Que suerte he tenido de nacer, si, que suerte he tenido de nacer.
Para estrechar la mano de un amigo y poder asistir como testigo al milagro de cada amanecer.
Que suerte he tenido de nacer. Para tener la opción de la balanza sopesar la derrota y la esperanza con la gloria y el miedo de caer.
Que suerte he tenido de nacer. Para entender que el honesto y el perverso son dueños por igual del Universo aunque tengan distinto parecer.
Que suerte he tenido de nacer. Para callar cuando hable el que más sabe aprender a escuchar, esa es la clave si se tiene intenciones de saber.
Que suerte he tenido de nacer. Y lo digo sin falsos triunfalismos la victoria total, la de mi mismo se concreta en el ser o en el no ser.
Que suerte he tenido de nacer. Para cantarle a la gente y a la rosa y al perro y al amor, y a cualquier cosa que pueda el sentimiento recoger.
Que suerte he tenido de nacer. Para tener acceso a la fortuna de ser río en lugar de ser laguna de ser lluvia en lugar de ver llover.
Que suerte he tenido de nacer. Para comer a conciencia la manzana sin el miedo ancestral a la sotana o a la venganza final de lucifer.
Si, que suerte he tenido de nacer. Pero sé, bien que sé que algún día también me moriré y si ahora vivo contento con mi suerte sabe Dios que pensaré cuando mi muerte cuál será en la agonía mi balance no lo sé, nunca estuve en ese trance.
Pero sé, bien que sé que en el viaje final escucharé el ambiguo tañer de las campanas saludando mi adiós y otra mañana y otra voz, como yo, con otro acento gritará a los cuatro vientos:
Que suerte, que suerte he tenido de nacer.
ALBERTO CORTEZ