INTRODUCCION
Extracto de una carta del
padre Andrés Coindre, fundador de los hermanos del
Sagrado Corazón, al hermano Borgia: oposición a los
proyectos de fusión de monseñor Cattet; consideraciones sobre los padres Animé
y Rouchon. Según la expedición
autógrafa, archivos de los hermanos del Sagrado Corazón, dossier André Coindre. Edición íntegra en
“Cartas del padre Andrés Coindre”, pp. 65-71. Según
el hermano Xavier, primer miembro de la conbregación
de los hermanos del Sagrado Corazón, el instituto con el cual monseñor Cattet
deseaba entonces unir el suyo era aquel de Champagnat (cf.Memorias del hno. Xavier,
manuscrito en los archivos de los hermanos del Sagrado Corazón, pp. 21-22; y en
la Vida del padre Coindre,
p. 185). Así entonce, a los ojos del arzobispado, la
situación de los hermanitos de María era ya suficientemente crítica para que se
piense en esta medida extrema. La franca oposición del padre Coindre hace, temporalmente al menos, descartar este
proyecto. Pero después de su muerte, acaecida el 30 de mayo siguiente, la idea
de una fusión será de nuevo retomada y propuesta esta vez por el consejo archiepiscopal mismo (cr. OM doc. 159).
TEXTO
Le génie remuant de M. Cattet nous apprend la conduite
que nous avons à tenir. Il est des hommes qui veulent tout défaire pour
refaire à leur manière. Défions nous d'un pareil système. On ne peut rien
refaire dans la nature de ce qu'elle a produit sans une destruction totale;
et encore on n'est pas sûr que ce qui a été réduit en poudre vienne de
nouveau entrer dans la constitution d'une production nouvelle. Il en est de
même des oeuvres de la grâce. C'est bien peu connaître les hommes et les
oeuvres de Dieu que de penser à de telles fusions. C'est comme si l'on disait
de fondre tous les ménages pour n'en faire qu'un, tous les états pour n'en
faire qu'un. D'ailleurs, s'ils sont contents, que faut il de plus? On ne
tracassera pas, je le pense bien, parce que sans doute on ne gêne personne. |
La manía remodeladora del P. Cattet nos
enseña la línea de conducta que hemos de seguir. Hay individuos que lo
quieren deshacer todo para poder después rehacerlo a su estilo. Debemos
desconfiar de semejante proceder. No es posible en la naturaleza rehacer
cosas que ella misma ha producido, sin el riesgo de una destrucción total. Y
aún después no quedaría claro si lo que se redujo a polvo entrará a formar
parte constitutiva del nuevo producto. Sucede lo mismo en el mundo de la
gracia. Realmente indica que se conoce muy poco a los hombres y a la obras de
Dios cuando se pretenden semejantes fusiones. Es algo así como si se dijera
que hay que reunir todos los matrimonios para no hacer sino uno solo; todos las naciones, para hacer una. Además, si la gente
está feliz y contenta como está, ¿qué más se puede pedir? No molestamos a
nadie. Yo creo que se nos dejará de insistir en el asunto. |