PATRIMONIO ESPIRITUAL MARISTA
CEPAM
H. A.Brambila
MARCELINO CHAMPAGNAT Y LA ESPIRITUALIDAD MARISTA
MARCELINO CHAMPAGNAT
(01) Nuestro Fundador es de los
hombres cuya propia vida es el mejor libro que escribieron. La acción del
Espíritu Santo se ve en sus vidas. Me importa más saber cómo caminó Marcelino
que dónde puso sus pisadas.
“Nos
hablaba a menudo del cuidado que la divina Providencia tiene de aquellos que
confían en ella, y en particular por lo que se refiere a nosotros. Y cuando nos
hablaba de la bondad de Dios y de su amor por nosotros, nos comunicaba ese
fuego divino del cual él estaba lleno, y en tal medida y fuerza que las penas y
los trabajos de la vida, con todas sus miserias, no hubieran sido capaces de
desquiciarnos.” (Testimonio del H. Lorenzo, OM 756)
(02) Sin embargo lo más específico
de este hombre es que se trata de un cristiano carismático, en el sentido
teológico de la palabra. Es alguien particularmente al servicio de ese Santo
Espíritu para fundar una nueva familia en la Iglesia y establecer una
determinada espiritualidad, como camino a Dios. Se experimenta a sí mismo como
tomado de algún modo por una inspiración divina, que no puede ahogar.
“Tengo
siempre la firme creencia de que Dios quiere esta obra en este tiempo en que la
incredulidad hace tan espantosos progresos; pero quiere quizá otros hombres
para asentarla.” (PS 004, Carta a Simón Cattet, Vicario General de Lyon, Mayo
de 1827)
(03) Hemos de quitarnos ideas
equivocadas acerca de nuestro Fundador. Con frecuencia insistimos demasiado en
los aspectos de su riqueza humana, a veces reales, otras, simplemente
imaginarios (auténticas autoproyecciones). Y así, hacemos depender el establecimiento del Instituto
de su fuerza de voluntad, de su constancia, de su firmeza, de su tesón, de su
alegría... Si no vamos un poco más profundo, todo esto sería quedarse en la
periferia, pues ciertamente no somos la excrecencia
de una exuberancia visceral, ni el eructo de un hombre satisfecho. Algunos
ideólogos de la “visión de futuro” nos quisieran hacer pensar que todo depende
de la grandeza de nuestros sueños y de la habilidad de llevarlos a cabo. Sin
embargo, hay mucho más, sobre todo en las obras de Dios...
(04) El Señor tomó a Marcelino desde
su pobreza y lo fue haciendo a la medida de la misión que le iba a confiar.
Dios lo fue preparando poco a poco. Cuando llegó el momento previsto por su
Providencia, Champagnat se dedicó a la fundación del Instituto con toda
naturalidad y sencillez así como con gran decisión y energía. Él muchas veces
dijo que Dios se complacía en utilizar a los poca cosa, pues así quedaba más de
manifiesto que la obra era sólo suya (esto es, de Dios).
“Se
presentan también muchos novicios, pero casi todos pobres y muy jóvenes. Sin
embargo tres tienen la edad de la razón, pues han pasado ya los treinta años.
Uno es hombre de negocios, otro zapatero y el tercero, hombre de nada. Pero con
nada hace Dios grandes cosas.” (PS 001, Carta al H. Juan María Granjon, Enero de 1823)
(05) La desproporción entre la misión
encomendada y las capacidades personales le resulta evidente a nuestro
Marcelino, y eso desde su aceptación del llamado a la vida sacerdotal. De ahí
que la frase más recurrente en su pluma y en sus pláticas vaya a ser: “Si el
Señor no edifica la casa, en vano se cansan los albañiles”
“Termino
rogándole que no me olvide en sus oraciones, pues veo más que nunca la verdad
de lo que dice el profeta rey: “Nisi Dominus...”. (PS 003, Carta al P. Filiberto Gardette, Mayo de 1827)
(06) La vida de Marcelino siguió la
ruta de la del “Siervo de Yavé”, que actúa aún contra
sus gustos e intereses personales. Todo lo soporta por llevar adelante el
designio de Dios, aún su propia muerte.
“El
P. Champagnat tuvo sus penalidades; yo las conocía bien. Sin embargo, él
continuaba de frente con su obra con el valor de siempre, caminando con un
corazón ligero por en medio de un sinnúmero de vicisitudes; [y es que él]
apuntaba por encima de sus intereses personales, y no soñaba sino en trabajar por
Dios y para Dios solo. Uno de los grandes merecimientos de este sacerdote era
su paciencia en las dificultades y su silencio en la amargura [del sufrimiento].” (Carta del Pbro. José Luis Duplay, Director espiritual
de Marcelino Champagnat, Verano de 1840)
Y su gran capacidad de amar “a lo
Jesús”, venía del Espíritu Santo, quien nos hace amar con el amor de Dios.
“Si
yo interrogo a mi corazón, a mis sentimientos, al dolor que me causa la menor
de sus desgracias, a sus angustias que son las mías, a sus fracasos que son
motivo de mi angustia, a los veinte años de mi solicitud, todo eso supone que
yo pueda con valor y sin temor dirigirles las palabras que el discípulo muy
amado pone al principio de todas sus cartas: “amados míos, amémonos unos a
otros, porque la caridad viene de Dios.” (PS 079, Carta Circular a los
Hermanos, Enero de 1837)
(07) Nuestros primeros Hermanos
pudieron haber dicho, parafraseando el testimonio del P. Terraillon, “a través
de la existencia del P. Champagnat pasó Dios hasta nosotros. No sabía leer
bien, y nos enseñó a leer. No sabía escribir bien, y nos enseñó a escribir. De
nosotros, analfabetas, hizo maestros”.
“El
25 de noviembre de 1850, el P. Terraillon, echando una mirada retrospectiva,
junto con un Padre Marista (Mayet mismo) , para
contemplar la mano de Dios en los orígenes de la Sociedad, le decía: “¡El P.
Champagnat reunió un grupo de Hermanos para formarlos;
y sin embargo, él [personalmente] ignoraba lo que les
enseñaba. Les enseñaba a leer, y él mismo no sabía leer [bien]; a redactar, y él no ponía atención a las reglas gramaticales
cuando escribía!...” (P. Terraillon, OM 701)
(08) Sí, el Espíritu actuaba desde
la persona de Champagnat. Su enorme mérito fue haberse dejado hacer,
voluntariamente, por Dios como aquélla que dijo: “He aquí la esclava del Señor,
hágase en mi según tu palabra”. Lo que algunos denominamos, el “Angelus de Marcelino”:
“Un
Párroco de la diócesis de Lyon, condiscípulo en el Seminario Mayor del P.
Champagnat, decía, a unos 25 años de distancia de la fundación de los Hermanos,
lleno de asombro: “Dios lo escogió y le dijo: ‘Champagnat, haz esto’; y
Champagnat lo hizo...” No podía explicar de otra manera un éxito tan
asombroso.” (P. Terraillon, OM 701)
(09) Simplemente fue un hombre
trabajado, modelado por ese Espíritu, fuerza de Dios... Dios lo santificó y lo
llevó a su plenitud. Es Dios quien lo hizo santo. La Iglesia simplemente lo
reconoció como tal al anteponer a su nombre el título de “San”.
Y
esa dinámica del fundador, de estar a disposición del Espíritu Santo, se
prolongará en su obra, como una especie de herencia actitudinal
entre sus discípulos
(10) La expansión del Instituto fue
algo semejante a la narración de los Hechos de los Apóstoles. Como en la
Iglesia, también en el Instituto se dio la presencia del Espíritu. Las
dificultades presentadas por las diversas mentalidades plantearon sin duda el
dilema a los Hermanos de las diversas épocas: ¿Mantenerlo todo rígidamente
(confundiendo lo esencial con lo contextual), o ir adaptando las cosas según
las diversas culturas? Y se fue produciendo esa maravillosa unidad de que somos
testigos, en la diversidad.
“Que
la gracia de Nuestro Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del
Espíritu Santo estén siempre con vosotros. Os dejo a todos, confiadamente, en
los Sagrados Corazones de Jesús y de María, hasta que tengamos la dicha de
vernos juntos en la eterna bienaventuranza.” (Testamento Espiritual del P.
Champagnat, 18 de mayo de 1840)
[11] Hablar
de espiritualidad marista
· una forma de la
espiritualidad cristiana
· una espiritualidad.
[12] Reacción ante el vocablo
espiritualidad: inutilidad, aristocracia, rareza...
·
La revancha natural de un olvido
·
Produce una serie de “místicas” que van desde lo francamente
aberrante hasta lo meramente insuficiente.
·
(Indicadores): Fenómenos que indican la búsqueda de “algo”
(suplemento del alma):
·
ocultismo (franquear la muerte)
·
lo numinoso (lo que sobrepasa, y sobrecoge)
·
orientalismo: pacificación desde y para el
“yo”
·
solidaridad: (sufrientes, ecología)
[13] Espiritualidad a secas
· lo que no es la
espiritualidad: una mera yuxtaposición de actos, oraciones, rezos, reuniones,
lecturas...
· lo que sí es: orientación
vital, totalidad, globalidad, unificación, dinamización, integración... una opción fundamental unificadora,
orientadora... horizonte significativo
de la existencia:
Visualización desde el concepto de
persona humana visto como un ser puesto en una red de relaciones que lo van
construyendo a través de la comunión: Podría decirse que hay espiritualidad
cuando la relación con el trascendente es de tal naturaleza que logra
configurar todas las demás relaciones (mismidad, cosmos, alteridad).
[14]
¿Se tratará de un trascendente impersonal?:
· una idealización (autoproyectiva)
· un principio (verdad)
· una virtud
(esfuerzo...)
· Se quedaría encerrado
en nuestro mundo y nos dejaría encerrados en él.
· Sería en realidad una cripto-inmanencia (la simulación de una trascendencia)
· Esto llevaría a la
desilusión (Revolución francesa, Auschwits, Hiroshima...).
[15]
Un trascendente personal: DIOS
· ¿desde
la sola experiencia creatural? (un
Dios unipersonal: El Dios de los filósofos): Un Dios
solitario. Una creación de ostentación
· desde la experiencia de
creyente: El Dios de la revelación, Dios trinitario: Padre, Hijo y Espíritu
Santo: Dios es familia, Dios es comunidad. Una creación para participar en la
familia trinitaria. El hombre: beneficiario de un designio de amor, sólo
posible a través de un Mediador: Cristo.
[16] Espiritualidad cristiana
· En y desde Cristo:
(hijos en el Hijo y hermanos en el Hermano).
Evangélica: valores, actitudes, mentalidad...
· Encarnada: (inculturación), sin sobrenaturalismos.
· Pascual: (liberadora),
desde un hombre nuevo: continuidad y ruptura; aceptación y superación. Cristo
encarnado, crucificado y resucitado)
· Comunitaria: (Iglesia:
Pueblo de hermanos)
· Universal: (abierta,
sin elitismos)
· Mariana: (la discípula
perfecta).
[17]
Espiritualidad marista
· Una especificidad de la
espiritualidad cristiana entre otras: (Franciscana, salesiana, cisterciense,
sacerdotal, conyugal, secular).
· Diversas formas de
seguimiento de Cristo
· Es una espiritualidad
comunitaria: reconocida por la Iglesia: Constituciones...
Notas de
esta espiritualidad:
· Filial: (desde y con
Cristo: hacia Dios, hacia María)
· Fraternal: (en y por
Cristo: desde María, comunidad de hermanos [espíritu de familia], apertura
universal; jóvenes)
· Mariana: (sencillez,
humildad, discreción, gozo, Nazaret, José)
· Apostólica: (educación,
niños y jóvenes, pedagogía propia...)
· Misionera:
(marginalizados: pobres, desatendidos, niño gris.)
· Laical: (desde la
vivencia profundizada de sólo los sacramentos de iniciación cristiana)
· Encarnacional:
(pesebre, sencillez, kénosis, concreción, trabajo,
laboriosidad...)
· Redencional: (cruz, sacrificio,
intercesión vicaria...)
· Oblativa: (altar,
Eucaristía,...)
· Pascual: (resurrección:
esperanza...)
· Eclesial: (En la
Iglesia, con la Iglesia, para la Iglesia....)
PREGUNTAS
DE PROFUNDIZACION
PARA
REFLEXION PERSONAL E INTERCAMBIO GRUPAL
1.- ¿Juzgas
importante que un educador (padre de familia, maestro) tenga una
espiritualidad?
2.- ¿Cuál
de las notas de la espiritualidad marista te llama más la atención?
3.- ¿Cuál
de ellas te parece podría servir de núcleo para las demás?
4.- ¿Qué
significa en concreto que un cristiano seglar vive la espiritualidad marista?
5.-
¿Pedagogía marista y espiritualidad marista son términos sinónimos?