cabo en forma automática e inconsciente. Consecuencia
de esto es llevar una vida-máscara, en la que lo que se muestra en público es
"lo que yo creo que ellos quieren" o las diversas formas de
congraciarse. El otro lado de la moneda -lo privado- es, por supuesto, lo que
la persona tiene que enfrentar todos los días: sus propios temores,
inseguridades, soledad, alineación (Celis, 2000).
El no aceptar un aspecto o vivencia
determinada de nosotros mismos produce, en síntesis, división interna,
alienación: un lado (el que se niega a aceptar) lucha contra el otro (la
vivencia o aspecto) (Celis, 2000).
Es con esta actitud que según el Tao Te
King se produce la pérdida del sentido verdadero (o Tao) que vivimos, y cómo
intentamos reemplazarlo con otros valores secundarios que superficialmente
parecen seguir el camino del Tao, pero verdaderamente se desvían de éste
(Soublette, 1990):
Cuando se pierde el Tao,
entonces la Vida
Perdida la Vida, entonces el amor
Perdido el amor, entonces la justicia
Perdida la justicia, entonces la moral
La moral es la carencia de fe y lealtad,
y el comienzo de la confusión
Según el Tao el mundo esta poblado por los "diez mil
seres", todos ellos muy diferentes los unos de los otros. El Tao es
inmanente a ellos, por tanto todo lo que existe tiene al Tao como fuente
originaria. Pero en el mundo fenoménico, los distintos seres exhiben
naturalezas diferentes y por lo tanto comportamientos y experiencias
específicas. A este núcleo ontológico de cada cosa que la hace diferente de las
demás, el taoísmo ha dado el nombre de Te, lo que se refiere a lo que cada ente
recibe del Tao, y en virtud de lo cual cada ente se manifiesta en el mundo
fenoménico tal como es, con características y propiedades especificas. El Tao
es aquello de donde nacen las cosas y el Te es aquello por lo que son lo que
son (http://geocities.datacellar.net/kandeal).
La disciplina del Tao tiene como base una serie de
epigramas contenidos en el libro principal de esta filosofía, el Tao Te King.
Cada epigrama implícitamente encierra un contenido, el cual es sentido por cada
lector de manera diferente, según su Te, sus experiencias y según lo que en su
interior haga sentido. Cada mandato escrito por Lao Tse pretende orientar las
palabras o acciones a ello que lleva la experiencia hacia delante (http://geocities.datacellar.net/kandeal).
El que las palabras "ajusten" o se "sientan correctas"
significa que lo que se ha dicho, simbolizado o hecho estaba ya implícito en la
experiencia previa de cada persona. Implícito tomado en el sentido de no
formado todavía, no completamente en marcha aun, y por tanto, susceptible de
ser formado en muy distintos modos (Gendlin, 1966).
La lectura del libro del Tao y de su virtud puede ser un
paso experiencial, a partir del cual puede darse un cambio sentido, un
movimiento producido por las letras explícitamente escritas, pero sentido
internamente a partir del mensaje implícito que estas encierran y que a cada
individuo resuena en su interior de manera distinta. Es en este sentido que los
epigramas del Tao Te King son una forma de uso experiencial de los conceptos,
de simbolizar la experiencia sentida de los lectores, tomando el simbolizar no
en el sentido de representar símbolos, sino que simbolizar en relación a los
acontecimientos externos (en este caso palabras y acciones propuestas por
otros) y estos eventos se adecuan de tal modo a los sentimientos
preconceptuales o implícitos del individuo que el proceso es llevado adelante.
Algunos epigramas contenidos en el libro del Tao están
escritos en forma de metáforas, lo cual puede ser relacionado con las técnicas
usadas en terapia de tipo Eriksoniana, en la cual se recurre al uso de cuentos
e historias que produzcan un anclaje interno en el sujeto, una relación de
símbolos internos que pongan en marcha la experiencia. Se pueden utilizar
además las enseñanzas de Lao Tse a modo de siembra, es decir, lanzar como una
semilla en un campo algún epigrama que tenga relación con la experiencia que
trae el cliente, puede que estas semillas en algún momento broten, brotarán si
es que tienen que brotar, si al cliente le hacen sentido y lo ponen en contacto
con su corriente de sensaciones. Detrás de estas metáforas o siembras esta la
idea de cambio, de movimiento, transformación.
Un ultimo punto a exponer, en el cual se cruzan la Terapia
Humanista-Experiencial con la disciplina taoísta, es en el énfasis que hacen
ambas en la superación de la escisión mente/cuerpo. El enfoque
Humanista-Experiencial considera la existencia de una unidad fundamental
mente/cuerpo. El cuerpo es considerado una fuente de mensajes acerca de lo que
somos, como actuamos y sentimos, también como receptor y medio de expresión de
lo que ocurre en nuestras imágenes, pensamientos, emociones e intenciones
(Bagladi). Se pretende ir mas allá de las dicotomías, el cuerpo vivenciado,
propuesto por Merleau-Ponty, supera las fragmentaciones presentes en la época
moderna.
Desde la visión del dualismo cartesiano, en el hombre
hallamos dos realidades confrontadas: su ser corporal exterior (animal)
sometido fatalmente a las leyes naturales (entendidas como imposiciones
externas) y su ser mental interior, que piensa, siente, desea y orienta su
voluntad. En esta visión dual, la mente es un fantasma emplazado en un cuerpo y
la filosofía debe explicarnos cómo es posible que uno influya sobre el otro (http://geocities.datacellar.net/kandeal).
Para el pensamiento taoísta nuestro comportamiento no se
halla vinculado a la Ley Natural (principio que rige todas las cosas,
"Tianli") por estar aprisionados en un cuerpo. No es por el hecho de
tener un cuerpo que la Ley Natural nos condiciona desde fuera de nosotros
mismos, permitiéndonos ser de cierta manera e impidiéndonos ser de otra
distinta. El hombre para el taoísmo es una unidad inescindible de la totalidad
de la naturaleza. Cuerpo y mente son aspectos de una misma unidad. De ahí que,
la Ley Natural como modalidad intrínseca de la manifestación del Tao, no puede
vivirse como exterior al hombre mismo. No tiene sentido postular algo exterior
al Tao. Cada uno de nosotros es una unidad en la Gran Unidad (http://geocities.datacellar.net/kandeal).
Un proceso experiencial autentico puede ser el punto de partida de muchas técnicas diversas. La base de la psicoterapia no es la técnica sino el proceso autentico, no es la técnica sino la manera vivencial en que ocurre lo que la hará o no efectiva. Toda técnica puede usarse de modo experiencial si la experiencia del terapeuta y del cliente constituyen la base y la guía de la técnica misma (Gendlin, 1973).
En términos generales el enfoque Humanista-Experiencial basa el uso de técnicas en el énfasis de lo personal y único. Para esto se vale de la creatividad y el juego, la experiencia y la comunicación con y desde el cuerpo y el uso de diferentes marcos de referencia y modos de representación, recurriendo a elementos tales como la metáfora, el lenguaje analógico y la paradoja (Kalawski, 1983; Bagladi, 1988 cit. en Bagladi).
A partir de lo anterior se puede concluir que el uso de los mensajes presentes en los epigramas que conforman el libro del Tao pueden ser una herramienta útil como una manera de invitar al cliente a chequear internamente si le hace sentido o no cual o tal frase. Se debe tener en consideración la destreza del terapeuta de saber en que momento y como utilizarlos de manera que tengan una resonancia interna en el cliente y den paso a un nuevo experienciar, y a las características personales del mismo.
Respecto a esto último me parece de especial importancia tomar en cuenta el propio experienciar del terapeuta al momento de encontrarse frente a cada uno de los epigramas que conforman el libro del Tao, algunos pueden tener una mayor resonancia en el que otros, pero si algo se mueve podría ser de mucha ayuda para lograr empatía con el cliente, y a la vez ayudaría al cliente a sentirse más comprendido y a ponerse en contacto con su propio experiencia. Concluiré este trabajo con una frase que hizo que en mi algo se moviera:
"Tres tesoros poseo y guardo: uno es el amor; la sobriedad el segundo y el no atreverme a anteponerme a nadie en el mundo el tercero. Al tener amor, soy fuerte. Porque soy sobrio, soy generoso. Porque no oso anteponerme a nadie, soy idóneo para guía"
·
Bagladi, V. Enfoque Humanista Experiencial: Una
delimitación.
·
Celis, A. (2000) Aceptación y niveles de consciencia en
psicoterapia transpersonal en Revista Praxis Vol. Nº2.
·
Gendlin, E. (1966) Existencialismo y Psicoterapia
experiencial. En: Psicoterapia Experiencial y focusing: La aportación de
E.T.Gendlin (pp. 31-56).
·
Gendlin, E. (1973) Psicoterapia Experiencial En:
Psicoterapia Experiencial y focusing: La aportación de E.T.Gendlin (pp. 143-
195).
·
La Pagina del Tao (2004). Consultado en Noviembre 20, 2004
en www.geocities.com/kandeal.
·
Ontario Consultants on Religious
Tolerance (2004). TAOISM. Consultado en Noviembre, 21, 2004 en
www.religioustolerance.org/taoism.htm.
·
Papalia,D.,Wendkos, O. (1987). Psicología. México:
McGraw-Hill.
·
Reyes, G. El estilo Experiencial en psicoterapia: Una
promesa de integración.
·
Soublette, G. (1990). Tao Te King. Santiago, Chile:
Cuatro Vientos.
( * ) El presente artículo es
una contribución personal de la autora al desarrollo del sitio, razón por la
cual, sus puntos de vista no necesariamente tienen que reflejar una coincidencia
total con los de las restantes páginas del sitio. Dado que la romanización de los
nombres chinos difiere, deben tenerse en cuenta las siguientes correspondencias:
"Lao Tse" = "Lao zi" y "Tao Te King" = "Tao
Te Ching".