EL NOMBRE DE MARIA: LOS MARISTAS Y CHAMPAGNAT

Por el H. Aureliano Brambila

Cuando llega el 12 de septiembre de cada año, día del santo nombre de María, nuestro calendario religioso nos recuerda que estamos celebrando la fiesta patronal de los Padres Maristas; y, por si fuera poco, la fiesta de la Familia Marista completa. O sea, del conjunto de las 5 ramas que forman la Sociedad de María.

¿Y, qué tiene que ver todo ello con nuestras escuelas maristas del Padre Champagnat? Pues, veamos un poco.

Desde luego, no falta quien se imagine a un Marcelino Champagnat, aislado, fundando a los Hermanos Maristas en las grandes ciudades y no pensando sino en ellos. ¡Nada más alejado de la realidad! Desde seminarista (1813-1816) perteneció al grupito de aquellos 11 jóvenes que, capitaneados por Juan Claudio Courveille, se comprometieron a trabajar con todas sus fuerzas a fundar la Sociedad de María. Esta institución contaría con varias ramas: padres, hermanas, hermanos y seglares. Y puesto que estaría totalmente dedicada a María sus miembros se llamarían “maristas”. Serían la presencia de María en las misiones extranjeras y en las populares, en los liceos, en las escuelas, entre la gente sencilla de la parroquia, en las oficinas,... y por todos lados.

Marcelino no sólo contribuyó a fundar esa Sociedad de María, sino que en compañía de gente como Colin, Chanel, Terraillon, Bourdin,... pronunció sus votos de religioso como Padre Marista aquel inolvidable 24 de septiembre de 1836. Chanel llegará a ser martirizado en 1841 allá en las misiones maristas de Oceanía. La Iglesia lo llama San Pedro Chanel. Es el primer miembro la Sociedad de María canonizado. Otros lo serán después, mártires y no mártires, están en camino, empezando por nuestro Beato Marcelino...

Colin, Chavoin, Champagnat, Perroton son nombres importantes en la Sociedad de María. Cada uno de ellos merecería un libro completo, o mejor, una colección. Los une una gran devoción a la Santísima Virgen. Tienen en mucha estima su nombre.

Cuando Marcelino le escribió al Rey Luis Felipe para solicitar la autorización de los Hermanos enseñantes, le decía: “Elevado al sacerdocio en 1816, aun antes de dejar el seminario de Lyon, pensé seriamente en crear una sociedad de maestros que creí deber consagrar a la Madre de Dios, persuadido de que el solo nombre de María atraería muchos candidatos. Fui colocado como vicario en una parroquia rural; lo que vi con mis propios ojos me hizo sentir todavía más vivamente la importancia de poner sin más en ejecución el proyecto que meditaba hacía tiempo. Comencé, pues, a formar algunos maestros. Les di el nombre de Hermanitos de María [Petits Frères de Marie]. Un rápido éxito en pocos años justificó mis conjeturas y superó mis expectativas.” (Carta al Rey, PS 34, 1834).

Y cuando le escribió a Colin: “Si el postulante pide consejo acerca del Instituto que debe abrazar, hay que proponerle uno distinto al nuestro que le merezca mayor confianza. Sin embargo, si muestra predilección por la Sociedad de María en atención, sobre todo, de nuestra Patrona [María], hay que acogerlo con gusto haciéndole ver lo bien que sabe colocar su confianza al ponerla en la Madre de Dios.” (Carta a Colin, PS 55, 1835).

Ante todo esto comprendemos porqué nuestras Constituciones de 1986 dicen, al hablar de nuestro origen y nuestro nombre: “Conforme al deseo del Fundador, nuestra caridad se extiende a todos los demás Institutos. No obstante, hay lazos peculiares que nos unen a las demás familias nacidas de la Sociedad de María, con las cuales queremos irradiar en la Iglesia el espíritu de María que nos es común.” (10,3) “El Padre Champagnat quiso darnos el nombre de María para que viviéramos de su espíritu.” (4,1) “Contemplamos la vida de nuestra Madre y Modelo para impregnaron de su espíritu. Sus actitudes de discípula perfecta de Cristo inspiran y configuran nuestro ser y nuestro actuar.” (4,2) “Queremos hacerla conocer y amar como camino para ir a Jesús. Actualizamos así nuestro lema: “Todo a Jesús por María, todo a María para Jesús” (4,3).

LA SOCIEDAD DE MARIA

COURVEILLE JUAN CLAUDIO,

Sacerdote, promotor de la Sociedad de María, monje benedictino. Nació en Usson-en-Forez (Loire), el 15 de marzo de 1787. Tiene una niñez muy especial: amenazado con la ceguera. Muy devoto de María desde su familia: en casa ocultan la estatua de Ntra. Sra. de Chambriac. Obtiene una curación milagrosa de sus ojos en la Catedral del Puy (1809), se consagra a María (1810), ingresa a Verrières ese mismo año; va Apinac a estudiar con su tío sacerdote (M. Beynieux). Tiene la “revelación del Puy” el 15 de agosto de 1812. Estudia ahí filosofía y primer año de teología. En 1814 pasa al Seminario St.Irénée, de Lyon. Comunica su proyecto de fundar una congregación religiosa (1815). Recibe el Diaconado el 21 de julio de 1816, y al día siguiente el Presbiterado. Estuvo en Verrières (1816), Rive-de-Gier (1817) y Epercieux (1819). Junto con los dos Colin envió una carta al Papa (1822-01-25) tratándole el asunto de la Sociedad de María. Vivió con el P.Champagnat desde 1824 hasta mayo de 1826. Después de una infructuosa tentativa de fundación en St.Antoine se dio un poco a la vida de sacerdote errante yendo de diócesis en diócesis. Por fin, en 1836 entró a la Abadía de Solesmes con Dom Guéranger. Ahí murió santamente el 25 de septiembre de 1866.

Su contribución a la fundación de los maristas

· A él se debe la idea original de fundar una Sociedad de María.
· Fue él quien celebró el 23 de julio de 1816 en Fourvière, cuando el grupito de aspirantes maristas hizo su promesa de hacer todo lo posible por establecer la proyectada Sociedad de María, con sus varias ramas.
· El nombre de “maristas” es también idea de Courveille.
· El le puso a nuestra casa cerca de St.Chamond: “L’Ermitage de Notre-Dame.”
Ayudó económicamente, de manera sustancial, al P.Champagnat.
· Era hombre de ideas, pero no de realizaciones. Sus limitaciones militaban fuertemente en contra suya.
· Ya en Solesmes, ofreció su fracaso (de haber sido prácticamente expulsado de la Sociedad de María) para que el Señor bendijera a esa Obra de María.

COLIN JUAN CLAUDIO,

Sacerdote marista. Fundador de la Sociedad de María. Nacido en Barberies, Rhône el 7 de agosto de 1790. Huérfano a las 4 años. Su tío Sebastián lo educa. Es de salud muy frágil. Entra al Seminario menor de St.Jodard en 1804, al de Alix en 1809 y al de Verrières en 1812. Ingresa al Seminario Mayor de Lyon (St.Irénée) en 1813. Es ordenado sacerdote el 22 de julio de 1816. Nombrado vicario de la parroquia de Cerdon, donde su hermano Pedro es el Párroco (1816). Escribió junto con su hermano y el P. Juan Claudio Courveille una carta a Pío VII, el 25 de enero de 1822. Visitó al Nuncio Macchi en París ese mismo año, al recibir la respuesta de Roma. Profesor del Seminario menor de Belley (1825). Superior de ese Seminario en 1829. Es elegido Superior Central de la Sociedad de María en 1830. Realizó un viaje a Roma para tramitar la aprobación de la Sociedad en todas sus ramas (1833). Es elegido Superior General de la Sociedad de María el 24 de septiembre de 1836. Presentó su dimisión el 9 de mayo de 1854. Se retiró a la Neylière. Tuvo fuertes dificultades con su sucesor, el P. Favre (1863). Tuvo también serias dificultades con la rama de las Hermanas Maristas. Participó en los Capítulos de 1866 y de 1870. Arregló sus diferencias con los superiores mayores de los Padres Maristas. Murió en la Neylière el 15 de noviembre de 1875. El decreto de la introducción de su causa está firmada por Pío X, el 9 de diciembre de 1908.

Padres Maristas:

· Fundados en Cerdon, Ain (1816).
· Primera casa formal: Belley, Ain (1825).
· Hasta 1836 permanecieron en dos grupos, como organizaciones diocesanas: en Belley con el P.J.C.Colin y en Lyon con el P.M.Champagnat.
· Aprobados por Roma el 11 de marzo de 1836.
· Nacieron para las misiones (populares e internacionales) y la enseñanza secundaria.
· Algunas referencias: J.Coste, “Cours d’histoire de la Société de Marie”, Rome, 1965

CHAMPAGNAT MARCELINO JOSE BENITO

Nació el 20 de mayo de 1789, en el Rosey (Marlhes), Loire. La familia Champagnat gozaba de aprecio entre los habitantes de la comarca y disfrutaba de holgura económica. Fueron 10 hijos del matrimonio Champagnat-Chirat. Tuvo graves dificultades para poder instruirse cuando niño. Los maestros del área eran incompetentes. En 1805 ingresó al seminario menor de Verrières. En 1813 pasó al seminario mayor de Lyon (St. Irénée). Los esfuerzos que tuvo que realizar para sacar adelante la carrera eclesiástica, en varias líneas, fueron grandes y constantes. El último año de su estancia en St.Irénée perteneció al grupo de aspirantes maristas iniciado por Courveille. Recibió el orden sacerdotal de manos de Mons. Dubourg (Obispo de Nueva Orleáns, USA) el 22 de julio de 1816. Su primer destino fue como vicario de Lavalla. Ante las situaciones de pobreza de la niñez y juventud de la parroquia se decidió a fundar el Instituto de los Hermanitos de María, el 2 de enero de 1817. Dejó de ser vicario de Lavalla en 1824. A partir de este año su dedicación a la obra de los Hermanos fue total. Logró en poco tiempo un gran desarrollo de la naciente Congregación. Al mismo tiempo se dedicaba a la rama de los Padres. En 1830 fue nombrado “superior de los Padres Maristas” de la diócesis de Lyon. El 24 de septiembre de 1836 hizo su profesión religiosa como padre marista. Batalló enormemente, sin éxito, en la obtención de la aprobación legal de su Instituto por parte del gobierno francés. Supo formar a los Hermanos, incultos como llegaban, en el arte de la educación de los niños. Supo formar comunidad de religiosos. Supo formar hombres capaces de gobernar el Instituto una vez que él desapareciera. Murió en el Hermitage el 6 de junio de 1840, rodeado de sus Hermanos y acompañado de su cariño. Los había amado como a hijos y ellos, en reciprocidad, lo amaban como a padre. Su Obra seguirá siendo a través del tiempo y del espacio la mejor garantía de que la fe permite todas las audacias. La clave de su éxito fue María, a quien él atribuía todo: “Ella lo ha hecho todo entre nosotros”. Fue beatificado el 29 de mayo de 1955. Canonizado por Juan Paulo II, el 18 de abril de 1999

Hermanitos de María

· Rama no prevista en el proyecto en su primer momento. Entró en el proyecto gracias a la insistencia de Marcelino Champagnat, todavía seminarista.
· Fundados el 2 de enero de 1817 en Lavalla, Loire.
· Aprobados por el gobierno francés en 1851.
· Aprobados por Roma en 1863.
· Actualmente extendidos por todo el mundo

CHAVOIN, JEANNE MARIE: MERE SAINT-JOSEPH.

Fundadora de las Hermanas Maristas. Nacida en Coutouvre (Loire) el 29 de agosto de 1786. Poco se conoce de su infancia. Cuando llegó a los 16 años, en compañía de su inseparable amiga, Marie Jotillon, se alistó en un asociación piadosa fundada por el seminarista Lefranc. En 1810 conocerá al nuevo Párroco de Coutouvre: Pierre Colin, hermano de Juan Claudio, el fundador de los Padres Maristas. Quiere ser religiosa, pero no siente atractivo por ninguno de los institutos u órdenes religiosos existentes. En 1816 el P. Lefranc le aconseja que funde una comunidad religiosa. En 1817 pasa a Cerdon con los sacerdotes Colin. El 6 de junio de 1824 se da la primera toma de hábito de las Hermanas y la elección de Jeanne Marie Chavoin como Superiora General. En 1825 pasa con todo y comunidad a Belley, a la Casa llamada Bon-Repos. El 29 de abril de 1853, a causa de dificultades con el P. Juan Claudio Colin, Jeanne Marie presenta su renuncia como Superiora General. Vive primero, como simple religiosa, en Meximieux, hasta 1855, y luego pasa a Jarnosse. Aquí funda una pequeña obra parroquial que expresa de bulto lo que considera que es el carisma de las Hermanas fundadas por ella. Sus últimos años son como el testamento espiritual que deja a su Congregación. Murió en Jarnosse el 30 de junio de 1858, relegada, viendo cómo su Instituto tomaba otros derroteros. Será Vaticano II, casi un siglo después, quien con su invitación de volver a las fuentes hará que las Hermanas Maristas se encontraran de nuevo con su Fundadora y siguieran la inspiración original.

Hermanas Maristas

· Fundadas en 1817, en Cerdon (Ain).
· Aprobadas por Roma en 1884.
· Carisma original: trabajar como asistentes parroquiales (siendo una presencia mariana entre la gente sencilla que necesita ayuda).
· Algunas referencias: Bulletin de l’Institut, Vol. 29, pp. 318-319; Jessica Leonard, “El triunfo de un fracaso”, St. Paul Publications.

FRANÇOISE PERROTON:

Nacida en Lyon, de familia pobre, en 1796. Su instrucción inicial la debe a las Hermanas de San Carlos. Las organizaciones parroquiales de St.Nizier a las que pertenece desde muy niña complementan su bagaje cultural. En 1811 perdió a su padre. En 1833, en compañía de su madre se va vivir en las casa de la familia Jammot. Esta es una familia de comerciantes. A los 42 años, muerta la Sra. Jammot y su propia madre, se convierte en el ama de llaves de la Casa Jammot. Esto le da status y la pone en contacto con un círculo de gente importante y culta, entre ellos Federico Ozanam. Su sensibilidad a la cuestión social se acrecienta con semejantes contactos. Es socia activa de la obra misionera de Pauline Jaricot. Precisamente mediante la lectura de los “Anales de la Propagación de la Fe” percibe su vocación misionera. En el número de septiembre de 1843 la publicación de una carta de las mujeres de Ouvea dirigida a los cristianos de Lyon fue para ella el llamado concreto de Dios a dejarlo todo e irse hasta el otro extremo del mundo. En 1845, ayudada por el P.Eymard (SM) y por el Capitán Marceau (miembro de la T.O.M.) emprendió sola el viaje de su vida: a las Islas del Pacífico. Tenía entonces 49 años. Antes de salir de Lyon, fue agregada a la Tercera Orden Marista y su nombre fue colocado en el corazón de oro que cuelga del cuello de la estatua de Nuestra Sra. de Fouvière, sumándose a los nombres de todos los demás misioneros maristas en Oceanía. Llegada a Ouvea once meses después inicia una vida misionera extraordinaria con un grado inculturación que daría envidia a los mejores tratadistas de este tema hoy día. Pasó 12 años sola, “en su isla” entre puros nativos. Luego empezaron a llegar los refuerzos de Francia. Un grupo de 10 mujeres, socias de la T.O.M., venían a vivir y trabajar como ella. En 1873 emprendió el segundo gran viaje de su vida, ahora hacia la casa del Padre. En su tumba se lee: “Hermana de la Tercera Orden de María”.

Hermanas Misioneras de la Sociedad de María

· Nacieron de la Tercera Orden Marista. Poco a poco, y con la ayuda de religiosas venidas de Francia, y otras locales, fueron constituyendo la cuarta rama religiosa de la Sociedad de María: las S.M.S.M.
· Fueron aprobadas en 1931
Su núcleo fuerte se encuentra en las Islas del Pacífico
· Algunas referencias: Bulletin de l’Institut, Vol. 29, pp. 68-73 y 320-322; Antoine Forissier, “Présences de Marie”, Nouvelle Cité; Marie Cécile de Mijolla, “Les pionnières maristes en Océanie”, Rome.

TERCERA ORDEN MARISTA
· Rama contemplada desde el proyecto original.
· El Sr. Juan Claudio Javier Colard, uno de los primeros miembros de la tercera orden, en compañía con Delaunay, Dominget, Philipon, Viennot,...dirigirá en 1832 el internado de La Favorite, en Fourvière (Lyon).
· Rama aprobada por Roma en 1850, gracias a su asesor del momento: el entonces sacerdote marista San Pedro J. Eymard.
· Los Padres Maristas han sido siempre los asesores eclesiásticos de la Tercera Orden: Detours, Pompallier, Forest, Eymard...
· Los miembros de la Tercera Orden adquieren diversos grados de compromiso, que va desde la simple promesa a los votos.
Algunas referencias: Charles Girard, “Maristes Laïcs”, Rome.

EL PRIMER SANTO CANONIZADO MARISTA: PEDRO CHANEL

Nació el 12 de julio de 1803, en La Potière (Montrevel), Ain. Ingresó al seminario menor de Meximieux en 1819. Inicia sus estudios en el seminario mayor de Brou en 1824. Recibió el orden sacerdotal de manos de Mons. Devie, su obispo, el 15 de julio de 1827. Es enviado a la parroquia de Crozet. En 1831 se convierte en aspirante marista. Es nombrado director espiritual del Colegio de Belley. El 24 de septiembre de 1836 hace su profesión religiosa como sacerdote marista. Se embarca hacia Oceanía en compañía de cuatro padres y tres hermanos maristas el 24 de diciembre de ese mismo año. Llega a Futuna con el H.Marie Nizier el 12 de noviembre de 1837. Es martirizado el 28 de abril de 1841. En 1888 es reconocido oficialmente como mártir por el Papa León XIII; en 1889 es declarado Beato. El 12 de junio de 1954 es canonizado en Roma. Es una vida de una finura mariana extraordinaria. Sembrador humilde de Evangelio, muriendo para que otros cosechen en enorme abundancia.

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