MEDITACIONES
PARA CUARESMA
Estas meditaciones sobre el Siervo de Dios son una preparación cuaresmática para la Pascua.
Enviadas durante Marzo de 1999
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"El Señor quiso que su siervo creciera como planta tierna que hunde sus raíces en la tierra seca. No tenía belleza ni esplendor, su aspecto no tenía nada atrayente; los hombres lo despreciaban y lo rechazaban." Isaías 53:2.
Señor Jesucristo, hundiste tus raíces en nuestra humanidad, que somos como una tierra seca,
árida, sin vida verdadera cuando no nos dás tu vida. Naciste en medio del desprecio de los
hombres, cuando no le abrimos la puerta de nuestras casas a tu madre y a tu padre cuando ibas
a nacer en este mundo. Como en medio del desierto naciste y creciste como un pobre entre los
pobres, y por eso le dijiste a los discípulos que los zorros tienen madrigueras pero vos no
tenías donde reclinar tu cabeza. No tenías la belleza del mundo, aunque el mundo fue creado
por vos y para vos. No tenías el esplendor de la vanagloria de los hombres, aunque eras el Sol
de Justicia que venía a iluminar nuestras tinieblas. Y te despreciamos y te rechazamos porque
tu rostro no nos atrajo, de hecho estamos más ocupados en que nuestros propios rostros atraigan
que en descubrir que nos invitás a seguirte constantemente, que nos pedís volvernos a vos.
Te despreciamos y te rechazamos porque no formabas parte de nuestras prioridades.
Señor Jesucristo, que pueda yo hundir más bien mis raíces en tu Palabra y que no halla otra
belleza, ni esplendor que me atraiga sino tu gloria misma. Escucha mi oración y que pueda ser
digno, por tu infinita misericordia, de poder participar de tu Reino eterno, ahora y por siempre.
Amén.
"Era un hombre lleno de dolor, acostumbrado al sufrimiento. Como a alguien que no merece ser visto, lo despreciabamos, no lo tuvimos en cuenta. Y sin embargo, él estaba cargado con nuestros sufrimientos, estaba soportando nuestros propios dolores." Isaías 53:3-4
Señor Jesucristo, si eras un hombre lleno de dolor era porque cargabas mis dolores, si eras un
hombre acostumbrado al sufrimiento era porque conocías bien mi sufrimiento. Mi historia y mi
vida, era tu vida, especialmente por el dolor y el sufrimiento que bien lo conocias. En realidad
esa es la consecuencia del pecado en mi. Y no solo cargabas lo mío sino lo de todos los hombres
, especialmente de los más pobres y los más necesitados. De los pobres, los que tienen más dolor
y más sufrimiento. Sé que por ellos tenés un amor especial y cuántas veces nos los pusistes de
modelo, como cuando hablaste de la viuda que dió lo único que tenía, o como cuando aquél hombre
vendió todo lo que tenía por comprar el terreno donde estaba el tesoro. Señor Jesucristo, que yo
pueda verte y contemplarte sin que no te vuelva mi rostro, que pueda entrar en ese misterio de
tu sacrificio cuando llevabas mi carga, mi peso, mi dolor. No es fácil comprender esto, Señor.
Pero creo que has cargado las consecuencias del pecado en mi vida para llevarme a una vida nueva,
a tu Reino de Gloria. Padre de bondad, Dios nuestro, que por la humillación de tu hijo nos has
restaurado la vida, ayúdanos a vivir fuera de la esclavitud del pecado y a disfrutar de los gozos
del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
"Nosotros pensamos que Dios lo había herido, que lo había castigado y humillado. Pero fue traspasado a causa de nuestra rebeldía, fue atormentado a causa de nuestras maldades; el castigo que sufrió nos trajo la paz, por sus heridas alcanzamos la salud." Isaías 53: 4-5
Señor Jesucristo, tus heridas nos han traído la Paz. Pero tu Paz Señor no es como la que da el
mundo y por eso a veces no la comprendemos, y otras veces no la aceptamos. El mundo nos atrae
tanto que hasta queremos configurar tu Paz con la paz que viene de los hombres. Aunque sufriste
el castigo que nos ha traído la Paz seguimos equivocándonos y no comprendemos que tu Paz no es
tranquilidad, ni es tampoco estar libre de problemas, o de tentaciones, y por eso no nos gusta
o no la entendemos. Tu Paz no nos libra incluso de la batalla que tenemos que librar contra
nuestra carne que nos limita, ni nos evita luchar contra el mundo que nos seduce ni contra el
demonio y sus huestes espirituales, aunque ya hemos ganado en vos toda victoria, pero tu Paz aún
nos lleva a la batallay por eso no nos gusta o no la entendemos. Tu Paz Señor, a veces va
contra nuestra propia naturaleza humana caída porque nos hace ir ante tu Reino, donde se hace tu
voluntad y no la nuestra. Fuiste traspasado por nuestras rebeldias precisamente para darnos la
Paz que nuestra propia rebeldía y nuestras propias maldades habían perdido. Por ti Señor
recobramos la verdadera Paz. Señor Jesucristo, tu que estás sentado a la derecha de Dios Padre
y gobiernas el Universo entero, haz que vivamos fundamentados en tu verdadera Paz, por honor de
tu nombre, que esta sobre todo nombre.
Amen.
"Todos nosotros nos perdimos como ovejas, siguiendo cada uno su propio camino, pero el Señor cargó sobre él la maldad de todos nosotros" Isaías 53: 6
Mi Señor y Dios yo igual que todos, yo soy como una oveja perdida cuando sigo mi propio camino y
no tu voz. Señor Jesús, vos sos el buen pastor que da la vida por las ovejas. Sabemos que has
dado tu vida por nosotros que estabamos perdidos como ovejas fuera del redil. Perdidos en
nuestros propios caminos, sedientos y con la poca agua que podemos encontrar en nuestros propios
pensamientos, en nuestros propios caminos, sin beber de esa agua que solo vos das, de la que al
tomarse uno no vuelve a tener sed jamás. Todos vamos como ovejas, siguiendo su propio camino
cuando nos interesa nuestro propio destino sin importarnos cual es tu plan de amor para. Nos
perdemos y de repente nos descubrimos alejados del rebaño y lo que es peor, alejados del pastor,
...es como estar alejados de la casa del Padre. Jesús, vos que sos el buen pastor que da su
vida por las ovejas, das tu vida no solo para reestaurarnos sino mejor aún para darnos una vida
nueva. Jesús vos que sos la puerta que nos conduce al redil, nos invitas y nos llamas a entrar.
Jesús vos que sos el camino, la verdad y la vida, nos haces caminar en tu verdad dándonos así
la verdadera vida. En tu sufrimiento cargaste sobre tu vida nuestra maldad, el castigo que cada
uno de nosotros merecía por haberse perdido siguiendo su propio camino. Que la luz de tu verdad
, oh Dios, ilumine nuestro camino, que nos guíe cuando nos extraviamos, para que volvamos al
camino de la santidad... ...Por Nuestro Señor Jesucristo.
Amén.
"Fue maltratado, pero se sometió humildemente y ni siquiera abrió la boca;" Isaías 53:7a
Subiste a Jerusalén Señor, para sufrir la pasión, para ser maltratado y someterte humildemente,
humillándote hasta la muerte y entrar así en el misterio de la redención de los hombres.
Condúceme igualmente así a Jerusalén para que participando de tu sufrimiento pueda tener parte
de tu gloria eterna. Te sometiste humildemente como un cordero llevado al matadero. Nunca fue
más elocuente y expresivo el amor de Dios que en tu silencio de cordero inmolado en sacrificio
por todos. En silencio doloroso soportaste la flagelación en tu cuerpo: "Después de haberlo
hecho azotar se lo entregó para que lo crucificaran" Mateo 26:27. ¿Acaso existe alguna relación
entre tu cuerpo, y el mío que por las flagelaciones en tu carne rompiste los vínculos del pecado
en mi cuerpo? Tu flagelación probablemente inspiró a San Pablo cuando dijo: "Castigo mi cuerpo
y lo obligo a obedecerme, para no quedar yo mismo descalificado después de haber enseñado a otros"
I Cor 9:27, y también cuando dijo "...porque si viven ustedes conforme a los deseos del hombre
pecador, morirán; pero si por medio del Espíritu hacen ustedes morir tales deseos, vivirán" I
Cor 8:13. Fue en la flagelación de tu cuerpo cuando comienza la Pasión, el sufrimiento redentor
que nos trae la paz. Fue allí donde tu sangre se derramó por nosotros, como cuando nos lo
dijiste en la cena de Pascua: "...esta copa es el nuevo pacto confirmado con mi sangre, la cual
es derramada en favor de ustedes" Lucas 22:20. Que esto sea realidad en mi vida Señor, dame la
fortaleza para morir a mi mismo y así no obstaculizar ese plan de amor de tu sangre derramada en
mi favor. Señor de poder y misericordia, por honor a tu santo nombre, concédenos caminar sin
tropiezos hacia los bienes que nos tienes prometidos.
Amén
"...lo llevaron como cordero al matadero, y él se quedó callado, sin abrir la boca, como una oveja cuando la trasquilan" Isaías 53: 7b
Señor igual que el cordero de la pascua, que separó a Israel de los egipcios, así apartas un
pueblo de entre los pueblos todos de la tierra. Si por la sangre de aquel cordero apartaste a
tu pueblo de la esclavitud del faraón, cuanto más no nos separarás a nosotros, cuando por la
sangre del verdadero cordero nos aparta de la esclavitud del pecado. Has entregado tu vida por
la salvación de todos, por la santificación de todos, para que libres de la esclavitud del pecado
nos apartemos para tu Reino de gloria eterna. Y no solo proclamamos tu muerte sino que
admiramos la muerte de tantos mártires que han dado la vida, como vos la diste. En ese misterio
pascual, anunciamos tu muerte como la de un cordero llevado al matadero. Tu muerte Señor se nos
cotidianiza en nuestras vidas, se ha convertido en un concepto teológico muy hermoso, un
designio perfecto del amor de Dios.¡Qué bueno nos suena todo esto y cómo admiramos a quienes te
imitan en tu sufrimiento, porque también compartirán tu gloria! ...pero qué poco lo entendemos,
cuando nos toca a nosotros pasar la prueba. Cuando nos toca sufrir y escuchar las carcajadas de
los triunfadores a nuestro lado. -Sabemos que sos un Dios de amor y con el poder para darnos
fuerza en medio de toda prueba. Lo más probable es que el dolor nos duela y la humillación sea
muy humillante, y el sufrimiento no precisamente nos haga cantar un canto de alabanza y de gozo.
Sin embargo, Dios Padre Nuestro, danos, por tu misericordia, el don precioso de la fidelidad,
para que así como Jesús, tu Hijo, en sus días de vida mortal te suplicó con gritos y llanto, y
volvió su corazón al tuyo en medio de sudores y sangre, que igualmente nosotros junto con los
martires y santos de todos los tiempos podamos volver nuestro corazon a vos, para que muriendo a
nosotros mismos, muriendo al pecado en nuestras vidas, participando así del verdadero sentido de
la muerte de tu Hijo, podamos participar así de su victoria. Por Jesucristo Nuestro Señor.
Amén.
"Se lo llevaron injustamente, y no hubo quien lo defendiera; nadie se preocupó de su destino. Isaías 53:8a
Señor Jesucristo, solo una vez les pediste a tus discípulos que "se preocuparan de tu destino"
cuando les pediste que te acompañaran en oración en el huerto de Getsemaní. Apartaste a tres de
ellos, a Pedro, a Santiago y a Juan, a los tres que te habían visto en le monte Tabor en la
transfiguración cuando hablaste con Moisés y Elías. Y cuando les llamaste fue después de tu gran
declaración de amor durante la Cena de Pascua, cuando nos revelaste el misterio de la Nueva
Alianza, sellada por tu sangre, derramada por nuestra salvación, por nuestra liberación. Y aún
con todo esto, ellos no se preocuparon de tu destino y se quedaron dormidos. Y en esa oración
Señor sufriste el dolor profundo del tormento de tu corazón humano, y sudaste sangre. "Habiendo
ofrecido en los días de su vida mortal oraciones y súplicas con poderosos clamores y lágrimas al
que era poderoso para salvarle de la muerte" Heb. 5: 7, y los tres discípulos se durmieron, igual
que nosotros que nos dormimos cuando debemos de "velar y orar contigo". Y, antes de que te
llevaran injustamente, cuando te capturaron, tres veces fuiste a buscarles para recibir de ellos
el consuelo de la solidaridad afectiva de tres amigos en tu hora, y las tres veces los
encontraste dormidos... aunque les habías ya recriminado diciendo "Ni siquiera una hora
pudieron ustedes mantenerse despiertos conmigo?"... y "porque la carne es débil" por eso nos
dormimos, y porque la carne es débil por eso muchas veces pecamos... Por todas esas veces, Señor
que nos encontras dormidos a nosotros también, porque nuestra carne es débil y nos limita...
te pedimos perdón Señor. Nos llamás a velar y orar contigo en oración y nos dormirnos, e igual
que los discípulos en Getsemaní oímos tu reproche de amor a participar en esa hora de oración de
tu misterio redentor, haz que podamos velar y orar con tigo. Dios, Padre nuestro, que podamos
permanecer despiertos y unidos en oración, velando y orando para apartarnos para tu honra y para
tu gloria, por Jesucristo Nuestro Señor.
Amén.
"Lo arrancaron de esta tierra, le dieron muerte por los pecados de mi pueblo" Isaías 53:8b
Habiendo crecido como planta tierna que hunde sus raíces en la tierra seca de la humanidad caída,
te arrancaron y te dieron muerte. Y la muchedumbre de mi pueblo te gritó: "¡Crucifícale!
¡Crucifícale!". Y tu muerte Oh Señor, fue la verdadera batalla, el verdadero combate cuando el
amor eterno de Dios se enfrentó con nuestra carne y sus consequencias pecaminosas, ...pero
también fué el verdadero sacrificio por los pecados de mi pueblo. Y también el verdadero
sacrificio por mis propios pecados. Moriste por mí, para que la muerte ya no reinara en mi
cuerpo mortal, sino que más bien tu muerte misma diera nueva vida a nuestra vida libre ya de le
esclavitud del pecado. Porque el pecado fue el motivo de tu muerte Señor, infunde en mi corazón
la firme decisión de no pecar. Señor Jesús, enséñame a no caer en tentación porque el perdón de
mis pecados ha sido comprado con el tesoro más grande que puede existir: tu vida misma entregada
en la cruz. La culpa de cada uno fue comprada con la sangre del que es inocente. Padre y Señor
nuestro, que nos has redimido con la sangre de tu Hijo, míranos con bondad y condúcenos hacia la
verdadera libertad y herencia eterna. Por Jesucristo Nuestro Señor.
Amén
"Lo enterraron al lado de los hombres malvados, lo sepultaron con gente perversa, aunque nunca cometió ningún crimen ni hubo engaño en su boca". Isaías 53:9
Señor Jesús, antes de tu sepultura misma estabas al lado de hombres malvados, ...cuando fuiste
levantado en la cruz, estabas en el Golgota junto a dos ladrones, dos hombres pecadores como
todos, ...dos que merecían la condena de muerte, estaban junto a vos, que a diferencia de ellos
morías sin haber cometido ningún. Uno de ellos le llamamos el buen ladrón y al otro el mal
ladrón. Señor, no me gusta identificarme con el mal ladrón que decía: "Si tú eres el Mesías..."
Lucas 23: 39, el no creía que eras el Mesías, no tenía fe aunque te estaba viendo a su lado,
aunque estabas cercas de él. Igual pasa conmigo Señor, cuando me centro en mi sufrimiento y en
mi dolor incapaz de verte a ti, aunque estas allí conmigo, a mi lado y aunque haya visto tus
obras no tengo fe en vos, y con mi conducta te reprocho, igual que él, diciendo "Si tu eres el
Mesías...." Y el buen ladrón, lo admiramos porque cuando moría logró decirte: "Jesús acuerdate
de mí cuando comienzes a reinar" Lucas 23: 42; ...qué difícil morir sufriendo y serte fiel.
Dame Señor tu gracia para ser testigo tuyo hasta en el momento mismo de mi muerte, como cuando a
ese hombre le prometiste estar contigo en el Paraíso. Dios Padre que estás en los cielos, dame
la gracia de ser fiel en la tentación, de aguantar en la prueba y de ser testigo de tu Hijo,
tanto en mi vida como en mi muerte. Por Jesucristo Nuestro Señor.
Amén
"El Señor quiso oprimirlo con el sufrimiento. Isaías 53:10a
¿Porqué quisiste oprimirlo con el sufrimiento? Dios y Señor mío te quiero preguntar el porqué de
su dolor, y el porqué de ese querer oprimirlo. Tu repuesta es la misma que tuvo Jesús en
Getsemaní probablemente, solo tu silencio que irrumpe sonoro cuando calla nuestra palabra y
cuando estamos dispuestos a recibir tu palabra. Tu silencio eterno muchas veces es la palabra
más explícita para las categorías finitas de nuestra humanidad. ¿Porqué siendo él Tu Hijo debía
sufrir el sacrificio? ¿Porqué quisiste... ...o al menos permitiste el sufrimiento de los que
sufren? ¿Porqué también quisiste mi sufrimiento cuando yo sufro? ... Y tu repuesta es el
silencio, y es cuando estás infinitamente cerca y a la vez infinitamente lejos. Y tu repuesta
es el silencio, donde nos hablás callando y callás hablando para luego sorprendernos en tu
misterio de amor y de vida. Sólo el abandono total de Jesús Tu Hijo, en las manos de Tu silencio
, de Tu abandono y de Su propia muerte puede dar sentido al silencio que quizás sea la única luz
en nuestra noche oscura de la fe. Señor mi Dios, si en medio de nuestro dolor solo tu silencio
escuchamos, danos la gracia no de comprenderte sino más bien de perseverar amándote. Por nuestro
Señor Jesucristo.
Amén.
"...Y puesto que él se entregó en sacrificio por el pecado, ..."Isaías 53:10b
Cuando Juan Bautista te vió a lo lejos dijo: "Miren éste es el cordero de Dios que quita el
pecado del mundo" Juan 1:29b. Yo no solo te veo a lo lejos sino que quiero seguirte y ser tu
discípulo, sé bien que has muerto en sacrificio por mis pecados y no solo por los míos sino por
los de todo el mundo, sé que tu sangre establece la nueva y eterna alianza con los hombres, pero
qué difícil es hacer esto una realidad en nuestra vida, y lograr que el pecado ya no reine nunca
más en nosotros. Y es que muchas veces hemos hecho de tu vida una doctrina, un discurrir
filosófico o una vanidad intelectual y nos hemos olvidado que es "el sacrificio por el pecado".
Señor Jesús que pueda reconocer antes que nada que no veniste tanto a iluminar la historia del
hombre con tu riqueza humana sino que como un nuevo Adán, por tu obediencia, has levantado la
humanidad caída por el pecado y reestauraste lo que por la desobediencia del primer Adán se había
perdido. ...Y ayúdanos a no caer en la tentación más líbranos del mal, gloria a tu nombre, que
vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén
" ...tendrá larga vida y llegará a ver a sus descendientes; por medio de él tendrán éxito los planes del Señor". Isaías 53:10c
Señor mi Dios, sé que tenés un plan personal para mi vida, sé que con gran ilusión de Padre desde
el seno de mi madre tenés esos planes para conmigo. Por medio de Jesús es que todos esos planes
pueden llegar a tener éxito en mi vida. Cuántas veces Padre, he obstaculizado tus planes en mi
vida, poniéndo mis planes primero, poniendo mis temores primero. Es solo en Jesucristo tu Hijo
que tienen éxito tus planes, por eso es que es necesario morir a uno mismo, participando de la
misma muerte de Cristo, de tal forma que así podamos también participar de su resurrección. Padre
, yo quiero tener parte en tus descendientes, no por mis méritos sino por tu inmenso amor e
infinita misericordia. Que pueda exclamar un día, igual que San Pablo, "ya no soy yo quien vive,
sino Cristo quien vive en mí". Pues así como tus planes tuvieron éxito en Jesús tu Hijo, cuando
murió en la cruz, igual en mí tengan éxito cada vez que muera a mí mismo para tener vida en ti.
Por Jesucristo, nuestro Señor, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Amén
"Después de tanta aflicción verá la luz, y quedará satisfecho al saberlo; el justo siervo del Señor liberará a muchos, pues cargará con la maldad de ellos." Isaías 53:11
Al cargar con nuestra maldad nos has dado "La Libertad", es decir la libertad verdadera es decir
no la falsa libertad que llevó a Adán y Eva a elegir el pecado al comer del fruto del "árbol del
conocimiento" sino más bien aquella que nos libera de la desobediencia del pecado. Nos has dado
una libertad a la que todavía no nos acostumbramos totalmente, porque frente a nosotros está
siempre la bendición y la maldición, está siempre la vida y la muerte, obedecer y desobedecer,
frente a nosotros siempre está El Camino que nos lleva a la vida verdadera junto a la encrucijada
de los otros caminos. Tu redención Señor nos ha traído una libertad que todavía no sabemos
vivir. Señor mi Dios, vos que conocés el secreto más íntimo de nuestro corazón, y que conocés
nuestra voluntad que todavía no vive en libertad, condúcenos a tu presencia cada momento, para
vivir, por el sacrificio de Tu Hijo Jesús en la cruz, el llamado a la libertad verdadera, puesto
que no hemos recibido un espíritu de esclavitud sino de libertad verdadera. Por Jesucristo
nuestro Señor.
Amén
"Por eso Dios le dará un lugar entre los grandes, y con los poderosos participará del triunfo, porque se entregó a la muerte y fue contado entre los malvados..."Isaías 53:12a
Fuiste contado entre los malvados, entre los pecadores porque veniste precisamente para anunciar
la libertad a los que estaban presos, a rescatar a los débiles, a sanar a los enfermos, a buscar
a los que estaban perdidos, a darle vida nueva a los malvados. Y por eso fuiste una
contradicción ante los buenos, porque no eras como ellos, y por eso te contaron con los malvados.
Te hiciste malvado con el malvado para ganarlo. Y por ser contado entre los malvados,
murmuraron en contra tuya, por eso mismo nos dijiste que seríamos dichosos si por hacer la
voluntad de Dios murmuraban en contra nuestra, y porque lo hicieron con vos cómo no lo van a
hacer con nosotros, si es que te seguimos. Pero muchas veces Señor nuestros criterios son
distintos a los tuyos, nos gusta ser contados con los buenos para que los demás sepan que somos
tambien buenos, y si nos cuentan con los malvados nos deprimimos y nos entristecemos. Padre
Santo, que nuestro corazón esté firme en tus caminos y obediente a tus preceptes como Jesús, tu
Hijo Nuestro Señor que por ser obediente siempre, fue contado incluso entre los malvados. Por
Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
"...cuando en realidad cargó con los pecados de muchos e intercedió por los pecadores." Isaías 53:12b
El sumo sacerdote profetizó: "Ustedes no saben nada, ni se dan cuenta de que es mejor para
ustedes que muera un solo hombre por el pueblo y no que toda la nación sea destruida" Juan 11:49.
Esta frase de Caifás tiene dos sentidos, el ajusticiar a un reo político para poner fin a una
insurrección anti romana o el sacrificar al cordero de Dios para poner fin al pecado de la nación
. De esta manera Dios y Caifás coincidieron en la muerte de Jesús, pero por motivos diferentes:
Uno por salvar de la destrucción eterna del pecado y el otro por afirmar el orden socio político
del imperio Romano. En realidad la consecuencia eterna del pecado es aún más desastroza que la
embastida mas cruel y sanguinaria que los romanos pudieran haber hecho a la nación. Sin embargo,
era necesario que una persona muriera y no solo por el bien de la nación, sino también por todas.
Las naciones de todos los tiempos. Jesús murió por todos, incluso por los romanos, tanto fue
así que hasta intercedió por ellos diciendo: "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen"
Lc. 23:34.
Y así Jesús fue todo por todos, fue sacerdote y sacrificio; él mismo, Dios y el templo. El
también sacerdote que intercede por nosotros y por cuyo medio nos reconciliamos; el sacrificio
que nos reconcilia; el templo en el que nos reconciliamos; y el Dios con quien nos hemos
reconciliado.
Perdona las culpas de tu pueblo, Señor, y que tu amor y tu bondad nos libren del poder del pecado
, al que nos ha sometido nuestra debilidad. Por nuestro Señor.
Amén