A veces se me olvida donde estoy.
Caminando por las terracerias tropicales
pienso que estoy en la sierra oriental de Mexico,
la huasteca.
Que
importa, oriental u occidental?
El camino es de la misma tierra,
la sierra
de las mismas piedras
y la soledad de la misma eternidad.
En
el bosque yo no soy extranjero.
Los arboles no me cuentan amigo ni enemigo.
En
el pueblo me convierto en un ser extranjero.
Lo noto fijo en las miradas
suspechosas de los viejitos
como en los ojos inocentes de los ninos
hasta
que la luna llena sale detras del monte.
Entonces...me tocan
las manos chiquitas explorando
el pelo de los brazos mios
y me agarran mano en mano
