Un rabino hablaba con Dios acerca del Cielo y el Infierno:
“Yo te mostraré el Infierno”
dijo el Señor y lo condujo a un gran salón
en donde había en la mitad
una gran olla con rica sopa,
el olor que despedía era exquisito,
pero la gente sentada alrededor estaba hambrienta y desesperada;
todos sostenían cucharas con largas asas,
estas eran más largas que sus brazos,
por lo tanto era imposible llevar la sopa a sus bocas
Su sufrimiento era terrible.
“Ahora te mostraré el Cielo” dijo el Señor”
y lo llevo a otro salón similar al primero:
una olla con rica sopa, idénticas cucharas,
pero ellos estaban bien alimentados y felices,
hablaban y gozaban la compañía,
en su sonrisa amable se traslucía el gozo.
El rabino no entendía que sucedía:
“Es simple” dijo el Señor
Ellos han aprendido a alimentarse el uno al otro
"Anónimo"