¿Quién me presta una escalera para subir al madero, para quitarle los clavos a Jesús el Nazareno?
¡Oh, la saeta, el cantar al Cristo de los gitanos, siempre con sangre en las manos, siempre por desenclavar!
¡ Cantar del pueblo andaluz, que todas las primaveras anda pidiendo escaleras para subir a la cruz!
¡ Cantar de la tierra mía, que echa flores al Jesús de la agonía, y es la fe de mis mayores!
¡Oh, no eres tú mi cantar! ¡No puedo cantar, ni quiero a ese Jesús del madero, sino al que anduvo en la mar!
Antonio Machado
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