El miércoles 5 de abril de 1989, Carlos Tablante ejerció a las seis de la tarde un derecho de palabra en la Cámara de Diputados, la que inició un debate sobre el caso Recadi, el cual concluyó con la designación de la Comisión Especial para investigar las posibles irregularidades. Al caer la tarde, Tablante denunció que el Diputado Alberto Finol, de AD, negociaba en el extranjero las importaciones de leche para el Estado, adquiridas con dólares preferenciales. Pero también mencionó al Diputado Luis Guevara, a quien acusó de actuar como gestor de Recadi. Fue así como los dos representantes del pueblo quedaron señalados, en las primeras de cambio, en el escándalo. - Nuestras investigaciones nos han llevado a detectar -dijo Tablante en el derecho de palabra - múltiples operaciones fraudulentas llevadas a cabo por el grupo de Beto Finol, Emigdio Rojas y Carmen Rodríguez, en contra del Fisco Nacional... El grupo de Beto Finol, aprovechando sus relaciones con el Gobierno Nacional, lograba condiciones ventajosas en la asignación de cupos y delegaciones para la importación de leche, consiguiente así mejores precios para la venta. Una semana más tarde, el 11 de abril el diputado Finol consumió otro derecho de palabra donde admitió: << Yo estuve en Recadi averiguando sobre asuntos inherentes a mi trabajo>> . - Vengo de una familia de trabajadores y soy un empresario que ha llevado trabajo y progreso más allá de las fronteras del Estado Zulia - apuntó Beto Finol esta otra noche. Sobre la marcha, Luis Piñerúa Ordaz no escatimó esfuerzos para señalar, en repetidas oportunidades, que la doble condición de Alberto Finol, diputado y empresario lácteo, significaba la mezcla ideal para traficar influencias y obtener ventajas. El 14 de abril, respondiendo a Piñerúa, Finol declaró que nunca había utilizado el tráfico de influencias ya que siempre había tenido como norte en la vida poner por encima los intereses del país. Antes, el 1 de abril dijo que << Tablante tendrá que responder con su pellejo por la falsedad de sus denuncias>> . El 6 de mayo le hurtaron un computador << Macintosh Plus>> a Tablante de su propia oficina, en la Primera Vicepresidencia de la Cámara de Diputados. Se trató del equipo con el que se redactó el texto base para el derecho de palabra donde se acusó a Finol. No se afirmó que fue Finol, simplemente queremos reflejar que Tablante sí sospechó del otro Diputado, como un hecho cierto en su momento. En realidad, la computadora apareció al día siguiente en el techo de la propia oficina de Tablante, pero su jefe de seguridad, apoderado << El Indio>> , quien tenía más de cuatro años escoltando al polémico Diputado, terminó a la orden de la Policía Técnica Judicial, luego de confesar que concretó la desaparición del teclado y la memoria. Este escolta tuvo la máxima confianza de Tablante. En una oportunidad, cuando el caso de los Pozos de la Muerte, dijo a Tablante: << No baje por la cuerda Diputado, para eso estoy yo. Usted es más importante>> . El también diputado por el MAS en Zulia, estado natal de Finol, Luis Hómez, denunció también al empresario lácteo por haber utilizado sus influencias en favor del Banco Financiero, antes denominado Agroindustrial de Venezuela, el 23 de mayo de 1989. Desde La Agenda Secreta de Recadi nuevamente se denunció a Alberto Finol, en esta oportunidad por especular con leche importada con dólares preferenciales, basados en documentos aportados y expuestos por el diputado, también del MAS, Marcos Pérez Belizia (mayo, 27). Entre el domingo 20 y el viernes 25 de agosto de 1989 viajamos por segunda vez a la ciudad de Miami, donde sabíamos que el Diputado Tablante, y el coordinador de sus abogados asistentes, Humberto Mendoza D´Paola, denunciarían las actividades del North Ridge Bank, su propietario, Alberto Finol; y los venezolanos que tenían o tienen depósitos en cuentas corrientes o en bóvedas, incluida Blanca Ibáñez. A lo interno del periódico se preparó un memo que generó luego la correspondiente autorización para salir de Venezuela. El seguimiento al North Ridge Bank, donde Enrique Finol, hijo de Alberto, poseía el 30 de noviembre de 1987, 12.941 acciones con un valor de 323,525 dólares cada una, (según el presidente de la institución Peter McCommack, quien había supuestamente sido empleado de Beto Finol hace años en Venezuela -esto nunca se pudo comprobar fehacientemente-) comenzó en abril de 1989. El 26 de abril, la organización que denominamos << Alfa Policial>> envió a Caracas un fax confidencial, donde se decía a Carlos Tablante lo siguiente: << Estimado compañero: por medio de la presente hago de su conocimiento algunas informaciones recibidas que indican lo siguiente, sobre el ex presidente señor Jaime Lusinchi. Anexo la información NO CONFIRMADA. El expresidente señor Jaime Lusinchi y la secretaria privada señora Blanca Ibáñez, mantienen cuenta en el Banco North Ridge Bank, en Miami Florida, Fort Laudardale. El presidente del Banco es el señor Enrique Finol, hijo de Betol Finol>> . Dos meses más tarde, a solicitud de Tablante y su equipo de investigadores, se recibió otro informe privado, mucho más detallado que el primero: << Cuentas en el North Ridge Bank en Oakland Park Blvd, banco de Alberto Finol a cargo de su hijo Enrique Finol>> . El día 5 de julio de 1989, << llegó Blanca Ibáñez en el avión de Beto. El motivo principal de su visita fue cambiar su cuenta corriente personal número 34451606, abierta el 20 de diciembre de 1982, con la suma de 3.700.000,00 dólares. La cuenta anterior fue cerrada con fecha de 1984>> . Más adelante este otro informe decía: << Actualmente el monto de sus cuentas asciende a la cantidad de 6.100.000,00 dólares -la cifra posterior denunciada por Tablante en Salvaguarda-, repartidas de la manera siguiente: 1) Cta. Nº 350532-06 a nombre de Florida Investor Corp. Total: 4.000.000,00 dólares. 2) Cta. Nº 374369-06 a nombre de MCP Investment Corp. Total: 2.000.000,00 de dólares (MCP significa María Cristina Pérez - esposa de Daniel Finol 3) Cta. a nombre de Inversora La Francia. Total: 100.000,00 de dólares. 4) Cta. Nº 446289-06 a nombre de Carlos Alfredo García (sic) y esposa. Total: 749.552,00 de dólares>> . Concluyó este escrito señalado: << En la bóveda del North Ridge Bank hay dinero en efectivo. Cantidad incalculable y, entre otras cosas, documentos pertenecientes a Beto Finol, de transacciones por Recadi, así como también documentos y joyas pertenecientes a Blanca Ibáñez, Camen Finol, Patricia Finol, Mariana Finol y Alicia Finol de Cárdenas>> . Un tercer informe de << Alfa Policial>> llegó a Caracas a fines de junio de 1989. Reveló lo siguiente: << Pudimos encontrar otra cuenta bancaria de B.I. registrada bajo el nombre de Juraldine Investment Corp. Hasta el momento dos depósitos: el primero de 150.000,00 dólares y el del viernes pasado por 81.308,42 dólares. La persona con derecho a firmar en un nombre falso>> . Una vez en Miami, Tablante entró en contacto directo con Alfa Policial para asesorarse de cómo podía hacer en Estado Unidos las denuncias ya introducidas en Venezuela ante el Tribunal Superior de Salvaguarda, en agosto de 1989. El jueves 24 de agosto, Tablante y sus abogados, en un corto escrito de apenas dos folios denunciaron ante la Oficina de Control del Departamento de Banca y Finanzas del Estado de Florida (The Office of The Comptroller) al North Ridge Bank. Dirigido a la Dirección de Investigaciones Financiera (Area Financial Manager Investigations), de Investigaciones Criminales (Criminal Investigations) y el Buró de Análisis de Banca Internacional (Analyst Bureau of International Banking), el denunciante dijo que << durante el curso de las investigaciones (en Venezuela) hemos descubierto personas que, presumiblemente, están implicadas en la perpetración de crímenes graves contra el tesoro público, y al parecer tienen cuentas bancarias en el Estado de Florida, en particular en el North Ridge Bank de Fort Lauderdale>> . Además, que << algunos ex-funcionarios de alto rango del gobierno anterior poseen cuentas bancarias o guardan dinero en cajas de seguridad en el North Ridge Bank, sin declararlo al Servicio Fiscal Interno u otras autoridades monetarias>> . Tratando de ubicar las relaciones internacionales del North Ridge Bank, precisó que este banco es, << asimismo, concesionario de las obligaciones del Banco Financiero, banco venezolano, filial del Banco de Ultramar de Panamá, que fue a la quiebra. Como se demuestra en las copias que anexo, el North Ridge Bank adquirió la deuda de un banco venezolano, como afirman las autoridades del NRB, en la mayoría de los casos por su valor nominal. Sospechamos que no es cierto, porque si la deuda de la República se está vendiendo estos días a un precio inferior al 50 por ciento de su valor nominal, no es lógico que el North Ridge compre la deuda de un banco pequeño en dificultades a su valor absoluto>> . En el escrito interpuesto por Tablante, se pidió investigar las siguientes cuentas de venezolanos y empresas: Blanca Ibáñez, Carlos Alfredo García Ibáñez, Laura Fazzolari de García, Fernando Cárdenas, Patricia Finol, Carmen Finol, Enrique Finol, Alicia Finol, Mariana Finol, Arnaldo Morales Jatar, José Puente, José René Finol, Corina Reina Iribarren, Fernando Galué; Florida Investor Corp. (Blanca Ibáñez), MCP Investments Corp. (Blanca Ibáñez), Inversora La Francia (Blanca Ibáñez), Juraldine Investments (Blanca Ibáñez), PF Investments Inc, Babcock de Venezuela C.A., Tony Cars Comunications, Atahualpa Investments, Palamante Corporation, Monton Corporation, Magic Travel and Tours, International Marketing Inc., International Exports, y la de Antonio Aranguren y Modesto Freites Piñate. Después de evaluar la gravedad de las implicaciones contenidas en la denuncia de Tablante, la Oficina de Control de Departamento de Banca y Finanzas ordenó comenzar una averiguación sobre las actividades del North Ridge Bank, presidido por Peter McCormack (quien regresó de urgencia de vacaciones) y vicepresidido por Enrique Finol, hijo de Alberto Finol. La organización se apoyó de inmediato en el Internal Revenue Services (Impuesto sobre la Renta) y la DEA (Drug Enforcement Administration). El equipo destacado para el asunto lo integraron inicialmente, los funcionarios Cedric W. Johnson (Office of Comptroller), Walter C. Scott (Bureaua of Internacional Banking) y John Kennedy S. (Area Financial Manager Investigations). Comenzaron las indagaciones, aplicando el código criminal establecido en la ley Rico Act. En torno a las relaciones entre el North Ridge Bank y el Banco Financiero, se constató que << un total de 9 instituciones financieras, acreedoras de un monto original de 19 millones 999 mil 726 dólares, por concepto de deuda externa privada registrada ante Recadi, perteneciente al Banco Financiero, cedieron acreencias en favor del North Ridge Bank por 4 millones 199 mil 75 dólares. La participación fue hecha por Fernando Cárdenas el 2 de mayo de 1988 a la Gerencia de Administración Cambiaria del Banco Central de Venezuela, a cargo de Carlos Hernández Delfino, siendo aquél vicepresidente del Banco Financiero. Al día siguiente que El Nacional comenzó a divulgar toda la información anterior en una serie denominada La Agenda Externa de Recadi, el empresario Fernando Iztúriz, quien se venía desempeñando como presidente de las acciones del Banco Financiero, adquirió en la Bolsa de Valores de Caracas, por 22,5 millones de bolívares, 220 mil acciones, propiedad de Alberto Finol, por lo que el empresario y diputado quedó totalmente desligado de la institución financiera (31 de agosto). El 28 de septiembre, al acudir por segunda vez al Tribunal de Etica de Acción Democrática, Finol declaró a los periodistas que no necesitaba de la política para vivir. El 10 de noviembre el organismo moralizador decidió dejar una averiguación abierta contra el diputado Finol, pero lo destituyó del cargo que ocupaba en el Comité Ejecutivo Nacional de AD. El 13 de diciembre de 1989 Alberto Finol envió una carta donde anunció que renunciaba a la militancia en Acción Democrática. << No estoy dispuesto a soportar la persecución de un grupo minúsculo de dirigentes con poder temporal en Acción Democrática>> . En el segundo viaje a Miami, ocurrió un incidente grave. Ya la referida organización Alfa Policial le había informado al Diputado Carlos Tablante, que a lo interno del North Ridge Bank se sabía que llegó acompañado de un abogado y un periodista. No nos quedó duda alguna de que fuimos seguidos desde que llegamos al aeropuerto, el 20 de agosto de 1989, cosa de la que nos percatamos luego, por confiados. Ocurrió que una noche, la del jueves 26 de agosto, quedamos en intercambiar información, por última vez, con la gente de Alfa. Tablante había tenido una reunión previa en solitario con ellos. Pero esta segunda se efectuó en nuestra habitación del Hotel Marriot Airport, con la asistencia del Diputado y del abogado asistente, Humberto Mendoza D´Paola. Estuvimos conversando alrededor de unas dos horas, a partir de las nueve de la noche. Luego, nos fuimos a cenar. Cedimos entre la reunión y la comida, el tiempo suficiente para que algún o varios desconocidos le forzaran la puerta a la habitación de Tablante y le robaran un maletín marrón, de piel de cocodrilo. A la mañana siguiente fue cuando nos percatamos del robo. Además del maletín, faltaban los pasajes y pasaportes de Tablante y otros enseres de uso personal. Pero lo más importante fue lo siguiente. Había desaparecido una libreta de notas donde estaba apuntado el último teléfono de Alfa, lo cual desencadenó, posteriormente (a las dos semanas), el desmantelamiento de los contactos establecidos dentro del North Ridge Bank y que fueron tan efectivos en el pasado reciente. |