Con
el 24 de Septiembre de 1836, que marca el límite extremo del período abarcado por la presente edición, tomaba fin la serie de
los documentos contemporáneos, a la que estaba consagrado el primer volumen.
Esas piezas, aunque sean en razón de su
fecha, las más irrefutables, no son suficientes para documentar la historia de
los orígenes maristas. En efecto, ni el notario que levanta un acta de venta,
ni el secretario del obispado que consigna una deliberación del consejo, ni el
superior que escribe una carta administrativa,
nos permiten comprender al interior, los hechos cuyos límites destacan
con precisión. Para que nos sean restituidas la densidad de un acontecimiento,
la coloración afectiva que ha tomado con
aquellos que lo han vivido y su influencia sobre el desarrollo de la historia, es preciso que después-
frecuentemente largos años más tarde – los protagonistas mismos del drama sean
inducidos de una manera o de otra a evocarlo. Breves alusiones, confidencias,
largos relatos orales, recuerdos más o menos trabajados, reconstrucciones
polémicas, resultados de entrevistas, vienen así a ofrecer al historiador una documentación de un género completamente
nuevo, aunque no menos indispensable para su trabajo. Afectados por un fuerte
coeficiente de objetividad y muy dependientes de las circunstancias que los han
provocado, esos testimonios piden ser cuidadosamente controlados los unos por los otros, debido a que, sin
ellos, el encadenamiento concreto de los hechos y sus causas profundas nos permanecerían lo
más frecuentemente ocultas.
Sobre
la historia de los orígenes maristas, esos testimonios personales han comenzado
desde antes del 24 de septiembre de 1836 y se han continuado hasta la
desaparición de los últimos protagonistas y de aquellos que habrían podido
recoger sus declaraciones, es decir, hasta fines del siglo pasado.Sin embargo,
en este largo espacio de tiempo, una
fecha surge claramente, la de la dimisión de su cargo de superior general dada por el P. Colin el 10 de Mayo de 1854.
Esta dimisión, en efecto, y la elección correlativa del nuevo superior, el P.
Favre, modificaron profundamente el fundamento de la Congregación haciendo
surgir, al lado de la personalidad poderosa del fundador, otra cabeza, es
decir, inevitablemente, una concepción un poco diferente de la Sociedad. Lo que
pudo ser dicho o escrito, desde entonces sobre los orígenes de esta última, se
resintió con esta dualidad y fue referida en un clima muy diferente de
aquél en el cuál habían sido dados los
testimonios anteriores a 1854. Es únicamente a estos últimos, que será consagrado el presente volumen, y se
propone, simplemente, en esta introducción, dar una ojeada de conjunto, sobre
las circunstancias en las cuales fueron
recogidas y sobre los principios que han impuesto su edición en esta obra.
I
– LAS NARRACIONES SOBRE LOS ORIGENES
MARISTAS ANTES DE 1854.
Las
causas que hacen nacer en el seno de una sociedad religiosa, lo que se podría
llamar “pensamiento histórico” y determinan la fijación de los primeros
recuerdos, no varían casi nada de un caso al otro. Ellas corresponden, en
efecto, a exigencias fundamentales de la conservación de la comunidad, que,
tarde o temprano, se manifiestan con sorprendentes parecidos.
Entre los hechos que lanzan frecuentemente a
un miembro de la congregación a tomar
por primera vez la pluma del
historiador, es necesario mencionar sin ninguna duda, la muerte de uno u otro
de los primeros miembros. Apenas la muerte ha comenzado a hacerse presente en el seno de la joven comunidad, cuando se
le da vuelta a la página. . Rápidamente esos cohermanos, quienes no viven ya más que
en el recuerdo de sus amigos, corren el peligro de ser totalmente olvidados. Se
traza entonces una primera nota necrológica,
después otra, y haciendo eso ,se cae en la cuenta de que los hechos referidos, no
tienen un marco de referencia. La
idea de consagrar al menos unas páginas
a los orígenes de la obra, brotará rápida en adelante, para no dejar en el
olvido esas existencias.
Por
otra parte, la congregación, al ir creciendo,
recibe novicios y postulantes, atraídos por el espíritu de la obra, pero
ignorando generalmente todo acerca de las
circunstancias en las que nació y de su primera historia. Para llenar esta
laguna, el superior o el maestro de novicios evocarán ante esos jóvenes
reclutados, el período histórico. Serán tomadas notas, resúmenes redactados, y
por ese medio, también vendrán a acumularse testimonios de valor que formarán
la materia prima de la historia futura.
No obstante, más que todo, cuenta para la Sociedad y su fundador, la
conservación del espíritu primitivo, que resume la misión de la congregación y
su razón de ser en la Iglesia. Mediante la Regla, se ha tenido el cuidado de
fijar los límites de este espíritu, aunque de una manera más expresiva y
convincente aún, es a través de las opciones
y sacrificios de los primeros
años del instituto que se encontrará
eco de esto. La historia de los orígenes es la mejor lección de las
cosas, la mejor escuela de las virtudes religiosas, de aquéllas sobre todo, que
deben distinguir a la Sociedad. De esta manera, no se tardará en fijar los más
bellos rasgos, que en su conjunto tienden a la edificación y que son para el
historiador una de las fuentes a las cuales él deberá saber acudir.
Otras
causas aún podrían ser enumeradas aquí. Porque, no es de ningún modo
cuestión de hacer una lista exhaustiva
de ellas y aún, menos, de establecer un orden cronológico en un campo donde los
móviles actúan de una manera compleja y conflictiva. Este breve análisis, no
resulta por tanto inútil para orientar al lector, antes de intentar captar en
lo concreto de la historia, cuándo y cómo han sido consignados por escrito los
primeros recuerdos sobre los orígenes maristas.
Las
primeras notas escritas concernientes a una de las ramas de la gran Sociedad de
María, parecen ser las noticias necrológicas de dos Hermanos Maristas
fallecidos en el Hermitage, redactadas
en 1830 por el P. Bourdin, quien era capellán de esta casa. Con ocasión de este
trabajo, el joven cohermano parece haber considerado una obra más extensa sobre
la Sociedad de María por completo, de la
que no se conservan más que algunas introducciones y notas preparatorias (cf.
doc. 754)1
En
1834, la Madre San José, fundadora de las Hermanas Maristas, comienza la
redacción de una historia de su
congregación, englobando breves noticias sobre las hermanas difuntas, historia que será continuada más
tarde casi hasta 1850 y nos llegará bajo el nombre convencional del Manuscrito de Cerdon (doc. 759)
_____
1Las remisiones a los documentos
conciernen a la obra completa de los Orígenes Maristas y no se encuentran
necesariamente en la presente edición. (Nota del editor)
El 10 de Octubre de 1837, entra al noviciado de Puylata un
joven sacerdote del clero de Lyon, el
padre Gabriel Claudio Mayet, quien comienza enseguida a anotar para su
edificación personal las palabras del P. Colin. Desde el retiro general del año
siguiente, las Notas sobre la Sociedad
de María comienzan a distinguirse de sus Notas Personales y constituyen
el núcleo de Memorias que serán
continuadas hasta 1854 y representan la colección documental ,con mucho, la más
importante, concerniente a los orígenes maristas. A los extractos de esta
colección será consagrada toda la primera parte
del presente volumen, y las particularidades de ella serán ampliamente
ilustradas en la introducción a esta parte.
Desde
entonces, la Sociedad de los padres, claramente en retardo hasta allí, con
relación a las ramas de los hermanos y de las hermanas, que habían podido
organizarse más pronto, va a ver comenzar en su seno las primeras noticias
históricas. Durante el año escolar 1839 – 40, el P. Convers, superior del
primer noviciado-escolasticado de la Sociedad, el de la Capucinière, refiere a
sus estudiantes, quienes toman nota, los orígenes de su congregación (doc.
748), y el P. Humbert esboza una breve memoria sobre los inicios de esta casa
(doc. 747). Hacia la misma época, parece, el P. Colin pone sobre una libreta
algunas notas cronológicas muy breves pero extremadamente preciosas para la
historia de las misiones en el Bugey (doc. 746). Nada de sistemático aún es por tanto emprendido. Va a
ser necesario esperar el otoño de 1841 para que se diseñe un plan general de
reseña histórica comprendiendo a todas las ramas de la Sociedad, hecho capital
que merece que se detenga un poco para examinar las causas y el alcance de ello.
La
muerte del P. Champagnat, ocurrida el 6 de Junio de 1840 en el Hermitage, no
deja de impresionar fuertemente a toda la Sociedad. Con él desaparecía no
solamente uno de los primeros compañeros del seminario mayor, sino también el fundador de los hermanos, y
en el Instituto fundado por él, se debía recoger todo lo que podía conservar su
recuerdo. Pero en lugar de esperar que la muerte vinieras así a arrebatar la figura principal de la historia de los
orígenes de su congregación, ¿Por qué las otras ramas no se esforzaban por
hacer más pronto “memorias” que podrían ser de beneficio con los datos
proporcionados por el fundador o la fundadora? El hombre en el espíritu en el
cual parecen haber germinado esas reflexiones y que se empleó, en todo caso, en
darles un inicio de realización, es el
P. Denis Maîtrepierre. Este último, uno de los veinte profesos del 24 de
septiembre de 1836, recibió oficialmente,
en el retiro del otoño de 1841, el cargo
de provincial, que él ejercía ya
prácticamente desde septiembre de 1839 1
y que era el sustituto del P. Colin en
los asuntos de administración corriente. Se tienen numerosas pruebas de que
utilizó esta posición para promover un esfuerzo histórico en el seno de las
diferentes ramas de la Sociedad, que conviene señalar aquí rápidamente.
Es
cierto, por una parte, que es hacia finales de 1841, luego de una visita
que hizo a la Hermitage, que el P.
Maîtrepierre, puso en movimiento, apoyándose, además, en una orden del P. Colin,
el trabajo de documentación que se prosiguió
durante quince años entre los Hermanos Maristas bajo la dirección del
hermano Juan Bautista y que desembocó en la Vida del P. Champagnat publicada
por éste ultimo en 1856 2.
Por
otra parte, el 27 de diciembre de 1841, el mismo P. Maîtrepierre, escribiendo
al P. Chanut, superior de Verdelais, le trazaba el plan de un informe detallado
sobre las actividades de los cohermanos de su casa y terminaba pidiéndole comunicar “todo lo que juzgara adecuado para interesar y edificar”3.
______________
(1)
Cf. APM, reg. de retiros, p. 15, LAGNIET, Notas históricas, copia Gobillot (ms
APM), P. 121.
(2) Cf. O. M. 2, pp. 730 – 731
(3)
Cf. APM, fondos de Verdelais, carta del P. Maîtrepierre al
P. Chanut, 27 de diciembre de 1841. Señalamos que el año precedente el P.
Convers había sido encargado por el P. Colin de redactar un informe de su
misión en la diócesis de Angoulême, manuscrito conservado en las APM,
expediente Convers.
Es
claro que desde entonces él pensaba en
recoger por ese cauce los materiales de anales de la Sociedad destinados no
solamente a ilustrar a la administración general, sino a instruir a la
posteridad.
Por
otra parte, así como se tendrá la ocasión de verlo más adelante, es desde el
invierno de 1842 que el P. Maîtrepierre animó oficialmente al P. Mayet a tomar
notas sobre el P. Colin y los orígenes de la Sociedad, dando así la
confirmación de la obediencia a una empresa destinada, de otro modo,
posiblemente, a fracasar, dada la
conciencia timorata de aquél que la había asumido.1
Finalmente,
desde 1842–1843, el P. Mayet está al corriente de un trabajo histórico hecho
tanto con los Hermanos, como con las Hermanas Maristas, trabajo que él
designa, como lo hará pronto con el suyo propio, con el
término de Memorias y a
propósito del cual menciona
habitualmente al P. Maîtrepierre,2 señal de que ese último estaba en
el origen no solamente de las notas recogidas por el Hno. Juan Bautista, sino
igualmente de aquéllas que redactaban entonces las hermanas y de las que la
segunda parte del manuscrito de Cerdon (Doc. 759, && 45–52) y el relato
de la madre Santa Isabel (doc. 760) parecen
constituir dos ejemplos, entre otros, que posiblemente no nos han sido conservados. A ese trabajo
iniciado con un cierto sincronismo en las diferentes ramas de la Sociedad,
tienen oportunidad de unirse también,
las notas del Hno. Lorenzo (doc. 167(756)) y la Reseña muy resumida del P. Terraillon (doc.
163 (750)), que la crítica interna invita a situar entre 1840–1844.
La
noticia del martirio del P. Chanel en Futuna, conocida en Lyon a principios de
abril de 1842, suscita inmediatamente en el P. Colin la reacción de confiar al
P. Mayet, la investigación preliminar de una biografía del misionero3.
Se tiene allí la prueba de que el superior general se interesaba personalmente
en la conservación del recuerdo de los difuntos, de lo que, por otra parte,
testimonian peticiones análogas hechas a propósito de los PP. Pichat, Bordat y
Cellier.4 Pero sus preocupaciones iban más allá del cuadro de
simples noticias biográficas. Quedando deliberadamente en una perspectiva de
edificación, él deseaba en 1844 que se conservaran los recuerdos sobre las
primeras misiones y contaba,él mismo por
eso al P. Mayet , lo que recordaba.5
_____
1 Cf. O. M. 2, P. 39
2
Cf. O.M. 2, pp. 731–732 y 814–816. A propósito de las
Hermanas, el P. Mayet no nombra explícitamente al P. Maîrepierre, pero el
paralelismo de esos textos con aquellos que conciernen a los hermanos no
permiten casi dudar que se trata allí todavía de él. Por otra parte, se sabe
que en el invierno 1841 – 42 el P. Maîtrepierre visitó las casas de todas las
ramas de la Sociedad. (Cf. Carta del P.
Maîtrepierre al P. Lagniet, 14 de enero de 1842, APM, fondos del colegio de Belley),
y es probable que él dio en todas partes en esta ocasión consejos
análogos a aquellos que él había prodigado en el Hermitage.
3
Cf. Mayet 1, 768. Se sabe que la redacción de la
biografía, fue más tarde confiada el P. Bourdin, quien no la publicó sino hasta
1867.
4
Cf. Introducc. al doc.. 538.
5
Cf. doc. 581, § 1.
Por otra
parte, señalemos en seguida que en muchas otras ocasiones el superior
general de los padres, proporcionaba al azar de conversaciones familiares, numerosos rasgos que, ávidamente
recogidos por el autor de las Memorias, constituyen hoy un amplio material para la historia de
los orígenes.
A
partir de 1844, sin olvidar el trabajo que se estaba realizando entre los
hermanos y las hermanas sobre las etapas de las cuales se tienen pocos detalles,1
se puede decir que es sobre todo en el marco de esas Memorias del P. Mayet, que
se prosigue una investigación histórica cada vez más acorde con los orígenes de
la Sociedad y particularmente, sobre el misterio de sus orígenes. Para los cohermanos de la primera generación, el
problema no existía. El P. Mayet parece haber sido uno de los primeros en
planteárselo y el hecho de que se hayan encontrado en él en ese momento
privilegiado, un temperamento místico y curioso y reales dones intelectuales, explica
la parte predominante que ha tomado y que
ocupa aun en la historia de los orígenes maristas.
En
el retiro de 1847, el P. Maîtrepierre, aunque libre después de muchos años de
su cargo de provincial, exhorta a todos los superiores de casa a “reunir notas
sobre lo que ocurra en la Sociedad de
interesante y de edificante”.
Precisaba a ese propósito:
Los
que comienzan las Órdenes son empujados por los acontecimientos, y después un
cierto sentimiento de reserva y de modestia les impide darse cuenta de todo lo
que Dios hace por ellos, puesto que sus nombres se encuentran allí mezclados;
al menos no quieren ellos escribirlo. Más tarde, las ocupaciones se multiplican
y ellos no pueden hacerlo. Después vienen los lamentos.2.
No
parece que estas reflexiones melancólicas hayan producido todo el efecto que se
hubiera podido esperar. En todo caso, las noticias sobre las fundaciones
diversas realizadas bajo el generalato del P. Colin no nos interesan
directamente aquí.3 Pero el texto merecería ser citado, porque confirma el interés
constante tomado por el P. Maîtrepierre en la historia de la Sociedad. De este
interés, él mismo iría a dar una prueba
notable redactando, en 1853, en honor de sus novicios, Notas sobre los Inicios de la Sociedad (doc. 164 (752)) cuyo
valor no es despreciable, aunque evidentemente ese testimonio, frecuentemente
de segunda mano, no pueda compararse con
aquellos que el P. Mayet, había pacientemente pedido a los PP. Déclas, Séon, Cholleton, Pierre Colin, incluso al mismo Courveille4.
Esas
notas del P. Maîtrepierre, por otra parte, llegaron demasiado tarde al autor de las Memorias para
que él pudiera integrarlas en sus cuadernos. Él no pudo más que hacerlas copiar
en un nuevo cuaderno de Notas
Separadas, el conjunto del trabajo que él había efectuado bajo el
generalato del P. Colin habiendo sido remitidas al P. Favre desde el verano que
siguió a su elección. Con ese último acontecimiento, las investigaciones sobre
los orígenes irían a tomar un nuevo giro, sobre el cual los datos reunidos en
OM 3 nos informarán abundantemente.
Es pues un
poco por azar de las circunstancias y de las inspiraciones personales y sin
gran orden preconcebido, a pesar de las loables iniciativas del P.
Maîtrepierre, que ha sido reunida hasta
1854 la documentación sobre la
historia primitiva de la Sociedad.
_________
1 Cf. O. M.
2, pp. 730–732 y 815-816.
2
Mayet 7,277
3 Existen en París, Rochefort, Moulins,
etc. El P. Mayet ha consignado un cierto número de ellas en los
tomos 7 a 10 de las Memorias.
4 Cf. docc. 551, 591, 625, 689, 714, 718
154(428)
(Julio)
1838.- ENTREVISTA DE JUAN- CLAUDIO COLIN CON MONSR. DE
FRAYSSINOUS:
su sencillez en sus gestiones. Narración
familiar del
P. Colin a sus cohermanos. – 1, 24 –
26, esc. Dupuy.
El relato referido más abajo fue
provocado por una observación del P. Chanut sobre las gestiones hechas en París
en 1838 por el P. Champagnat y puede pues, ser fechado aproximadamente en
relación con estos últimos. Venido a
París para intentar obtener la autorización legal de su Instituto, el P.
Champagnat llegó a la capital al rededor del 15 de enero de 1838, acompañado del
P. Chanut, quien estaba, al inicio de este año escolar, en el Hermitage. El P.
Chanut regresó alrededor del 7 de marzo, pero el P. Champagnat permaneció en
París hasta la Pascua y, después de un mes pasado en el Hermitage (del 15 de
abril al 15 de mayo más o menos), volvió
a partir para la capital, de la que regresó a fines de junio sin haber
podido obtener la ordenanza deseada. (Sobre todo esto, Cf. Circ. P. F. M., t.
I, pp. 246–249; 252; 256; 259). El empleo del tiempo del P. Chanut a partir del
7 de marzo es poco conocido. Debiendo predicar la cuaresma en Valbenoîte,
regresó sin duda directamente de París a Saint–Etienne sin ir a Belley, y
después de Pascua, permaneció
probablemente en Lyon, siguiendo el deseo que
había expresado el P. Colin algunos meses antes. (cf. Carta del P. Colin
al P. Champagnat del 26 de diciembre de 1837, APM 233.2). El 3 de junio, El P.
Colin anunciaba a Monsr. Donnet, Arzobispo de Bordeaux, que él destinaba para
la fundación de Verdelais al P. Chanut, y este último partió para Bordeaux el 8
de agosto (cf. Cartas del P. Colin a Mons. Donnet, del 3 de junio y 8 de agosto de 1838, Arch. del Arzob. de
Bordeaux). Es entre esas dos fechas que se puede lo más probablemente situar
una estancia del P. Chanut en Belley para recibir las consignas del P. Colin antes de la nueva
fundación. Presente así en la Capucinière al momento en que se le informó que
el P. Champagnat había regresado de París a fines de junio sin haber obtenido
nada, su antiguo compañero de viaje se habría permitido la reflexión cuyo
resultado fue el relato que se va a leer. Se recalcará, por otra parte, que la
similitud de este relato con el anterior
(misma insistencia sobre los beneficios de la sencillez), invita a pensar que
ellos han sido hechos claramente en la misma época.
El
texto copiado por el Sr. Dupuy conoció
una primera serie de modificaciones de detalles y de adiciones antes de 1854
(rev y notas a–l). Es a la relectura de 1864, en cambio, que deben ser
atribuidas la nota m y las correcciones señaladas rev 2.
[1] a Yo sé, dice él un
día, que con los cardenales y en general en Roma en mi viaje, es a causa de mi
sencillez que se estuviera satisfecho de
mi persona. Se decía: él es muy sencilloc y muy franco; mientras que yo sé que [p. 25]
se desconfiaba considerablemente de otros que se presentaban con grandes aires.d,e
Cuando yo he estado en París también, siendo vicario de Serdón1, yo
he estado allí con la más grande sencillez.f Yo he estado en todas partes con una
sotana.2
_____
1
Se sabe que Juan Claudio Colin hizo entonces dos viajes a la
capital, uno en noviembre de 1822 y el otro en Junio de 1823 (cf. Sinopsis
Histórica).
2 Bajo la
Restauración los eclesiásticos llevaban aún habitualmente en viaje el hábito
corto del cual se va hablar más abajo.
Yo
no sabía de suyo, que era necesario, para ser recibido en el ministerio, cartas
de audiencia. Yo me presentaba dos o tres veces con el Sr. de
Frayssinous.3 Se me dijo: Él no está aquí. Yo dije por último: Él no
esta pues aquí nunca; ¿Y su capellán, está aquí? Se me dijo: sí. Yo pedía
verlo.4 Entonces, éste me explico que el ministro5 no
está allí nunca para aquél que quiere verlo sin cartas de audiencia, y se me
dio una el día siguiente. [2] yo llego
muy orgulloso con mi carta: él allí estaba. Se me hace atravesar grandes salas,
salones, en medio de gentes que tenían hombreras; se me dijo: Siéntese. Yo me
siento. Un poco más tarde, veo abrirse una puerta y un señor en traje corto que
avanza. Se me había ordenado sentarme; yo no movía para nada. No obstante,
cuando yo vi que aquél me saludaba, yo le dije que desearía hablar con el Sr. de
Frayssinous: Soy yo, me dijo él. Ese soy
yo, me sorprendió un poco; yo le
conté mi asunto. Durante toda la [p. 26] narración, él me habló muy poco y me
escuchó con mucha atención; él pasaba frecuentemente las manos sobre su frente,
como un hombre que reflexiona. Después
me dio buenos consejos y me señaló el camino que yo debía seguir. g,
h
__________
7 una rev ma
__________
3
Mons. De Frayssinous gran maestro de la Universidad desde el
primero de junio de 1822, recibía en el Consejo Real de Instrucción Pública,
calle 15 de la Universidad (cf. H. DULAC, Almanaque de las 25.000 direcciones de los principales habitantes de París
para el año 1823, p. 254).
4
El capellán en cuestión era sin duda el secretario de Mons.
De Frayssinous, el padre Trébuquet (cf.
A. GARNIER, Frayssinous y su
papel en la Universidad, p. 104, nota 2 )
5
Mons. De Frayssinous fue ministro de Asuntos Eclesiásticos y
de la Instrucción Pública de 1824 a 1828, pero
en 1822 – 1823 no era más que
gran maestro de la universidad, lo que el P. Colin parece olvidar.
Después
nosotros hemos seguido comunicándonos por escrito.1 [3] ¡Y bien!,
yo he continuado en todo con la misma sencillez. En todos mis viajes,
yo no he dejado nunca la sotana. Yendo a Roma, todos teníamos hábitos cortos; yo me he puesto el mío una hora;
pero no podía sentirme a gusto con ese
hábito, y he ido rápido a cambiarme a mi
cuarto. Los otros no lo han utilizado tampoco.
[4]
He aquí en qué ocasión él dijo todo esto: un sacerdote que se interesa en
nosotrosi había dicho que lo que había dañado al Sr.
Champagnat en París j, era su
gran sencillez y que después de haberlo visto, se decía: Es muy valiente
hombre, pero que se tenía la impresión
de considerarlo como un hombre del campo, sin apariencia; y este eclesiástico
parecía querer para estas cosas, hombres más hechos.l
[5]
Entonces, el Sr… relató todo esto diciendo que las cosas de Dios son
tan diferentes de las cosas del mundo, que es preciso juzgar de ellas muy diferentemente; y hablando mucho
de la sencillez, exaltándolam .
[AÑADIDOS]
a) Sencillez
en Roma y en París.b
b) Roma.
(1er. vi(aje).)
c) p.
166, tomo 3
d) Es
probablemente el superior de los Misioneros Diocesanos de Lyon, Monsr.,
Mioland, yo creo, obispo de Amiens hoy 2 y el Sr. Carrand,
también yo creo, de la misma casa,
Prefecto apostólico de la Martinica.3 Ambos, en efecto, tienen un
porte majestuoso y lleno de dignidad.
_____
33-34 sacerdote- nosotros rev Marista 40 Sr...rev el P. 49 Monsr. – hoy rev2
S.
Mioland, más tarde obispo de Amiens, después arzo(bispo) deToulouse 50 también,
yo
creo tachado rev2 51
han rev2 habían 52 dignidad
rev + sin ostentación
_____
1
Ha sido imposible encontrar rastro de esta correspondencia
tanto en los registros de inscripción del correo a la llegada de la serie F de
los Archivos Nacionales (cf. OM I, p. 95) como en los papeles personales de
Mons. de Frayssinous conservados en los Archivos Generales de San Sulspicio
(Ibíd., p.90).
2 Mons.
Mioland fue Obispo de Amiens de 1837 a 1849 (cf. rep. Biograf.)
3
El S. Carrand estaba efectivamente en Roma con el S. Mioland
en 1833 (f. DESGEORGE, Vida de Mons.
Mioland, p. 170). No es verdad que el P. Colin haya querido hacer alusión aquí a esos dos personajes,
cuyo viaje a Roma había precedido de
varios meses al suyo (cf. doc. 274). Ver no obstante el doc. 478 §1.
e
Esos Sres habían ido a Roma,
yo creo, para solicitar la aprobación de su casa, que había rendido ya grades,
inmensos servicios a la Diócesis de Lyon, la que había proporcionado y tenía
aún muchos hombres de talento, que era muy apreciada, muy bien organizada y
que, humanamente hablando, [p. 26 m] tenía muchas ventajas por el momento,
sobre nosotros. Roma no concedió nada.1
f (Doc.
602]
g [In
Textu:] Él me dijo entre otra cosas: Su obra viene de Dios.
h [Doc. 603]
i
Este Marista es, si recuerdo bien, y yo de esto estoy moralmente seguro,
el P. Chanut. Ver tom. 2, p. 153, y
varios artículos citados en el t. 2,
153.2
j El P. Champagnat había ido a París para
pedir, yo creo, al gobierno, la aprobación de los Hermanos Maristas.k
k Era
alrededor del año 1838.
l (Era
alrededor de 1839 ).
m
(Palabras dichas alrededor de
1839 ).
155 (438)
28 de
Agosto–3 de septiembre de 1839 – MODESTIA DE LOS PRIMEROS MIEMBROS DE LA
SOCIEDAD. Reflexión del P. Champagnat.
– 1,6 escr. Mayet.
Es en
el retiro de 1839, cuyas fechas están señaladas arriba, que el P. Champagnat
fue encargado de dirigir la palabra a los cohermanos (Cf. APM, reg. de los
retiros, p. 11). Es pues ciertamente en este retiro a que se refiere la adición
b y sin duda también el mismo texto.
_____________
55 Inmensas tachaduras rev2 56 muy1 – subida rev2 considerada y apoyada en Lyón 68 de los Hermanos Maristas pr del gobierno 70 1839 rev 1838.
______________
1 Sobre
los motivos de esa negación, cf. doc. 274
2
Artículos relativos a la salida del P. Chanut en 1843.
PIEDRAS
FUNDAMENTALES DE LA SOCIEDAD
[1]
Encontrándose un día reunidos los
primeros de la Sociedad, como se decía que era preciso formarse bien, hubo allí
uno de los antiguos que dijo con humildad:
Nosotros que estamos desde el inicio, somos esas piedras brutas que se
echan en los cimientos; no se toma para eso piedras pulidas. a, b
[AÑADIDOS]
a [In texto:] Es el P. Champagnat.
b Habiendo sido encargado el P.
Champagnat de darnos los avisos en un
retiro, después de haber hablado algunos instantes, nos despidió antes del fin
y se excusó de que nos hacía perder el tiempo escuchándolo.
156
(440)
28
de Agosto – 3 de septiembre de 1839. NADA DE MARAVILLOSO EN LOS ORIGENES DE LA
SOCIEDAD sino en la elección de los primeros instrumentos.
Palabras de P. Champagnat. – 1,7 escr. Mayet
.
Esta reflexión de P. Champagnat
puede con cierta probabilidad ser
reportada, como la del doc. 155 (438) en el retiro de 1839, durante el cual él
fue encargado de hablar a los cohermanos. El P. Mayet no tuvo, según parece, la
ocasión de volver a encontrar al fundador
de los Hermanos Maristas más que después de este retiro y el de 1838.
Después de haber en un primer momento, añadido las notas a y b, el P. Mayet las
modifica (Cf. nota) al mismo tiempo que él redactaba la nota c.
ORIGEN
DE LA SOCIEDAD
[1]
Hay quienes quieren absolutamente (yo
hablo de aquellos que no estaban en los inicios) encontrar maravillas en los
inicios y el origen de la Sociedad. Lo maravilloso es que el buen Dios haya
querido servirse para esta obra de semejantes instrumentos (El Sr. Champagnat a
uno de los primeros compañeros)a-d
[AÑADIDOS]
a
[In textu] ha habido no obs(tan)te cosas extraordi(na)rias.
b
yo recuerdo estas palabras para hacer ver la humildad del P. Champagnat; pero
es suficiente echar un vistazo sobre esos recuerdos para ver que ellos no
tienen otro fundamento que la modestia de este s(ant)o cohermano.
c
yo no soy del parecer del P. Champagnat, dice
el P. Colin sup(erior) general. Si no hubiera habido nada de
extraordinario, jamás la Sociedad
hubiera hecho lo que ha hecho. En cuento a mí, yo he sido impulsado en
todo lo que he hecho por la Sociedad.
d [In
textu:] Continuación de este artículo en la Pág. 293, mismo volumen.
___________
9 hay –extraordin(ar)rias tachado rev 11-13 pero
él –cohermano rev no son verdaderas del todo
16 Sociedad pr + n’en 6 humanamente tachado rev
157 (537)
Primavera
1842. – LOS CUATRO PRIMEROS DE LA SOCIEDAD: SRES.
Champagnat,
Déclas,Terraillon, Colin. Artículo de
síntesis del P. Mayet. – 1, 293–300,
escr. Mayet.
Copiado en el tomo I a continuación de dos artículos
posteriores al capítulo general
comprendido entre el 17 y 24 de abril de
1842, el que se va a leer puede ser fechado con probabilidad en la primavera
del mismo año y parece formar parte de la serie de artículos de síntesis que el
P. Mayet redactó hacia este período para
hacerlos tema de lo que sabía y reunir los rasgos que él no había aún consignado por escrito.
Continuación
del artículo de la pág. 7, mismo volumen: Origen de la Sociedad. a
[1]
El P. Maitrespierre, leyendo las palabras citadas en la pág. 7 (Las palabras
del P. Champagnat que están aquí:) [P. 294] “Lo maravilloso de la Sociedad es
que Dios haya querido servirse para esta
obra de semejantes instrumentos”,1 me dijo: el P. Champagnat b tenía,
en efecto, .todo lo que es necesario
humanamente para impedir el éxito de su
empresaf
[2]
Él me añadió: Es el mismo P. Champagnat quien me lo ha dicho , y bastaría poder
señalar aquí ese tono rudo, tosco por así decir, y un poco huraño con el cual
él lo decía.
[3]
El tono hace también comprender lo que se quiere expresar con lo que se dice;
es una lástima que no se pueda decirlo
con la plumag, h (El P. Maitrepierre)
[4]
Uno de los cuatro primeros compañeros era aún el P. Déclat, hombre que no
solamente no era propio [P. 295] para hacer triunfar la obra, sino que, al
contrario, estaba sobre todo hecho para restarle crédito i.
[5]
El P. Déclat era de una muy grande, de
una bastante grande sencillez, se comportaba de una manera inadecuada en
público, por falta educación, estaba dotado de muy pocas cualidades , tenía una
instrucción muy limitada, cometía errores de francés muy burdos, tenía miras
poco amplias, y había contraído al orar,
como consecuencia de los escrúpulos de su juventud (según yo creo), costumbres
tan ridículas que ellas repelían o
hacían reír.k
[6] Esto lo
digo para hacer ver que nuestra obra no está apoyada en el hombre.
[7]
El P. Déclat es un hombre de Dios, duro con él mismo, muy mortificado, lleno de
fe y de espíritu de oración, infatigable en el trabajo, incansable en la misión
y muy celoso. Es el celo, de suyo, su
virtud distintiva.
[8]
Él ha hecho una gran cantidad de misiones y ha influido en un gran número de
pueblos de la [p. 296] diócesis de
Belley.
[9]
Es posiblemente él, entre todos los miembros de
la Sociedad, decía el P. Colin, quien tendrá en el día del juicio ,el
mayor número de almas alrededor de éll.
[10]
Cuando llegaba el invierno y con el invierno el momento de la partida para la
misión, el P. Déclat irradiaba alegría; su figura, su partida, sus palabras,
todo en él anunciaba al hombre apostólico que iba a conquistar almas para el
cieloo.
[11]
Él encomendaba con las más grandes instancias a los pecadores que él iba a
evangelizar. p
[12]
Durante el verano, frecuentemente él era solicitado el domingo por alguna
parroquia vecina, y se presentaba allí
siempre con prisa cuando la obediencia le permita. Él decía: Realmente, yo
tendría escrúpulos [p.297] de no atender el llamado. Yo no salgo nunca, casi
nunca, sin que acerque a Dios algún almaq
[13]
Varias veces en sus Recuerdos,
es tema del P. Déclat directa o indirectamenter .
[14]
Permanecen pues el P. Terraillon y el P. Colin menor.
______________
_1_Doc.
156 (440)
______________
10 un poco postea additum 20
era – muy tachado / de una red una 21
bien2 rev2
muy
24 o – reir rev hacian reir o
molestaban .
_________________________
[15] El
primero era cura de St. Chamond y no se ocupaba, yo creo, mas que de algunos
hijos en la Sociedad aunque él quedaba siempre allí unido de corazón u – x
.
[16]
En cuanto al P. Colin menor, nuestro superior
general, se le puede apreciar suficientemente por todos los escritos que
contienen sus recuerdos y que casi todos giran sobre él. Es la más grande alma
que yo haya conocido; recorriendo sus
notas, se verá cómo era elevado su espíritu, su corazón animoso, sus miras
poderosas y amplias…
[17]
[p. 298] Pero es necesario no olvidar
que la más profunda humildad iba unida en él a la más heroica magnanimidad
[18]
El P. Colin no ha hecho nunca nada por hacerse conocer, por exhibirse.
[19]
No teniendo ninguna confianza en los hombres,
aunque no faltaba ni a la
caridad, ni a la prudencia, se apoyaba
únicamente en Dios.
[20]
Yo no pienso que nunca, después de
haberlo conocido, se le haya ocurrido hacer cualquier cosa por agradar a los
hombres.
[21]
Era preciso , para que actuara, que Dios se lo inspirase a través de la
manifestación de su voluntad y de las circunstancias. .
[22]
Solamente aquellos que lo trataban mucho tiempo podían conocerlo y además, como
tenía una libertad religiosa muy grande, [p. 299] y como no tenía más
que la voluntad de Dios, más que sus
deberes de estado, no hacia nada para
darse a conocer más que cuando el
interés de la Sociedad y de la gloria de Dios
lo exigían.b’
[23]
A primera vista, parecía ser uno de esos
buenos y humildes viejos curas de campo,
muy sencillos, muy tímidos, que no saben
dónde ponerse para no llamar la atención, y muy bondadosos al mismo
tiempo.c’ No obstante, yo añado
que se sentía que era un santo, y desde que yo hablé con él una
vez, experimenté fuertemente en el
corazón este pensamiento: He aquí al hombre que tú buscas. Yo había
experimentado también una atracción que venía de lo alto, al leer una carta
que recibí en un momento en que buscaba conocer mi vocación1. Aún
yo no lo había visto; yo no le había
dicho dónde me encontraba respecto de mi examen; le había escrito guardando el
anonimato; pero su carta, que no era
cuestión de este asunto, fue para mí un revelación súbita
llena de luz y de gracia… Ella me decidió;
yo no tengo duda. Los santos tienen en ellos algo de Dios, que es
indefinible, que conmueve, que atrae, y que no se puede explicar. ¿Quién es
aquél de entre nosotros que no ha experimentado frecuentemente en el
entendimiento lo que yo acabo de decir e’.?
[24]
Yo he querido hacer ver aquí [p. 300] que, aunque el P. Colin sea ciertamente
un gran hombre, él no lo es, no obstante, al modo humano: la fe encuentra en él todo lo que hay de más
bello y más sublime, pero la razón humana allí buscaría en vano lo que los
hombres aprecian y lo que atrae las miradas, la estima pública, los elogios y
la consideración humana g’. Aquí todo es divino; la sabiduría humana
no esta aquí para nada. La obra es divina tanto en sus medios como en su fine.h’
[25]
He aquí pues, en resumen ,el retrato de los 4 primeros miembros de la Sociedad:
los pp. Champagnat, Déclat, Terraillon, Colin.
__________
51-52 tenía – hijo rev no tenía, yo creo, por raíces
muy fuertes
__________
83 y desde – sentí rev un sacerdote, desde que él le
hubo hablando una vez, sintió 85 yo
había rev ese sacerdote había 86que yo recibí rev que él recibió 86 –
87 yo buscaba – tenía rev
él buscaba conocer su vocación. Él no lo había aún visto, él no le había dicho
dónde estaba respecto al tema de su examen. El le había 89 su carta rev la
carta del Padre 90 yo rev ese sacerdote 91 me decidió; yo no tuve rev. Lo decidió; él no tuvo 96 aquí pr + no obstante 99 razón rev 2+ simplemente 102
humana borrón rev 108
formas amables rev esas formas.
__________
1 En
1836 o 1837 (Cf. O. M. 2, pp. 17 – 18) esta carta no se conserva.
[26] Los
que se unieron a ellos en seguida, son los PP. Jallon y Colin mayor, dos
santos, pero no aparentan nada
exteriormente, ni elocuencia, ni grandes talentos, ni formas amables que
seducen. i’ j’
[27] ¡Fuera,
pues, todo pensamiento humano! ¡y lejos de nosotros aquellos que quieren
explicar de una manera plausible el nacimiento y la extensión de nuestra obra,
como se haría con una obra humana!.No,no,sólo Dios es nuestro padrek,. O
María, nosotros venimos de tu corazón. –Esta gloria nos basta.
[AÑADIDOS]
a
t.1, página 729 [soc. 513, b]
b
El P. Champagnat ha comenzado el establecimiento de los hermanos y lo ha
dirigido hasta su muerte. En esta época,
era ya muy floreciente y estaba muy extendida. Su historia debe
encontrarse en las memorias que hacen los hermanos según los consejos del P.
Maítrepierrec, d
c
Ver tomo 5, 248 sobre el P, Champ(agnat) [doc. 611].
d
Ver t. 6, p. 381, relación del P. Seón sobre los inic(ios) de la Sociedad en
Lyon e[doc. 625]
e
Ver t. 1, 387 (margen)1
f
[p. 295 m] alguno decía al P. Champagnat: ¿Cómo quiere que se apruebe a sus
hermanos? Usted es su maestro, por consecuencia, considerado más instruido que
ellos, y sus cartas no son francesas.
g
[In textu:] (Ver t. 6, 388) [doc. 625 § 11].
h
[In textu:] Continuación t. 8, 430; ver t. 8, 430) [doc. 701]
i
Ver sobre el P. Déclat, 150 j2.
j
y 257 [doc. 469]. Ver t. 2, 1903.
k
El P. Déclat refería que, en los inicios de la Sociedad, cuando todo el mundo
se oponía a ella, se decía de él que era un loco. Eso no debe extrañar, puesto que realmente,
en sus maneras, como consecuencia de las tentaciones que él experimentaba y de
los gestos increíbles que él hacía en
esta ocasión, podía parecer o un loco
o un endemoniado. Lo que yo constato, no
para desacreditarlo, sino porque importa que lo sobrenatural de nuestra obra destaque con respecto a la debilidad de los [p. 296 m] primeros
elementos . Yo no hago una apología,
pero trabajo para la historia, para la verdad, para Dios.
________
119 – Según –
del P. rev 2 así como los hay allí comprometido el Padre 127 no son pr son llenos de
__________
_____
1
Leer 6, 387 (margen). Es el doc. 696.
2
Reflexión del P. Déclas en 1839.
3
Elogio del celo del P. Déclas por el P. Morcel después del
retiro de 1942.(sic).
l
¡Cuántas veces no ha reconciliado él con Dios almas que, después de 30 o 40 años, escondían
pecados en confesión! Él nos refirió una vez que, en una sola parroquiam,
sobre un número bastante mediocre de penitentes, había una centena de ellos que
fueron a hacer confesiones generales.n
m
que él no nombra.
n
( Puede ser demasiado. El P. Déclat no era instruido).
o El P. Colin
decía: El P. Déclat recorrería numerosos lugares para ir en socorro de un alma. Él ha salvado un número muy
grande de éstas y, en el día del juicio, estará por encima de muchos otros
sacerdotes que, no obstante, hacen el bien. Él tiene el espíritu de oración.
Cuando parte para una misión, busca por todas partes oraciones, y no teme pasar él mismo la noche en oración,
para atraer la gracia de Dios sobre sus
trabajos. Es un hombre duro con él mismo; no teme tomar solamente 4 horas de sueño. Él no se re – [p. 297 m] busca y no busca más que la gloria de Dios.
Él decía alguna vez a las almas: ustedes tienen Ambrosios, Agustines… y ustedes
vienen a mí. ¿Si ellos no han podido convertirlos, que haré yo? – Eso los
despertaba y ellos prometían.
p
[In textu:] Ha conseguido grandes frutos en las almas. Es un apóstol.
q
[In textu:] En 8bre de 1850, el P. Déclat habiendo venido a hacer su
retiro a Puylata, el P. Colin mayor, su vecino de cuarto, decía que el valiente
hombre desde las 2 h(oras) de la mañana estaba levantado).
r
Ver también t., p. 249s. se ve también en mis notas que una vez el
P. Déclat, enredado por M(ons)e(ñor) de Beley, estuvo a punto de ser
sorprendido y ser quitado de la obra, por una 0obra diocesana, creyendo actuar
bien t.
s p. 237
t t. 1, 732 [doc. 535,§6]
u
[In textu:] por los informes, y aun por la intención.
v
[In textu:] ver t. 6, 382. 385. 393) [doc. 160 (625), §§, 3, 7, 16].
w
se puede decir que el P. Terraillon no ha seguido la fortuna de la Sociedad, de
alguna manera.
x
Así mismo, después de la aprobación, el P. Terrailon dudó y consultó mucho
antes de hacer los votos. Después de
haber hecho los votos, se le permitió
guardar su curato todavía por algún tiempo. Así, no habiendo venido por
así decir más que cuando la Sociedad
estaba establecida, y no habiendo participado más que de lejos y en una
posición que lo ponía al abrigo de todos los combates de la Sociedad, [p. 298m]
se puede decir que él ha tenido menos parte en su nacimiento que los pp. Jalon
y Colin grande, que se han unido a ella y que han compartido sus angustias.y
Así
pues, claramente hablando, de todos los 1os compañeros que se han
asociado en el seminario mayor de Lyon, el P. Colín menor es el único que ha
estado siempre firme, cuya alma no ha vacilado jamás, y es en el fondo de su
corazón que Dios había depositado y ocultado el germen de la Sociedad, como en otro tiempo
el fuego sagrado del templo durante la cautividad en ese pozo misterioso del
cual habla la S(agrada) Escrituraz.
____
146
había rev 2 tuvo 149 no rev + bién
180 muy tachado rev [tener pr + mismo 186 puede pr + con trabajo 186 que él ha rev + tenido mucho 198 rama de los pr + sacerdotes 205 evitar rev 2 + poco más o menos 206 jamás rev no 206
pero pr + en.
y
en un tiempo en el que nadie estaba seguro .
z
[p. 294m] El mismo P. Champagnat, completamente feliz de haber puesto en movimiento
la rama de los hermanos, pensaba que la de los padres no tendrían éxito y él lo
dijo una vez a un amigo a’.
a’
t. 6, 388 [doc. 160 (625) §11]
b’ Ver 1. suplemento, p. 121 y 120, 14o,
una nota que destaca mucho
la mano de Dios 1…
c’ El R. P. Superior General no poseía por principio
la lengua francesa, pero su oído lo guiaba y le hacía evitar, cuando él lo
quería, todas las faltas de francés. Jamás he encontradod’ errores
en sus cartas; pero todas las que se referían a asuntos fuera de la
Sociedad, las compartía siempre con alguien , por el temor de equivocarse en la
escritura del francés.
En
la conversación familiar, la palabra no le venía siempre fácilmente para
expresar su pensamiento.
d’
durante su generalato
e’ No hay que equivocarse respecto
a esto: los fundadores de orden no eras
sabios, pero todos eran hombres de talento f’.
f’
Esta palabra me ha sido dicha alrededor del año 1844 por [p.
300m] un eclesiástico instruido que regresaba de Roma y que había tomado en
esta ciudad una profunda veneración por el R. P. Colin. Es hablándome de él que
dijo esta sentencia.
g’
Esta reflexión no es absolutamente verdadera, pero lo es casi completamente.
h’
Ver el magnífico desarrollo de estos pensamientos de fe en Rodríguez, Tratado
de la Institución de la C(ompañ)ía de Jesús, Cap. XV: De un medio para dar
fruto y que consiste en no fiarse nada
en sí, sino en confiar en Dios.
Sn.
Ignacio era poco sabio, al punto que
muchos atribuyen sus constituciones primero a los Benedictinos, después a
Laynes. La gloria de Dios, es de haberse servido de él para hacer una semejante
obra de arte, de la que él hubiera sino incapaz, sin el socorro de lo alto.
i’
[In textu:] ni de grandes conocimientos.
j’
El padre Jallon tenía mucha erudición y un memoria prodigioso. Después de haber leído un sermón,
podía repetirlo todo entero.
k’ Nosotros
somos de Dios.
1 La mano de Dios en la fundación, destaca en la
elección hecha del Padre Colin a pesar de sus defectos.
158(607)
29
de Junio de 1845. – LA SOCIEDAD HA COMENZADO EN BELLEY Y EN EL HERMITAGE. Palabras de P. Colin.- 1,9m, escr. Mayet.
El 29 de Junio de 1845 tuvo lugar
un consejo al cual asistió el P. Mayet (Cf. S2, 54m). Es sin duda durante este consejo
que el P. Colin habló sobre la necesidad de comenzar pobremente los
establecimientos de la Sociedad (cf. 6,637 – 639).La nota de abajo se refiere
claramente a esta última reunión. El P. Mayet habrá reservado para el margen
del doc. 430 esas palabras, que lo completaban felizmente.
[1]
El 29 de junio de 1845, el P. Colin, hablando de nuevos establecimientos a iniciar, nos dijo:
SSres, N(uestro)
Señor ha nacido en Belén, la S. Virgen ha nacido en Nazaret. La Sociedad de
María ha nacido en la pequeña ciudad de Belley (lugar ignorado) y en la pequeña
hermitage cerca de S. Chamond, en la soledad.
Acordémonos
de nuestro origen; comenzamos sin ruido. No es necesario para hacer el bien,
hacer ruido; y en seguida, más tarde, cuando llegue el momento, entonces la Sociedad se ensanchará1.
(Él se había detenido entonces… yo he añadido esas 2 palabras p(ar)a completar)a.
[Añadido]
a
(tomo 5, p. 547 margen)
159(611)
1845.-
DOS RASGOS SOBRE EL P. CHAMPAGNAT. Artículo del P. Mayet.
-
5, 248, escr. Mayet
Pasaje
fechado aproximadamente por su lugar en las Memorias.
Rasgos
sobre el Padre Champagnata
[1]
Yo no he anotado nada o casi nada sobre
el P. Champagnat porque sé que los
Hermanos Maristas escriben su vida. 2 Ha aquí dos rasgos que no
son conocidos de ellos probablemente.
[2]
En un retiro general de la Sociedad hecho en el seminario menor de Belley, el
P. Champagnat fue encargado de darnos
algunos avisos. Él lo hizo con una humildad profunda, y parecía
extremadamente avergonzado. Finalmente,
nos despidió antes de concluir el
ejercicio, diciendo que no quería hacernos perder el tiempo en escucharlo. 3
[3]
Un día, él regresaba de viaje con el P. N4…
___________
11 N... rev Terraillon.
1 Sobre
la espera de un crecimiento de la Sociedad con Juan Claudio Colin, cf. docc.
452; 575; 632; 678; 164(752) §43 al final.
2
Sobre los antecedentes de la obra del Hno. Juan Bautista,
cf. abajo, pp. 730 – 733
3
El P. Mayet había ya anotado ese rasgo (doc. 155 (438),b).
4
El P. Terraillon (Cf. Notas).
Ellos se
detuvieron en el seminario mayor de Lyon, que estaba muy cerca del desembarcadero
del barco de vapor.1 El Padre N. quería dejar su pequeño bulto de
viaje para no atravesar la ciudad cargándolo y enviar enseguida a un hermano a
buscarlo.2 Démelo, démelo, dice el P. Champagnat, quien tenía ya un
grande bulto; yo soy un campesino, no pesa mucho. Y él lo tomó y llevó los dos
bultos.
1El
lugar Croix–Paquet, donde se encontraba todavía el seminario de San Ireneo,
está en efecto muy próximo del puerto
Saint–Clair. Los PP. Champagnat y Terraillon debían llegar por uno de esos” buques” de la Compañía de
los barcos de vapor del Rhône superior que hacían el servicio cotidiano entre
Lyon y Aix – les–Bains con correspondencia para Seyssel, Belley, Ambérieu, etc.
(Cf. Anuario Administrativo
Estadístico yComercial de laCiudad de Lyon y del Departamento del Rhône para
1839, p. 198). Como ese servicio de buques no está señalado antes de
1839, se está invitado a colocar el hecho, al regreso del retiro de 1839 en
Belley (Cf. Doc. 155 (438)).
2
Ese detalle parece suponer que había entonces Hermanos en
Lyon. Lo más pronto que se puede situar el hecho, es pues, en el otoño de 1835.
[AÑADIDO]
a ver sobre el t.1, p. 7. 293 [docc. 136 (440),
157 (537)]
160(625)
Abril
1846 – NARRACIÓN ANECDÓTICA DEL P. ETIENNE SÉON SOBRE LOS ORIGENES DE LA SOCIEDAD (1816 – 1836): revelación
hecha al P. Courveille; juicio sobre este último; su estancia en el Hermitage y
en San Antonio; vocación marista de los pp. Séon, Bourdin y Pompallier; reglas del grupo de Lyon; los Hermanos Terciarios.
Narración del P. Séon al P. Mayet.-
6, 381 – 396 y 400, Escr.. Mayet.
Se
ha visto que en el retiro de 1839, el P. Mayet había intentado interrogar al P.
Etienne Séon sobre los orígenes de la Sociedad, pero en éste no se veía más que
la intención de darle largas al asunto (doc. 439). Luego, el autor de las
Memorias había debido reencontrar más de una vez al P. Séon durante los retiros o en Puylata, casa en la cuál
este último residió a partir de 1841, pero no parece que él haya encontrado la
ocasión propicia para interrogarlo de nuevo. Esta ocasión se presentó en abril
de 1846, cuando el P. Séon, que venía de predicar un retiro de cuaresma en Gex (cf. carta del P. Colin al P. Lagniet, 29
de marzo de 1846, APM 233.2), se detuvo algunos días en Belley, sin duda para reposar allí un poco
y probablemente también para ver al P. Colin, quien allí se encontraba
entonces.
Esta
vez el valiente predicador, el séptimo por antigüedad de los miembros de la
Sociedad, no se hizo rogar para responder a las preguntas del P. Mayet, el cual
parece haber estado sobre todo deseoso de completar los relatos del P. Déclas
(docum. 551 y 591) por el testimonio de un padre del grupo de Lyon. Sobre este
punto, el “colector” debió estar sobradamente satisfecho. Es, en efecto, una
página de historia casi completamente nueva que le fue dado recoger. Con
confianza y sencillez, pero sin gran orden, parece, el P. Séon expuso a la vez
lo que él había escuchado decir y lo que él sabía. Viendo a su interlocutor al
corriente de la vida del P. Courveille, no temió hablar libremente de este
último, proporcionando a su interlocutor muchos detalles absolutamente nuevos,
particularmente el dato según el cuál el Sr. Courveille había encontrado la
idea de la Sociedad en los papeles de un sacerdote venido del extranjero.
¿Todo
fue narrado en una sola sesión o en varias? Es difícil decirlo. El hecho de que
el P. Mayet no haya indicado el día del
mes, estaría más bien a favor de la segunda hipótesis, pero es más probable que
la narración fue hecha en una sola vez, dejando la posibilidad de que el P.
Seón haya proporcionado durante los días siguientes algunos complementos o
explicaciones. En todo caso, el P. Mayet intentó copiar él mismo en las
Memorias y sin duda bastante pronto, esta preciosa narración.
El
artículo fue retocado varias veces
después, a medida que el P. Mayet
obtenía nuevos datos sobre el Sr. Courveille. Es después de mayo de 1849 que él
repasó todo el texto para cambiar Corveil
en Courveil y añadió las notas
k, s, t, (cf. doc. 689). Después de diciembre de 1853, él llenó los márgenes de
referencias en el t. 8 de las Memorias, donde se encontraba desde entonces la
narración combinada de las cartas del mismo Dom Courveille (cf. doc. 718). En
enero de 1865, él mencionó en gruesos caracteres la famosa Última nota sobre el Sr. Courveil
(nota p.) Finalmente, es en el momento de
la copia de 1868 que parece haber corregido definitivamente en Courveille
la ortografía Corveil (rev2).
Las otras adiciones y correcciones son mucho más difíciles de fechar.
Algunas
notas sobre los primeros momentos de la Sociedad de María en la Diócesis de
Lyon, según el R. P. Séon, misionero marista de Francia. a – d
[1]
Es, en efecto,1nos dice el P. Séon,; el Sr Courveille quien puso
primero en movimiento este asunto de la Sociedad de María en el seminario mayor
de Lyon. Se ha hablado de una revelación; yo
no sé a quién habrá sido hecha.2 Yo creo haber escuchado
decir también que el Sr. Corveil había encontrado el plan de esta obra en
papeles que habían sido aportados por un sacerdote venido del extranjeroe.
He aquí todo lo que sé acerca de esto.f 3
___________
4 Corveil rev Courveil; rev2 Courveille
8 Corveil rev Courveil
________________
1
Él respondía pues a una pregunta del P. Mayet, deseoso sin duda de verificar la
exactitud de los datos del P. Déclas (cf. docc.. 551, §1; 591, §5).
2
El P. Mayet había sin duda preguntado el P. Seón si él conocía al beneficiario
de las famosas revelaciones de las que hablaba el P. Colin y que intrigaban
mucho al autor de las Memorias. (cf. doc. 591, §2, y referencias indicadas
allí).
3
A juzgar en esto por la respuesta de dom Courveille al P. Mayet en fecha del 18
de Julio de 1851, al cual este último remite aquí (doc. 714). El P. Seón había
debido precisar que se trataba de un sacerdote llegado de España o español.
Puede ser que el P. Mayet no haya creído útil entonces anotar el nombre del
país conservándolo en la memoria. Puede
ser también que haya interrogado de nuevo al P. Séon en seguida para hacerle
precisar de qué país se trataba. La primera hipótesis parece la más probable.
Lo que parece cierto, es que el P. Séon había quedado muy prudente es sus afirmaciones,
declarando no hablar más que por rumor y no confiarse absolutamente en sus
recuerdos. En cuanto al fondo, no se puede más que comparar esos datos del P.
Séon con los que resultan del estudio del doc. 418: entre 1828 y 1835, el P.
Champagnat creyó oportuno copiar en uno de sus cuadernos una carta relativa a
la Sociedad de María proyectada en Toledo por un grupo de eclesiásticos
franceses emigrados. Él concedía una cierta importancia a la existencia de esta
sociedad, y sería muy normal que se hubiera hecho la pregunta de saber si el
Sr. Courveille no habría tomado allí su propia idea de la Sociedad de María.
Por otra parte, se ha visto en la introducción al mismo doc. 418 que el Sr.
Etienne Séon pudo de una manera muy probable ser identificado con el
destinatario de esta carta. No sería pues sorprendente que el Sr, Champagnat le
haya comunicado de sus eventuales deducciones sobre una filiación del proyectos
Courveille por analogía con el proyecto español. Se puede pues sin gran riesgo
de error admitir que en el seno del grupo del Hermitage antes de 1836 debía
correr el rumor de que el Sr. Courveille había encontrado el plan de la
Sociedad en papeles relativos a la Sociedad de María de Toledo. ¿Qué volar
tenía ese rumor? ¿Era otra cosa que una
pura hipótesis? No se puede pronunciar respecto a este sujeto antes de haber escuchado al principal
interesado, el Sr. Courveille (cf. doc. 714). Una nota general sobre este asunto será incluido
en OM 4. Subrayemos solamente aquí que el rumor prudentemente relatado por el
Sr. Séon no puede ser considerado, aún después de confrontación con el doc.
418, como una afirmación positiva de una dependencia entre los dos proyectos de
Sociedad de María de Toledo y del Puy. En definitiva, por los demás, el Sr Séon
se opone a decidirse entre las dos
hipótesis relativas al origen de la idea del
Sr Courveille, revelación o préstamo, la única noticia cierta para él,
quedando el papel determinante jugado por el Sr. Courveille en el seminario
mayor.
[2] Se me ha dicho también que el
mismo Sr. Courveille había predicho lo que sucedió y había dicho: Yo soy la
primera piedra, pero esta piedra será arrojada y no será sobre ella que se
construirá el edificio.1 (El P. Séon) j, k.
[3]
He aquí lo que se refiere al Sr. Corveil Él había comenzado sus estudios muy
tarde2 El tenia mucho celo; él tenía una elocuencia natural3 y
algunas veces parecía como inspirado.l,
m
Cuando
yo era joven seminarista, yo lo veneraba e iba a confesarme a la vez con él por
veneración y por curiosidad [P. 382] al mismo tiempo4.
.
_______
11
Corveil rev Courveil; rev2 Courveille 15 Corveil rev Courveil 16
había2
rev
+ a veces 17 y algunas veces- inspirado tachadura rev 21 mucho rev bastante
_______
1
Sobre esta pretendida predicción, cf. doc. 718, §§29-31
2
Este dato cuadra bien
a la vez con lo que se sabe sobre la ausencia de todo seminario menor
organizado en la diócesis de Saint–Flour antes de 1816 (f. Carta del vicario
general Rochebrune al ministro de Cultos, 30 de enero de 1816, arch, nat. F 19831)
y con lo que el Sr. Courveille declararó más tarde sobre ceguera casi total que
le impidió todo estudio antes de 1809, es decir antes de la edad de veintidós
años (cf. doc. 718§2).
3
Cf. doc. 163 (750), §5.
4
Ese hecho no puede ser referido en el tiempo en que Etienne
Séon, aún seminarista, se encontraba en
experiencia en el colegio de Saint–Chamond y en relación con el Hermitage (cf. Infra, §10), porque en esta época
(año escolar 1926 – 27) el Sr. Courveille no estaba ya más en la diócesis de
Lyon. Por otra parte, se ve mal cómo Etienne Séon hubiera conocido antes de
1824 al vicario de Rive–de-Gier o al cura d’ Epercieux. La hipótesis más
probable es aquélla de visitas hechas por el Sr. Séon durante el verano de 1824
a la Valla donde residía entonces el Sr. Courveille (cf. docc. 28(108), §15;
122, dirección). La Valla no está en efecto más que a una docena de kilómetros
de Tarentaise, el pueblo natal del Sr. Séon, donde este último debía pasar sus
vacaciones. Por otra parte, la escuela de Tarentaise siendo sostenida desde
noviembre de 1821 por uno de los hermanos de la Valla, el Hno. Lorenzo (cf.
Juan Bautista t. 1, p.105), el Sr Seón no podía ignorar la obra del Sr.
Champagnat.
Con esto,yo estuve muy contento y muy
edificado. Él había estudiado mucho a Crisóstomo. Era bueno para comenzar una cosa, pero no era
constante para continuarla ,para sostenerla, y sobre todo, para concluirla. La Santísima Virgen, no
obstante, bien hubiera podido
aún servirse de él; pero fue
infiel a su vocaciónn1. Él fue vicario en Rive de Gier 2.En
seguida ha estado en el Hermitage con el
Sr. Champagnat en los primeros años de
la fundación de los Hermanos Maristas3.El
Sr. Terraillon pasó también allí un año4
(él pagaba pensión5 y
no estaba allí, dice el P. Seón, más que de paso y por echar un vistazo y ver
dónde se colocaría o).
[4]
no obstante, El Sr. Courveille estaba
singularmente preocupado de su superioridad p6. El había
revestido el hábito azul que tendrán un día los Maristasq y llevaba su hábito azul en invierno y en
verano. Su conducta ocasionaba un poco el ridículo sobre la Sociedad naciente.
El Sr. Champagnat dirigía completamente a los Hermanos. El Sr. Courveil dijo:
Es necesario sin embargo que se sepa quién es [p. 383] el superior. Se propuso
decidirlo mediante votación. Todos los sufragios de los hermanos fueron a
favor del P. Champagnat.7
_____
1
La alusión queda discreta, se podría pensar que esta
discreción viene del P. Mayet, que ocultaría detalles más precisos dados por el
P. Seón. Pero es más probable aún que este último no había dicho más al
respecto. Se verá, en efecto, que durante todo el generalato del P. Colin, el
P. Mayet no parece haber tenido conocimiento del verdadero motivo del retiro
del Sr. Courveille (cf. Infra, adición n).
2
Del 13 de Septiembre de 1817 (cf. AAL, estado del clero7)
al primero de octubre de 1819 (ibid, reg. Pers.1)
3
El P. Seón salta aquí los cuatro años y medio durante los
cuales el Sr. Courveille fue cura de Epercieux, del primero de octubre de 1819
al 30 de junio de 1824 (cf. AAL, reg. Pers. 1, y doc. 111), así como su
permanencia en la Valla antes de que el Hermitage fuera habitable (cf. Docc.
28(108)§15;122).
4
Su nominación al Hermitage es del 25 de agosto de 1825 (doc.
38(141)). Su retiro data de la fiesta de
Todos los Santos de 1826, inicio del jubileo en la diócesis de Lyon (cf.
Docc. 53, (169), §3;61 (182), §5).
5 El
registro de ingresos del Hermitage iniciado el primero de enero de 1826 lleva
como “recibido del Sr. Terraillon: el 26 de Enero, 10 francos; el 8 de febrero,
13 francos; el 2 de marzo, 70 francos (misas); el 9 de mayo, 200 francos. Esta
última cantidad podría representar el pago de varios meses de pensión.
6 Cf. doc.
551§ 11
7 Sobre esta
elección ver la narración detallada del Hno. Juan Bautista (doc. 757, §§ 28 –
31; Vida pp.166 –169)
Entonces
el Sr. Corveil, esperando, dice el P. Seón, poder ser nombrado superior de los
padres, dijo todavía: Es necesario nombrar también un superior para los padres.
Pero esta proposición pareció fuera de lugar: no eran más que tres padres r;
se la dejó caer por tierra1. [5] Pronto, el Sr. Corveil irá a la
Cortuja 2, y escribió a esos Señores que era tiempo de establecer
lazos más particulares y de reconocer una autoridad 3; que, si ellos lo reconocían por superior,
que viniesen a buscarlo a la Cartuja; que esa sería la señal en la cual el
vería que se le reconocía como tal. 4 Esos señores estuvieron
extremadamente contentos de [P. 384] esta carta: El Sr. Corveil les causaba
mucho problema; ellos se concertaron, consultaron a la autoridad eclesiástica y
se les respondió quedarse donde él estaba s5. [6] El Sr.
Corveil irá a presentarse al obispo de Grenoble, M(ons)eñ(or) Simón, 6
y le expuso su plan.
_____
1
Esta proposición de elección de un superior para los padres
no está testificada por el Hno. Juan Bautista. El P. Seón debía poseer ese
detalle del P. Champagnat o del P. Terraillon .
2
Como el P. Déclas (Cf. Doc. 551, 11) y más tarde Pedro Colin
(cf. Doc. 689§ 8 ), el P. Seón habla sin razón de Cortuja en lugar
de Tropa a propósito de la estancia del Sr. Courveille en Aiguebelle.
3 Es más o
menos el sentido de los principales párrafos de la carta del 4 de junio de 1826
(Cf. Doc. 45 (152), §§ 13 – 15).
4
La carta del 4 de Junio no contenía nada al respecto. Su
final por tanto, disimulaba mal el secreto deseo que tenía el Sr. Courveille de
ser oficialmente llamado al Hermitage por sus cohermanos, lo que habría
equivalido evidentemente a un reconocimiento de su autoridad (Cf. Doc. 45 (152)§§
15 - 17). Entonces el P: Terraillon parece haber sobretodo retenido de esta
carta el ofrecimiento que allí hacía el Sr. Courveille de quedarse para siempre
en la Tropa (Cf. Doc. 163 (750) §10, y sinopsis histórica), la tradición del
Hermitage insistía, exagerando, sobre las pretensiones engañosas que revelaba
el fin del documento. Sin ir en ese sentido tan lejos como el P. Seón, el Hno.
Juan Bautista se situará el también más allá de la verdad (Cf. Doc. 757, §47).
5 Sobre
las reacciónes de los PP. Champagnat y Terraillon a la recepción de la carta
del 4 de Junio, ver los detalles circunstanciados, proporcionados por este
último en sus dos narraciones (Cf. Doc. 163(750), §§ 10 – 11, y sinopsis
histórica)
6 El
P. Seón comete aquí error. Mons Simon había muerto el 3 de octubre de 1825. Es
el nuevo obispo Mons. De Bruillard, llegado a Grenoble el 25 de Agosto de 1826
(Cf. El Episcopado francés, p. 260), que debió recibir algunos días más tarde
al Sr. Courveille, cuya celebración en Grenoble parece ser el 7de septiembre de 1826
(Cf. Doc. 156§2, y nota en este lugar).
Monseñor
le dijo: ¡Eh! Bien, haga aquí un noviciado de hermanos como usted hizo uno con el Sr. Champagnat1. En esta
época, una persona que había recibido durante la revolución de las autoridades
del tiempo, la magnifica abadía de San Antonio,una de las más bellas aba días de Francia y aún, se dice, de Europa2,
tuvo alguna dificultad para rematarla, a precio muy módico, a una comunidad
piadosa. El Sr Corveil la compró por sesenta mil francos3 y allí
estableció una casa de Hermanas Maristas y una casa de Hermanos Maristas4,
separadamente, por supuesto. [P. 385]
_____
56 y aún –de
Europa tachado rev 58
Corveil rev Courveil
_____
1
Sobre esta acogida del Sr. Courveille por el Obispo de
Grenoble, cf. doc. 164
2El
origen de la abadía de Saint–Antoine en Viennois se remonta al
siglo XI. Para resguardar las reliquias presuntas de S. Antonio el
Grande, traídas en Delfinado por el Barón Jocelin, fue iniciada en 1080 una
iglesia románica que fue sustituida en seguida por una magnifica iglesia de
estilo ojival cuya construcción fue terminada en el siglo XV (cf. fig. 8). Un priorato de Benedictinos tuvo
primero la guarda del santuario pero, a fines del Siglo XIII , Bonifacio VIII otorgó esta última a la
orden local de los Antoninos ,que conoció desde entonces un desarrollo
maravilloso, pero pronto acabó su esplendor en el siglo XVIII , y debió
fusionarse con la orden de los Caballeros de Malta en 1785. Poco después, la
Revolución vino a transformar en bienes nacionales la iglesia y la abadía (cf.
Padre H. Blanc, San Antonio en
Delfinado, Grenoble, 1953, pp. 13, 34 – 36).
3 La
historia de la propiedad de la abadía al final de la Revolución es mucho más
compleja que como lo expresa aquí el P.
Séon. Comprada el 9 de diciembre de 1796, por Joseph – Fleury Jubié, diputado del cuerpo legislativo, por
la suma irrisoria de 45, 544 libras, fue
revendida en tres lotes por sus herederos en el curso del siglo XIX (Cf. A. LAGLER, La Abodía y el Burgo de San Antonio en Viennois, ms en los
arch.. del obispado de Grenoble, 2a parte, p. 146). La parte
llamada abacial y el noviciado, así como
los terrenos adyacentes (nn. A 1018–1030 del plan catastral de San Antonio,
terminado en 1830) son llevados, sobre el estado de secciones correspondiendo a
ese plan, como propiedad indivisa de
Françoise Brun y Antoinette Rolland (=Rollat), dos de las más antiguas
religiosas del Sr. Courveille (cf. doc.
183; 184, § 8). No ha sido posible reencontrar el acta de compra de esta parte
de la abodía .Es cierto en todo caso, que no es el mismo Sr. Courveille , sino
las religiosas fundadas por él que
llegarán a ser propietarias.Y no se podría decir sin una grave imprecisión que ellas compraron “la
abadía de San Antonio”, la espléndida iglesia que valía todo lo que
pagaron y la mayor parte de los
edificios, no habiéndoles jamás pertenecido.
4
Sobre las hermanas, cf docs. 183, 184, 186, 187. en cuanto a
los hermanos se sabe que la escuela comunal de Saint-Antoine les fue confiada
desde el inicio de 1826 ( cf. doc. 170) y que el señor Courveille obtuvo
subvenciones para su establecimiento presentándolo como un semillero de
instructores (cf. doc. 177).
pronto,
él tuvo una treintena de hermanos1en ese soberbio y magnífico local,
y su establecimiento parecía debía estar
por encima del del P. Champagnat, pero Dios no construía con él; pronto todo
eso cayó en ruina2; él dejó Grenoble 3, fue a la Diócesis
de Dajón donde murió como capellán de un hospital.4 (El P. Séon)u.
[7]
El Sr. Terraillon, manteniendo no obstante aún relaciones con los Maristas,
aceptó un lugar de vicario en Ainay en Lyon, después un puesto de cura en Sn.
Martín de Fontaine, y finalmente el de cura en S. Chamont.5 (El P. Séon). [Pág. 386].
[8]
El Sr. Champagnat estaba pues solo en la Diócesis de Lyon ocupado de la obra6.
[9]
En esta época el Sr. Séonvw, hacía su seminario en Sn. Ireneo en
Lyon y, encontrándose al fin de su curso (era en 1825 más o menos7).
______
61 local pr + Pero él
66 Terraillon pr+acc
______
1
No ha sido posible verificar la exactitud de esta cifra, que
puede ser exagerada.
2
Sobre las causas financieras de este fracaso, ver el
testimonio autorizado del prefecto de 1’Isère (doc. 250).
3
Esa partida fue definitiva a finales de 1829 (cf. doc. 205;
250,§ 4). Pero desde el mes de junio de este año el Sr. Courveille estaba en
instancia del cambio de diócesis (cf. doc. 195) y desde la primavera él había emprendido un
vasto giro que dio a conocer sin duda las dificultades en las que él se
encontraba entonces (cf. doc. 156, §§ 3- 6). Nadie prueba que a los aprietos
financieros del Sr. Courveille, se haya añadido, como causa de su partida un
nuevo asunto de costumbres, así como lo
parece suponer LETURIA (p. 68).
4
No se sabe dónde había podido recoger el P Séon una
información tan completamente errónea.
Es en Châteauroux, diócesis de Bourges, donde el Sr. Courveille había
llegado a ser capellán del hospital (cf. doc. 407) y nada indica que él haya
hecho jamás una diligencia en el Obispado de Gijón, cuyos archivos no dicen
nada a ese respecto. Finalmente y sobre todo, el Sr. Courveille estaba aún bien
vivo en 1846 (cf. doc. 627
5
Sobre esos nombramientos, cf. Rep. biogr.
6
Cf. doc. 173, §§ 7, 14, 16.
7
Etienne Séon acabó su tercer año de Teología en Julio de
1826 pero fue inscrito en Todo los Santos siguiente, en cuarto año. Ese solo
hecho no implica necesariamente que él haya
permanecido mucho tiempo en San Ireneo en 1826 – 27; él mismo va a precisar en
el momento (§10) en el que fue colocado este año en el colegio de Saint –
Chamond. Estando aquí, las gestiones de lo que se trata aquí, pueden ser
situadas hacia el fin del año escolar, 1825 – 26, sea durante el verano de
1826, sea aún a inicio del año escolar 1826 – 27.
Él
pide a m(ons)eñ(or) de Pins el permiso de hacerse lasarista; se le niega 1. El Sr. Baudry, su
confesor , por su cuenta, pide para él su admisión entre los misioneros x de la Cartuja; el Sr. Séon, a su vez, rechaza
entrar en una congregación en la que él no pensaba. Finalmente el Sr. Gardette,
superior del seminario mayor de Lyon, con el cuál el Sr. Séon iba a dirección,
le comunicó un proyecto de una nueva sociedad (la Sociedad de María)y y
lo compromete a entrar en ella.2 El Sr. Séon se confió para ello [p.
387] completamente a él.
[10]
No teniendo aún la edad del sacerdocio fue colocado en el colegio de S.
Chamont, con el Sr. Brut3;desde allí, examinaba lo que hacía el Sr.
Champagnat sin darle a conocer sus intenciones. Finalmente, algún tiempo antes
de su ordenación, va a encontrar al P.
Champagnat, y se le abre. Este pobre P. Champagnat, viendo al fin un compañero
que se presentaba, lo recibió como a un ángel bajado del cielo, y su alegría
fue sin límite4. Después de la ordenación, el Sr. Séon vino a
unírsele 5,
_____
80 el cual pr + el P. 80 hizo pr + lleno (¿) parte pr
+ del nuevo
_____
1
De 1816 a 1826, el arzobispado de Lyon, tan generoso para
las misiones, no había concedido más que dos permisos para los Lazaristas
(cf. AAL, reg. ordin. 2, 8 de marzo de
1820; 29 de septiembre de 1823).
2
Sería muy importante saber cuándo exactamente, el Sr.
Gardette dio ese consejo al joven sacerdote Séon. Hecha antes de la partida del
Sr. Courveille en mayo – junio de 1826; semejante invitación se podría interpretar como una falta de
confianza en la joven sociedad, que contaba ya tres miembros sacerdotes en la
diócesis y otros en la diócesis de Belley. Dado después de la partida del Sr.
Courveille y del Sr. Terraillon, el mismo consejo podía corresponder al deseo
del Sr. Gardette de venir en ayuda del Sr. Champagnat, que él sostenía (cf.
Juan Bautista, t.1, pp. 139 – 140). De todas maneras, el hecho de haber
aconsejado a un futuro sacerdote de hacerse marista a fines de 1826
representaría un acto de fe y del ánimo poco común. Sobre las confidencias hechas por el Sr. Séon al Sr.
Gardette respecto a su vocación ,ver eporotra parte, el doc. 715,§ 3.
3
El mismo, al cual el consejo archiepiscopal acababa de dar
,una misión de asistencia sobre el Hermitage bastante imprecisa, por otra parte
(cf. doc. 48 (159)).
4
Esta entrevista entre el Sr. Séon y el Sr. Champagnat debió
tener lugar en mayo de 1827. Sobre las proposiciones que hizo entonces el joven
diácono y la reacción del Sr. Champagnat ver doc. 173, §20. Cuando él fue
ordenado sacerdote, el 9 de Junio de 1827, el padre Séon estaba ya designado
para el Hermitage desde hacía diez días (cf. doc. 56 (175)).
5
Él se encontraba en el Hermitage desde el 13 de Junio,
cuatro días después de su ordenación (cf. doc. 57 (176)).
compartir
con él el cuidado de la comunidad
naciente de los Hermanos Maristas y disponerse a las funciones del ministerio
de las almas 1. (El P. Séon).
[11]
No obstante, el P. Champagnat estaba completamente absorbido por la rama a la
cual [p. 388] él se había consagrado y, viendo que Dios comenzaba a bendecir
sus esfuerzos no pensaba tanto en la de los padres, y había por así decirlo
desesperado.2 Un día,hablándole el Sr. Séon de sus deseos respecto a la Sociedad , el Sr.
Champagnat le dijo; ¡Ah! Mi querido, es necesario no pensar en eso; no habrá,
yo creo, otra Sociedad de María que la de los Hermanos; el resto no ocurrirá,
no piense más en ello. Usted hace el bien aquí y nuestra obra da la gloria a
Dios; eso nos debe bastar. A esas palabras, el Sr. Séon se despertó como de un
sueño, y le dijo: En ese caso, Sr. Champagnat, yo he estado equivocado. Lo que
usted hace aquí está bien, pero yo, yo quiero ser de una sociedad religiosa de
sacerdotes ocupados en evangelizar.3 Así yo parto mañana para Lyon,
y voy a pedir [p. 389] mi dispensa para ir a reunirme a esos Sres. De Belley
(los pp. Collin, Jallon, Déclat). 4
El P. Champagnat estuvo muy afligido, pero no pudo
retenerlo. [12] parte al día siguiente,
llega a Lyon, va derecho con el Sr. Cattet, el vicario general, se queja de
haber sido juzgado y dice que, en ese caso, él pide permiso de ir a Belley a
unirse a esos Sres. El Sr. Cattet primero le habló con un poco de fuerza, pero
enseguida él se tranquilizó, lo tomó con benignidad, y le dijo que la autoridad tenía realmente intención de
favorecer ese proyecto. Si esta intención es real, Sr. Vicario general, ¿Por
qué no otorga usted ningún sujeto a esta sociedad? – Pero, mi querido amigo,
ninguno lo pide; nosotros no podemos enviar ninguno; [p. 390]. Yo no lo pedí, dice el Sr. Séon, usted me ha enviado allíz.
Pero, Sr. Vicario General, ¿Si
se le pide, lo concedería usted? – Él dijo que sí. [13] el Sr. Séon, va derecho
al seminario, donde conocía las
intenciones de algunos de sus amigos, habla a los
____
98 no habrá pr + prob
_____
1 Sobre sus ocupaciones
en el Hermitage, cf. doc 185, §
4
2 Él no
debió tener en esto, más que una tentación pasajera. En diciembre de 1828, el
P. Champagnat
afirmará con vigor la subordinación de la
sociedad de los hermanos a “ la obra de María” considerada
en su conjunto ( cf. doc. 185 § 2 )
3 Sobre
los motivos que tenía el P. Séon enb creer en el carácet religioso y misionero
de su vocación, cf.
doc. 715, § 2 .
4 Sin duda ya los conocía ( cf. docc. 60 ( 181
), § 3; 61 ( 182 ), § 6 ).
Sres.Rousselon, Sarrasin, Journoux, y regresa a decir
al Sr. Cattet: He aquí tres que piden. Él estaba comprometido. – pero, dice
él,- esto es casi imposible, nosotros
tenemos necesidad de sacerdotes; el Sr. Rousselon, está designado para ser
director de los Mínimos.1 El
Sr. Sarrassin para tal puesto,2 el Sr. Journoux para tal otro.3
Encuentre, si usted puede, alguno que
sea diácono, y se le concederá4.[P.
391] El Sr. Séon no se detiene y va al seminario mayor a encontrar al Sr.
Bourdin, diácono.5 Usted es un ángel que Dios me envía dice el
Sr. Bourdin; mis intenciones y
mis pensamientos irán
llevados
______
1
Ordenado sacerdote el 14 de abril de 1827, Etienne Rousselon
parece haber terminado el año escolar en el seminario mayor. Él entró efectivamente
con los Mínimos como director en el otoño de 1827 (cf. rép. biogr.).
2
Ordenado sacerdote el 22 de diciembre de 1827, Benito
Sarrassin fue en seguida nombrado vicario en Violay (cf. rép. biogr.)
3No
hubo entre 1826 y 1828 en el seminario mayor de Lyon ningún alumno de nombre
Journoux. Pero un Benito Journoux había sido condiscípulo de los primeros
aspirantes maristas en San Ireneo de 1814 a 1816 (cf. doc. 32 y13 (44)) y se
encontraba desde principios de 1818 como vicario en Nuestra Señora de Saint–Chamond.
Varias veces, particularmente el 16 de noviembre de 1825, él había pedido al
arzobispado el permiso para partir a las misiones, pero se había visto
aplazado. Desde el 26 de agosto de 1826, él tenía la seguridad de que podría
partir después del jubileo (cf. AAL,reg. delib. 5), es decir, después del
primero de mayo de 1827 (cf. OM I, p. 420, nota 1). De hecho, el permiso no le
fue concedido sino hasta el 15 de enero de 1828 (cf. AAL. reg. ordin. 3, y doc.
59 (179)). Es de él casi seguro que se trata aquí. El Sr. Séon había podido
verlo fácilmente en Saint–Chamond en los últimos meses de 1827. Es sin duda el
P. Mayet quien habrá esquematizado situando después de una única visita al
seminario mayor la conversación del Sr. Séon con esos tres eclesiásticos.
4Esta
frase tiene el problema de la fecha de la entrevista entre el Sr. Séon y el
Vicario General. Si esta última tuvo lugar antes del 22 de diciembre de 1827,
la réplica del Sr. Cattet es inadecuada. El Sr. Sarrassin no era aún más que
diácono. Pero, por otra parte, no se puede situar la conversación después de la
fiesta de Todos los Santos de 1827,
habiendo tomado ya el Sr. Rousselon en esta época , su puesto con los
Mínimos. Allí todavía, se parece
discernir un poco de esquematismo en el relato. Mirándolo bien, es hacia el inicio de 1827, que se situaría
mejor la entrevista. Aunque aún no ordenado, el Sr. Sarrassin hubiera podido
estar reservado por adelantado para un puesto determinado.
5Es
el 31 de mayo de 1828 que Antonio Bourdin recibió el diaconado (cf. AAL. reg.
ordin, 3). Se tropieza pues aquí con una nueva incompatibilidad de la
narración, porque es cierto que las gestiones del Sr. Séon en Lyon a las que se
hace alusión aquí no pudieron tener lugar después de esta fecha, los tres sacerdotes
nombrados anteriormente estaban ya, los tres, en ese momento en el ministerio.
Es muy posible que el P. Séon no se haya acordado que en el momento de su
entrevista el Sr. Bourdin era aún subdiácono. Se podría suponer también que el
P. Séon reúna en un simbólico viaje a Lyon las gestiones, siendo escalonadas en
realidad en numerosos meses. Lo que se ha visto al instante sobre el
esquematismo del relato, autoriza del todo una semejante hipótesis. La época de
la vocación marista del Sr. Bourdin queda así imprecisa. Notemos que el
registro de alumnos de San Ireneo lo pone en tercer año de Teología para el año
escolar 1827–28 con estas dos menciones: “Partida el 13 de marzo; reingreso el
19 de Abril”. Sería sin duda aventurado poner esta ausencia en relación con su
nueva orientación. El Sr. Bourdin debió terminar regularmente su año escolar y
entrar, diácono esta vez, en el Hermitage en verano o en otoño (cf. doc. 185, §4).
allá 1, pero yo comenzaba a
olvidarlo, y no obstante, he allí el momento
decisivo para mí. Yo le debo mi vocación. -El Sr. Séon da a conocer su gestión
al Sr. Cattet, quien le promete actuar en el consejo episcopal para que se le
conceda… El Sr. Céon parte pues, tranquilizado sobre el futuro de la Sociedad y
contento de su adquisición. [14] pero, llegando al Hermitage, él encontró al
Sr. Champagnat, menos [p. 392] contento que él, y un poco extrañado de que se
le enviara un sujeto sin su cooperación.
Usted conoce bien ese sujeto, dice el Sr. Champagnat; y el Sr. Séon tuvo aún la pena de pensar
que el Sr. Champagnat posiblemente lo rechazaría. Era preciso que todos
los pasos que daba esta pobre pequeña Sociedad de María fuesen hechos en medio
de espinas y, cuando las cruces de fuera faltaban, eran los mismos miembros que
las proporcionaban a sus hermanos.
¡Providencia de Dios! Dios quería reivindicar para él solo la gloria de haber hecho todo.
[15]
No obstante, el Sr. Bourdin llegó, después el Sr. Pompallier, después el Sr.
Chanut, después el Sr. Forest.2
[p. 393].
__________
147 después el Sr, Pompallier tachado rev. 150 dos rev tres
__________
_____
1
¿Hacia la vida religiosa
o hacia la Sociedad de María? La frase puede sufrir las dos
interpretaciones. En el segundo caso, el Sr. Bourdin hubiera podido escuchar
hablar de la Sociedad de María por medio del Sr. Gardette, como el mismo Sr.
Séon.
2
Sobre las fechas de llegada de cada uno de esos cohermanos,
cf. OM I, P. 922, nota 1, y rep. biogr.
[16]
El buen Sr. Séon, era de una entrega admirable para la Sociedad, y lo probó sobre todo en dos ocasiones.
-Insistía al Sr, Terraillon a decidirse, yy dejar todo para venir a reunírseles. Suprimió todas las razones, todos los
pretextos que le presentaba el Sr,
Terraillon. Finalmente éste habiéndole
dicho que tenía un hermano
enfermo al que estaba obligado a
sostener1:Yo le prometo, le dijo el Sr. Séon, darle mientras dure su vida, una pensión de
cien escudos. El Sr. Séon tenía aún su
padre y no gozaba de su fortuna, pero él sabía que su padre no le negaría [p.
394] nada. No obstante el Sr. Terraillon tardó todavía2.
[17]
La casa de los Hermanos Maristas de el Hermitage dependía del Sr. Courveille. Se trataba de
hacer pasar la propiedad al Sr. Champagnat y de ganar al Sr. Corveil. El Sr. Séon se encargó de esta
delicada misión; él fue a visitar al Sr.
Corveil le testimonió mucha estima y afecto y le hizo aceptar reunirse en un
día determinado ante un notario, con el Sr. Champagnat. Allí se firmó el
contrato y ese fue el último contacto que la Sociedad tuvo con el Sr. Courveil3.
_____
161
Corveil rev Courveil; rev2
Courveille 162 Corveil rev
Courveil; rev2 Courveille 163
delicado rev + y muy
difícil 163 Corveil rev Courveil;
rev2 Courveille 167 Corveil
rev Courveil
_____
1
Por otra parte, ese detalle
no está testificado . Aunque no haya sido posible verificarlo, se le puede
considerar como una de las causas muy legítimas de los retardos del Sr.
Terraillon.
2
Es muy difícil fechar
ese hecho en sí mismo, además, no se trata de una conversación-tipo resumiendo
numerosas capas en el tiempo.
3
El hecho del arreglo realizado ante notario, entre el Sr.
Courveille y el Sr. Champagnat relativo a su copropiedad de la Valla y del Hermitage está bien
comprobado por los documentos contemporáneos (cf. doc. 163 49 (165) – 51
(167)), y el primero de esos textos deja claramente entender que el principio de una entrevista entre los
dos hombres estaba ya acordada cuando el Sr. Champagnat escribió al Sr.
Courveille , para pedirle una cita. Pero se ve mal como, en septiembre de 1826,
el Sr. Champagnat, hubiera podido llegar para una misión tan delicada como esta
toma de contacto, preliminar a un seminarista que no había aún manifestado la
intención de entrar en la Sociedad. (Cf. Supra
§ 10). A menos que él no haya contado con la veneración que el joven sacerdote
de Tarentaise tenía por el Sr. Courveille (cf. Supra § 3) a fin de ganar más seguramente a este último. Esto
supondría que el Sr. Séon estaba ya en
contacto bastante estrecho con el Hermitage antes aún de su permanencia en el
colegio de Saint–Chamond. No se puede excluir absolutamente, por otra parte,
que esta intención del Sr. Séon sea referir el acuerdo de octubre de 1826, sino cualquier arreglo posterior. No obstante, el
solo acto de esta manera ocurrido después de 1826 (doc. 82 (217)) no lo fue
ante notario, contrariamente a lo que supone la narración del P. Seón, y no se
puede situar fácilmente la existencia de otro contrato notariado que no hubiera
dejado huella.
[18]
Cuando el Sr. Pompallier pidió entrar en
la Sociedad1; el Vicario General dijo al Sr. Séon que no podía
concedérselo de inmediato pero que, como hacían falta sacerdotes, él tendría un
puesto a llenar durante algún tiempo. El Sr. Séon respondió: Sr. Vicario
General, si usted me cree capaz de esto, confíeme el puesto que usted destina
para Sr. Pompallier y déjelo entrar con nosotros. Yo creo estar ,con la ayuda
de Dios, bastante seguro de mí para pensar que
no cambiaré, en lugar que yo tema que un joven seminarista venga a cambiar de determinación. Después en cuanto usted
pueda reemplazarme, yo regresaré a
reunirme con mis cohermanos.- El trato fue aceptado, y es así, nos dice el P.
Céon riendo, que he, por así decirlo, comprado al Sr. Pompallier. Yo fui vicario ,reemplazándolo en Charlieu, durante 14 meses2.
(P. Séon).
[19]
En seguida él regresó al Hermitage 3. Allí ellos estaban en
frecuentes relaciones con esos señores de Belley, especialmente el P. Colin
menor. Todas nuestras miradas se dirigían hacia él, dice el Sr. Céon, [p. 395]
y lo veíamos como el superior de la
So-
_____
1
No se posee ningún documento directo sobre los motivos que
han orientado hacia la Sociedad de María al Sr. Pompallier, el cual había ya
hecho, en 1823–24, un intento en el
noviciado de la Compañía de Jesús en Montrouge (cf. rep. Biogr.).Se piensa muy normalmente a ejemplo de los Sres. Séon y Bourdin, de los cuales el primero
había dejado San Ireneo poco antes de la llegada del Sr. Pompallier en la
fiesta de Todos los Santos de 1826 y en
donde el segundo, había sido durante dos años, su compañero de seminario.
2
La existencia de un semejante trato no es de ningún modo
inverosímil y se encuentra indirectamente apoyado por varios datos
contemporáneos. Es un hecho que el Sr. Pompallier ordenado el 13 de junio de
1829, fue, nombrado el 24 del mismo mes vicario en la Madeleine de Tarare
(cf.AAL,reg. delib. 6) y que esta nominación fue muy pronto dada, puesto que
otro vicario era nombrado para el mismo puesto el 8 de julio (cf. doc. 195). Es
un hecho que el Sr. Pompallier se dirigió al Hermitage antes del fin del verano
sin haber ocupado otro puesto (cf. doc. 63 (196), §3).Es un hecho, finalmente,
que el Sr. Séon debió partir para Charlieu poco después de la llegada del Sr.
Pompallier al Hermitage ( cf. doc. 65 (198), § 4)y ocupó el puesto de
segundo vicario en esta parroquia del 10 de noviembre de 1829 al 21 de
diciembre de 1830 (cf. AAL, estado del clero 9, 4° trimestre de 1830, Loire,
Charlieu). El simple encadenamiento de esos hechos no está tan alejado de la narración del P.
Seón. Se ve solamente que, si el Sr.
Séon reemplazó al Sr. Pompallier como vicario, no fue en la misma parroquia
donde este último hubiera debido primitivamente ejercer, lo que no quita nada
por otra parte a la realidad del cambio.
El Sr. Champagnat parece hacer alusión a esos tratos en su carta al Sr. Cholleton del 8 de septiembre de 1834
(cf. doc. 323, §4).
3
En realidad retirado oficialmente de Charlieu con fecha del 21 de diciembre de 1830 (su
última firma en esta parroquia es del 25 de noviembre). El P. Séon fue desde el
30 de diciembre nombrado vicario en Valbenoîte (cf. AAL, reg. delib. 7).Él no permaneció pues, mucho tiempo en el Hermitage, donde estaba por tanto, presente
en la reunión de los 3–8 de diciembre (cf. doc. 88 (224)).Es posible que haya
allí una transición ficticia del P.
Mayet, la narración del P. Séon no se
sujeta a un orden cronológico estricto.
ciedad
aquél que debía ser encargado de ella un día1. Era él quien más
había trabajado para eso; nosotros lo sabíamos y también sabíamos que él había tomado
compromisos para esta obra con Dios.2 Finalmente, veíamos que era de todos, él, quien tenía las más grandes miras.
[20]
No obstante, teníamos dificultad para
reunirnos. La administración de Lyon
veía con disgusto que fuésemos a Belley,
y estaba inconforme cuando el P. Colin
venía a Lyon. Por esas razones, y al mismo tiempo por no actuar jamás más que
en espíritu de sumisión a la autoridad episcopal, pedíamos permiso al arzobispado, cuando íbamos a
Belley. Además nos escribíamos muy frecuentemente. La Sociedad entonces ,sufrió
muchas pruebas en Lyon , por parte del arzobispado, pero sufrió menos que en la
Diócesis de Belley, por parte del clero.
[21] ConstruyendoEl Sr. Champagnat en el
Hermitage, el Sr. De la Croix , entonces cura de Chartreux, hoy arzobispado de
Auch, le mandó decir: Diga al Sr. Champagnat que él construye en vano3.
___
196
íbamos a pr + Lyon 202 Auch pr
Aix
_____
1
A fines de 1830 Juan Claudio Colin era efectivamente superior central de los
dos grupos, elegido por sus cohermanos ( cf. doc. 85 (221 )).
2
Alusión sin duda, al voto hecho por Juan claudio Colin de ocuparse de la obra
hasta su presentación a la Santa Sede (cf. doc. 457, y referencias indicadas
allí. ).
3
Nombrado vicario general de Beley el 23 de julio de 1823, el Sr. De la Croix
dejó entonces el curato de Saint-Bruno y el superiorato de los Cartujos, mucho
antes que fuera exclusivamente comprado el terreno sobre el cual debía
construirse el Hermitage (cf. doc. 26 (102)). Sería un error pensar que se haya
permitido en seguida, en vista de sus nuevas funciones, dirigir al Sr.
Champagnat tal clase de mensaje. Posiblemente el Sr. Séon ha confundido al Sr.
De la Croix con el Sr. Mioland, quien le sucedió al frente de la comunidad de
los Cartujos y se convirtió más tarde en obispo, él también. Miembro del consejo
del arzobispado (cf. doc. 93) y por lo tanto al corriente de las dificultades
del Hermitage, hubiera estado en mejor
posición para hacer llegar al fundador de los hermanos una advertencia que se
quería ciertamente que fuera caritativa.
JUAN BAUTISTA, t.2, p. 43, narra el mismo hecho sin dar el nombre.
- Se hacía
mucha burla del Sr Champagnat en la diócesis1.
[22]
El Sr. Gardette, superior del seminario mayor de Lyon, nos exhortaba también
con fuerza a no pensar más que en una obra diocesana, diciendo que era
necesario dejarse conducir por la autoridad y que era una vana imaginación
pensar, en querer establecerse en toda la tierra.c’
[23]
En el Hermitage, vivíamos completamente mezclados con los hermanos. Seguíamos
un reglamento muy severo; nuestro capítulo de culpas se hacía exactamente y
después de la culpa, cada uno decía públicamente a aquél que se acusaba ,todo lo que había notado sobre él.2 El Sr.
Pompallier que había sido nombrado
director espiritual en el arzobispado, imponía muchas reglas.3
Entonces, pensamos que era preciso
separar a los sacerdotes de los hermanos. 4
_________
210 completamente
tachado rev 211 rayado rev
_____
1
Cf. doc. 757, §§ 18–20
2
La corrección fraterna estaba prevista cada quince días en
el Summarium de las reglas del grupo de Lyon (n. 71; cf. Ant. textus, fasc. 1, p. 57)
3
En diciembre de 1828, era el Sr. Séon quien estaba encargado
“de lo espiritual de la casa” del Hermitage (cf. doc. 185 §4)Es probable que
luego del cambio del otoño siguiente ( cf. supra § 18 ) El Sr. Pompallier habrá heredado esta función.
Evidentemente, es de la dirección espiritual de los hermanos que el Sr. Pompallier estaba directamente
encargado, pero desde el momento en que
sentía la necesidad de reglamentar más la disciplina religiosa o los
ejercicios de la comunidad, era inevitable que sus hermanos sacerdotes
sufrieran el contragolpe de las medidas
tomadas. A la luz de esta nota del P. Séon, se puede sin gran riesgo de error
atribuir al Sr. Pompallier un papel determinante en la elaboración del cuerpo
de reglas adoptado por los sacerdotes del grupo de Lyon, luego de la reunión de
diciembre de 1830 en el Hermitage (cf. docc. 88 (224)).
4
Habiendo hecho discretamente alusión a las dificultades que
presentaba la unión de los padres y de los hermanos en el Hermitage, el Sr.
Séon menciona en seguida el tipo de solución que fue adoptado, a saber ,la
separación de las dos comunidades. El vínculo de los hechos en las líneas que
van a seguir se resiente de ésta óptica
más lógica que cronológica. Al atenerse a la narración tal como el P. Mayet nos la trasmite, se
estaría tentado a pensar en tres actos sucesivos: voto sobre el principio de la
separación, establecimiento de los Maristas sacerdotes en Valbenoîte, nominación
de un superior particular para los sacerdotes de esta casa. Los documentos
contemporáneos sugieren, en cuanto a ellos, un encadenamiento de los hechos más complejo: instalación como
vicario en Valbenoîte del Sr. Séon en enero de 1831, después del Sr. Fontbonne
en septiembre del mismo año (cf. doc. 99
(238)); discusiones sobre el principio, de la separación prosiguiéndose en
diciembre de 1831 hasta muy avanzado el año 1832, (cf. doc. 101 (241), 102
(242),104 (246)); en el otoño de 1832, decisión a favor de la separación y
elección del Sr. Seón como superior de los padres en la diócesis de Lyon (cf.
doc. 107 (255)). Para la discusión en detalle, ver las notas siguientes.
El
Sr. Champagnat se oponía a ello mucho, pero se hizo votación y todos estuvieron
contra él 1. Los padres fueron pues a establecerse en la casa del
Sr. Rouchon, cura de Valbenoite2,
quien dio su casa a la Sociedad con la condición de que ella le proporcionaría
siempre vicariosd’. Dos de entre nosotros hacían pues estas
funciones.3 Los otros irían a
predicar misiones.
[24]
No obstante, se pensó que era necesario nombrar un superior para esta casa.
Para esto se pidió permiso al arzobispado, se hicieran oraciones, y el Sr. Séon
fue nombrado4. [p. 396] Los de la Diócesis de Belley no podían ser
nombrados puesto que a los ojos de la administración ellos estaban
completamente separados; y por otra parte, cada obispo tenía bajo su mano y su
autoridad esos sujetos y quería tener bajo su dominio la Sociedad proyectada.
El Sr. Cattet, vicario general de Lyon, vino a instalar al nuevo superior. Eso
se hizo con solemnidad .
_____
219 a la Sociedad raspado rev 220 que ella rev que se
_____
1
Esta oposición del Sr. Champagnat
resulta claramente de los docc. 102 (242), §1, y 107 (255), § 1. Lo que temía
este último, era sin duda mucho menos, perder su título de superior de la
Sociedad de María en la diócesis de Lyon (cf. doc. 90 (226), § 2) que ver la
obra de los hermanos privada del socorro
de los sacerdotes. El voto decisivo al cual se hace alusión aquí debió tener
lugar en el otoño de 1832, en la reunión en la que fue elegido el nuevo
superior de los padres, el Sr. Séon (cf. doc. 107 (255), §1, o en otro anterior.
2
El Sr. Chanut fue allá desde el mes de diciembre de 1832, (cf. arch. de Valbenoîte, reg. De cath, al 17 de
diciembre de 1832) y el Sr. Forest en febrero siguiente (cf. docc. 113 (262), §
1; 114 (265), § 3).
3
Fueron: de septiembre de 1831 a diciembre de 1832, los SS.
Séon y Fontbonne; de diciembre de 1832 a Julio de 1833, los SS. Fontbonne y
Forest (este último suplido por el Sr. Chanut durante los dos primeros meses);
de agosto de 1833 a octubre de 1834, los SS. Forest y Chanut; en noviembre y diciembre
de 1834, los SS. Forest y Bret; de enero de 1835 a mayo de 1836, los SS. Bret y
Chavas; de junio de 1836 hasta el fin de año, los SS. Chavas y Bertholon
(según AAL, estados del clero 8 y 9, y
arch. Por Valbenoîte, reg. de cath.)
Para las fechas de nominación de cada uno de esos cohermanos, cf. rep.
Viogr.
4
Cf. doc. 107 (255) §1; 746, §21; 757, §64
[25] Entonces, el P. Séon, con el
permiso de la autoridad eclesiástica, fue a visitar a Belley al P. Colin,
acompañado del Sr. Champagnat1. Ellos le contaran lo que se había
hecho, comunicaron sus reglase’, su manera de vivir, y le pidieron
sus consejos. El P. Colin estuvo muy extrañado de tantas reglas2 Él
les dijo: Ustedes comienzan por donde será preciso terminar. Les comunicó lo
que hacía en Belley, les dijo que él no
tenía más que una pequeña agenda con algunas notas que les servía de guía 3,
que era preciso no ir mas aprisa que la Providencia, pero seguirlaf’.
[26]
El Sr. Céon estuvo tocado por la sabiduría de sus opiniones. Regresó a Valbenoite y dijo a esos Sres. que lo que convenía hacer, era guardar con
cuidado el grueso paquete de reglas que habían creado y esperar el momento de
la Providencia, viviendo y esperando como buenos sacerdotes y practicando en la
medida de lo posible el espíritu religioso.
[27]
Pero el Sr. Pompallier creyó que todo iba a perecer. Él no hablaba más que de
regla, no veía más que la regla. Escribió en ese sentido al arzobispado, que
no juzgó conveniente inmiscuirse en este asunto4. Pero los vicarios mayores lo llamaron a Lyon
para confiarle una sociedad de jóvenes que desearía ser conducida por una
Marista.5
________
235 sus reglas raspado
rev 238 que él no había rev que
ellos no habían
______
1
No se encuentra ninguna
alusión a esta visita en lo que se ha conservado de la correspondencia
contemporánea entre los grupos de Belley y de Lyon. Se puede solamente excluir con certeza que ella haya tenido
lugar entre la elección del Sr. Colin como superior central en otoño de 1830 y
el mes de enero de 1831 (cf. docc. 85 (221), §4; 89 (225), §3; 91 (227) §2).
Faltando datos más precisos, lo mejor es situarla a fines de 1832, como lo
sugiere aquí la narración, aunque el
poco rigor cronológico de este último, no permite pronunciarse con
certeza.
2 Ya en
enero de 1831, el Sr. Colin había acogido sin entusiasmo la noticia de
composición de una regla particular para los padres del grupo de Lyon. (cf.
doc. 91 (227), §2).
3 El 15 de
Abril de 1833, El Sr. Colin hablará al cord. Macchi de las “constituciones casi
totalmente retocadas de la Sociedad de los Sacerdotes de María”. (cf. doc. 268,
§3). No hay incompatibilidad, no obstante, entre la existencia de
constituciones ya redactadas pero aún no entradas en aplicación y la de una
simple agenda fijando los puntos ya en vigor.
4 Esas
gestiones no han dejado ninguna señal en los archivos del arzobispado de Lyon.
5
La fecha de la instalación del Sr. Pompallier en Lyon no es
fácil de fijar. Desde el 31 de agosto de 1831, él permanece en Fourvière e
invita allí al Sr. Querbes (cf. doc. 97 (235)), pero es claro que durante el
invierno y la primavera de 1832 es siempre miembro de la comunidad del
Hermitage (cf. docc. 103 (243); 105 (247), líneas 63–64). El 27 de Octubre de
1832, él está en Lyon donde parece tener
una estancia más fija puesto que es allá donde le llega su correspondencia,
aunque él ha estado durante todo el mes de viaje en el Forez (cf. doc. 252 §
1). El 29 de noviembre de 1832, parece que está en Valbenoîte (cf. doc. 267,
Línea 4, citas), pero donde ahora su nominación como capellán del internado del
Sr. Colard es conseguida (cf. doc. 107 (255), §4, y es claro que durante el invierno de 1833 él se establece de una manera estable en
Lyon (cf. doc. 114 (265)) cerca del Sr. Colard (cf. doc. 267, § 1). Esos datos
se compaginan bien con lo que sugiere aquí la narración del P. Séon, a saber,
el nombramiento del Sr. Pompallier como capellán de la obra del Sr. Colard,
poco después, la del Sr. Séon al frente del grupo de los padres de Valbenoîte.
En cuanto a las gestiones hechas por el Sr. Colard y sus amigos para obtener
como director un Marista, parecen haber
sido entabladas desde el invierno de 1832 (cf. doc. 244).
En esta sociedad se encontraban los Sres. Colard, Delaunay, Dominget,
Viennot, Arnaud [p. 400] Girard, Gabetg’i’, &. El
Sr. Pompallier vino pues a Lyon, y era
capellán del internado del Sr. Colard y del Sr. Delaunay, transportado en
seguida a la Favorita1. Allí, entregándose con celo, el Sr.
Pompallier se puso a componer aún para
esta pequeña reunión una multitud de reglas.K’
[28]
Después el P. Colin va a Roma. Después se le confía a la Sociedad la Oceanía
Occidental. Viene la aprobación. M(ons)eñ(or) Pompallier es nombrado vicario
apostólico. Los votos se hacen.
[29]
El resto es conocido.
[30]
Todos esos hechos acaban de serme
narrados por el Sr. Céon (abril de 1846)
[31]
Es preciso completar por este medio esta narración, lo que falta a la del P. Déclat, tomo primero, p. 1052 y
tomo 5°, página 3913 Así, se tendrá por medio estas notas,
aproximadamente la marcha de la Sociedad en Lyon antes de la aprobación.
[32]
Se podrá estar extrañado que yo haya escrito por completo lo que me ha sido
dicho. He aquí mis razones: 1o yo no invento; yo cuento. Si la
historia de la Sociedad no está copiada de otras órdenes, yo no tengo la culpa.
Es preciso decir la verdad. Toda la gloria de esta obra regresa únicamente a
Diosm’; 2o es
preciso que se sepa que, de todos los primeros compañeros, el P. Colin es el
que siempre ha sido el más firme y que jamás ha vacilado.
[33]
Me parece pues que, de todos esos relatos, resulta 1o que la
Sociedad viene de Dios, es la obra de Dios. 2° Que el instrumento humano del
cual Dios se ha servido es el P. Colin.n’
_____
1 La lista
de los miembros de esta asociación y la fecha del traslado del internado de el
S. Colard a la
Favorita serán discutidos en ocasión del
testimonio más preciso del P. Lagniet (cf. sinopsis histórica)
2 Doc .
551
3 Doc.
591.
[Añadidos]
a
(antes de la aprobación)
b
Contado por él en abril de 1846.
c
Ver tom. 1, P. 105: ver t. 5, p. 391; tomo 1, p. 731, &&&.
d
Todo esto me ha sido contado en abril de 1846.
e
[In textu:] Ver tomo 8,p.538 [ doc.714]
f
[[textu: ] Ha habido misterio ( P.
Céon)g
g Ver t. 4, 281h,i [doc. 655]
h 280 [doc. 655]
i t. 5, 391. 392 [doc. 591]
j
[In textu:] (Ver t. 8, p. 600)
k
Ver las hojas suplementarias entre 168 y 169, tomo 1°, sobre el Sr. Courveil
[doc. 689]
l
No obstante, pocos medios.
m
Ver t. 8, 575. 538
n
Nota añadida en noviembre de 1853. Alguno dirá: pero no hay en absoluto orden del cual el primero haya sido así
infiel. 1° Yo no examino lo que pasó a los otros; yo narro lo que ha ocurrido a
la Sociedad de María. 2° No obstante, hay
un orden a quien eso ha ocurrido, el orden más grande, el orden
esencial, el cuerpo mismo de la Iglesia, aquel sobre quien J(esu)cr(isto) la ha
construido no ha renunciado su Maestro; y se puede decir también del Sr.
Courveil lo que se ha dicho de Sn. Pedro; Et egresus foras, flevit amare. Muchos años después, se han visto las
lágrimas vivas que corrían a lo largo de sus mejillas hablando de la Sociedad1
____
294 Courveil rev Courveille 297-306 Nota_ Sociedad tachadura rev
_____
1
Cf. doc. 656
o
Es en ese sentido que es preciso entender lo que dice el P. Déclat, tomo
primero, P. 106, que el P. Terraillon estaba en el Hermitage1.
p
Ver, sobre el Sr. Courveil, la nota, la
última, que modifica las otras,
en la [p. 383 m] vol(umen) Notas
separadas, p. 336 (1865).
q
[In textu:] Si el P. Colin no tacha de la regla este artículo2.
r [In
textu] en la diócesis de Lyon.
s
Ver lo que hizo el Sr. Courveil regresando de la grande Cartuja y pasando a
Belley, tomo 1, hojas suplementarias entre 168 y 169 [doc. 689, §8].
____
310
Courveil rev Courveille
_____
1 Cf.
doc. 551, § 11
2 Esta adición del P. Mayet,
que figura entre las líneas del original, ha sido incorporada al texto mismo en
la copia de 1868, la única que el P. Leturia haya tenido entre las manos.
Considerando pues este inicio como formando parte del relato Séon y no estando
bastante atento por otra parte al tiempo de los verbos de la frase, el
consultor ha creído poder sacar de esta última, que los maristas hubieran
llevado el manto azul prescrito en la regla del Sr. Courveille si esta regla no
hubiera pasado por la censura autoritaria del Padre Colin después de 1824 (cf.
LETURIA, p.34) En realidad, el recurso al original quita todo fundamento a esta
interpretación. Si la atribución al Sr. Courveille de la idea de la capa azul
parece muy probable(cf. doc. 19(75), § 16), no hubo ciertamente, después de
1824, ninguna censura del Sr. Colin sobre este punto. La capa azul está
prescrita, en efecto, en el Summarium de 1833 (n. 12; cf. Ant, textus, fasc. I, p. 66) y el P.
Colin hizo comprar en noviembre de 1836 para los misioneros que partían tela
azul para la confección de esa capa distintiva. No obstante Monsr. Pompallier,
temiendo no tener el derecho de autorizar ese cambio de hábito eclesiástico
antes de la aprobación de la regla, consultó respecto a esto al internuncio
Garibaldi quien recomendó aplazarlo hasta la obtención de una decisión de
Roma(cf. carta de Monsr. Pompallier al P. Colin del 28 de noviembre de 1836,
APM). Es de ese momento, sin duda, que datan las dudas del P. Colin sobre la
oportunidad de conservar en la regla este artículo provisionalmente puesto en
observación. Sin embargo, en el texto de la regla presentada a Roma en 1842 la
capa azul es siempre mencionada (cf. Ant.
textus, fasc. 2, p. 32, n. 5), y
es solamente hacia fines de 1846 que el P. Colin comenzó a pensar seriamente en
suprimirla (cf. sobre este punto el doc. 646, al cual se refiere claramente
aquí el P. Mayet). El sentido de la frase pronunciada por el P. Séon en abril
de 1846 es pues, muy simple: la capa
azul que el Sr. Courveille llevaba en el Hermitage, los Maristas la tendrán un
día, cuando la regla que la prescribe será aprobada y puesta en práctica.
Sobre el desarrollo de los avatares sufridos por esa famosa capa, ver las notas
del doc. 646.
t Nota. El nombre es Courveil y no Corveil.Es una falta en todas partes, donde se encuentra así
escrito.
u
[Docc. 627, 656].
v
Ver tomo 1, página 378. 379. 380,& y todos los artículos indicados t.1, 380
sobre el P. Céon (Etienne)1.
w Ver una nota muy importante sobre el Padre
Séon, y con la cual es preciso conciliar todo lo que es dicho en este artículo;
lo que, con la reflexión, es fácil; es
la página 388, al margen, t.6 [doc. 715].
x
[In textu:] diocesanos de Lyon,
nombrados los Cartujos.
y
se ha visto, por otra parte, que el Sr.
Gardette había sido puesto al corriente de ese proyecto.2
z
El Sr. Céon decía que él no había preguntado, porque era el Sr. Gardette,
superior del seminario mayor de Lyon, quien le había hecho conocer los
proyectos de la Sociedad de María, que
él ignoraba anteriormentea’, y es en este sentido que el Sr. Séon podía decir que él no había
preguntado 3. Pero se ve por todo lo que es dicho en este artículo
que el Sr. Séon había también adoptado como su madre esta sociedad naciente, y
que él fue uno de sus sostenes en la dioses de Lyon b’.
a’
(Ver por tanto 389, t.6, margen) [doc.
715]
b’
Lo que él hizo frente al Sr. Champagnat (t. 6, p. 389) lo prueba bien. (nota
1849).
c’
Rectificar por este testimonio la opinión del P. Déclat sobre el Sr. Gardette,
t. 5, 394; t.1, p.1064.
Según estos 3
testimonios reunidos, se podría creer que el Sr. Gardette favorecía la
obra naciente, posiblemente con
el fin secreto de
ver reunirse a
los
318 Courveil rev Courveille 323 muy tachado rev 343 creer que pr + el P. Ga
_____
1
Artículos sobre las actividades misioneras del P. Séon después de 1836
2
Alusión a las narraciones del P. Déclas (docc. 551, § 4;
591, § 9).
3
Esta interpretación del P. Mayet no es de ningún modo
convincente. Para que el Sr. Séon pudiera responder así al vicario general,
bastaba que no hubiera tenido pregunta oficial de su parte, y no había tenido, puesto que el Consejo
Episcopal lo había nombrado al Hermitage
bajo simple solicitud del Sr. Champagnat (Cf. doc. 56 (175)). No hay de ninguna
manera necesidad de hacer intervenir aquí al Sr. Gardette.
4
Cf. docc. 591, § 9; 551 § 4
misioneros
diocesanos llamados los Cartujos1.
Se sabe que el vicario m(ayo)r el Sr. Bochad tendía hacia allá
d’
[doc. 713]
e’
El P. Colin, más sabio y más prudente, no hablaba de ningún modo de las reglas
aunque posiblemente trabajaba en ellas desde hacía mucho tiempo.
f’
[In textu:] y esperar, ir tranquilamente.
g’ [In textu:] Curis, Chalandon h’
h’
Philipon.
i’
Más tarde los Sres. Dominget, Delaunay, Viennot, Philipon se hicieron maristas.
j’
j’
Ver, sobre el Sr. Gabet, tomo 6, 16 2.
k’
[In textu:] era una carga l’
l’
El Sr. Pompallier intentó separar este pequeño grupo de la Sociedad de María en
una ocasión, y les propuso renunciar a la tercera orden de esta Sociedad, de
unirse a los Servitas, o bien, a otra congregación… A esta proposición todos
opusieron la más enérgica y unánime oposición. (Narrado por el P. Viennot en enero
de 1851)3.
m’ [In textu:] ut non glorietur omnis caro in conspectu Dei.
n’ [In textu:] (Abril de 1846).
____
348-350 El P. Colin- mucho tiempo tachadura rev 358 Sr. Pr Monsr. 361 este pr + contrario 362
enérgico y rev + muy tachadura rev2
_____
1
Hipótesis bastante inconsistente visto que ella une las
tomas de posición del Sr. Gardette separadas por una docena de años. En
realidad, parece que el superior del seminario mayor hubiera siempre tenido empeño
de sostener al Sr. Champagnat y su obra (cf. rép. biogr.) Sin entrar en
consideración de sociedad supradiocesana.
2
Alusión a la petición hecha en 1840 por el Sr. Gabet de
hacerse marista. El P. Colin lo regresa por opinión al Card. De Bonald, quien
le aconseja permanecer en el mundo.
3
No se tiene otro testimonio sobre esta proposición del Sr.
Pompallier. Pero ello es muy probable visto el cuidado puesto por este
último en no presentar en Roma su
instituto de hermanos terciarios de María como ligado a la Sociedad de María
(Cf. docc. 392 §18; 395, §13).
161
(684)
1848.- ELECCION DE JUAN CLAUDIO COLIN el 24 de septiembre de
1836: Palabras del P. Champagnat; elección de Pedro Colin como asistente; su renuncia por petición de su hermano. Informe del P. Maîtrepierre.- 5,157 sm,
escr. Mayet.
Nota
incluida por el P. Mayet al margen de la copia hecha por el P. Germain del
proceso verbal del retiro del 20–24 de septiembre de 1836 (doc. 403) y
comenzado frente de la línea 133 de este documento.
[1]
El P. Champagnat, hablando con una sencillez apostólica, dijo al P. Colin:
Señor superior, nosotros acabamos de hacerle un mal regalo; cuando vuestros
hijos se presenten ante el gran juez, usted permanecerá sobre el banquillo y,
si uno solo es condenado por su culpa, usted responderá de esto.
[2]
El R. P. Colin cuyas lágrimas habían comenzado a rodar desde que él vio que su
nombre no cesaba de salir de la urna, aumentó sus lagrimas cuando la unanimidad
de los votos menos uno (el suyo1)
determinó definitivamente su nominación. Pero a las palabras sentenciosas,
fuertes y marcadamente acentuadas del P. Champagnat, se puede decir en la
fuerza del término, que él tenía los
ojos llenos de lágrimas; su rostro estaba inundado de ellas.
[3]
No obstante, Yo notaba una cosa que me conmovió, y es su presencia de espíritu
en una circunstancia tan importante. Se pasó inmediatamente, como había sido
anteriormente decidido, a nombrarle un
asistente. Como el P. Colin mayor, su hermano, obtenía muchos votos, el Padre atraviesa
la sala y va a pedirle a su hermano si él considera ser [p. 158 m] nombrado, y va sin decir
que respondió negativamente.
______
2-5
venimos-responderás pr os hemos hecho un
mal regalo. Y él continuó su plática en el mismo sentido 10
fuertes y pr + rudo
_____
1
Juan Claudio Colin había votado por el Sr. Cholleton (cf.
docc. 435, §1; 615).
[4]
Entonces, el P. tomó la palabra y dijo: Señores, no es posiblemente conveniente
que un hermano sea asistente de su
hermano. Si mi hermano quiere renunciar a este cargo, ustedes harían caer sobre
otro, los votos que quisieran darle. El
padre Colín viejo dijo: ¡Oh! Yo renuncio , yo bien renuncio a ello. Y no se le dio más votos en otro
escrutinio1.
[5]
Yo he creído recalcar varias veces que el Padre no se dejaba jamás dominar por
un sentimiento, por muy absorbente que
fuera.
(Informe
del P. Maítrepierre, uno de los felices testigos de esta elección. Él me ha
dado estos datos por escrito, en 1848).
162 (701)
25
de noviembre de 1850.- LA EXTRAÑA MISION DEL P. CHAMPAGNAT. Testimonios de un cura y del P. Terraillon
proporcionados por el P. Mayet. – 8, 430, escr. Mayet.
[1]
Un párroco de la diócesis de Lyon, condiscípulo del seminario mayor del P.
Champagnat, decía 25 años más o menos después de los inicios de los hermanos,
en su asombro: Dios lo ha elegido y le ha dicho: Champagnat, haz eso.-
Champagnat lo ha hecho...Él no podía
explicar de otra manera este extraño
suceso.
[2] El 25
9bre de 1850, el R. P. Terraillon, recordando viejos tiempos con un
P. marista 2 para admirar la mano de Dios en el origen de la
Sociedad, le decía: ¡El P. Champagnat reunió hermanos para formarlos, y él
ignoraba lo que les enseñaba. Les enseñaba a leer, y él no sabía leer3;
a escribir, y él no sabía observar las reglas de la gramática escribiendo!!...
_____
1
De este doble escrutinio para la elección del asistente, no
se hizo mención en el proceso verbal, así que
había sido decidido de antemano (cf. doc. 402, 20°)
2
Sin duda el mismo P. Mayet.
3
Sin duda el P. Terraillon quiere decir que el Sr. Champagnat
leía mal y no poseía bastante bien la técnica de este ejercicio para enseñarlo.
163 (750)
1840–1842.-
RESEÑA DEL P. TERRAILLON SOBRE LOS ORIGENES DE LA SOCIEDAD: inspiración de
Juan–Claudio Courveille en el Puy; difusión del proyecto en el seminario mayor de
Lyon; las reuniones; ceremonia de Fourvière; diáspora; carta de Pío VII;
división de las diócesis; SS. Courveille y Terraillon en el Hermitage; retiro
del S. Courveille; elección del 24 de septiembre de 1836. Según el autógrafo, hoja de formato ministro
doblado en dos pliegos de 330 x 233mm., o sea, cuatro páginas completamente
llenas, APM 123.
Tanto
la escritura como el contenido de la reseña que viene a continuación , la
muestran con claridad como obra del P.
Terraillon .La fecha y las circunstancias de su redacción son, en cambio, más
difíciles de determinar. El texto apenas
ofrece un solo punto de
referencia cronológica y aún muy vago: hablando del S. Verrier, fallecido el 28
de octubre de 1837, el P. Terraillon le dice: “muerto hace algún tiempo” (§7).
Fuera de todo contexto, una expresión como esta puede significar, tanto algunas
semanas como algunos años.En el caso presente, considerando que la reseña del
P. Terraillon se refiere a un período de más de veinte años, se está tentado a
suponer un margen bastante amplio, pudiendo abarcar varios años.
Por
otra parte, las últimas líneas del texto revelan que esta reseña fue redactada
por el P. Terraillon en honor de un cohermano y que parece habérsela pedido y
que debía pertenecer a la administración general, puesto que él tenía acceso a
los archivos. Estando excluido el P. Colin, vista la manera como se habla de él
en el texto, un nombre viene en seguida al pensamiento, el del P. Maîtrepierre,
provincial, del que se ha visto qué interés activo ponía en la conservación de
las notas sobre los orígenes de la Sociedad1. Nombrado oficialmente
provincial en el retiro de 1841, el P. Maîtrepierre haciendo prácticamente las
funciones desde el de 1839, fecha en la cual
había dejado el superiorato de Meximieux para venir a residir a Puylata 2.
Es en el mismo momento que el P. Terraillon abandonaba su
curato de Nuestra Señora de
Saint-Chamond para
______
1 Cf. O. M. pp. 6-8
2
La nominación oficial del P. Maîtrepierre como provincial-visitador con
fecha del 28 de septiembre de 1841 es mencionada por el proceso verbal del
retiro de este año (cf. APM reg. de los retiros, p. 15). Pero el mismo proceso
verbal hablaba ya algunas líneas más arriba del P. Maîtrepierre, “provincial de
nuestra Sociedad” (ibid., p.
14) El P. Lagniet afirma claramente, por su parte, que “el P. Maîtrepierre era
provincial desde noviembre de 1839” (cf. Notas
Históricas, copia Gobillot, p. 121, APM), y efectivamente, las cartas
del P. Maîtrepierre a los PP. Lagniet y Chanut durante los años escolares
1839-40 y 1840-41 son claramente, no las de un simple cohermano, sino de un
padre a quien el superior general ha dejado el encargo de expedir de una manera
habitual los asuntos corrientes.
venir, él también a Puylata1.En
esas condiciones se puede considerar que a partir de 1840 todas las condiciones
estaban dadas para que el P.
Maîtrepierre pudiera pedir y obtener fácilmente del P. Terraillon una reseña
sobre los orígenes. Como, no obstante, es a partir de septiembre de 1841 que el
P. Maîtrepierre desde ahora provisto de una autoridad más oficial, parece haber
ordenado tomar notas2, se puede pensar con más probabilidad aún en
el año 1841–42. Es dándose cuenta de esas diversas consideraciones que ha sido
fechado aproximadamente el presente documento.
Independientemente
de la fecha precisa de esta reseña, no se puede en todo caso, considerarla más allá de 1840–42, a causa de la alusión a
la muerte aún reciente del S. Verrier. Se ve así que en esta época del
generalato del P. Colin un miembro de la
administración general no vacilaba nada en evocar ante otro el papel jugado por
el Sr. Courveille en los orígenes. Por
tanto, dado que, el silencio hecho en la Sociedad alrededor de ese nombre, silencio
del cual las conferencias del P. Convers y las investigaciones del P. Mayet
hasta el otoño de 1842 testimonian suficientemente, se puede bien pensar que el
papel del Sr. Terraillon no estaba destinado a la publicidad, aún al interior
de la Sociedad. Si, como se tienen razones para pensarlo, su destinatario era
el P. Maîtrepierre, es sin duda éste último quien asegurará su conservación y
lo remite en 1870 a la comisión de las constituciones, que lo utilizó en su
tercer informe3. No se tiene allí, por tanto, más que una hipótesis plausible sobre la cual se
guardará de apoyarse cuando se trate de discutir las intenciones y los actos
del P. Maîtrepierre en 1870.
Marcado
por el fuerte temperamento del P. Terraillon, el documento que se va a leer es
uno de los más personales que se posee sobre la historia de los orígenes. El
autor, que había vivido desde su salida del seminario mayor hasta 1839 aislado
en el ministerio parroquial, con la única excepción de los catorce meses
pasados en el Hermitage (septiembre de 1825 – noviembre de 1826) y de los
retiros comunes, debía casi inevitablemente dar una reorganización de este
período centrado sobre éste, del cual
él había sido personalmente testigo.
Efectivamente, cerca de dos tercios del texto se refieren a la difusión del proyecto del seminario mayor,
las circunstancias del retiro del Sr. Courveille en 1826 y un episodio de la
reunión de septiembre de 1836. Los diez años 1826–1836 son completamente
pasados bajo el silencio. En cuanto al período 1817–1825, el P. Terraillon
evoca como la mayor parte de los otros testigos, la diáspora y las pruebas de
los primeros compañeros, la llegada de la carta de Pío VII y las consecuencias
de la división de las diócesis. Pero él lo hace, como es lógico, en la óptica
de un cohermano de la diócesis de Lyon
por quien el Sr. Courveille no ha dejado
de jugar el papel de centro de unidad y de superior provisional hasta 1826. Es
en esto que reside el carácter original e irremplazable de ese testimonio del
P. Terraillon, el único que permite realmente tomar distancia frente a la
óptica de los cohermanos de Belley, tal como
se expresa a través de los relatos de los PP. Colin, Déclas, Convers. La
afirmación clara según la cual la carta de Pío VII estaba dirigida al Sr.
Courveille (cf. § 8) yparticularmente a conservar. Por otra parte, la
presentación esquemática y puramente “natural” dada por el P. Terraillon de la
concepción de la primera idea de la Sociedad por el Sr. Courveille (cf. § 1)
forma un contraste bastante sugerente con los datos proporcionados por el P.
Déclas sobre el mismo tema. Sobre este último punto, por tanto, es claro que el
P. Déclas está mucho más cerca de los hechos, y su narración recibe del mismo
Dom Courveille , una sólida confirmación.
Se
capta aquí la prudencia que se impone en la utilización de la narración del P.
Terraillon en razón misma de su carácter muy personal y muy orientado. Es claro
que el autor se ha complacido en los episodios donde había encontrado jugar un
papel importante (línea 63; §§ 11 y 13), y su insistencia repetida sobre la
perfecta obediencia de los primeros aspirantes (cf. líneas 68, 82, 106, 114)
suena un poco como una apología. No está excluido que el conjunto de la nota
que resalta el papel del Sr. Courveille, haya tenido más o menos
conscientemente por fin, nivelar la presentación bastante diferente hecha por
el P. Colin. Queda afirmar que, a pesar
de su carácter más elaborado y menos espontáneo y a pesar también de su
imprecisión cronológica, esta reseña contiene datos de primera mano cada vez
que el P. Terraillon habla como testigo ocular. El recuerdo de las reuniones en
el seminario mayor y las de las discusiones en el Hermitage a la llegada de la
carta de Aiguebelle, enriquecen la historia de los orígenes con dos páginas
excelentes. Y, una vez más, la manera misma con la que este período es abordado
y narrado, permite evaluar la inevitable diferencia de óptica que existió muy
pronto entre los cohermanos de Lyon y los de Belley. Esto no es el menor mérito
del texto, desgraciadamente demasiado corto, que se va a leer.
_____________
1
El es llevado “retirado a Lyon el 20 de noviembre de 1839”
sobre los registros del personal 1 de los AAL.
2 Cf. O. M. 2, p. 6.
3Ese informe será editado en OM 3 y las copias
discutidas entonces.
Reseña muy resumida de los primeros inicios de
la Sociedad de María.
[1]
La primera idea de la Sociedad de María se debe a nuestra Señora del Puy. El
Sr. Courveille estaba aquejado de una grave enfermedad. ¿Qué hace él para
obtener la curación? Como tenía en María una plena confianza, se dirige a
esta buena Madre. Para asegurar más eficazmente su poderosa protección, él se
consagra a Nuestra Señora del Puy. Acude
pues, con solicitud, a este célebre lugar de peregrinación, cumple su voto y su
indisposición desaparece1.
Desde entonces, su reconocimiento es sin límites. Piensa en lo que podrá hacer para demostrar
su agradecimiento a tan buena Madre.
Después de haber reflexionado, se dice a sí mismo: En todas partes donde Jesús
tiene altares, María tiene ordinariamente al lado su pequeño altar. Jesús tiene
su Sociedad, será necesario pues que María tenga también la suya 2.
Satisfecho con esta feliz idea, piensa
seriamente en su realización. [2] Esto era hacia 1815. Llega al seminario mayor de Lyon3,
y se ocupa ince-
____
14 doc supra
lineam
_____
1
Ese inicio corresponde en sustancia a los datos que
proporcionará dom Courveille mismo, en 1852 sobre su curación ocurrida en el
Puy en 1809 (cf. doc. 718, §§ 2 – 3).
2
De la curación de 1809 el P. Terraillon pasa inmediatamente
a la inspiración de la idea de la Sociedad de María, ocurrida por tanto, tres
años más tarde. Deliberadamente él la hace desembocar en una simple reflexión,
negándole todo carácter maravilloso. EL P. Déclas, al contrario, comunicará en
1844 lo que él había escuchado contar por el Sr. Courveille sobre su terror
frente a la idea recibida, sus vacilaciones, su apertura a sus directores y los
alientos de éstos (cf. doc. 591, § 5). La conformidad sustancial entre esta
narración del P. Déclas y aquélla que
hará el mismo dom Courveille en 1852 (cf. doc. 718, §§ 8 – 12) permite afirmar
sin vacilación que desde 1815 el Sr. Courveille había declarado ante sus
compañeros una revelación particular y no solamente del fruto de piadosas
reflexiones.
3
De nuevo el P. Terraillon salta aquí 3 años reuniendo,
curación, inspiración y paso del Sr. Courveille a Lyon. Contrariamente del P.
Déclas (cf. doc. 591, § 6) y del mismo
interesado (cf. doc. 718 § 13), no sient la necesidad de explicar este pasaje,
no habiendo hecho alusión a la estancia del Sr. Courveille en el Seminario de
Puy.
santemente de la ejecución de su piadoso proyecto.
Para eso, se fija en los alumnos de este establecimiento, para ver a aquellos
que pareciera que tienen vocación. Al
primero al que comunicó su plan fue al
Sr. Déclat de Belmont1 Esta apertura tocó particularmente a este seminarista y lo dejó
profundamente impresionado. Al salir de allí él se entusiasma con este proyecto
y no piensa más que en comunicarlo a los sujetos que él juzga propios para
contribuir en su ejecución 2. [3]Se
dirige primero al Sr. Colin o a mí3. No recuerda bien a cuál
de los dos habló primero de esto. Él comienza cerca de uno o del otro por medio
de las palabras que el Sr. Courveille se estaba dirigiendo a él mismo: En todas
partes donde Jesús tiene altares, María tiene también su pequeño altar al lado.
Jesús tiene su Sociedad será preciso pues, que María tenga también la suya 4.
Esta comunicación nos tocó igualmente en grado supremo y nos dejó como
estupefactos. Nos comunicamos en seguida
nuestras impresiones mutuas, y determinamos
resueltamente colaborar en la
ejecución de un proyecto que nos había cautivado en la primera comunicación que
recibimos de él.
[4]
Desde ese momento comenzamos a reunirnos los cuatro5. En esas
reuniones nos
animamos
mutuamente por la dicha de dedicarnos al éxito de una obra tan bella.
Tomamos primero la resolución de no dar
a conocer nuestro proyecto, sino de ocuparnos seriamente de los medios
necesarios para llevarlo a un feliz término.
Para eso esperamos
____
33 nosotros en
el margen
_______
1
Cf. doc. 591, § 7)
2
En realidad, es falso que el Sr. Déclas haya en seguida intentado difundir un proyecto que
quedó primero como secreto entre el Sr. Courveille y él (cf. doc. 591, § 7).
3
Cf. O. M. 2, p. 400, nota 2.
4
Para el P. Terraillon, la intuición del S. Courveille
residía pues en la paralela Sociedad de Jesús – Sociedad de María apoyado sobre
la costumbre de los dos altares. Él volverá aún sobre este asunto, en otra
circunstancia (cf. doc. 705). En presencia de esta reducción muy esquemática,
se debe convenir en que no habría nada de inverosímil en que el P. Colin haya resumido por su parte el
contenido de la intuición del Sr. Courveille en la comparación entre misión de
María en el origen de la Iglesia y misión de Maria en los últimos tiempos (cf.
doc. 422 y referencias indicadas allí). La “revelación” del Puy, en efecto, tal
como ella figura en la narración de dom Courveille en 1852 (cf. doc. 718, §
5),consiste precisamente en la combinación de esas dos comparaciones. Etienne
Terraillon habría estado tocado por la primera y Juan Claudio Colin por
la segunda.
5
Esta primera etapa de las reuniones de cuatro, no está
señalada por el P. Déclas, y sin duda conviene no concederle demasiada
importancia visto el carácter menos preciso de la narración del P. Terraillon.
que cada uno por su parte examinaría a los
sujetos que le parecieran propios para la obra que pensábamos, y que antes de
decirles nada, hablaríamos de ello entre nosotros, para no ir demasiado aprisa.
Para ello, nos reuníamos lo más frecuentemente que podíamos, sin entre tanto, hacernos notar, lo que evitamos siempre con
el más grande cuidado1. [5] Nosotros comunicamos nuestro secreto al
Sr. Challeton profesor de moral. En caso
de necesidad pedíamos su consejo2. El lugar de nuestras reuniones
era ordinariamente en los bosquecillos
del jardín de la casa de campo3. Algunas veces nos reuníamos en uno
de los
____
41 que supra
lineam
_______
1
Sobre el carácter secreto de esas reuniones, cf. docc. 551, §2;
591, §3; 748, §1.
2
El P. Terraillon parece cuidadoso en limitar el papel del
Sr. Cholleton al de consejero y no de presidente o de animador. El P. Déclas va en el mismo sentido (cf. docc. 551, §2; 591, §8) e
igual el P. Convers (cf. doc. 748, § 1) El Sr. Cattet al contrario, será
llevado a aumentar el papel de su héroe (cf. doc. 769, §4).
3
El P. Terraillon es el único que cocloca esas reuniones en
los bosquecillos, pero el detalle es demasiado verosímil para no ser recordado.
Esta casa de campo cedida el seminario mayor en 1810 por la Srita. De la
Barmondière estaba situada en la Cruz Roja,
a quinientos metros cerca de las murallas, en la calle llamada de los
Misioneros en recuerdo de los Josefinos que allí habían tenido su casa de campo
antes de la Revolución (Cf. SOULCIÉ, T. 2, P. 199, y M. VACHET, A través
de lasCalles de Lyon, p. 131). La propiedad corresponde
actualmente al n. 34 de la calle Chazière y pertenece a las Hermanas de San
José, que la han adquirido del seminario
mayor el 12 de noviembre de 1867 (Contrato en los arch. gen. de las Hermanas de
San José de Lyon). En el tiempo de la compra, el recuerdo del papel jugado por
los bosquecillos del parque en la elaboración de varios proyectos apostólicos
estaba aún vivo, y vale la pena citar aquí lo que de esto escribía en el estilo
del tiempo, un contemporáneo: “Esos sitios, que habían visto por mucho tiempo a
los eclesiásticos del santuario descansar u orar bajo su sombra, estaban llenos de religiosos recuerdos.
¡Cuántos misioneros allí se habían preparado
para su heroico apostolado! ¡Cuántos
pastores y pescadores de hombres allí
habían preparado su cayado y su red! ¡Cuántos
obispos se habían formado allí,
sin saberlo, a la divina misión de apóstoles! Una morera, que puede contener
bajo sus ramas más de cien personas, allí había abrigado durante mucho tiempo a los seminaristas en el momento
de sus lecturas espirituales y de sus oraciones comunes.- Era una tierra santa.
La comunidad de San José allí entró con
respeto y continuó santificándolo” (RIVAUX, Historia de la Reverenda Madre
del Sagrado Corazón de Jesús,
Lyon, 1878, pp. 284 – 285). Hoy los bosquecillos ya no existen , habiendo hecho
lugar a un huerto, y de la morera gigante, derribada por vejez hacia 1920, no queda más que el sitio señalado con losas
circulares. Grandes salas construidos expresamente para cubrir las
necesidades del seminario, subsisten aún
en el rincón norte de la propiedad, pero no se buscará allí el recuerdo de los
aspirantes maristas, porque ellos fueron construidos después de 1822 (Cf.
SOULCIÉ, t. 2, p. 200). En cambio, en la antigua casa de la Srita. de la Barmondière debe
encontrarse aún el cuarto que ocupaba el Sr. Challeton y en el cuál se reunían
también llegada la ocasión, el pequeño grupo. (cf. docc. 551 § 2; 591, §8; 748,
§1).
cuartos de la casa1o en otra parte,
según las circunstancias. Aprovechábamos de esas reuniones para animarnos en
nuestro deseos, unas veces al considerar la dicha de ser los primeros hijos de
María, otras veces por la gran necesidad de los pueblos2. EL Sr.
Courveil nos dirigía de vez en cuando pequeñas palabras de aliento. Esas
pequeñas palabras se referían ordinariamente a la necesidad de imitar a María
sobre todo en su inefableble humildad 3. Él nos repetía
frecuentemente estas bellas palabras del Santo Rey David: Non nobis,Domine, non nobis, sed nomini tuo
da gloriam4. [6] Siguiendo siempre las reglas de la prudencia
que nos habíamos prescrito, llegamos poco a poco hasta el número de doce5.
Yo no mencionaré, aquí más que a aquellos que han perseverado hasta el fin.
Estos son los SS. Colín chico, Déclat, Champagnat y Terraillon. Continuamos
viéndonos y ocupándonos en nuestros pequeños ejercicios6, hasta
nuestra ordenación sacerdotal. Esta ordenación tuvo
_____
56 Palabras supra
lineam
_____
1 Se puede
comprender ya sea, de la casa de
campo, ya sea, del seminario.
2 Se notará aquí la doble referencia mística y
apostólica de esta espiritualidad marista primitiva: pertenencia a María y
respuesta a las necesidades de los tiempos. Tales son claramente las notas
dominantes de la consagración de 1816 (doc. 15 (50)).
3 Se
advertirá esta nota de humildad. Pero insistir sobre esta virtud en María es
cosa común después de San Bernardo. Nada
permite afirmar que en esos fervorini
estaba ya contenida las espiritualidad de l’ignoti et oculti in hoc mundo que desarrollará el P. Colin y
del que los aspectos muy característicos no se explican bien más que en función
del carácter y de la experiencia espiritual de este último (sobre esta idea,
cf. Acta S.M., t. 5, pp. 49-90,
y particularmente pp. 46-52). Se matizarán en este sentido las afirmaciones de
LETURIA, p. 26.
4 Es
sobre esta afirmación del P. Terraillon que se ha apoyado para proponer una
interpretación de los signos misteriosos del doc. 45 (152), línea 155.
5 Sobre
este punto el P. Declas es todavía más
preciso. (cf. doc. 591,§§ 8-9).
6 No
parece, en consecuencia, que las reuniones hayan sido prohibidas. Es verdad
que, según el P. Convers, el cual es el primero en mencionar esta prohibición,
se continuó aún después en la conservación del proyecto . (cf. doc. 748, § 1 )
lugar el día
de santa María Magdalena, el 22 de julio de 1816. Al día siguiente, subimos a
Nuestra Señora de Fourvières para ponernos, nosotros y nuestro proyecto, bajo
la protección especial de María. El Sr. Courveille dijo solo la santa misa, y
yo le asistía. Los otros se contentaron con comulgar, puesto que ellos se reservaron para su parroquia, su
primera misa1. Tuvimos la devoción de colocar nuestros nombres sobre
el altar, como señal de nuestra entrega2 . En seguida fuimos
nombrados vicarios, cada uno en diferente lugar, y nos dirigimos exactamente a
nuestros destinos. Continuamos obedeciendo puntualmente a nuestros superiores,
según el acuerdo que habíamos tomado en
conjunto.[ 7 ] El Sr. Bochard, vicario general, se ocupó entonces del
establecimiento de sus misioneros diocesanos. Se proponía integrarnos en su
Sociedad; pero todos nosotros nos opusimos a ello3. El Sr. Pousset,
actualmente Superior de la Sagrada Familia y el Sr. Verrier, muerto ya hace algún
tiempo como superior del seminario menor de Verrière4, fueron los únicos que
_____
77 general supra lineam
_______
1
El motivo es del todo plausible (cf. doc. 623, §2). Sin
embargo, comulgando todos de la mano del S. Courveille los aspirantes maristas
cumplían un gesto simbólico cuyo significado tenían claro ciertamente. El P.
Mayet no se ha equivocado comparándolo con el de los futuros Jesuitas en
Montmartre (cf. doc. 670, § 2).
2
Se trata ciertamente aquí del formulario de compromiso
firmado por los doce aspirantes, del cual el P. Terraillon no había hecho
mención hasta allí (cf. doc. 425, §1, y
nota en este lugar). Una nota del P. Detours, basada sin duda sobre un
testimonio del P. Déclas, precisará que el acta de compromisos había sido
colocada entre la piedra sagrada y el corporal (cf. O. M. 3) El P. Terraillon
no dice que la fórmula firmada fuera leída después de la misa, pero eso parece
surgir casi necesariamente del doc. 125(294), §1. Se notará finalmente que la
palabra entrega, tomada aquí en
su sentido latino, parece hacer eco al devovemus
del doc. 15 (50), línea 14.
3
¿Hubo aquí una proposición directa hecha en particular por
el Sr. Bochard a cada uno de los aspirantes?
Los otros testimonios no hablan de ello, y puede preguntarse si el
vicario general no se contentó con sondeos hábiles y solicitudes indirectas,
salvo en el caso del S. Courveille (cf. La continuación del texto) y en el del
S. Champagnat (cf. docc. 754, §§ 16 – 25, y 757, §§ 4 – 12).
4
Sobre esos dos aspirantes maristas, ver el rép. biogr.
Joseph Verrier había muerto el 28 de octubre de 1837 (cf. AAL, reg. pers. 1,
necrología).
se dejaron
conquistar al fin1, no esperando más ver el resultado de nuestro proyecto, vista la poderosa
oposición que a él hacía el Sr. Bochard. El Sr. Courveil fue designado para el
seminario menor de Verrières; pero no
permaneció allí mucho tiempo. Se perdió pronto la esperanza de ganarlo2.
De allí él fue transferido a Rive-de–Gier en calidad de vicario. Su estancia
allí fue también de corta duración3. No tardó en ser nombrado cura
de Epercieux4, Cantón de Foeurs, a donde se dirigió con entusiasmo, de acuerdo con la resolución que habíamos tomado de tener
siempre una perfecta obediencia respecto
de nuestros superiores, hasta que
la Divina Providencia
nos hubo hecho
conocer sus caminos5.
____
93 hecho supra
lineam
_____
1
Esto, al fin, es un poco vago. Sin duda hace alusión a la agregación jurídica de los SS.
Verrier y Pousset a la Sociedad de la Cruz de Jesús por la emisión del doble
voto de obediencia, paso que dieron los dos a fines de 1820, respectivamente el
15 de octubre y el 8 de diciembre (cf. Anales
de los Padres de San Ireneo, ms. p. 28). Sobre la actitud adoptada por esos dos amigos en el seminario
mayor con respecto del proyecto marista
y del proyecto del Sr. Bochard, ver síntesis histórica. Sobre su primer
destino, ver nota siguiente.
2
Afirmado que el Sr. Bochard había nombrado al Sr. Courveille
a Verrières con la esperanza de ganarlo, el P. Terraillon no formulaba una
hipótesis gratuita y maligna. El vicario general de Lyon encargado de los
seminarios menores había en efecto, este año, llenado la casa de Verrières de
seminaristas sobre los cuales él debía tener esperanzas, puesto que cinco de
entre ellos entraron más tarde en su sociedad, a saber los SS. Roux, profesor de retórica, Pousset, profesor de
tercero, Verrier, profesor de cuarto, Bissardon, profesor de sexto, y Corsain, profesor de
séptimo, (cf. arch. nat. F 19 828¹,
estado sumario del 31 de diciembre de 1816).
En cuanto al Sr. Courveille, él no era
profesor, sino vicario. No obstante, el personal de la parroquia y del
seminario menor no formaba más que una sola comunidad sacerdotal bajo la
dirección del S. Barou, superior y cura, y por el hecho mismo, el joven
sacerdote quedaba bajo la influencia de sujetos afectos al Sr. Bochard.
Precisemos que el S. Courveille quedó en Verrières hasta el otoño de 1816
(fecha de nominación desconocida; primera firma el 3 de diciembre de 1816;
poderes de confesión en fecha del 5 de febrero de 1817) hasta el verano de 1817
(nominación para Rive-de-Gier el 13 de agosto, poderes para esta parroquia el
20 de agosto, última firma en Verrières el 21 de agosto; (cf. AAL estado del
clero 7, reg. de los poderes de confesión y copia de los reg. De Cat. de
Verrières.)
3
Allí permaneció dos años, hasta otoño de 1819.
4
Cf. doc. 62.
5
Si el P. Terraillon cree deber insistir sobre la obediencia
mostrada en esta circunstancia por el Sr. Courveille, es probablemente porque
la nominación como cura implicaba una inserción en los cuadros estables del
clero secular, menos compatible con una aspiración a la vida religiosa que la
posición transitoria de vicario.Por otra parte, el traslado del S. Courveille
de Rive-de–Gier a Epercieux era ciertamente
una prueba para el grupo de las hermanas de María que él había reunido
en la primera de esas dos parroquias.
[8]
No obstante el Sr. Courveil recibió de Roma una carta de aliento1, lo
que nos colmó de alegría y nos llenó de un nuevo entusiasmo. Otra circunstancia
inesperada vino aún a favorecernos. Fue la nominación de Monseñor de Vie al
obispado de Belley. La mitad de los nuestros se encontraba en su diócesis. Su
Ilustrísima se mostró lleno de benevolencia hacia ellos, con la esperanza de
que se le unieran, para formar una
sociedad diocesana. Esta acogida de monseñor de Belley fue un estímulo para la
administración de Lyon, confiada desde hacia algún tiempo a Monseñor el
arzobispo de Amasie. Este arzobispo nos tomó igualmente bajo su protección.
Nosotros aprovechamos de esta especie de rivalidad para avanzar en nuestros
asuntos2. Siempre unidos entre nosotros, actuamos con un acuerdo
perfecto3. Nuestras pequeñas reuniones no fueron interrumpidas.
Ellas tenían lugar a veces en Belley y a veces en Lyon, pero más frecuentemente
en Lyon. Aprovechábamos más ordinariamente de los retiros pastorales, para
ponernos de acuerdo y entusiasmarnos más aún4. [9] Por otra parte,
el Sr. Champagnat había comenzado a formar a algunos hermanos maristas en la
Valla, donde era vicario. Como su obra
tomaba importancia, compró entre Lavalla
y St. Chamond un terreno para construir allí, que llamó Hermitage. Es allí donde
_____
1
Doc. 74. Cuando Claudio Colin (cf. doc. 551 § 10) y el P.
Couvers (cf. doc 748, § 8) miembros del grupo de Belley, afirmaban o dejaban
entender que la carta pontificia había sido dirigida a Juan Claudio Colin, el
P. Terraillon menciona sin dificultad al verdadero destinatario, el Sr.
Courveille. Este último no había faltado, en efecto, de mostrar a sus
cohermanos de la diócesis de Lyon, sea el original de la carta durante el
tiempo que él la había tenido en
posesión (cf. doc. 689, § 7), sea
las copias que él había hecho y sobre
las cuales, a diferencia de las ejecutados por Pedro Colin, figuraba la
suscripción dilecto filio cognominato
Courveille (Cf. OM I, p. 269).
2
Este aspecto será larga y espiritualmente evocado por el P.
Maítrepierre (cf. doc. 164 (752), §29).
3
Todo eso es un poco vago e idílico. No se sabe en primer
lugar lo que abarca el nosotros ¿Los
doce primeras compañeros o los cuatro que han perseverado (cf, supra, § 6)? Y se tiene razones para
preguntarse si el “acuerdo perfecto” ha sobrevivido verdaderamente a la
división de las diócesis. (cf. doc. 122).
4
Los aspirantes maristas se habían reencontrado
frecuentemente en los retiros pastorales
de Lyon antes de la división de las diócesis (cf. doc. 51). Pero después de
esta división no se tiene testificación de que los cohermanos de Belley hayan
asistido a retiros pastorales a Lyon fuera del año 1832 (cf. doc. 746, § 17).
Para 1823, 1824 y 1825, eso está aún excluido por el doc. 51, y para los años
siguientes hasta el de 1832 se le puede considerar como excluido también por el
silencio del doc. 746. Al contrario, en 1831y 1834 (cf. doc. 98 (236)), así sin
duda como en 1830 (cf. doc. 658, § 2; 757, §60), tuvieron lugar retiros comunes
en Belley. Esto ocurrido, se puede sin dificultad conceder al P. Terraillon que
los aspirantes maristas tuvieron más frecuentemente la ocasión de reunirse en
Lyon que en Belley, considerando la posición central de la primera de esas dos
ciudades y además, que en el conjunto de los años 1816 – 1836 el número de retiros
pastorales donde los aspirantes maristas se encontraron en Lyon, superó el
número de los retiros comunes en Belley.
fijó la casa madre de su pequeña Sociedad. Para
ayudarle en su obra, se le envió al Sr.
Cura de Epercieux1, quien se apresuró a dejas su curato para volar
en su ayuda y ocuparse al mismo tiempo de la obra de los padres. Ayudó en gran
medida para la adquisición del Hermitage2.
Yo era entonces capellán de la casa de caridad de Montbrison. Yo pedía a mis
superiores el permiso de ir a reunirme a Belley a los SS. Colin, de los que el
menor se había convertido en superior del seminario menor de esta ciudad3 En
lugar del permiso solicitado, yo recibí en respuesta una carta que me enviaba
al Hermitage cerca del Sr. Courveil, y del Sr. Champagnat4. Fiel a
la resolución que nosotros habíamos tomado de ser siempre de una obediencia
perfecta con respecto a nuestros superiores, yo partí sin dilación para
presentarme en mi destino. [10] nosotros reconocíamos siempre al Sr. Courveil
por superior provisional5. Poco tiempo después de mi llegada, el
dicho Sr. Courveil tuvo la idea
de ir a
________
1 Es
correcto el sentido y casi los mismos términos del doc. 25 (101).
2 Cf.
doc. 26 (102).
3 El anacronismo es
aquí considerable y permite medir la imprecisión de la narración del P.
Terraillon sobre el informe de la cronología. Las gestiones a las que hace
alusión son ciertamente anteriores, en efecto, al 25 de agosto de 1825 (cf.
doc. 38 (141)) ya que Juan Claudio Colín no fue superior del seminario menor de
Belley sino hasta abril de 1829(cf. doc. 746, § 13). En esas condiciones, es
muy difícil determinar si la petición de reunir a los hermanos Colin en la diócesis de Belley de la que habla
aquí el S. Terraillon se puede identificar con la que formuló a Monsr. De Pins el 31 de octubre de 1824
(cf. doc. 115 § 2 o si hubo otra que precedió inmediatamente a su nominación al
Hermitage el 25 de agosto. Lo que seguirá, sugiere esta segunda hipótesis pero
no se puede decir más, viendo precisamente la cronología fantástica de la
página.
4 Cf. doc. 38(141).
5 Esto es ciertamente verdadero de los dos
cohermanos del grupo de Lyon, esto es el S. Champagnat (cf. doc. 757, §27) y
el
mismo S. Terraillon. Pero, ¿se pensaba
lo mismo en el grupo de Belley?El silencio absoluto hecho por Juan claudio
Colin
sobre el S. Courveille en su
correspondencia relativa a la Sociedad entre 1823-1825 y el contenidode mismo doc.
122 no
permiten casi pensar que los padres
Colin hayan reconocido una tal superioridad después de 1822.
hacer un
retiro a la Trapa de Aiguebelle1.
Después de permanecer allí algunos días, escribe al Hermitage, da su dimisión
de superior y añade que su intención es de permanecer entre esos buenos Padres.2
El Sr. Champagnat me leyó esta carta3. Mi opinión fue aceptar esta
dimisión. El Sr. Champagnat fue de una opinión contraria, porque el Sr.
Courveil formaba parte importante en sus
asuntos. A pesar de todo, yo insistía, puesto que tenía serias razones. El Sr.
Champagnat persistió. Por el momento, nosotros paramos allí. [11] Al día siguiente, el Sr. Colin chico,
llegó al Hermitage4. El Sr. Champagnat lo vio primero y le comunicó
su parecer. Yo no cambié, yo sostuve mi primera opinión. Usted se equivoca en
esto, le dije yo, una bella ocasión que no volverá posiblemente más. Ustedes
estarán molestos por esto, yo estoy seguro. El Sr. Courveil tiene en esta región
fama de un santo. Si más tarde nos vemos obligados a rechazarlo, como es
posible que ocurra , todas las críticas recaerán sobre nosotros.
Aprovechando esta ocasión, él mismo se
excluirá. Pasará por inconstante, y nosotros estaremos libres de toda censura.
Créanme, acepten esta dimisión .Más tarde se alegrarán por haber tomado esta
decisión, yo estoy seguro de ello. Ellos
se convencen con mis palabras y se deciden a firmar la carta de aceptación ,que
yo había tenido cuidado de escribir
anteriormente. [12] Al día siguiente
yo partí para
Lyon
_____
1
Caritativamente el P. Terraillon calla el motivo de esa
partida a la Trapa. Más tarde él contará las cosas más abiertamente al P. Mayet
(cf. sinopsis histórica)
2
Cf. doc. 45 (152). En esta carta el Sr. Courveille no
hablaba propiamente de su “dimensión de
superior”, pero el hecho mismo de manifestar su deseo de permanecer en la
Trapa, implicaba que aceptaba renunciar
en ese caso, al puesto que podía ocupar
en el grupo marista. Por otra parte, hacía alusión a la nominación de un superior (§15) pero en
tales términos, que puede legítimamente preguntarse si no preparaba en realidad
su vuelta al Hermitage bajo este título.
3
Lo que es normal puesto que
estaba dirigida a los dos.
4
La carta del Sr. Courveille, escrita el 4 de junio,
difícilmente había podido llegar al
Hermitage, antes del 6 o el 7. Es pues
el 7 o el 8, cuando Juan Claudio Colin habría llegado al Hermitage. ¿Cuál era
la finalidad de ese viaje? No se puede suponer que el superior de los maristas
de Belley hubiera sido convocado por el Sr. Terraillon para tratar el asunto
del Sr. Courveille, puesto que el dicho S. Terraillon quería guardar silencio
sobre las desgracias de su cohermano y
el ofrecimiento de este último de permanecer en la Trapa era imprevisto.
Es preciso entonces, pensar en una
coincidencia ,aunque, por otra parte, resulte inverosímil . Los meses de mayo y
junio constituían, en efecto, para los misioneros, un tiempo de descanso
relativo después de las misiones de invierno (cf. doc. 61 (182), §1).
con el Sr.
Colin y pongo la carta en el correo al pasar por Saint Chamond¹. Llegando a
Lyon, acudo ante al Sr. Borou, vicario
general, y le cuento lo que acababa de ocurrir. Él bendijo a la Divina
Providencia por sacarnos de un grave
apuro, conocido solamente por nosotros.2 A partir de ese
momento reconocimos al Sr. Colin menor,
como superior provisional3. Las dos secciones continuaron actuando
en concierto en todo y para todo. [13] finalmente nuestra aprobación definitiva
llegó de Roma en 1836. Nos reunimos en Belley para la nominación del superior
general el 24 de 7bre fiesta de Nuestra Señora de la Misericordia.
Allí una dificultad delicada vino a preocuparnos momentáneamente. Monseñor de Vie había manifestado el deseo de
asistir a esta nominación. Para no ofender a su Ilustrísima, los SS. Colin
aceptaron. En cuanto a mí, yo me oponía fuertemente por dos razones principales
1° les dije, es preciso no sentar este precedente que podría más tarde ponernos
en aprietos y causarnos problemas. 2° nosotros somos tan numerosos en la
diócesis de Lyon como en la diócesis de Belley4. Nuestros
superiores, que nos protegen igualmente, podrían no ver con buenos ojos esta
asistencia. Es preciso
liberarnos a la
______
1 Puesta
en el correo el 8 o el 9, esta carta debió llegar a Aiguebelle el 10 o el 11.
El S. Courveille debió partir desde su recepción. (cf. OM 1, p. 396)
2 Entonces
ni el S. Colin ni el S. Champagnat habían sido puestos al corriente de la
triste aventura del S. Courveille. En realidad, no debían tardar en conocer la
verdad, y el S. Champagnat hará abiertamente alusión al hecho desde la
primavera siguiente en sus cartas al arzobispado (cf. doc 173, §§ 13, 16)
3 Vista la
imprecisión cronológica de toda esta narración y el hecho que el P. Terraillon
va a pasar sin transición de 1826 a 1836
-lo que se explica bastante dado
que él pasó esos diez años en el ministerio parroquial, separado de sus
cohermanos-, se puede preguntar si el reconocimiento de Juan Caludio Colin como
superior provisional se puede fechar correctamente a fines de 1826 o si el P.
Terraillon no hace alusión a la elección de septiembre de 1830. En principio,
por tanto, se aceptará la primera hipótesis, que el texto sugiere claramente,
sin por lo tanto atribuir ningún valor jurídico a un reconocimiento de hecho
que se apoyaba normalmente sobre el lugar prominente ocupado en la Sociedad por
Juan Claudio Colin desde sus viajes a París en 1822-1823.
4 En
realidad, once cohermanos eran de la diócesis de Belley y solamente nueve
solamente de Lyon ( Los SS. Terraillon,
Champasgnat, Etienne Séon, Bourdin, Chavas, Servant, Bataillon y Forest).
primera.
Nosotros tendremos más tarde que felicitarnos por esto. Se me comprendió. Se
acabo por hacerlo1. Nosotros hicimos solos esta nominación. Ella
cayó sobre el Sr. Colin menor. Todo ocurrió admirablemente; y nos encontramos constituidos. Vean la
continuación en los archivos de la casa madre2…
164
(752)
Mayo–octubre
de 1853. – RESEÑA DE LOS ORÍGENES POR EL P. MAÎTREPIERRE: Estudios de Juan
Claudio Colin; difusión del proyecto de sociedad en el seminario mayor;
oposiciones; viaje a París; división de las diócesis; actividades de los grupos
de Belley y Lyon; oposiciones de Mons. De Vie en 1830; viaje de Juan Claudio
Colin a Roma; retiro y elección de septiembre de 1836; notas sobre los
hermanos, las hermanas y la tercera orden. Extractos de notas del P. Maîtrepierre redactadas en honor de sus
novicios; edición crítica según los documentos indicados más abajo.
I TEXTO. A. Los archivos generales de los
Padres Maristas (APM 124) conservan el resto de un cuaderno de papel ordinario
sin raya que mide 300 x 195 mm. del que ciertas páginas han sido deshilvanadas
y otras desgarradas. Hoy subsisten sólo cuatro hojas dobles intactas
constituyendo la mitad del cuaderno y formando las pp. 39-54, así como otras
cinco hojas dobles desgarradas de las que las hojas enteras forman las pp. 29 –
38 mientras que, los extremos de las hojas arrancadas corresponden a las pp. 55
– 64. En las pp. 29 – 51 se lee, escrito de la mano del P. Maîtrepierre el
texto de las notas sobre la Sociedad de María editado o resumido más abajo (§§
20 – 61).
_____
173 2 nosotros supra
lineam
_____
1
Sobre esta intervención del P. Terraillon y la manera como
le dio a entender a Mons. Devie que él debía abstenerse, cf. doc. 709,§ 3.
2
El papel del P. Terraillon estaba pues destinado a un cohermano
que había debido hacer la pregunta, y un
cohermano a quien su posición autorizaba la consulta de los archivos de la
casa madre.
Las
pp. 52 – 54 contienen el texto y la explicación del cuarto y quinto misterios
del primer día de La Hebdomada Mariae1.
En cuanto a las pp. 55–64 así como se puede deducir de los finales de las
palabra que se conservan sobre sus extremidades, comprenden la continuación de
la misma explicación ,o al menos el texto de los misterios a explicar, esto es:
p. 58, octavo misterio; p. 60 décimo misterio; p. 62, décimo primer misterio;
p. 64, décimo tercer misterio. Las notas sobre la Sociedad de María se terminan
en la p. 53 sobre el texto del tercer misterio que le está orgánicamente unido,
se está invitando a pensar que las mismas eran un desarrollo de ese misterio,
que no es otro que el del nombre de María2. El cuaderno entero, o al
meno su mayor parte, debía así estar consagrado al comentario de este Hebdomada Mariae, en el marco bajo el
cual, el P. Maîtrepierre parece haber querido incluir todo un tratado de vida
espiritual.
_____
1
Bajo ese título o su equivalente francés Semana de María, el P. Maîtrepierre
designaba un trabajo que él había emprendido para sustituir a los tradicionales
misterios del rosario por los misterios nuevos que permitirán meditar en el
espacio de una semana ,toda la vida de
la Santísima Virgen. Comenzado hacia 1840 en francés y continuado en latín,
este opúsculo había conocido, durante los años siguientes, incesantes
modificaciones, y varias redacciones sucesivas del mismo nos han llegado. Una contiene tres rosarios de cinco decenas
por día, o sea, ciento cinco misterios
para la semana. Parece que se remonta a
1843. Otra prevé para cada día un solo rosario de seis decenas, siendo en total
cuarenta y dos misterios. Otra, finalmente, fechada el 25 de octubre de 1853,
no comprende más que un rosario diario de cinco decenas, o sea, 35 misterios para la semana. Esta redacción es la que el P. Maîtrepierre
acababa de poner al punto comentándola a sus novicios en el transcurso del año
1853. En lo sucesivo no hay más noticias del opúsculo, que no se editó más.
Sobre todo esto, ver APM, lote de los manuscritos Maîtrepierre, y Mayet 3, 395
– 399 (texto y margen); 3, 417; 4, 146.
2
He aquí el texto, que comprende
dos partes, exposición del misterio y fruto a pedir por la intercesión de
María; “Laudetur beatissima Virgo cui dedit
tota Trimitas Mariae nomen, quod tantae virtutis est et excellentiae,
ut, cum nominatur, laetentur caeli et exsultet terra et contremiscat infernus.
– Et impetret ut jubilemus et nos qui filii Mariae nominamur et sumus, et per
bona opera tanto nomine dignam faciamus nostram vacationem et electionem”.
La fecha de redacción de las páginas
conservadas de este cuaderno se puede situar entre mayo y octubre de 1853. El terminus a quo es dado por el relato
que allí es hecho de la elección, en fecha del 29 de abril de 1853, de la
segunda superiora general de las hermanas maristas, madre San Ambrosio. El
término ad quem es
proporcionando por una copia del texto de los misterios de la Hebdomada Mariae enviada por el P.
Maîtrepierre al P. Mayet el 25 de octubre de 18531, copia en la
cual, el cuarto misterio figura bajo la forma que reviste en el cuaderno que
nos ocupa (P. 53) cuando la página precedente del mismo cuaderno contiene aún
una redacción anterior que ha sido tachada y reemplazada por la otra.
El
texto de este cuaderno tal como nos ha llegado, contiene un cierto número de
correcciones y de adiciones que se dejan fácilmente observar en varias capas
por la naturaleza de la tinta. La primera parece ser contemporánea de la
redacción o poco posterior. La segunda puede ser fechada con certeza del año
1856 gracias a dos datos estadísticos admisibles al primero de enero de este
año y a una lista de casas donde figura aún Brioude, cerrada en las vacaciones
de 1856. En lo sucesivo el P. Maîtrepierre ha completado esos datos
particularmente en julio de 1863, fecha de la última estadística de los
profesos y de la última adición a la lista de las casas, en particular la de la
residencia de Saint–Brieuc fundada el mes anterior. Señalemos finalmente que la
p. 35 lleva una nota marginal de la mano del P. Mayet ciertamente posterior a
mayo de 18542.
B.
En las pp. 69–121 del primer tomo de las Notas
Destacadas del P. Mayet figura, transcrito por una mano femenina no
identificada, un texto intitulado Notas
del Padre Maîtrepierre sobre los Inicios de la Sociedad. Las. pp. 77–121
corresponden, con algunas pequeñas
variantes, al texto de las pp.
29–53 del cuaderno del P. Maîtrepierre en el estado en el que había sufrido la
primera serie de correcciones y de adiciones, no figurando, en cambio, ninguna
de las correcciones de 1856 en este texto de las Notas Destacadas. Se puede considerar, por supuesto, que el
inicio del texto de las Notas
Destacadas (pp. 69 – 76) debe corresponder también por su parte, al
inicio hoy amputado de las notas sobre la Sociedad, del cuaderno Maîtrepierre tal
como allí figuraba antes de la revisión de 1856.
_____
1
La tercera redacción del Hebdomada Mariae conservado en los APM lleva como título, de la
mano del P. Mayet: “Última redacción del P. Maîtrepierre enviada por él a un
padre marista el veinticinco de octubre de mil ochocientos cincuenta y tres”.
Como por otra parte, se conoce por las Memorias (1, 270m) la existencia de una
carta del P. Maîtrepierre fechada en este día y dirigida a un marista del que
es claro que no es otro que el P. Mayet, se puede considerar como cierto que es
a este último que estaba dirigido el texto del Hebdomada, el cual,
escrito muy fino sobre cuatro hojillas de 180 x 110mm., podía llevar fácilmente
en una carta ordinaria.
2
Cf. Infra, adición y nota en este lugar (no reproducida en esta
edición, ver O. M. 2, p. 722).
Este
texto de las Notas Destacadas,
contentándose varias veces con resumir
en algunas palabras el del P. Maîtrepierre e incluyendo en el mismo texto las notas del P. Mayet (cf. infra §§6, 8 ,9,
etc.), se debe postular la existencia de un estado intermedio donde el colector hubiera transcrito,
ordenado, el cuaderno del P. Maîtrepierre. Es el resultado del trabajo que él
hubiera hecho copiar en las Notas Destacadas. Cronológicamente
este trabajo intermedio, parece haber sido situado en el verano de 1854,
después de la entrega al P. Favre de las Memorias originales, que el P. Mayet no tiene
manifiestamente más entre las manos, mientras que la copia de las Notas Destacadas no puede ser
anterior a diciembre de 1854, fecha de la introducción que figuraba al inicio
de ese volumen1, y no puede ser rechazada tampoco más allá de
octubre de 1855, fecha en la cual el P. Mayet, dejando Verdelais, perdió al
copista que había transcrito las pp. 1- 218 de las Notas Destacadas.
Más
tarde, sin duda al momento de la copia de 1868, el P. Mayet retocó el
título que él había asentado poco antes
al margen de este artículo de las Notas
Destacadas y cuya redacción definitiva se lee como sigue:“Notas del R.
P. Maitrepierre, de alrededor de1853 , sobre los inicios de la Sociedad, y
comunicadas por él a sus novicios, de quien yo las tengo” (cf. adición a y
notas de las líneas 796 y 797).
11.
HISTORIA. Si los datos que preceden
reclamaban una exposición bastante larga y minuciosa, no son lo suficientemente sencillos y
concordantes para que se pueda sacar de
ellos, sin grandes riesgos de error, una reconstitución de la historia del
texto que nos ocupa. En el curso del año
1853, el P. Maîtrepierre redactó en honor de sus novicios un comentario de los
misterios de su Hebdomada Mariae.
Llegado al tercer misterio, que recuerda el nombre de María y le hace solicitar
para los Maristas el amor de su vocación,
creyó conveniente incluir allí “algunas palabras sobre la Sociedad de
María”. (cf. infra §5) Sin
prever posiblemente la extensión que ellas tomarían. No se sabe si acabó el comentario de su Hebdomada. Lo cierto es que, el 25 de
octubre de 1853, respondiendo a una carta del P. Mayet, le envió el texto
latino definitivo de los treinta y cinco misterios que componían esta semana.
Sea
que el P. Mayet haya deseado ver el comentario de un trabajo cuya redacción él
seguía desde hacia diez años, sea que él haya sabido que ese comentario contenía una reseña de las
Sociedad y que haya querido insertarla
en sus Memorias, obtuvo de los novicios
de la Favorita el cuaderno del P. Maîtrepierre. El préstamo de ese cuaderno no
puede situarse antes de agosto de 1854,
fecha del regreso del P. Mayet a Lyon (cf. O. M. 2, p. 556), lo que cuadra bien
con la presencia en el cuaderno con relación a una nota del P. Mayet posterior
al mes de mayo de este año. Es pues, durante el verano de 1854 que el autor de
las Memorias debió copiar, resumiéndolas, en esa ocasión, esas notas sobre la
sociedad regresando sin duda inmediatamente después el cuaderno a los novicios
que se lo habían prestado. Una vez llegado a Verdelais, hizo recopiar el texto
de las Notas destacadas por la
persona benévola que había ya transcrito en ese cuaderno las otras notas sobre
el capítulo, en el retiro de 1854.
_____
1Las
páginas que contienen esta introducción han sido cortadas en DNI, y su texto se
reencuentra en ND3, pp. 1- 4.
En
cuanto al P. Maîtrepierre, una vez que entra en posesión de su cuaderno,
corrigió un poco y enriqueció con nuevos
datos, durante el año de 1856, la reseña de los orígenes. En 1863, como se ha
visto, el cuaderno estaba aún en servicio. Es más tarde, en una fecha imposible
de determinar que fue ampliamente recortado. Señalemos solamente que no
figura en la lista de manuscritos del P. Maîtrepierre redactada en el momento
de su muerte por el P. Lagniet1. No se sabe cuándo ni cómo el resto
de ese cuaderno vino a los APM.
III
CONTENIDO, FUENTES Y VALOR HISTÓRICO. El plan general de esas “algunas palabras
sobre la Sociedad de María” es dado por el mismo P. Maîtrepierre (cf. OM, 2, doc. 752, §5.) Después de una
reseña de la Sociedad que abarca hasta 1853, viene una exposición sobre cada
una de las ramas colaterales: hermanos, hermanas tercera orden y rama
contemplativa. Para todo lo que concierne a estas ramas y la historia de la
Sociedad bajo el generalato del P. Colin, el P. Maîtrepierre podía utilizar los
conocimientos adquiridos durante los años de su provincialato y se encontraba
seguramente bien situado para dar una vista de conjunto de la Sociedad. Para la
historia de los orígenes, él podía acudir a diversas fuentes. En primer lugar
venían sus recuerdos personales de sacerdote en la diócesis de Belley,
aspirante a la Sociedad de María desde 1829
(cf. doc. 721). Como tal, estaba bien situado para hacerse eco de los
juicios llevados hasta entonces sobre la
joven Sociedad o revelar la actitud de tal o cual miembro de la administración,
y proporcionó a ese respecto datos
preciosos (cf. id., §§22- 25, 32). Por otra parte ,podía hablar como testigo ocular del retiro de 1831 (§ 28)
y de la reunión de los 20–24 de septiembre de 1836 (§§ 40–52).
Contrariamente,
para el período anterior a la división de las diócesis, para la historia del
grupo de Lyon, la del viaje de Roma, el P. Maîtrepierre debía necesariamente
referirse al testimonio ajeno. Es lugar de recordar aquí que el provincial,
después el maestro de novicios no había cesado de seguir el trabajo del P.
Mayet y que en 1847 particularmente, el P. Maîtrepierre había leído todo lo que
estaba redactado hasta allí de las Memorias. No se extrañara pues si muchos
datos que reporta recuerdan de muy cerca tal o cual página de
______
1
Manuscritos del R. P. Maîtrepierre
dejados a su muerte en Montbel, marzo de 1872, en una bolsa en pergamino,
original de la mano del P. Lagniet y copia en los APM, expediente Maîtrepierre.
esas
últimas, así § 14 (cf. doc. 466), §15 (cf. doc. 425), § 16(cf. doc. 442), §§
18.–19 (cf. doc. 154 (428)), §32 (cf. doc. 473), § 35, (cf. doc. 466), § 36
(cf. Docc. 457–459), § 37 (cf. doc.598). En ninguna parte, por tanto, se tiene
indicio de un contacto literario directo y, como se trata de hechos que el P.
Colin podía haber contado varias veces, es dificil de determinar si el P.
Maîtrepierre se basaba en los recuerdo de su lectura de las Memorias o las
pláticas del P. Colin. Lo que es cierto, es que el P. Maîtrepierre tenía
directamente de éste último numerosos datos que el P. Mayet ignoraba
completamente. Así los que concernían a la redacción de las constituciones de
Cerdon (§ 44) o ciertos detalles de la audiencia pontificia (§ 37). Por otra
parte, se sabe que el P. Maîtrepierre se había hecho más de una vez en el
pasado el informador del P. Mayet, reportándole hechos contados por el P.
Colin; no se extrañará encontrar los
mismos hechos sacados en esta reseña general. Es el caso para el episodio de la
esclavina (§ 25; cf. doc. 523, f) o la entrevista tormentosa entre Mons. Devie
y el P. Colin en 1830 (§§ 30 – 31; cf. doc. 725).
Notemos
finalmente que el P. Maîtrepierre ha podido sacar de otras fuentes aún, como por ejemplo las
narraciones de su amigo Pedro Chanel para
todo lo que se refiere al viaje a Roma, o los del P. Bourdin relativos
al mismo objeto y a los orígenes de los hermanos. Se notará también que él ha
tenido, precisión rara para la época, de citar literalmente la carta de Pío
VII, de la cual debía poseer una copia
(Cf. § 12). En el conjunto pues, se le
puede considerar como bien informado y aceptar sin demasiada duda los datos que
sólo él proporcioná, reservándose de corregir eventualmente los otros, de
acuerdo a los documentos contemporáneos o las Memorias del P. Mayet, así como
este último invita expresamente al lector. (Cf. § 1, y adiciones).
.
IV
EDICION. Toda la parte del texto por la que subsiste el autógrafo del P.
Maîtrepierre (líneas 162–790) ha sido editado según el estado último de ese
cuaderno, teniendo en cuenta, por consecuencia, las revisiones que su autor le
ha hecho sufrir, libre de anotar en el aparato crítico el texto primitivo y la
sucesión de los correcciones. En este aparato crítico, la sigla A designa el
autógrafo, A1 la revisión de 1853, A2 la de 1856. Para toda esta parte se han
señalado igualmente las variantes que presenta con el autógrafo la copia de las Notas Destacadas (B).Sobre el sentido y el alcance de esas
variantes, cf. O. M.2, pp. 64 – 66.
La
primera parte (líneas 1-161), para la cual subsiste sólo esta copia de las Notas Destacadas, ha sido editada
según estas últimas, siguiendo los principios generales adoptados por la
edición de las Memorias Mayet (cf. O. M. 2, pp. 10 –113).
N.
B. Visto el objetivo que nos hemos
fijado para esta edición especial, no reproducimos de este largo documento más
que el párrafo relativo a los Hermanos Maristas (líneas 700 a 760).
NOTAS DEL PADRE MAITREPIERRE
SOBRE LOS INICIOS DE LA SOCIEDAD a
[1]
Observación importante.- Es
necesario verificar todas las fechas del relato siguiente, por medio de las
fechas señaladas en mis Memorias.
Las fechas de las Memorias son muy seguras. Los hechos de las Memorias son
también ciertos. Si alguna contradicción se encuentra entre el relato del Padre
Maîtrepierre y las Memorias, se debe atener a las Memorias.
[p.
43] RAMAS COLATERALES.
1
– LOS PEQUEÑOS HERMANITOS DE MARIA
[53]
La idea de su fundación fue concebida en el seminario mayor de Lyon, al mismo
tiempo que la de la Sociedad. El P. Champagnat, uniéndose a los primeros
fundadores, les dijo: yo he sentido siempre en mí un atractivo particular por
un establecimiento de hermanos; yo me uno con mucho gusto a ustedes, y si lo juzgan a propósito, yo me encargaré de esa
obra. Y fue encargado de ella1.
Mi primera educación, decía él, ha sido incompleta; Yo sería feliz al contribuir para procurar
a los otros las ventajas de las que yo mismo he estado privado². Él ha
trabajado en ello, con un celo infatigable hasta su edificante muerte, ocurrida
el 6 de junio de 1840, a las cuatro y
media de la mañana, mientras sus buenos y piadosos hermanos entonaban en la
capilla la Salve Regina, que él les
hacía cantar a la misma hora todos los días desde hacía quince o veinte años.
_____
| Cf. doc. 152 (416); § 1; 757, § 2.
2 Cf. doc. 755
[54] La
Historia de los inicios de esta fundación es de lo más interesante y de lo más edificante.
La pobreza, la sencillez, el desprecio del mundo1 allí brillan por
todas partes. Las tribulaciones, a pesar
de ser numerosas y repugnantes han sido disimuladas generalmente. El
fundador no se asustaba de nada; a los
primeros ataques que le vinieron de parte de un
Vicario Mayor,2 fundador
en el mismo género, él decía: hasta el presente, yo me preguntaba si trabajaba
según los designios de Dios; los ataques que
acabo de recibir comienzan a hacerme confiar que sí.3
[55]
En los inicios él recibía con una gran facilidad tuertos, cojos, sordos,
rostros desfigurado, sabios, ignorantes, educados, mal educados, y con
eso, fundaba establecimientos. Yo, decía
él, me sirvo para hacer mis flechas, de
la madera que tengo bajo la mano; cuando
tengo necesidad de un superior, de un director, de un profesor, si yo no
tengo quien tenga dos ojos , pongo un
tuerto; cuando yo no encuentro quiénes marchen derecho, pongo cojos y
digo: Si la Santísima Virgen quiere que esto marche, será necesario
que se interese, que de otra manera, esto no podría funcionar.
[56]
Él tenía muy frecuentemente un lenguaje, de una originalidad muy particular;
cito un ejemplo; algunos meses antes de su muerte, yo tuve el consuelo de pasar
unos ocho días con él4. Un día el hermano Juan María ecónomo de la casa, le lleva una
carta; él la lee continuando conversando conmigo, cuando de repente, dice:
Tenga, hermano Juan María, esto le corresponde; es el S. Cura fulano que le
presenta un joven; él es muy gentil, pero eso no lo compromete; todavía, si
estuviera fuerte se le haría trabajar, pero
no tiene más que quince años; eso es arriesgarse a correr con buena
suerte y él le pagará con un hasta la
vista.
______
1 Cf. Cor. 1,28
2 S. Bochard (cf. doc. 757, §§ 4, 7 y 8).
3 Cf.
doc. 754, § 17, que parece reproducir una reacción análoga del P.
Champagnat a la recepción de una carta
del S. Bochard.
4 Cf.
Carta del P. Maîtrepierre al P. Lagniet,
del 5 de marzo [leer abril] de 1840 (APM, fondos del colegio de Belley):
“Pasé ocho días en el Hermitage a mediados de marzo; el buen P. Champagnat
estaba mal; yo le he dejado sufriendo un poco menos. Allí siempre he estado
edificado”.
[57] En el
retiro general que se hizo en el seminario menor de Maximieux en 1837, él nos
dio un ejemplo de desapego que nos edificó mucho. Como hasta allí, por efecto
de las circunstancias, él había trabajado en su obra de una manera poco [p. 44]
[más o menos] independiente, se juzgó conveniente pedirle la dimisión de su cargo de superior de los
hermanos. Todo el mundo sabe cómo los fundadores, los superiores antiguos,
guardan su obra, quieren dirigirla según sus propios criterios; ¡Ah! Bien, en
seguida que el P. Champagnat comprendió
lo que se le decía, con todos los miramientos convenientes, respondió: claro que sí, yo daré mi dimensión
y yo la debo dar; lo único que me molesta es que se tomen precauciones para
decírmelo. Yo he tenido gracias de estado para comenzar; yo no tengo gracia de
estado para continuar. Y él dio de buen grado su dimensión.1 El P.
General lo volvió a nombrar en seguida. Su dependencia se volvió por esto más
regular, más sensible y más fructífera para él y para su congregación.
[58]
Es a los Pequeños Hermanitos de María a quien corresponde proporcionar su
historia. Yo sé que ellos se ocupan de recoger notas muy inter(es) antes
que harán aparecer en su tiempo y lugar2.
[Sigue una breve historia de las
relaciones entre los padres y los hermanos de 1836 a 1853].
165
(753)
5
de agosto de 1854.- BREVE RESUMEN SOBRE LOS ORIGENES DE LA SOCIEDAD, el lugar
que en ella tuvo el S. Pompallier y las circunstancias de la aceptación de la
misión de Oceanía. Extracto de una
nota del P. Colin entregada a la S. C. de la Propaganda; según el texto escrito
por el P. Yadin y figurando en los ACPF, Congressi, Oceanía, t. 5 (1853–1857),
f. 626; copia Yardin en los APM, legajo de la Propaganda.
En
julio de 1854, menos de dos meses después de su dimisión del cargo de superior
general, el P. Colin volvió a Roma por quinta vez. Allí había sido invitado por
medio de una carta de Mons. Barnabó, secretario de la Propaganda, con fecha del
3 de diciembre precedente, con el fin de buscar un reglamento general a las
dificultades aún presentes en las misiones, tanto en nueva Zelanda, como en
Oceanía Central. Ese reglamento general no pudo ser obtenido entonces, y será
necesario esperar hasta 1857 para verlo puesto a punto por el P. Favre y Monsr.
Bataillon. No obstante, en Roma, el P.
Colin remitió a la S. C. de la Propaganda un cierto número de memorias y notas
expresando su posición sobre los diversos problemas pendientes. El 5 de agosto,
entre otras cosas, hizo llegar al
secretario de la Propaganda cuatro
grupos de notas que él le presentaba
así: “Su excelencia me perdonará las notas adjuntas que yo tengo el honor de
exponerle. En medio de sus numerosas ocupaciones no
tendrá sin duda
el tiempo de tomar lectura de ellas; pero habiendo llegado al fin mi
carrera y desde ahora fuera de toda solicitud, yo encontraré
una especie de consuelo en el pensamiento que esos documentos son depositados
en la Propaganda y en los archivos de la Sociedad”.
______
1 Cf. doc.
152 (416)
2 cf. O.M. 2,
pp. 730-733
Entre esas
notas hay una, la tercera, que merece ser tomada en consideración aquí.
Viviendo entre reproches formulados contra él
en el curso de los años procedentes, reproches de los que no se
encuentra indicio escrito en el legajo y que habían debido ser formulados
oralmente, el P. Colin se propone precisar cuáles fueron, en el origen, los encuentros
de la Sociedad de María con el que llegaría a ser el primer vicario apostólico
de la Oceanía Occidental, Monsr. Pompallier. Para eso él se remonta brevemente
hasta la primera idea del proyecto de la sociedad de María, evoca la situación
de los aspirantes maristas después de la división de la diócesis y llega a
describir la actitud particular del S. Pompallier respecto a sus cohermanos del
grupo de Lyon. Lo que el P. Colin quiere mostrar, es, por una parte, que el S.
Pompallier tenía lazos muy flojos con la Sociedad cuando fue nombrado vicario
apostólico, y, por otra parte, que el hecho mismo de la división de las diócesis le impedía, a él, Colin,
intervenir en un asunto concerniente a un cohermano de Lyon. Su responsabilidad
en la designación del vicario apostólico y en la aceptación de la misión se
encuentra por el hecho mismo completamente libre.
La
perspectiva polémica de este informe demasiado rápido lleva al P. Colin a
simplificar las cosas de una manera excesiva. Se esforzará en las notas por
recalcar a la vez los puntos sólidos del texto que sigue y aquellos donde él se
aparta del verdadero encadenamiento de los hechos tal como se puede hoy
reconstruir con ayuda de los legajos y de documentos contemporáneos editados en
el primer volumen. Se ha detenido el texto en la mención de la elección del 24
de septiembre de 1836, El resto concierne a la actitud posterior de Monsr.
Pompallier respecto de la Sociedad y no ofrece interés en el cuadro de esta
edición.
Tal
cual, el extracto que se va a leer merece ser atentamente examinado. No
solamente contiene una de las raras
declaraciones del P. Colin anteriores a 1868 sobre la primera idea de la
Sociedad, sino que constituye un
documento de alternativa sobre la manera con la cual hechos pasados podían
reconstruirse en el pensamiento del fundador
cuando estaba llevado a evocarlos
esquemáticamente para la defensa de una causa tan querida para él. Será bueno
recordar que siete años antes, en su informe a la S. C. de la Propaganda,
Monsr. Pompallier había dado a los
mismos hechos, por su parte, una presentación también simplificada en exceso y
profundamente alterada por las necesidades de la causa (doc.751). Ese paralelismo
ilustra al menos la dificultad que había para dar retrospectivamente en algunas
líneas una idea matizada de la manera
muy particular y muy compleja de cómo habían reaccionado la una sobre la otra,
la fundación de la misión de Oceanía y la aprobación de la Sociedad de María.
Restablecimiento
de la verdad en ciertos hechos relativos
a la misión de la Oceanía Occidental, presentados hasta aquí de una manera más
o menos inexacta.
[1] El
proyecto de la Sociedad de María, concebido y meditado anteriormente, había
tenido en Lyon en 1815 y 1816, un intento de ejecución por la opción de varios
jóvenes sacerdotes adictos a la empresa¹; pero ellos, no obstante, no
pudieron obtener de sus superiores
eclesiásticos el permiso de reunirse en comunidad. En 1823,
ellos se encontraron
aún
_______
1 Las
declaraciones del P. Colin sobre la primera idea de la Sociedad de María y lo
que ocurrió en el seminario mayor de Lyon, son bastante raras ante la controversia de los años 1866–1870 para
que no se sujete a precisar el sentido de ésta. Se notará primero que la frase
distingue dos estados en el origen del proyecto: concepción antes de 1815–1816,
intento de realización en el seminario mayor durante esos dos años. La construcción pasiva de toda la proposición
no deja aparecer ningún sujeto personal, lo que evidentemente no está hecho
para facilitar la interpretación. Gramaticalmente, una o varias personas han
podido concebir y meditar el proyecto, y una o varias personas idénticas a los
precedentes o distintas de ellas han podido
hacer el intento de ejecución. En cuanto a este intento, ha consistido en una “elección” de la cual
“varios jóvenes sacerdotes” han podido ser, o bien el sujeto, o bien el objeto.
No obstante, prácticamente, es posible salir un poco de esta indeterminación
absoluta. Parece bien, apoyándose en el hecho mismo de la construcción pasiva
de la frase, que los jóvenes sacerdotes
hayan sido el objeto y no el sujeto de la elección: ellos no han “elegido”
dedicarse a la empresa (acepción moderna del verbo que estaría algo fuera
de lugar en este texto) sino que ellos
han sido elegidos. Una persona o varias han realizado esta elección, dando así
al proyecto de sociedad un esbozo de realización. Sin excluir que esa elección
haya podido ser realizada parcialmente por aceptación, se está invitado a
pensar que al principio al menos, una persona determinada ha elegid a otras. Esta persona que ha comenzado
el reclutamiento de los miembros no es otra, se sabe, que el S. Courveille,
(cf. doc. 551, §2; 591, §7; 163 (750), §2), y es poco probable que el P. Colin
no haya pensado en él al momento mismo que
cambiaba su frase de la manera lo más
impersonal posible ¿Quiere decir por tanto que el S. Courveille, que
efectuó la elección de los primeros adheridos, fue él quien había concebido
anteriormente y meditado el proyecto?
Nada es menos probable. La sola frase del P Colin anterior a 1854 que aborda el
mismo problema (cf. doc. 117, líneas 21 – 22) deja, entender, al contrario, que
él mismo, Juan Claudio Colin,, había “concebido el proyecto” antes que el Sr.
Courveille (ibid. nota 4).Las declaraciones posteriores de y11870 irán, en
cuanto a ellas, claramente en este sentido. Esto dicho, evidentemente sin
pretender dirimir de algún modo el problema histórico de fondo que plantean
semejantes declaraciones.
Separados los unos de los otros más que nunca, porque
la erección de la diócesos de Belley, tomados sobre la de Lyon, medida que los
colacaba bajo la jurisdicción de dos ordinarios.
[2] El
Padre Colin, retenido en la diócesis de Belley, con el permiso de Monsr. De
Devie obispo del lugar, tuvo éxito al formar un grupo de misioneros maristas
del que se convirtió en superior1.
[3]
Durante ese tiempo, el P. Champagnat uno de los primeros sacerdotes de la
sociedad naciente, se ocupaba en la diócesis de Lyon, con el permiso de Monsr.
De Pins2, en formar un cuerpo de hermanos laicos para la instrucción
primaria de la infancia, que hoy cuenta con
más de 1200 miembros. Para ayudarle en su sociedad, él recibió
gradualmente en su casa algunos jóvenes sacerdotes a su salida del seminario,
entre otros, en 1828 o 1829, al P. Pompallier quien, poco tiempo después fue el
más apasionado en provocar la separación de esos 3 o 4 jóvenes sacerdotes de
la casa de los hermanos3; pero
no habiendo sido elegido
_____
1
Cf. doc. 687
2 Las
necesidades de la armonía obligan al P. Colin a mencionar aquí la autorización
de Monsr. De Pins, cuando la fundación de los hermanos había tenido lugar en
realidad siete años antes de su llegada.
3
Que el S. Pompallier haya insistido para obtener la
separación, es muy posible (cf. doc. 160 (625) §23). Lo que es cierto, en todo
caso, es que Juan Claudio Colin se estaba él mismo pronunciado muy pronto a
favor de esta separación, a pesar que los cohermanos de Lyon nada poseían allí
(cf. docc. 101 (241), §2; 102 (242), §2; 104 (246), § 1).
Superior
de sus cohermanos, el padre Pompallier los abandonó y se convirtió en capellán
de un pequeño internado laico en Lyon1 Él estaba en esta simple
capellanía cuando en 1836 la administración apostólica de Lyon lo designó a la
Propaganda como vicario apostólico de la Oceanía – occid(ental)2, y
en esta calidad fue consagrado en Roma
el 30 de junio del mismo año.
[4]
El P. Colín en la diócesis de Belley no tenía más que relaciones muy
restringidas con sus antiguos superiores de Lyon, quienes por lo demás, no lo veían de ningún modo como superior de
los padres maristas de su diócesis3. No tuvo, al igual que sus
cohermanos de Lyon, ninguna participación en la elección del padre Pompallier
para el episcopado4 y no cooperó en la aceptación de la misión de la
Oceanía, más que comprometiendo a Monsr. Obispo de Belley a ceder para esta
misión 2 de sus cohermanos5, el Padre Bret, quien murió durante
la travesía, y el padre Chanel, martirizado en la Isla de
Futuna. Según esta simple
_____
1
El padre Séon parecía poner también una cierta relación
entre la partida del S. Pompallier para Lyon y el despecho que él había
experimentado al ver que la comunidad de Valbenoîte no iba siguiendo las reglas
que él había marcado (cf. doc. 160 (625), § 27). El término de abandono es por tanto un poco polémico, visto que, según el
P. Séon, el S. Pompallier fue llamado a Lyon por el arzobispado (ibid) y que el
S. Colin aprobó en ese tiempo este argumento (cf. doc. 107 (255), §4). Sobre la
fecha de la instalación del S. Pompallier en Lyon, cf. O. M. 2, P. 454, nota 3.
2 Cf. docc.
144 (371), §1; 378, §2.
3 Cf. docc. 641
4
Ibid. Es cierto que la elección inicial del S. Pompallier en
Julio de 1835 no incumbió a Juan Claudio Colin ni a sus cohermanos sino al S.
Cholleton, quien orientó hacia él al S. Pastre (cf. doc. 657 § 1); y en cuanto
a la designación oficial hecha de él al prefecto de la Propaganda en 1836, ella
fue obra de Mosr. de Pins (cf. doc. 144 (371), §1). Por tanto es la
autorización concedida al S. Pompallier por su superior el S. Colin, la cual
ratificó plenamente la elección ya hecha (cf. doc. 340, §§ 1 y 3) que decidió a
éste a aceptar, y esta carta del S. Colin, enviada a Roma por el S. Paste (cf.
doc. 341), fue una de las piezas que jugaron un papel decisivo en la atribución,
a los maristas de la misión de la Oceanía Occidental (cf. doc. 351, § 20).
5
Es verdad que aquí el P. Colin, llevado por su deseo de
declinar toda responsabilidad de su
parte en los orígenes de la misión de Oceanía, llega a una esquematización de
los hechos bastante alejada de lo que resulta de los documentos contemporáneos.
Se debe reconocer que además de la gestión hecha ante Monsr.. Devie a la cual
él hace alusión y que por otra parte,
no viene al caso , Juan Claudio
Colin cooperó positivamente a la misión de la Oceanía; 1) animando mucho al S.
Pompallier a dar curso, a las proposiciones del S. Pastre (cf. doc. 340); 2)
formulando explícitamente su aceptación de dicha misión, en las dos cartas del
10 de febrero de 1836 dirigidas respectivamente a los cardenales Castracane y
Fransoni (docc. 367 y 368). Ahora bien,
esta aceptación no era de pura forma puesto que la S. C. de la Propaganda de esto había
hecho depender la continuación a dar a sus resoluciones del 23 de
diciembre de 1835 (cf. doc. 356 § 5) y que el Card. Castracane hizo uno de los
considerandos principales de su informe del 11 de marzo de 1836 tendiente a
obtener la aprobación de la sociedad de María (cf. doc. 375, §3). El hecho
era tan claro y tan conocido a la S. C.
de la Propaganda que no pudo suponer el P. Colin haber querido ocultárselo. En
una declaración análoga hecha en 1846, el superior general había, al contrario,
explícitamente reconocido esta aceptación dada por la Sociedad (cf. doc. 641),
Él se dejó aquí claramente arrastrar por las necesidades de su argumentación.
exposición, el R. P. Colin cree poder
concluir:
1°
Que sería muy gratuitamente que se le acusara de consideraciones interesadas en
la aceptación de esta misión1.
2°
Que él ha podido decir con verdad, en su memoria del 15 de mayo impresa en la
Propaganda en 1847, que Monsr. Pompallier no pertenecía a la sociedad naciente
ni por la designación del episcopado, ni por la emisión de los votos2.
[5]
Finalmente los dos ordinarios de Lyon y de Belley habiendo aceptado en una
reunión general de los cohermanos de las dos diócesis que consentían en formar
parte de la sociedad naciente3, esta reunión tuvo lugar en la ciudad episcopal de Belley
en el mes de 7bre de 1836 y, el 24 del mismo mes, el P. Colin fue
elegido superior general y reconocido por los dos ordinarios de Lyon y de
Belley.
_____
1 Por el
hecho de que El P. Colin no haya estado guiado para esta aceptación por
motivos de interés personal, no hay
razón para dudarlo. Pero sigue siendo cierto que la misión de Oceanía fue
considerada por él en la perspectiva del interés superior de la Sociedad y de
su aprobación (cf. doc. 340, § 1), todo como, por otra parte, lo fue
para el mismo S. Pompallier (cf. docc. 139 (347), §5; 143 (370), §3).
2
Cf. ACPF, Acta, t. 210 (1847), t. 3454r: “El
prelado, es verdad, no pertenecía a la sociedad naciente, ni por la
designación del episcopado, ni por los
lazo de los votos, que él no contrajo nunca. Pero parecía pertenecer a ella por
la opinión pública”. Por lo que es de la designación del episcopado, es cierto
que ella fue la obra del arzobispado de Lyon, no de la Sociedad de María (cf. supra). Es exacto por otra parte, que
Monsr. Pompallier no hizo profesión religiosa en la Sociedad, pero por motivos
que no ponían de ningún modo en duda su cariño a la congregación naciente. (cf. docc. 401 y 404).
3
Cf. doc. 403, §1. Considerando los términos del breve Omnium
gentium (cf. doc. 146 (384), §5), esta autorización no era
necesaria.
DATOS
NARRATIVOS REUNIDOS CON LOS
HERMANOS
MARISTAS
Iniciado
en la pobreza y el despojo de todos los medios humanos, el Instituto de los
Pequeños Hermanitos de María no podía esperar encontrar en su seno durante los
primeros años de su existencia un historiador ni un analista. El bagaje
cultural de los primeros hermanos era muy reducido, y su fundador, abrumado por
tareas administrativas y materiales, no tenía casi tiempo disponible para tomar
notas para la posterioridad. Además no se tiene indicio de redacciones
históricas en el interior del Instituto
antes del año 1830. Los seis primeros hermanos fallecidos entre 1825 y 1828 no
han tenido reseña y, si se exceptúa algunas páginas posteriores del Hno. Juan Pedro1, el Instituto
casi no conserva otro recuerdo de ellos,
más que el nombre. No obstante, La necesidad de no dejar perder los ejemplos
dejados por los difuntos, debía hacerse notar y no faltaba más que un hombre que tuviera a la vez el tiempo y los talentos necesarios
para ser el primero en ponerse a escribir.
La
llegada al Hermitage, hacia fines de 1828, de un joven diácono dotado de reales
capacidades literarias, Juan Antonio Bourdin, iba a dar al Instituto sus
primeros recuerdos escritos. Dos de los
hermanos fallecidos después de su llegada, en 1829, tendrán al año siguiente su reseña biográfica en estilo
académico. Por otra parte, sea que se
haya contentado con ese primer intento, sea que
haya considerado desde el principio
una obra más extensa, el S. Bourdin anuncia en un prefacio prometedor una obra de conjunto sobre su Compañía,
basada en el testimonio de los documentos contemporáneos y toma con ese fin
preciosos notas, después de tener conversaciones familiares del S. Champagnat.
Su partida prematura para Belley en noviembre de 1831 parece poner fin, al
menos, a ese trabajo de historia. Lo que resta de esto será presentado y
parcialmente editado en seguida en el doc. 166 (754).
Una
vez que parte el Sr. Bourdin, ni los padres que le sucedieron en el Hermitage,
ni los de la casa Madre, parecen haber continuado la redacción de noticias ni de anales de la
congregación. Al menos, ninguna señal ha quedado de un semejante trabajo. El S.
Champagnat personalmente no tenía el tiempo de consagrarse a ello, y fue
necesario recurrir a las cartas oficiales presentando al gobierno el Instituto
de Pequeños Hermanitos de María para encontrar bajo la pluma del fundador
alguna breve idea sobre los orígenes de su congregación. El doc. 755 presentará
así en sinopsis tres redacciones de un esquema histórico, bastante revelador a
pesar de su concisión, sobre el origen de la idea del Instituto
del S. Champagnat.
Por otra
parte, si éste último no tenía tiempo de tomar él mismo notas para la historia
futura, habría deseado vivamente que sus hermanos lo hicieran. Se posee sobre
esto, bajo la pluma del que se convertirá más tarde en el primer
historiador del Instituto, el Hno. Juan
Bautista, un testimonio de una notable franqueza que se debe reproducir aquí:
Durante su vida, varias veces
nosotros habíamos escuchado decir a nuestro venerado Padre: “Todo lo que
nosotros hacemos será escrito un día, y servirá de regla de conducta a los que
vendrán después de nosotros. Los primeros Hermanos deberían ser religiosos perfectos
a fin de servir de modelo a los que los seguirán en lo sucesivo.
_____
1
Cf. [Juan Bautista], Biografías de algunos hermanos, pp. 41
– 49
El
espíritu religioso se va debilitando más que aumentando; también, es raro que
los religiosos de un Instituto cualquiera superen el fervor y la virtud de sus
primeros Hermanos. Nuestros futuros Hermanos serán pues, lo que nosotros somos,
y los ejemplos que les dejaremos serán un límite que será raramente superado.
Motivo muy poderoso para nosotros de trabajar sin descanso en adquirir una
sólida virtud y de vivir como perfectos religiosos, puesto que nuestros
ejemplos deben tener tales resultado”.
A
esta invitación general de relatar lo que se hacía en los inicios del
Instituto, el venerado Padre había añadido una orden formal de escribir todo lo
que ocurría entonces de notable. Además, en varias ocasiones, él me había dicho: Usted, mi querido hermano que
tiene una memoria fiel, usted debería escribir lo que nosotros hacemos y lo que
decimos hoy; yo le encargo tomar nota de todo lo que puede edificar a los
hermanos o serviles de ejemplo más tarde.
La fiesta de Navidad de 1837 fue
un día de los más hermosos; el tiempo era agradable; hizo un sol magnifico, lo
que permitió a la comunidad dirigir su paseo de después de la comida sobre la
pendiente de la montaña de Pila.
El
venerado Padre que acompañaba a los Hermanos me recordó por última vez que yo
era encargado de escribir los acontecimientos que podían importar a la gloria de Dios y al bien de los Hermanos.
“Como buen cronista, añadía él riendo, anote que la fiesta de Navidad de este
año ha estado favorecida con un tiempo magnifico y que ni un solo miembro de la Comunidad ha
faltado a la misa de media noche, aún los enfermos han podido asistir a causa
de la suavidad de la temperatura”.
Yo confieso francamente que no
había nunca tomado esta orden en serio y que no había comprendido la misión que
me había sido confiada; jamás me había venido la idea de que yo debiese ocuparme
de semejantes cosas; tampoco había yo
tomado ninguna nota durante la vida del venerado Padre; aún después de su muerte, yo no pensaba todavía
en ello, y no es más que después de
haber recibido una orden formal que yo me he ocupado de esto.
El
R. P. Maîtrepierre en una visita que hizo al Hermitage dieciocho meses después
de la muerte de P. Champagnat, dijo al
R. H. Francisco superior, en presencia de sus Asistentes, que el R. P. Colín le
había encargado de decirle recoger sin tardar notas sobre el Padre Champagnat.
Al hacer la observación el R. H. Francisco de que sus ocupaciones y sus dolores
de cabeza casi no le permitían ocuparse
de este trabajo, yo fui encargado del mismo
personalmente. Desde ese día, yo me puse a trabajar, con la idea de recoger
materiales documentos; el resto se dio en seguida circunstancialmente y no sé
cómo; pero yo tendía a decir y hacer conocer a todos mis hermanos que
entregándome a este trabajo, yo hacia un acto de obediencia y que yo cumplía
una misión que me habías sido confiada
por nuestro Padre fundador1.
Así
pues, nada parece haber sido escrito durante la vida del P. Champagnat a guisa
de crónica o de historia del Instituto. En cuanto a la manera como cumplió la
misión que le había sido confiada, el hno. Juan Bautista da idea de esto en el
prefacio de la obra que será el fruto de sus investigaciones, a saber su Vida
de M. Champagnat. Se citará más abajo2 la descripción que él allí da de las fuentes que utilizó.
______
1[JUAN BAUTISTA] Biografías de Algunos Hermanos, pp. XVIII-XXI.
2 Cf. Infra,
pp. 764-765
Señalemos solamente aquí que la primera de esas fuentes
fue constituida por las notas escritas entregadas por los hermanos. Este
material documental de primera mano ha desaparecido desgraciadamente después de
haber sido utilizado. Una sola de esas notas parece haber sobrevivido. Es la
reseña sobre el P. Champagnat del Hno. Lorenzo. Se le encontrará editada en
seguida (doc. 167 (756)).
Sobre
las etapas ulteriores del trabajo histórico en el seno del Instituto de los
hermanos, se ha informado al menos de una manera general por el P. Mayet, que
seguía con interés la investigaciones realizadas en las diferentes ramas de la Sociedad
de María. Alrededor de 1842, hablando de los Hermanos Maristas, él anotaba al
margen de una página de las Memorias:
“Su historia debe encontrarse en las memorias que hacen los hermanos según las
opiniones del P. Maîtrepierre”3.Dos años más tarde, la misma
opinión: “Yo no hablo de los Hermanos Maristas, puesto que el P. Maîtrepierre
me ha dicho que ellos escriben memorias detalladas4. Y todavía el
mismo año: “Yo no he anotado nada o casi nada
sobre el P. Champagnat porque yo sé que los Hermanos Maristas escriben
su vida”. (doc. 159 (611), §1).
Esas
“memorias” o esta vida del P. Champagnat de la que el P. Mayet ha escuchado
hablar, él la va a ver con sus propios
ojos en 1847, con ocasión de una estancia que
efectuará al Hermitage del 19 al 25 de marzo5. Tres alusiones
hechas por él en esta visita, nos
informan sobre el estado del trabajo en esta época.
Ç
_____
3 Doc. 157 (537),b
4. mayet 5,4.
5 Cf. NP 3, 255b-260b.
En sus Notas personales, en primer lugar, poco
después de su regreso a Lyon ,escribe:
La
lectura de la vida del P. Champagnat me ha parecido la vida de un padre del desierto: Yo allí
encontré rasgos soberbios de desprecio del mundo, y de hechos que no son de
este siglo1.
Poco
tiempo después, al margen del doc. 159(611) él anota:
El hermano J(ua)n Bautista uno de
los primeros hermanos directores maristas, me ha contado el hecho siguiente
sobre M. Champagnat en 1847, en una época en que yo lo acosaba para recoger
materiales sobre su fundador.
[Sigue
la narración del hecho maravilloso de la flama saliendo del pecho de
Marcelino niño; cf. JUAN BAUTISTA, t.1., p.4].
Los
Hermanos Maristas del Hermitage son
poseedores de memorias que contienen rasgos admirables de M. Champagnat2.
Finalmente,
algunos años más tarde, al principio de una reseña sobre el P. Champagnat
que se puede fechar entre 1853 - 543, el P. Mayet
escribe:
No diremos más que algunas palabras sobre ese
venerado padre. Los Hermanos Marista, cuya casa madre está en Nuestra Señora del Hermitage cerca de St.
Chamond (Loire), poseen magníficos materiales sobre la vida de este hombre
admirable y se proponen, después de
haberlos dispuesto convenientemente, publicarlos con alguna extensión. Los
cuadernos voluminosos que contienen esos edificantes detalles nos han sido
prestados durante algunos días por eso buenos hermanos…
No
es dudoso que este último detalle se refiera a la estancia hecha por el P. Mayet al Hermitage
en 1847, como resulta de múltiples
afinidades entre el texto de las Notas personales y el de esta reseña.
De los
tres testimonios citados ahora,
relativos a esa estancia, se pueden sacar ciertas conclusiones sobre el punto
en que se encontraba, en la primavera de 1847, el trabajo histórico realizado
con los Hermanos Maristas. El material reunido debía ser ya bastante
considerable puesto que llenaba
voluminosos cuadernos. Por otra parte, es claro que no se estaba simplemente es
presencia de legajos de notas. Debía
haber ya algo redactado,
susceptible de ser leído a continuación y constituyendo la sustancia de una
Vida del P. Champagnat. Por otra parte, el P. Mayet deja entender claramente que la obra destinada a
la impresión está aún por hacerse. Se trata de materiales magníficos que
necesitan ser dis-
_____
1 NP 3, 257b – 258b
2 MAYET 5, 248 m.
3 MAYET, VBI, pp. 51 – 61. La
datación aproximada se apoya sobre una alusión hecha por el P. Mayet a los
cuarenta mil niños enseñados por los Hermanos Maristas, lo que nos sitúa a los
alrededores de 1854. En todo caso, esta reseña es anterior al otoño de 1854,
fecha de la entrega del volumen al P. Favre (cf. pp. 23 – 24).
puestos
convenientemente. Y el trabajo de investigación de suyo no debe estar terminado
puesto que el P. Mayet incita al Hno. Juan Bautista a proseguirlo, lo que, por
otra parte, este último hará, ya que se
le ve aún investigar a los alrededores de 18521. Por lo mismo está
confirmado el papel determinante jugado por el Hno. Juan Bautista en todo este
trabajo histórico. Independientemente de que el P. Mayet hable frecuentemente de una obra colectiva, está
claro que un hombre está al frente de
este trabajo.
A
pesar de todo, el anonimato es la regla, y en 1854, preparando la lista de las
obras redactadas hasta allí por los
Maristas, el P. Mayet se limitará a mencionar: “Vida del P. Champagnat
por los Hermanos Maristas. Manuscrito”.2
No se sabe si entre tanto, el analista se había resignado sobre la progresión
del trabajo operado en el Hermitage, y se mejoraría sin duda el alcance del
texto al deducir que en 1854 esta Vida del P. Champagnat estaba ya terminada.
Lo
cierto es que en 1856 el fruto de ese largo trabajo apareció en dos volúmenes
con Perisse bajo el título: Vida de
José Benito Marcelino Champagnat, sacerdote fundador de la sociedad de los pequeños
hermanitos de María. Por uno de sus primeros discípulos. Extractos de
esta obra formarán en seguida el doc. 757.Para más detalles sobre el libro en
cuestión, se podrá referir a la introducción de este documento. En cuanto a las
otras publicaciones del Hno. Juan Bautista,
estarán, sea por su fecha, o por su tema, fuera del límite del presente
volumen, y no se cree necesario hacer
mención aquí³.
_____
1
Cf. doc. 757, §54, y nota en este sitio.
2
Cf. MAYET 10, 244.
3
Una sola de estas obras tiene un carácter histórico. Es una
colección de noticias publicado en Lyon en 1868 en la casa Nicolle y Guichard,
bajo el título: Biografías de algunos
hermanos que se han distinguido por sus virtudes y el amor de su vocación.
166
(754)
c.
1830. – NOTAS DEL P. BOURDIN SOBRE LOS ORÍGENES DE LOS HERMANOS MARISTAS (1815
– 1826): Encuentro de M. Champagnat con Juan María Granjon; compra de la casa
de la Valla; apertura de la escuela de
los hermanos; la visita decisiva al niño moribundo; fundación de Marlhes y de
Saint – Sauveur; despido del Hno. Juan María; carta amenazante del Sr. Bochard;
reunión del comité cantonal; visitas del P. Champagnat a los SS. Dervieux,
Courbon, Bochard; calma momentánea; El Sr. Bochar quiere imponer la unión de
los hermanos con los suyos; llegada de
Monsr. De Pins; su entrevista con el P. Champagnat; permisos concedidos;
llegada del Sr. Courveille; construcción del Hermitage; retiro del Sr.
Courveille; hechos diversos. Según el
autógrafo descrito en seguida, AFM, casillero 2, expediente 2.
I-
EL LOTE BOURDIN DE LOS AFM. En los archivos generales de los Hermanos Maristas
(casillero 2, expediene2) están conservadas actualmente bajo el título general Notas del P. Bourdin cuatro piezas de
las cuales damos aquí la descripción:
A:
Dos hojas de papel sin raya, ligeramente beige, dobladas cada una en dos
pliegos de 180 x 130 mm. Formando ocho páginas de las que las cuatro primeras
llevan escritas a mano por el Sr. Bourdin, las notas que serán editadas en
seguida. Las hojas 3 y 4 están unidas entre ellas por enmedio.
B:
Una hoja de 198 x 145mm. Llevando arriba del anverso un dibujo bastante mal
hecho representando la casa del Hermitage con la pequeña capilla de 1825 –
1835, después sobre el resto del anverso y todo el reverso, el inicio de una
oración dedicada “A Nuestra Señora del Hermitage”, caligrafiada por el Sr. Bourdin y que se termina repentinamente
en las palabras ellos os. El contenido del texto indica que esta
oración estaba destinada a servir de preámbulo
a la vida de algunos hermanos marista.
C: Una serie de tres cuadernos de
210 x 135 mm. en pasta amarilla y de papel muy corriente llevando
respectivamente las menciones: “R. P. Bourdin, n 1, 2, 3”.El primero y el
segundo comprenden cada uno diez pliegos y el tercero trece. Esos tres
cuadernos, que forman moralmente un conjunto, contienen la trascripción por
medio de una escritura bastante fina de los elementos siguientes:
-
El texto de A, reducido,
interpretado o glosado muy libremente. (pp. 1 – 5)
-
El texto de B, con excepción de
las dos últimas palabras. (pp. 6 -8);
-
Sigue un título así concebido: Discurso preliminar a nuestros muy
honorables hermanos en Jesús, María, Sn. José, y el inicio del discurso
anunciado. En la décimotercera línea, en
las primeras palabras de la cita evangélica: “Ánimo, servidor bueno y fiel,
puesto que tú has sido fiel”, Vienen en seguida de una manera absolutamente
incoherente las palabras: “Amable refugio de los pecadores y consuelo de los
afligidos”, seguidas del final de una oración dedicada a la Santísima Virgen
firmando: J(uan) A(ntonio) B(ourdin);
_Viene
en seguida el título Recuerdos de
algunos religiosos marista por un P. de la misma Sociedad, una
inscripción: “ Ecce elongavi fugiens et mansi in solitudine. Yo he huido del
mundo y yo me he establecido en la soledad. Sal. LIV. 1830”; finalmente un
subtítulo: “Dedicación de este opúsculo
a Nuestra señora del Hermitage”. Sigue el principio de la consagración
anunciada. En la vigésima séptima línea,
en las palabras: “nuestra señal de reunión será tu corazón” continúa el fin de
la cita evangélica interrumpida dos páginas más arriba: “en las pequeñas cosas,
entren en la paz de su Señor” y al fin del discurso a los muy honorables
hermanos en Jesús, María, Sn. José. Si se observa que la consagración
interrumpida se continúa de una manera
completamente normal en el final de la oración encontrada dos páginas
más arriba, no se podrá dudar un instante que el copista ha invertido simple y
sencillamente dos hojas, mezclado así el texto de la consagración y el del
discurso preliminar. Así reconstruida, esta consagración presenta elementos
comunes con B. Uno de los textos estaba claramente destinado a reemplazar al
otro. El más largo (B) parece más reciente. En cuanto al discurso preliminar,
anuncia a los hermanos la biografía de dos cohermanos fallecidos recientemente.
Continúa inmediatamente con esas dos biografías intituladas respectivamente: Dervieux, Juan Bautista, llamado hermano
Gébuin, fallecido el 6 de mayo de 1829 de edad alrededor de los 17 años (pp. 15
– 20 del primer cuaderno y 1 – 11 del segundo) y Jean Cholleton, llamado
hermano Juan, fallecido el 29 de julio de 1829 a la edad de cerca de los 17 años (pp. 11 – 20 del
segundo cuaderno y 1 – 21 del tercero).
D:
Una libreta de hojas cuadriculadas que
comprende cincuenta y seis hojas de 170 x 100 mm. recubiertas con un
forro amarillo sobre el que figuran la palabra P. Bourdin y anotaciones recientes del Hno. Jules-Victorin, anterior archivista de los
Hermanos Maristas. Esta libreta contiene la trascripción de los elementos
siguientes:
-
El texto de A (pp. 1- 8) con las mismas supresiones, glosas e
interpretaciones que en C, pero por tanto con algunas variantes acordes con A.
Como C es fiel a A sobre ciertos puntos
en los que D se aparta , se es llevado a pensar positivamente que C y D
dependen el uno y el otro de un arquetipo en el cual A hubiera sido explicado
la primera vez y que hubiera sido transcrito
con inevitables errores por C y D;
-
Un prefacio del autor (pp. 9 –
11) del que presentamos el texto
completo:
La
Historia que ofrecemos al público es aún
más interesante debido a que ella está próxima a nuestros días y está
fundamentada en la relación de testigos contemporáneos que han tomado ellos
mismos gran parte en la fundación de la Sociedad de María. Aunque la Divina
Providencia haya permitido que nos hubiéramos unido en buena hora en esta
congregación, que no parece haber nacido en este siglo más que para compensar
un poco a la Iglesia de Francia de la pérdida irreparable de la Compañía de
Jesús, si lo que se debe desear más en un historiador es decir la verdad, tranquilamente esta obra
satisfará a los que la lean. El deseo de serles útil y sobre todo, el empeño de manifestar
las grandes maravillas con las que Dios
ha favorece a los que no ambicionan más que su gloria y la salvación de sus
hermanos nos han hecho afrontar los obstáculos donde fracasan la mayor parte de
los que se meten a escribir. Nosotros quisiéramos que alguno nos hubiera
aventajado en esta empresa; nuestra pluma se hubiera condenado al silencio o
bien se hubiera mostrado más digna de los lectores. Nosotros referimos los
hechos tal como han ocurrido, según el orden de los tiempos, y no callamos ciertas circunstancias que, a primera vista,
podrían lanzar alguna sombra sobre nuestra compañía, sino que al contrario, le
prestan el carácter particular de las obras de religión que ordinariamente son
atacadas en su principio y que no se acrecientan y echan profundas raíces más que para su resistencia y su
triunfo ante las tormentas. Posiblemente entraremos en algunos detalles que se
considerarán minucias; que se recuerde
bien aquí que, en las pequeñas cosas ess donde se ve claramente el dedo de
Dios, todo se engrandece a los ojos de la fe y se establece una escuela donde
el espíritu y el corazón dispuestos pueden recibir saludables impresiones.
Dichosos si nosotros conseguimos este fin; es lo más noble que nos pudiéramos proponer. Esta recompensa
estaría por encima de nuestros trabajos y de nuestra espera.
Es
claro que este texto, a diferencia de las dedicatorias y discursos preliminares
ya narrados no está destinado a introducir la biografía de los dos hermanos
Gebuin y Juan sino una verdadera
historia de la Sociedad de María. El autor, cuya juventud y la vanidad ingenua
se expone sin maquillaje en ese pomposo comienzo, se ve ya entregando al
público la historia de su sociedad. Sobre la época en la que él escribe, una
indicación decisiva es dada por su alusión a la “pérdida irreparable de la
Compañía de Jesús que acaba de hacer la Iglesia de Francia. Si los Jesuitas han
sido varias veces maltratados en Francia en el siglo XIX, no hubo
verdaderamente más que una época donde se pudo considerar su ruina como
consumada: Es el año 1830–31. Es significativo citar aquí lo que escribió a
propósito de este año trágico el historiador oficial de la Compañía en Francia
en el S. XIX, el P. Burnichon: “De la Sociedad, objeto de tantos temores
quiméricos, y de tantas violencias demasiado reales, no quedaba sobre el suelo
francés más que algunos individuos dispersos aquí y allá y forzados a
esconderse para escapar a los peores tratos. Se podía creer que con eso se
había acabado con ella; no hubiera hecho
más que una aparición en el mundo moderno donde su presencia era un
anacronismo; entraba a la tumba, y para
no salir más de ella”1. Estas líneas, que traducen bien la impresión
que tuvieron entonces los contempo-
___________
1 Cf.
BURNICHON , t. 2, p. 2.
Ráneos ,
indicando el verdadero Sitz im Leben
de este prefacio del S. Bourdin y constituyen por ello un serio elemento de
datación;
-
después de este prefacio la
libreta D presenta sucesivamente una copia de B (pp. 9-13) idéntica a la que
figura en C, el discurso preliminar y la dedicación a nuestra Señora del
Hermitage (pp. 13 – 26) entremezclados exactamente como en C, y finalmente las
biografías de los dos hermanos (pp. 26 – 111)
¿Qué
se han hecho después de su trascripción las diferentes piezas que no
figuran hoy más que en las copias C y D?
no se sabría decir. Probablemente el copista juzgó superfluo conservar después
de su trabajo los originales poco presentables. Posiblemente estas últimas,
perdidas fortuitamente, duermen en alguna caja donde la casualidad permitirá
encontrarlos. Su ausencia hace más difícil darse una idea del estado en el cual
se encontraba el lote al momento en que fue ejecutada la copia. No obstante, un
punto parece claro. El discurso preliminar y la dedicación a nuestra Señora del
Hermitage se encontraban en una de las hojas separadas puesto que ellas fueron
alteradas después de la copia. Por otra parte, la hoja B ha sido claramente
cortada de una hoja doble de un cuaderno. Parece pues que ese lote se
presentaba al momento de la copia, como un conjunto de hojas sueltas,
arrancadas sin duda de un cuaderno.
Sobre
la fecha de esta copia no se posee casi otro elemento que la presencia, a la
vuelta del forro de D de una nota de octubre de 1893. El trabajo pues debía
estar terminado en ese momento, pero
podía ser de varios años antes.
En
cuanto a las fechas de redacción de los diferentes textos que constituyen el
lote, parecen todos comprendidos
entre 1828, y noviembre
de 1831, límites extremos de la
Permanencia
del S. Bourdin en el Hermitage1. Las dos biografías de hermanos se
remontan ciertamente al año de 1830, como resulta a la vez de la fecha escrita
inmediatamente después de la inscripción sobre las dos copias C y D, y del
contenido del texto, donde se hace alusión a la pérdida aún reciente de esos
dos religiosos fallecidos ambos en 1829. Se ha visto que el prefacio del autor puede, también ser fechado por crítica interna del
año 1830 o en rigor 1831. La oración dedicada a Nuestra Señora del Hermitage
(B) no podría en todo caso, fecharse después de 1835, de acuerdo con el dibujo
con el que está adornada, dibujo que
representa la casa tal como estaba antes de las profundas transformaciones de
este año. Por otra parte, es claro que
se relaciona literalmente al Prefacio del autor y a la dedicación de la
biografía de los dos hermanos, lo que lleva a situarla ella también hacia 1830.
En
cuanto al texto A, se está fuertemente invitando a situarlo igualmente en la
misma época por tres razones convergentes: 1) el papel sobre el que está
trazado es del tipo utilizado bajo la Restauración, tipo que desaparecerá
rápidamente después. 2) El texto no menciona ningún hecho posterior a 1829. 3)
Esas notas parecen corresponder a las investigaciones hechas a los testigos
contemporáneos anunciadas por el Prefacio
del autor de 1830 y que el S. Bourdin no estará más en condiciones de
operar tan fácilmente después de noviembre de 1831. Parece pues que los textos
de ese pequeño lote Bourdin se remontan a la época en que este último estaba en
el Hermitage y se ejercitaba en su carrera de historiador tomando como objeto
el mismo Instituto donde vivía.
Una
vez examinado en su estado actual ese lote tan reducido, quedaría por abordar
la pregunta de su historia. Un punto al menos parece seguro: las hojas de las
cuales se acaba
_____
1 cf.
docc. 185, §4; 237; 100 (239), § 2.
de hablar fueron recogidas por el Hno. Eubert,
después de la muerte del P. Bourdin, en el cuarto que este último había ocupado
con su hermano en Chasselay 1. Para pronunciarse sobre su estado
anterior, sería preciso haber resuelto un conjunto de preguntas bastante
complejas que se limitará a mencionar
aquí: 1) ¿El P. Bourdin ha redactado , en una época cualquiera de su vida una
vida del P. Champagnat o, lo que viene a ser lo mismo, una historia de los
inicios del Instituto de los Pequeños Hermanitos de María2? 2)
¿Cuáles fueron el fin, la naturaleza y los resultados de una búsqueda operada
en el Chasselay por uno o varios padres maristas, en el apartamento del P.
Bourdin, poco después de la muerte de este último?3 3) ¿Estando dada
la respuesta anunciada a las dos preguntas precedentes es probable considerar
que el pequeño lote Bourdin actualmente conservado en los AFM represente el
residuo del estudio más voluminoso redactado por este autor, estudio del cual
la mayor parte hubiera sido sustraída de la búsqueda operada por él o los
padres maristas mencionados ahora? La solución de esos diferentes puntos es de
un verdadero interés para la historia de
la historiografía marista, pero el problema desborda con mucho el caso del
documento que se edita aquí. El sentido de esta pieza, que se remonta al inicio
de la vida marista del P. Bourdin, no podría ser modificado por la existencia o
la inexistencia de trabajos posteriores del mismo autor y las transformaciones
que ellos han podido sufrir.
_____
1
Cf. AVIT, cuaderno 1, p. 61. El P. Bourdin murió el 12 de
diciembre de 1883 en Sainte –Foy – lès – Lyon con las Hermanas Maristas, de las
que era capellán. Pero es en Chasselay con su hermano Francisco, que parece haber dejado la mayor parte de sus
papeles después de la estancia prolongada que allí hizo en 1870 –1871 y que
significó el fin de su vida activa. Sobre esta estancia, cf. carta a su hermano
del 11 de diciembre de 1871, arch. Privados. Durand
2
El hecho es afirmado por AVIT, cuaderno 1, p. 61 y por una nota aparecida en la
parte posterior del forro de D. Las razones de dudar vendrían por una parte de
que esos testimonios no emanan de personas que hayan visto el manuscrito del P.
Bourdin, sino que se apoyan en declaraciones de este último no muy seguras y
por otra parte, al hecho de que la redacción de la obra en cuestión no
solamente no está testificada en ninguna parte a lo largo de la vida del P.
Boudin, sino que aparece poco probable y difícil de situar en el tiempo y en el
espacio. Entre los testimonios muy indirectos y una simple convergencia de índices contrarios, parece muy
difícil de pronunciarse con una absoluta
certeza en el estado actual de la documentación.
3
Sobre lo que pasó en Chasselay, con relación a los papeles
del P. Bourdin ver en los AFM, AVIT, loc.cit; en los APM. Cartas del S.
Francisque Bourdin (al P. Nicolet) en fecha de los 16 y 22 de abril de 1885.
Finalmente los documentos maristas aún conservados en Chasselay con el Sr.
Durand, cuya mujer es una sobrina segunda de Francisque Bourdin, permiten
también sacar algunas conclusiones relativas a la búsqueda de 1885.
No
se cree pues indispensable instaurar aquí la discusión necesariamente larga de
una cuestión histórica tan delicada, y se procede sin más tardar al estudio de
la pieza misma que va a ser presentada al lector1.
I
I. EL TEXTO A EDITADO EN SEGUIDA. Las diferentes piezas conservadas hoy en los
AFM en el legajo Bourdin, examinado ahora, no merecería figurar completamente
en la presente edición. Las dos biografías de los hermanos pertenecen en efecto
a un género particularmente edificante y
con toda seguridad, se refieren únicamente a la historia interior de la
rama de los hermanos, que esta obra no pretende documentar. En cuanto a las oraciones
dedicadas no aportan ningún elemento histórico. Sólo el breve Prefacio del autor lo contienen, al
menos implícitamente, pero él ha sido ya reproducido anteriormente.
Se limitará pues aquí a editar tan
escrupulosamente como sea posible según el original, el texto A, el cual
esboza bajo forma de notas rápidas la historia del Instituto desde 1816 hasta
después de la partida del Sr. Courveille. Simple vademécum plenamente inteligible sólo para aquél que lo había trazado, este
texto no ofrece frecuentemente al lector ningún sentido ordenado. Además el
primer copista ha creído conveniente dejar los pasajes más oscuros y tratar
bastante libremente los otros. No podría tratarse aquí de seguir sus huellas,
pero una vez reproducido el texto
fielmente, se le ha acompañado dentro de lo posible, con numerosas notas , buscando dar toda su oportunidad a los
jirones de frases y señalando más o menos con su crecido grado de probabilidad las hipótesis que
podían ayudar a su comprensión.
Sobre la fecha de este texto no se va a regresar
aquí. Lo que se ha visto anteriormente inclina fuertemente a situarlo antes de
1831 con las otras piezas del lote y no queda sino precisar más el género literario y las
fuentes de este curioso documento.
Anunciando
en su Prefacio del autor que él
quería basar su obra “sobre la relación de testigos contemporáneos que han
tomado ellos mismos gran parte en la fundación de la Sociedad de María”, el S. Bourdin había debido ya entregarse a
algunas entrevistas. Esas notas extremadamente rápidas parecen representar bien la puesta por escrito de uno o varios
testimonios recogidos oralmente por el futuro historiador, el cual anota principalmente lo esencial sobre el papel a
fin de no olvidar nada al momento de la redacción. Ahora bien, sin excluir que
varias personas hayan informado aquí al Sr. Bourdin, se debe reconocer que el
testigo principal y posiblemente único había debido ser el Sr. Champagnat
personalmente. Este, en efecto, conocía
mejor que nadie todos los detalles de los orígenes de su instituto, y sería ya
muy probable, a priori, que el Sr. Bourdin
haya acudido a él para lo esencial.
Pero hay más: el examen de esas
notas muestra claramente que ellas se refieren en mayor parte a hechos de los
cuáles sólo el Sr. Champagnat podía hablar. Los diálogos incisivos entre el sr.
Rebod y su vicario, las conversaciones del Sr. Champagnat con las SS. Dervieux,
Courbon, Bochard, no habían tenido otro testigo que los interesados. Más aún,
el detalle de las dificultades del fundador con sus superiores jerárquicos,
particularmente las amenazas de prohibición, no habían sido reveladas ciertamente a los hermanos con
toda su gravedad. El mismo hermano Juan Bautista nos advirtió muy lealmente: “Esas
contradic-
________________________
1
No se puede negar sin embargo que la edición de ese pequeño
texto del Sr. Bourdin proporcionaba una ocasión excelente de afrontar de una
manera objetiva el conjunto de la cuestión. Un estudio había sido redactado en
ese sentido. El Hno. Luis Lorenzo, que había aceptado leer el manuscrito, tuvo
la amabilidad de señalar que según él sabía, existía en los AFM otra narración
del asunto de Chasselay. El estado actual de esos archivos, en instancia de
transferencia a Roma, no permitiendo actuar con oportunidad de éxito la
búsqueda de la pieza en cuestión, se cree más honesto realizar el examen de
conjunto del problema hasta el día en que sea posible utilizar este nuevo
documento.
ciones le
eran tanto más penosas, en cuanto que le venían de un hombre que era su Superior,
y que él estaba obligado a guardarlas en el fondo de su corazón: porque para no
asustar a sus Hermanos y para no desanimarlos, no les hablaba de eso, o no lo
hacía más que de una manera general “(doc. 757, §7). Aun una vez pasado el
peligro, es poco probable que el Sr. Champagnat haya contado todo a sus hijos.
Él que les enseñaba con tanta insistencia “el respeto por el sacerdote y la
sumisión a los Pastores de la Iglesia” y no les permitían ninguna crítica con
respecto a estos últimos1, no se hubiera dejado llevar a evocar ante
ellos las escenas más tensas de ese penoso drama. Al contrario, ante uno de sus
cohermanos en el sacerdocio, el Sr. Champagnat no tenía las mismas razones de
callarse. Él le habrá contado muy
libremente las dificultades pasadas, aún más feliz de hacerlo en cuanto
que él no había podido hasta allí abrirse plenamente más que a pocas gentes.
Por
otra parte, aún fuera de la narración de los altercados del P. Champagnat con
sus cohermanos o el arzobispado, las notas del P. Bourdin no parecen reproducir
los testimonios de los hermanos sino el de su superior. No se encuentra casi
ninguno de esos detalles concretos sobre el género de vida, ninguna de esas
alusiones a las instrucciones de P. Champagnat, ninguno de esos rasgos de admiración
por el fundador que marcarán las narraciones del Hno. Lorenzo y del Hno. Juan
Bautista. Todo aquí parece visto desde bastante alto, a través de la óptica del
que había seguido y guiado toda esta historia.
Se
considerará pues como sumamente probable que esas notas del Sr. Bourdin
representen la puesta por escrito, bajo forma de memorándum, de una o varias
conversaciones en el curso de las cuales el Sr. Champagnat hubiera muy
libremente evocado ante su cohermano los orígenes del Instituto, haciendo revivir
no sin inspiración sin duda, las escenas y discusiones más interesantes.
En
esas condiciones, el valor histórico de esas notas aparece considerable. Por
supuesto que no se podrían hacer demasiadas reservas sobre el trabajo del P.
Bourdin como escritor. Aún, sin hacer alusión a su biografía del P. Chanel, con
mucho, posterior, el texto de las dos pequeñas biografías de los hermanos
Gébuin y Juan indica suficientemente de qué manera habían sido acomodados los
detalles aquí reunidos si ese joven profesor de retórica hubiera sacado la historia que él
proyectaba. Por suerte, sea lo que sea, de las redacciones a los que él se
entregó más tarde, sus notas nos llegan en toda su abrupta fidelidad. El Sr.
Bourdin no es autor de ellas, pero casi
taquígrafo. Esto no excluye de ningún modo la posibilidad de errores de
interpretación de su parte y por otro lado, toda reserva debe ser hecha sobre
su cronología, que produce por otra parte, sin duda, la libertad de una
conversación en el curso de la cual no vacila en regresar sobre un hecho
anterior olvidado o mal precisado.
No
podría pues tratarse de tomar como palabra de evangelio o fuente principal de
una historia de los orígenes de los Hermanos Maristas esas notas frecuentemente
elípticas y obscuras. Parece claro, no obstante, que el S. Bourdin aporte
en numerosos casos elementos de datación o de localización y de detalles desconocidos hasta allí que son aún
menos sospechosos puesto que ellos emanan del mismo P. Champagnat. Más aún,
parece que sobre dos puntos importantes al menos, la óptica del Hno. Juan
Bautista se ha de modificar muy
profundamente a la luz del texto que se va a leer. Lo que el
S. Bourdin
_____
1
Cf. Juan Bautista, t. 2, pp. 126 – 130.
cuenta sobre la rivalidad de las dos escuelas
en la Valla es demasiado probable históricamente y describe de una manera
viviente para haber sido inventada y para no deber ser preferida a la
narración irénica dada por Juan
Bautista, t.1, pp. 83 – 85.
Así mismo, lo que este último contará sobre las
dificultades del Sr: Champagnat con el Sr. Bochard queda muy general y poco
satisfactorio. Sabiendo la importancia del asunto, el primer biógrafo se
extiende largamente, pero él da la impresión
de repetirse y de carecer de hechos precisos para alimentar su
narración. Ante todo él parece proyectar sobre el conjunto de esas dificultades
la perspectiva que fue solamente la del año 1822–23 , a saber la de una unión
entre la obra de M. Champagnat y la del vicario general, la cual no existe anteriormente.
Sobre este asunto la narración del Sr. Bourdin, a pesar de sus elipses y sus lagunas, parece históricamente
más segura. Él , distingue,en efecto,
tres etapas muy posibles: de las primeras dificultades producidas por el
vicario de la Valla, cuya fundación irrita al comité cantonal; un período de
tregua seguida de una franca explicación y en el curso de la
cual el Sr. Bochard parece mantener con
el Sr. Champagnat para anexarla a sus
propios
planes; finalmente, cuando el mismo vicario general ha puesto la mano en su
fundación, la orden de unir las dos obras. Si ya, en una época en que él no
tenía entre las manos más que la copia de esas notas Bourdin, el Hno. Luis
Lorenzo había creído poderlas utilizar sobre este punto de preferencia a la
narración del Hno. Juan Bautista1, no es dudoso que su original no
merece con mayor razón el trato de favor.
Pero es tiempo de dejar al lector
tomar él mismo contacto con este documento del cual apreciará a la vez el valor
y las dificultades. Que quiera recordar de que las interpretaciones
sugeridas en nota no tienen frecuentemente más que un valorar hipotético, y que
él mismo aporte, si piensa poder hacerlo, su contribución siempre deseada a la
comprensión de un texto tan excitante para curiosidad del historiador.
J. M. J.
[1] En Lavalla.- Rama prevista desde
hacía mucho tiempo por el Sr. Ch(ampagnat)2 , después confiada a él
en el seminario mayor3 – iniciada en 1817 – 1er dom(ingo)
de octubre4 h(ermano) J(ua)n María
_____
1
Cf. Luis- Lorenzo, Contribución,
pp. 601 – 602.
2
Sobre los proyectos de fundación de M. Champagnat anteriormente a su venida al
seminario mayor, cf. docc. 164 (752), § 53; 755.
3
Cf. doc. 152 (416), §1; 757, §2.
4
Según lo que precede, parecería tratarse aquí a primera vista de octubre de
1817. En realidad, es claro que el Sr. Bourdin piensa aquí en octubre de 1816.
Después de haber anotado el año oficial de la fundación 1817, se remonta hacia
atrás hasta la primera gestión realizada por M. Champagnat para la realización
de su proyecto, a saber, su conversación con Juan María Granjon. Este episodio
será contado más en detalle por Juan Bautista t..1 pp. 67 – 68) sin mención de
fechas. Pero no hay ninguna razón para poner en
duda la que es dada aquí. El primer domingo de octubre,siendo entonces
la solemnidad del Rosario, el hecho que esta plática decisiva haya tenido lugar
en una fiesta de la Santísima Virgen, debía grabarse espontáneamente en la
memoria del Sr. Champagnat. La fecha del 6 de octubre de 1816 parece pues poder
ser retenida como la del primer paso dado
por este último para la fundación del Instituto del que había concebido la idea él.
-
muy sensato – en la iglesia!
¡ah! Si1 – vino a buscar a un
enfermo a la ribera2 – allí él tuvo conocimiento.- [2]Comprada una
casa a su cura para no disgustarlo, para poner allí un maestro3 – él
no quiere, teme no permanecer, porque 10
años allí como cura4 … P. Ch(ampagnat) no le comunica todo, él
quiere experimentar la cosa, teniendo su misión5…
______
6 Compré pr Compró [?]
_________
1 Se tiene posiblemente aquí la
respuesta del joven a la proposición hecha por el Sr. Champagnat de venir a
quedarse cerca de la Iglesia (cf. JUAN BAUTISTA ,
t.1, p. 68).
2
El nombre de este caserío, situado a más o menos un kilómetro y medio de la
Valla y a la altura del cual ha sido construida después la primera presa que alimenta
Sain –Chamond, no será mencionado por JUAN BAUTISTA.
3
La expresión comprar a es
ambigua en francés. Se puede comprar un par de zapatos al vendedor de zapatos y se puede comprar un par de
zapatos a su hijo, es decir para él. Aquí es más bien la segunda significación
que parece deberá ser retenida. Deseoso de procurar un local a sus postulantes,
el Sr. Champagnat hubiera propuesto al cura de comprarle o de ayudarle a
comprar una casa destinada a alojar un maestro eventual. Por otra parte,
estando dado el carácter fuertemente elíptico de estas notas, no se puede
excluir que las palabras a su cura estén separadas del verbo comprar. El sentido podría ser
entonces: [deseoso de comprar una casa
[ él dice] a su cura para no molestarlo [ que
era para poner allí un instructor. De todas formas, es preciso
excluir que el Sr. Champagnat haya comprado una casa que hubiera pertenecido a
su cura. Los doc. 16(57) y 17 (58) establecen claramente que la casa de la
Valla fue comprada a un cierto Bonner, y la continuación del texto así como el
doc 748, § 3, muestra que el cura intervino en la historia como eventual
adquiridor o comprador de una casa, no como vendedor.
4 En 1817,
el Sr. Rebod era párroco de la Valla desde hacía cinco años, habiendo sido
nombrado para ese cargo el 5 de febrero de 1812 (cf. AAL, reg. pers. 1 ). De
edad de treinta y nueve años podía
esperar aún ser transferido a un curato más importante y no quería permanecer
diez años en ese pequeño pueblo de montaña. De hecho, allí permanecerá doce años, será reemplazado
de sus funciones el 24 de mayo de 1824 (cf. doc. 103) y morirá poco después el
27 de enero de 1825 en Saint – Chamond (cf. AAL, reg. Pers.1, necrológico).
5 Dicho de
otra manera, el Sr. Champagnat no da a conocer en seguida que la casa en su
opinión, debe ser la cuna de su obra de hermanos.
[3] El Sr.
Cura no queriendo comprar, el P(adre) la quiere1; el dueño la ha
vendido; va a encontrar al hijo a quien
ella es vendida; este no quiere; el padre quiere porque su hijo lo abandona
porque 2 contratos2 … Cuando
el cura lo supo, quiso hacer retractarse3 t(odos) los santos4 [?]… sacó de sus casillas- P. Ch(ampagnat):
Mi condición de sacerdote no me impide… Usted puede no quererme vicario… pero
por habitar una casa – mientras que en la Valla yo de esto gozaré cuando lejos
usted entonces5 … Después él ayudaba, dinero dado6. –
[4]Maestro de escuela a él adicto, jugador, borracho7. – El
hn(o). J(ua)n María
_____
1
Como en doc. 748, §3, el Sr. Champagnat propone primero a su cura comprar,
después, ante su negación, se decide a comprar por su cuenta.
2 Esas dos últimas líneas son
bastante oscuras. El vendedor había podido vender la casa a su hijo o a un
comprador cualquiera designado aquí como
“el hijo” en razón de la mención que va a ser hecha de su padre. En este último
caso, se podría pensar en la situación siguiente: X (El vendedor) ha vendido la
casa a Y, que desearía establecerse por su cuenta abandonando a su viejo padre
Z. El Sr. Champagnat quiere comprar la casa a Y, quien se niega, pero Z,
aprovechando la ocasión de hacer anular una compra que lo llevaba al abandono,
hace valer los derechos que él tenía aun sobre este inmueble, un doble contrato
habiendo sido pasado que unía a su hijo de alguna manera. Esta no es más que
una hipótesis frágil, pero la más plausible al menos que se pueda sacar de ese
texto hermético. Él estaría seguramente tentado de identificar los dos
contratos de los cuales se trata aquí con los doc. 16 (57) y 17 (58), cuya
existencia presenta, se le ha visto, un real problema. Pero sería preciso
entonces alejarse considerablemente del texto, siendo los dos contratos evocados aquí como el motivo que empujaba al
padre a vender al Sr. Champagnat y no
como la consecuencia de los tratos complejos sobre venidos entre el
padre, el hijo y el vicario de la Valla.
3
La intervención del cura parece situarse después que el Sr. Champagnat ha
logrado finalmente entenderse con el o los propietarios. Es a su vicario a
quien el S. Rebod quiere hacer desdecir.
4
Término de lectura muy incierto. Si es preciso leer de todos los santos,se trata sin duda de la fiesta de Todos los
Santos de 1816. El Sr. Champagnat hubiera también considerado comprar una casa
tres semanas más o menos después de su encuentro con Juan María Granjon.
5
El Sr. Champagnat reivindica allí energéticamente su derecho a adquirir un
inmueble y a habitarlo. El Sr. Rebod se
hubiera quejado menos una vez que su vicario hubiera sido desplazado y
él disfrutara de la casa .
6 Alusión hecha, parece ser, a un cierto alivio
del cura, el cual habría dado algún dinero a la obra.
7
En 1807 funcionaban en la Valla una escuela de varones y una escuela de niñas
(Cf. Zind, cartas 4 y 5). Sobre la situación a la llegada del Sr. Champagnat en
1816, no se ha informado de una manera directa. Juan Bautista (t.1, p.38) dirá
que los varones no tenían entonces maestro y contará que el Sr. Champagnat, esperando poder confiar la
escuela a sus hermanos, hizo venir un maestro que había estado con los Hermanos
de las Escuelas Cristianas. Después de
un año, fue despedido por irregularidad, y Juan María Granjon habría tomado su
lugar (ibid, pp. 83 – 85). El
Sr. Bourdin parece decir, al contrario, que hubo durante algún tiempo dos
escuelas rivales. El maestro jugador y borracho del que se habla aquí podría
ser un maestro que estaba allí en 1816 del que el Hno. Juan Bautista no hubiera
creído verse obligado a hacer mención y que hubiera sido adicto al cura (cf.
Línea 20). Pero él podría ser también el maestro llamado por el Sr. Champagnat
y afecto a él, que al fin de un año se habría manifestado jugador y borracho.
Lo que hace dudar de adoptar esta segunda hipótesis, es que el Sr. Bourdin
parece hacer intervenir más lejos este ex hermano de las escuelas cristianas.
(cf. Línea 49).
Reunió 2 pequeños pobres, parecen contentos;
todo el mundo quiere dar los suyos; el h(ermano) no se llamaba h(ermano)… El
cura quiere al maestro bo(rracho). El P. Ch(ampagnat) prohíbe al hermano
recibir (h(ermano) exterior, poco instruido, aunque muy prudente), pero de
dirigirse al cura1 … - … Usted es la causa de que este maestro esté
en la calle… Vamos a la escuela y si soy quien los mete allí, usted los echará
fuera; si usted, usted no puede ponerse en contradicción2 … El
maestro se va… el terreno que se domina… [5] El 1er año, hay 3 h(ermanos)3
… Comprado 1 bicher 4 de papas, pobres comen, niños, finalmente
tanto como antes5 … [6] Lo
que necesitaba la urgencia de la obra: niño enfermo
_____
1 Parcece
que el S. champagnat haya prohibido recibir a los niños y sus padres, dando al
hermano responsable la consigna de dirigir
todo el mundo con
el cura a fin
de que éste pudiera controlar el reclutamiento de la escuela.
2 Se tiene
allí el esquema de una plática entre el Sr. Rebod y su vicario. El cura
reprocha al Sr. Champagnat acabar el reclutamiento de la escuela del maestro en
provecho de la suya. El S. Champagnat que ha tenido cuidado, de no admitir a
nadie en su escuela sin el consentimiento
del cura, como se acaba de ver, invita a este último a venir a constatar en el
lugar si él ha recibido clandestinamente otros niños. Si no hay allí ninguno de
ellos, el S. Rebod deberá reconocer la inconsecuencia de sus reproches.
3 Cf. infra, p. 760, nota 5.
4 Más bien
que bicherée (medida de
supericie), sin duda debe leerse aquí bichet
(medida de capacidad) en uso entre los lyoneses).
5 Varias
multiplicaciones de víveres análogos son referidas en los orígenes de las
Hermanas Maristas (cf. doc. 565, §§1, 2,5; 759, §46). El Hno. Juan Bautista no
hará mención de éstas, aunque el tercer capítulo del segundo tomo de su obra
esté en buena parte consagrado a los
efectos maravillosos de la confianza puesta por el P. Champagnat en la Providencia.
Al pie del Pila,necesidad de medios
… sale un instante con el vecino, regresa, muerto, reflexión: cuántos niños
fuera del camino de la salvación … si instruido, sabe arrepentirse, sabe1
… [7] Permanece 9 ½ años vicario2 _ todo el tiempo ha trabajado en
la obra; Marlhes St. Sauveur, 8 establecimientos y 9 con Lavalla3 …
[8] Chantre muerto joven … Es preciso un hombre tal como usted me lo ha descrito. Se tenía dos f.
d. f---4.
[9]
Pobreza: Ustedes vienen aquí: esta casa es nuestra, pero mírenla como no nuestra5;
porque Alforjas6;
allí momentáneamente, si cambiado de vicaría,
estar listo a todo… hermanos entregados, sacrificio hecho, la gracia7
-
[10]
Reglas dadas, a la cual se añadía todos los años8.-
[11] Se envía a Marlhes para el
invierno; uno sabe leer, el otro vix… El cura dice: son santos9 … El Sr. Collon de
Caste, de St. Sauveur, acaba de encontrar al P. Ch(ampagnat)…
________
34 ½ supra lineam 35 p
pr 9
1 Es el episodio bien conocido relatado con más detalles en JUAN
BAUTISTA, t. 1, pp. 68-69. Se notará que allí todavía el S. Bourdin localiza el
episodio, lo que el primer biógrafo del P. Champagnat no hará.
2 No se sabe con precisión cuándo M. Champagnat,
nombrado vicario en la Valla el primero de agosto de 1816 (cf. AAL, estado del
clero 5),fue oficialmente reemplazado en ese puesto. Su última firma en esta
parroquia es del 15 de octubre de 1824, pero la de su sucesor aparece hasta el
20 de marzo de 1825 (cf. arch. Par. De la Valla, reg. de cat.) Mientras que
un recibo del 21 de febrero de 1825 le
da todavía el título de vicario ( cf. AFM, cuaderno Champagnat 3, p. 10). Él no
debió, entonces, ser relevado antes del primer mes de 1825, lo que cuadra bien
con los nueve años y medio de los que habla aquí el S. Bourdin. Cf. también
doc. 757, § 25.
3 Esta
cifra no comprende las fundaciones de Chavanay y Charlieu, hechas en la fiesta
de Todos los Santos de 1824, cuando el S. Champagnat reside ya en el Hermitage.
Sobre las otras, cf. la lista citada en LOUIS LAURENT, Contribución, p. 161.
4 Este §
8, figura encuadrado, en el rincón inferiuor derecho de la primera página. Para
las tres últimas palabras, ha faltado el lugar al S. Bourdin. Parece difícil de
pronunciarse sobre el sentido de este añadido. Posiblemente se trata de un
nuevo diálogo entre el cura y su vicario.
5
Posiblemente sea preciso rectificar en : esta
casa es nuestra, lo que tendría la ventaja de ofrecer a la vez un sentido a la frase y
de corresponder a la realidad, la casa de la Valla, comprada por los SS.
Courveille y Champagnat, perteneciendo realmente al Instituto naciente.
6
Comprende sin duda: porque [mi]
alforja [está lista], lo que la
línea siguiente comenta suficientemente.
7 Puestos
por su fundador ante la eventualidad de deber dejar para seguirlo su pueblo
natal, los hermanos se declaran listos a este sacrificio (cf. doc. 757, § 11).
8 Cf. OM 1, p. 110
9 Sobre
esta fundación de Marlhes en 1819, cf. JUAN BAUTISTA, t. 1, pp. 96-97.
Deme 2
sujetos como los del cura de Marlhes1, el cura ( point sine quo2
) les pregunta:¿Construye él siempre?...el cura de Marlhes los llamaba
hermanos...Se les promete...Se les conduce a la fiesta de Todos los Santos...Se
les llamaba los h(ermanos) de Marlhes y no de la Valla3 , porque el
cura de la Valla...Mr Collon, octogenario, en esto estuvo muy contento...P.
Collon4: es preciso poner en su regla: que jamás ningún hermano coma
con el cura5. En seguida un ex hermano de las Escuelas Cristianas
los forma en la disciplina6.
S. Champagnat
tuvo la idea de aprovechar las buenas disposiciones del periódico para hacerle
incluir una nota que, llamando la atención sobre el Instituto de los hermanos,
abogaría discretamente por la causa de su autorización. Es un hecho , en todo
caso, que en su número del 11 de octubre el periódico publicó la pequeña
nota que viene más abajo, la cual está
bastante bien documentada para no haber sido tomada de buena fuente. Leyéndola,
se tendrá presente en la mente que ella puede representar el resumen de una
documentación más abundante, como la inserción pura y simple de un escrito
proporcionado por los intereses o la publicación retocada de un documento
semejante. El comentario deberá necesariamente tener en cuenta esta incertidumbre. No se puede excluir, en
particular, visto el intervalo de tiempo que separa los dos artículos, que el
arzobispado de Lyon haya sido consultado sobre el tenor del texto,
independientemente de que este último haya sido redactado por el S. Cholleton.
El artículo, en todo caso, es demasiado breve y demasiado general para que el
estilo y las expresiones pudiesen permitir determinar al autor. No sería raro
que Monsr. Pompallier y el S. Champagnat hayan puesto los dos las manos en él.
[1] La
sociedad de los sacerdotes de María1, establecida en las diócesis de
Lyon y de Belley, y de la que hemos hablado en el número del 3 de septiembre,
junta a sus otras buenas obras la dirección de los Hermanos que son miembros de
la mima sociedad, y que tienen las escuelas en el campo. Esta institución ha
comenzado hace más o menos veinte años, en la Valla, cerca de Saint-Chamond,
distrito de Saint-Etienne. Piadosos eclesiásticos, tocados por la ignorancia y
el abandono en que estaban los niños del campo, comenzaron a formar jóvenes
para ejercer la función de maestros2. La
autoridad eclesiántica aprueba su
________
1 Esta
expresión no se encuentra como tal en los documentos anteriores hoy
conservados. Su equivalente italiano se encontraba por tanto en la primera
redacción de una nota del Card. Castracane (cf. OM 1, p. 879, nota 1). En
general, los documenots de la Santa Sede hablaban satisfactoriamente de la
“sociedad” o “Congregación de los Padres” (cf. docc. 359 in fine; 373, § 7; 146 (384), § 5), cuando el S. Colin, por
destacar la unidad de la Sociedad de María, prefería habla de “Padres de la
Sociedad” (cf. doc. 367, § 2, y nota en este lugar). El único aspirante marsita
que, según conocemos, haya utilizado al menos una vez la expresión Congregación de los Padres de María es
Monsr. Pompallier, en la dirección de su carta del 9 de junio anterior, enviada
al S. Colin (doc. 395). Se tendría posiblemente allí un indicio de que el
obispo no fue ajeno a la elaboración del presente texto.
2 Esta idea
de una fundación colectiva de los Pequeños Hermanos de María por piadosas
personas de las que el nombre no es revelado se encontraba en el preámbulo de
los estatutos de los hermanos de enero de 1825 (cf. doc. 34 (130), § 1). Ella
era impuesta, en ese tiempo, por el hecho de que el Instituto tenía entonces
dos cabezas: El S. Courveille y el S.
Champagnat. Aún después del retiro del primero, se conservan expresiones
análogas en el preámbulo de los estatutos de 1828, y parece, hasta 1832 (cf.
AAL, cajón 32 , Fesch-de Pins, órdenes religiosas I, expediente Pequeños Hermanos de María ) En la
redacción de 1834, al contrario, la
iniciativa de la fundación es atribuida explícitamente al S. Champagnat, y se
ha visto que, en su correspondencia con las autoridades, este último no dudaba
en hacer alusión en su caso personal para explicar el origen de su Instituto.
(cf. doc. 755). La vuelta al anonimato en este texto de 1836 se explica sin
duda por la publicidad a la cual el artículo estaba destinado. Como era
necesario que el ministerio supiera que él era el fundador del Instituto, de la
misma manera un sentimiento de modestia podía llevar a éste último a no dejar
revelar su nombre al público. Es así, se sabe, que él actuaba en la vida
ordinaria. (cf. JUAN BAUTISTA, t. 2, pp. 181-182). No se puede pues invocar
esta manera de hablar ni en pro ni en contra de la redacción del texto por el
mismo S. Champatgnat.
celo, y el
Papa Pío VII dirige al superior un breve de animación1.Los Estatutos
de los Hermanos han sido aprobados por el Consejo Real de Instrucción Pública,
como se puede ver en el Manual General
de Instrucción Primaria, número de abril de 18342.
_______
1 Se trata
aquí evidentemente de la carta latina del 9 de marzo de 1822 dirigida al S.
Courveille (doc. 74) y designada muy pronto, aunque impropiamente, con el
nombre de breve (cf. doc. 271, § 3, y sinopsis histórica). El documento no hace
ninguna mención de los hermanos, pero como era conocido en la diócesis de Lyon
gracias a la publicidad que le había dado el S. Courveille (cf. doc. 689, § 7),
se le había rápidamente puesto en relación con la única obra marista que
existió en esa diócesis hasta 1831, la de los hermanos del Hermitage. Es así
que el alcalde de Saint-Chamond pensaba “que hay un breve del Papa depositado
en el arzobispado que autoriza esta asociación” ( cf. doc. 93 (231) , § 9 in fine). Rescatando en el otoño de 1836 esta antigua pieza, el autor
del artículo hacía prueba de mucha habilidad. La aprobación dada el 29 de abril
precedente por la Santa Sede habiendo sido expresamente limitada a la sociedad
de los padres, no se podía aprovechar para los hermanos. Al contrario, la carta
papal de 1822, no haciendo ninguna distinción, podía ser invocada en su favor,
su destinatario, el S. Courveille, que presidía entonces en principio los
destinos de los hermanos y de las hermanas, así como de los padres. No es
sorprendente que durante sus gestiones ante el gobierno, el S. Champagnat no
haya hecho alusión a esta pieza, ya que esta intervención del Papa no
proporcionaba al instituto, los favores de ministros galicanos. Pero en un
artículo destinado al público religioso, era conveniente poder mencionar, ante
la aprobación de los estatutos, por parte del consejo real, un estímulo
pontificio, y se remontará por eso hasta
la famosa carta de Pío VII.
2 El S.
Champagnat había ya hecho alusión a esta aprobación de los estatutos en su
carta de 1835 a la Reina (cf. Circ.
P:F:M:, t.1., p. 193). Semejante aprobación, no obstante, no podía convertirse en ejecutiva más
que por ordenanza real, y es ésta que el S. Champagnat había venido a buscar a
París. (cf. infra, § 3)
[2] Los Hermanos de María van de dos en dos1,
tienen un hábito más o menos parecido al de los Hermanos de las Escuelas
Cristianas. Tienen actualmente una treintena de establecimientos en las
diócesis de Lyon, de Belley, de Grenoble y de Viviers. Su casa madre construida
por ellos está en Nuestra Señora del Hermitage, cerca de Saint-Chamond; allí
está el noviciado. Hay otro en la Côte de Saint_André, diócesis de Grenoble .
Los Hermanos dirigen en Lyon una casa de huérfanos, fundada por una dama
respetable2; hay tres hermanos en ese establecimiento iniciado hace
dos años. Los hermanos son en total alrededor de doscientos. Ellos dan la
instrucción gratuita; pero los ayuntamientos deben hacerles un pago que está
fijado en 400 fr(ancos) por cada hermano.
[3] Es inútil decir que la piedad es el
alma de este instituto. Los hermanos están dirigidos por un sacerdote de la
Sociedad. Siguen más o menos el mismo modo de enseñanza que los Hermanos de las
Escuelas Cristianas, sin desechar los métodos nuevos de los que la experiencia
ha demostrado sus ventajas .Los servicios que ellos han prestado y los que
pueden prestar todavía, merecerían que el gobierno les concediera mediante una
ordenaza, una autorización definitiva.3.
169 (765)
1840. – EL S.
QUERBES PIDE EN 1824 HERMANOS DE LA VALLA: extracto de un borrador autógrafo
del S. Querbes. Según la fotocopia del
original conservado en los arch. Gen. de los Clercs de Saint-Viateur,
317 –B; reproducido en “Documents
Querbes”, t. 3, f. 46
El borrador del que se va a leer en
seguida un extracto contiene dos columnas .La de la izquierda contiene la
minuta de una carta anterior
____________
1 Cf. docc.
28 (108), § 8 ; 169 (765), § 2.
2 Se trata de
la casa deProvidencia del Chemin-Neuf, fundada por la señora Denuzière (cf. OM
1, p. 793, nota 1).
3 Este final
indica bien la verdadera razón de ser del artículo.
De poco a la reunión de los rectores
temporales de la obra de Saint-Viateur el 25 de febrero de 18401. La
de la derecha contiene notas tempranas y muchas veces difíciles de descifrar
que representan el borrador de una alocución claramente contemporánea de la
carta precedente, de la que toma varios puntos.
Allí se hace claramente alusión a
la venta de la casa del Poyet, decidida en esta época2. El discurso
en cuestión es dirigido a un vicario general que va a decidir, a nombre del
arzobispo, sobre el porvenir de la obra de Sain-Viateur. También el fundador
cree necesario exponer el origen de esta obra. Él se remonta para eso a las
necesidades de la parroquia de Vourles en materia de maestros cuando llegó allí
en 1822. Evocando los esfuerzos que él había hecho por responder a esas
necesidades, el P. Querbes menciona entre otras, muy brevemente una gestión
realizada por él poco después para obtener hermanos de la Valla. Ese párrafo
será retomado en un informe dirigido el mismo año al Card. de Bonald del que el extracto que concierne a nuestro
tema formará el documento siguiente. Esos dos textos constituyen la única
atestación que se posee sobre los encuentros del cura de Vourles con la
sociedad de María en esta época.
[1] Después
de haber procurado desde 1823 un año3 a las mujeres [de] la parroquia el beneficio
de una educación cristiana [?] llamando a
las hermanas...era preciso pensar en...pequeños muchachos...para alejar dos
maestros. Era preciso vencer desde entonces las dificultades que encuentran hoy
los pastores cuando ha habido irrupción de su rebaño de alguno de esos maestros
salidos de las escuelas preparatorias donde la religión no ejerce bastante su
influencia salvadora...No se calcula bastante... Del seno de las grandes ciudades
________
1
1823 pr 1822/
a las niñas pr a 3-4 por – maestros
supra lineam.
1 Cf. DocumentosQquerbes, t. 6, f. 33.
2 El editor
de los Documentos Querbes ( t.
3, f, 46v) ha fechado este texto de 1835 sin duda porque él atribuye
la alusión concerniente a la casa del Poyet a la compra y no a la venta de este
establecimiento ( ibid., f. 45). En sí, el texto se puede entender en un
sentido o en otro. En realidad, no es dudoso que la alocución en cuestión, sea contemporánea de la carta a
lado de la cuál ella es trazada y con la cuál ella presenta tantas afinidades
de contenido. La cercanía de ese borrador con el informe al Card. de Bonald,
que data ella también de 1840 o, a más tardar, de inicios de 1841 (cf. doc. 170
(766)), proporciona en este campo una confirmación decisiva.
3 Entienda un año después de mi llegada .El P. Querbes toma posesión del
curato de Vourles el 31 de octubre de 1822 ( cf. ROBERT, p. 123), y las
Hermanas de Saint-Charles abrieron la escuela de Vourles el 14 de noviembre de
1823 (cf. Las Hermanas de
Saint-Charles de Lyon. Anales de la Congregación, p. 202).
se mira con
piedad lo que se llama tormento de las aldeas...Pues bien, allí vienen a romperse las
voluntades...las...Esto no es nada menos que una revolución en una esfera más
estrecha, que es preciso o preparar o conjurar con un arte infinito...[2] Pero
después de haber alejado es preciso reemplazar...Fue en vano que yo me
dirigiera a los Hermanos de la Doc(trina) Cristiana y a la Congr(egación)
entonces naciente de Lavala...Los primeros tres a tres, los segundos dos a
dos...1.
170 (766)
1840-1841.
–EL S. QUERBES PIDE EN 1824 HERMANOS DE LA VALLA: extracto de un informe del P.
Querbes al card. de Bonald Según J:-B. MARTÍN, “Historia de las Iglesias yCcapillas de Lyon” t. 1, p. 331 ; original perdido.
Utilizado en
1908 por el S. Martín, el informe del P. Querbes al card. de Bonald del que se
va a leer en seguida un extracto ha permanecido hasta aquí imposible de hallar tanto en los archivos del
arzobispado de Lyon que en los de los Clérigos de Saint-Viateur. La fecha de
este texto, no es por tanto dudosa, vista la alusión que allí es hecha al S. Pierre Magaud, “hoy diácono en el
seminario de Brou”. Este eclesiástico habiendo sido ordenado diácono el 19 de
julio de 1840, y sacerdote el 18 de julio de 1841, el informe se puede colocar
entre estas dos fechas2. El P. Querbes allí retoma el historial de
los orígenes del instituto , esbozado algunos meses antes, dando sobre su
gestión en la Valla en 1824 una precisión mu e importante para el objeto
___________
1 Se sabe que
una de las originalidades de los Pequeños Hermanos de María en relación a los
Hermanos de las Escuelas Cristianas era considerar
el envío de sujetos en número de dos, mientras que éstos no podían establecerse
en una parroquia más que en número de tres. (cf. docc. 28 (108), §§ 1 y 8; 168
(763) § 2). El S. Querbes por su parte, encontraba que la obligación de ser al
menos dos, privaba aún todas las pequeñas parroquias de la presencia de una
maestro religioso (cf. doc. 170 (766)). Los Clérigos de Saint-Viateur que él
fundará podrán ser enviados de a uno en las parroquias (cf. Documentos Querbes, t. 1, f. 128).
Señalemos por otra parte que, desde 1817, Jean-Marie de Lamennais, el fundador
de los Hermanos de la Instrucción Cristiana de Ploërmel había tenido el mismo
pensamiento ( cf. laveille Jean_Marie
de Lamennais, t. 1, p. 323).
2 Cf. AEB, fichero Alloing. No se sabe
sobre qué se apoyaba el R. P. Sudres, c.s.v., para fechar ese informe de 1844
más o menos (cf. Anales del P. Louis
Querbes, n. 4, septiembre de 1954, p. 23, nota 2).
de la
presente edición, puesto que él hace alusión al superiorato del S. Courveille.
Historiador erudito,
experto en las disciplinas paleográficas1, M. J.-B Martín, se
puede presumir de citar sus textos con
exactitud y, a pesar de la incapacidad en que se encuentra de verificar el
hecho en el caso presente, no se dudará en llegar al fondo en el extracto que
se va a leer.
[1] Habiendo
llegado a Vourles en 1822, yo me esforzaba en hacer venir hermanas de
Saint-Charles que allí formaron al año siguiente su primer establecimiento en
nuestro cantón. Desde 1824, buscaba también procurar a los pequeños muchachos de mi parroquia el
beneficio de una educación religiosa y a
deshacerme de dos maestros de escuela indignos de su profesión. Mi
petición de un hermano al S. Courveille, entonces superior de los Maristas,
habiendo sido rechazada2, yo comprendí, desde entonces, la necesidad
de una institución religiosa que pudiera enviar uno a uno a algunos de sus
miembros hasta las campiñas más alejadas.
171 (819)
1869-1870.
- MMEMORIA SOBRE EL ORIGEN y la fundación
de la Sociedad de María y declaraciones diversas del P. Colin. Según un manuscrito del P. Jeantin, APM
131.2.
__________
1 Él ha
editado particularmente, además de varios catálogos de manuscritos e incunables
, una obra titulada: Concilios y
Bulario de la Diócesis de Lyon desde los orígenes a la reunión, de los
Lyoneses en Francia en 1312,
Lyon, Vitte, 1905.
2 Se puede
suponer con una muy grande probabilidad
que el S. Querbes había recibido, como los otros párrocos de la diócesis, el
prospectus del Establecimiento de los
Pequeños Hermanos de María visado el 19 de julio de 1824 por el S. Cholleton (doc. 28 (108)). Se sabe
que este texto invitaba a las personas interesadas a dirigirse al S.
Courveille, cuyo título de superior se deducía fácilmente de las siglas
P.S.G.L. Añadidas a su nombre (ibid. § 15) . Si éste último rechazó complacer
al S. Querbes, , es muy probablemente, como parece sugerirlo éste último,
porque el envío “de un hermano” solo, era contrario a las reglas del Instituto
(cf. doc. 28 (108), § 8). ¿ esta petición y este rechazo, se hicieron por
correspondencia o en el curso de una visita del cura de Vourles a la Valla? Es
difícil de decirlo. El doc. 71 (204) parece indicar, por tanto, que en 1829 el
S. Querbes no había visto todavía con sus ojos la obra del S. Champagnat, y el
doc. 286, § 1, deja entender, por su parte, que los dos fundadores no se habían
encontrado antes de 1826.
Para la
descripción del manuscrito editado aquí abajo, la historia de su redacción, las
fuentes que utiliza y el valor de los elementos que contiene, se pide remitirse
a las indicaciones dadas anteriormente, O.M. 3, pp. 174-193. Se limita a
recordar aquí que los § § 1–110 representan la primera redacción, hecha por el
P. Jeantin en primavera de 1869, de una memoria histórica proyectada en el mes
de septiembre anterior; los § § 111-136 comprenden los datos anexos puestos por
escrito en la misma época, y los § § 137-192 otros datos incluidos allí entre
septiembre de 1869 y febrero de 1870. El texto en el conjunto 10 reproduce el
estado del manuscrito antes de la revisión; Las adiciones posteriores han sido
colocadas, en el conjunto 8, al fin del párrafo al que ellas se referían, con
indicación del sitio preciso en el cual
el autor percibía recuperarlos. En las notas se encontrará editadas bajo la
sigla pr o pr + (cf. OM 1, p. 116), las
lecciones tachadas por el P. Jeantin en el curso mismo de la elaboración de
esta primera redacción. Las correcciones que él ha aportado en seguida a ésta
están indicadas por las siglas siguientes: rev = correcciones diversas en
tinta, de fecha imprecisa, rev2 = correcciones hechas con una tinta especial y
que su examen ha permitido atribuir a una revisión hecha en 1870; rev3 =
correcciones hechas a lápiz.
N.B. De este
largo documento de más de 1 500 líneas, nosotros no guardaremos en esta edición
más que las 243 primeras, las únicas en las que se recuerda los Hermanos Maristas.
J. M. J.
Ad
majorem Dei gloriam et Dei Genitricis honorem
MEMORIA SOBRE EL ORIGEN Y LA FUNDACIÓN DE LA SOCIEDAD DE MARÍA
[ 1] Se sabe que la primera idea de la Sociedad de María se manifiesta
en el seminario mayor de Lyon, hacia el año 1815-1816. Se sabe además que el
reverendísimo Jean-Claude Colin es el instrumento principal del que la Divina
Providencia se ha servido para la ejecución de esta grande y generosa idea.
Finalmente, nadie ignora que, el 29 de abril de 1836, Gregorio XVI se dignó confirmar este humilde instituto y
elevarlo al rango de Sociedad religiosa.
4-5 La primera
- manifiesta rev
la idea de fundar la Sociedad de María se manifiesta por primera
vez 5 hacia rev2 en
[2] Pero los
detalles de este nacimiento laborioso son generalmente desconocidos .A pesar de
los deseos de una curiosidad muy legítima, a pesar de las preguntas más
insistentes y las más astutas, la modestia del fundador se ha dejado sorprender
raramente.
[3] Dios ha permitido que, en estos últimos
tiempos, [p. 3] 1866-67-68, algunos rumores se hayan producido, falseando ,
desnaturalizando el origen de la Sociedad, causando daño a la dignidad que debe
tener un fundador y a la autoridad de la
que sus constituciones deben gozar1.
[4] Cediendo a la penosa y dolorosa necesidad
de defender la obra de Dios, el reverendísimo Padre Colin ha vuelto a contar
someramente la historia de la fundación de la Sociedad de María. A nadie se le
ocurrirá sospechar de esas confidencias hechas con tanta sencillez y pureza de
intención, y recogidas con todo el respeto que se debe a la verdad primero, y
en seguida a la santidad de las cosas reveladas.
[5] En 1815 y 18162, como ya lo
hemos dicho, se encontraba en el seminario mayor de Lyon un estudiante de
teología., el Padre Courveille, nativo de Apinac3, diócesis de Lyon.
Podía tener más o menos treinta años; no se distinguía no por los talentos, ni
por un juicio sólido4. Pero pasaba generalmente por un seminarista
piadoso5, y él mismo, en su lenguaje
__________
27 como – dicho tachado rev 3
____________
1 Esos
rumores, referentes por una parte a la persona del fundador y por otra parte a
sus constituciones, serán sumariamente resumidos en la segunda redacción ( cf.
doc. 820, §§ 2-3 ).
2 Con esas palabras comienza la cita
de la nota dictada al hermano Juan María (cf. O.M. 3, p. 190), la cual ocupará
los §§ 5,6,10 ( principio). 11 y 16 (cf. doc. 840, §§ 122-126).
3 De hecho,
el S. Courveille había nacido en Usson (cf. doc. 2), pero el pueblo vecino de
Apinac era el lugar de origen de su madre y es allí donde se había retirado de
1829 a 1832. Es bastante probable que el P. Colin se inspira aquí en la nota
del hermano Juan Bautista (cf. infra,
§ 27), nota que él debía ya
haber recibido al momento de dictar la suya al hermano Juan María (cf. O.M. 3,
pp. 190-191).
4 Sobre los talentos del S.
Courveille, se puede ver las apreciaciones bastante diferentes del P. Séon (cf.
doc. 160 (625), § 3) y del P. Terraillon (cf. doc. 798, § 3). Sobre la
debilidad de su juicio, se poseen los testimonios del P. Séon (cf. doc. 160
(625), § 3), del P. Cholleton (cf. doc. 655, § 1) y del P. Colin (cf. doc. 689,
§ 7).
5 Cf. Docc.
551, § 1; 160 (625), § 3; 789, § 3.
misterioso, [
p. 5] dejaba fácilmente suponer que recibía comunicaciones celestes1.
[ 6] Fue el primero que, en los años
precitados, manifestó el proyecto de una sociedad religiosa de María. . Decimos
manifestó porque, por otra parte, sin
manifestarlo, se preocupaba interiormente del mismo proyectoa2 .
a
Más tarde el padre ha dicho que ese no era del todo el mismo proyecto3.
Tenía, antes de venir al seminario, el proyecto de hacer una sociedad consagrada,
es verdad, a la
__________
37 preocupaba
rev preocupaban
______________
1 Posiblemente es preciso contar
entre esas comunicaciones las revelaciones sobre elCristianísimo Rey y el árbol
de tres ramas, que hicieron trabajar tanto al P. Mayet. Sobre la primera, cf.
docc. 15 (50); 425, § 12; 437; 575, § 1;
sobre la segunda, ver docc. 425, § 12; 591 § 2,
pero también las rectificaciones del P. Cholleton (doc. 655, § 2) y del mismo Dom Courveille (doc. 714). Sobre
otras revelaciones un poco posteriores del Padre Courveille, ver doc. 839, §
43. Evidentemente, entre todas esas comunicaciones cerlestes se encontraba la
que se refería a la Sociedad de María como tal (doc. 718, § 5). El P. Colin no
hace alusión aquí más qie indirectamente, pero se explicará en
lo sucesivo a este respecto ( cf. doc. 839, §§ 5 y 9; 840, § 163).
2 Este
párrafo contiene la primera de las dos proposiciones que el P. Colin había,
desde el verano de 1868, entendido
establecer por su memoria (cf. doc. 813, § 2,
10). Se encuentra allí la idea del doc. 804, § 7, de una
manera todavía más fiel que en el doc.
815, § 2. Se notará que una vez más se produce aquí el curioso lapsus
calami, que, en el mismo contexto, hace poner en singular el
verbo precedido del sujeto plural (cf. docc. 117, § 4 y 804, § 7). ¿ El P. Jeantin había encontrtado esta
ortografía errónea en la nota del
hermano Juan María?. Es muy posible, pero de todas formas ha sido él mismo
víctima del error porque jamás de este modo, no reproduce las faltas de
ortografía de los textos que copia. Por otra parte, se corregirá en lo sucesivo
(cf. Notas) Sobre esta cuestión de la
idea de la Sociedad en Juan Claudio
Colin antes del Seminario Mayor, se reportará igualmente en el doc. 753, § 1.
3 Esta
declaración del P. Colin parece posterior al 14 de septiembre de 1869, puesto
que en el texto definitivo de la noticia se lee siempre las palabras mismo proyecto (cf. doc. 821, § 4),
cuando en la memoria del 29 de julio de 1870 el P. Jeantin no dudará en
corregir el texto de la nota del hermano Juan María para escribir proyecto parecido (cf. doc. 840, §
123). Es posiblemente en mayo de 1870, luego de la preparación del documento
827, que el P. Colin habrá precisado su pensamiento. En ese momento, en efecto,
él estaba preocupado por marcar las diferencias entre su proyecto y el del
seminario mayor (cf. doc. 827, § 4), y el P. Jeantin habrá podido hacerle notar
la diferencia entre esta declaración y la del año precedente.
Santísima
Virgen, pero él no tenía el nombre de Sociedad de María, ese nombre viene del
S. Courveille1.
[7] Son las propias expresiones del M.R.P.
Colin2. Como se le preguntó, a este propósito si él había tenido
esta idea antes de venir al seminario mayor de Lyon, respondió varias veces: Sí, sí, antes de venir al seminario mayor de
Lyon3. Añadió en una circunstancia: y también yo había redactado un pequeño proyecto4. Él
contó un día que siendo todavía muy
________
45 preguntó
rev + varias veces 46 varias veces rev siempre
48
yo había pr + un
___________
1 Que el S.
Courveille haya dado el nombre de Sociedad de María, se deduce del § 6, y el P.
Jeantin, quien ya había retomado ese punto de una manera explícita en el § 30
a, no tenía necesidad de una nueva declaración del P. Colin para volver al
asunto aquí. Al contrario, no se supondrá fácilmente que el P. Jeantin ha
afirmado de su propio jefe, a título de simple deducción, que antes del
seminario mayor Juan Claudio Colin no tenía ese nombre. Es infinitamente más
probable que el mismo fundador habrá precisado este punto para mostrar en qué,
su proyecto y el del S. Courveille eran diferentes. Esta precisión , es
importante, porque, si se le relaciona con el doc. 802, § 8, muestra que el P.
Colin reconocía un origen sobrenatural al nombre propuesto por el S.
Courveille, lo que equivalía de su parte a admitir la autenticidad de la
revelación del 15 de agosto de 1812 (cf. doc. 718, § 5). Se ve también por esto
que el proyecto del P. Colin, no teniendo todavía nombre antes de la época del
seminario mayor, debía haber permanecido bastante vaga la referencia explícita
a María, estando, no obstante, presente, como lo indica la expresión consagrado a la Santísima Virgen. A
propósito de estas últimas palabras, se notará que el presente texto parece
ser, con infra, § 145 ,la
fuente de la expresión puesta en itálica en JEANTIN, t. 1, p. 17: “una
cosa pequeña, interior y completamente consagrada a la Santísima Virgen”.El
antiguo secretario del P. Colin, en efecto, ha recurrido frecuentemente en su
obra parecidas frases compuestas,
mientras que parece que siempre se ha abstenido de atribuir al P. Colin
declaraciones cuyo contenido no sería de él.
2 Esto se
refiere evidentemente no a la adición a, sino al texto del § 6, sacado de nota
dictada al hermano Juan María.
3 Sobre la
imposibilidad en que estaba el P. Colin de proporcionar una fecha más precisa,
cf. doc. 839, § 45.
4 En sus
notas del 29 de mayo de 1870, el P. Jeantin dará a este sujeto una precisión
suplementaria: “En una ocasión, saliendo de su cuarto y haciendo la seña de una
mano que escribe, añadió: Y también yo
había redactado un pequeño proyecto” ( NHC, p. 5).Sobre la época y el
tenor de esta redacción, es muy difícil hacer conjeturas. Más que en un
borrador de regla, se pensará en el desarrollo de algunas ideas relativas a una
asociación mariana, semejante, posiblemente de la ideal Asociación
dedicada sólo a Dios, soñada por Bourdon
y puesta por él bajo el patrocinio de la Madre de Dios. Se
sabe, en efecto,
que Juan Claudio
Colin estaba muy
apegado al opúsculo
Joven, antes
de comenzar sus estudios clásicos, tenía un ardiente deseo de retirarse solo a
un bosque, para vivir allí lejos del mundo y que, no pudiendo ejecutar este
proyecto, entró en el seminario menor de Sn. Jodard1. Recordando
esta época de su vida, decía llorando: Entonces
yo era más fervoroso y más devoto de la Sma. Virgen que ahora.[ p. 7].
[8] El buen padre hacía admirar el paso de
la Divina Providencia, que llevó al Padre Courveille a manifestar este proyecto
de una Sociedad de María; él decía : Jamás
hubiera tenido el valor de divulgar esta idea. Y más tarde, siendo conocida la
cosa, yo puedo ocuparme de ella, sin presumir de ser el creador2.
_________
51-52 no pudiendo rev es porque él no podía
___________
Sólo
Dios, en el que Boudon ha desarrollado esta idea (cf. docc. 499, l; 574,
§ 1). Por otra parte, no está fuera de
lugar recordar que, luego de su seminario menor, cuando ya tenía dieciocho
años, Juan Claudio anotaba con cuidado los textos sagrados que le llamaban la
atención (cf. doc. 613). Y que la acumulación de textos escriturísticos será
más tarde uno de los procedimientos mediante los cuale esforzará por expresar
en las constituciones las ideas a las cuáles aspiraba más (cf. Acta S.M. , t.. 6, p. 628).El
pequeño proyecto representaba posiblemente un primer esfuerzo por traducir un
ideal confusamente visto, con ayuda de los textos del Nuevo Testamento o de la Imitación prolongados por
consideraciones espirituales, además de algunas explicaciones. En este sentido,
no sería imposible que tal o cual cita del artículo De Societatis Spiritu, por ejemplo, se remontase al trabajo de
Juan Claudio Colin en Saint-Jodard o Alix y que este último haya podido sentir
una continuidad entre las páginas trazadas entonces y lo que escribió más tarde
sobre la Sociedad de María.
1 El P. Colin se había ya expresado en este
sentido bajo su generalato (cf. doc. 499, §§ 1-2 y adiciones i, j). Ver también
infra, § 132 a, que parece
representar la tomada por el P. Jeantin, en la primavera de 1869, del dato ya
anotado aquí.
2Esta observación está llena de verdad
psicológica. Allí se encuentra la huella de las principales características del
temperamento del P. Colin: La emotividad
excesiva que inhibe; la actividad que asegura en el tiempo querido la
realización de la obra; la secundariedad que permite a la idea original guardar
su fuerza a muy largo plazo y que se complace en una retrospectiva histórica
cuyo centro es el sujeto; el gusto por una manera de actuar que es tanto más
eficaz en la medida en que es más oculta y la indiferencia a la gloria personal
, con tal de que la obra triunfe. Estos últimos rasgos se encuentran entre
otros apasionados, y es preciso, parece, haber percibido este substrato
caractereológico de la reacción de Juan Claudio Colin antes de atribuir su
conducta al ejercicio de tal virtud, independientemente de que se pueda
discernir en su comportamiento, como es el caso, la influencia de los valores
cristianos de humildad y de abnegación.
[9] Él decía
además: Esta idea ( de formar una Sociedad deMaría) me ha sido muy útil.¡ Qué
de veces se ha querido asociarme unas veces a una obra, otras veces a otra1!
Con esta idea, nada de todo eso me convenía. Pero desde que el Padre Courveille
manifestó el proyecto de una Sociedad de María, yo me dije: ¡ Eso te interesa!
Y me uní a ellos2.
[10] 11 o 12 seminaristas se adhieren, pues,
a la idea del Padre Courveille y se ofrecieron para contribuir en la obra3.
Se reunían de tiempo en tiempo en el seminario o en el campo para edificarse y
animarse. Cuando el S.. Gardette se enteró de esas reuniones, las defendió4.
Pero se hacía resaltar ( y más tarde el S. Cattet vicario general,
entonces director
_________
1 Sin duda
Juan Claudio Colin recibió, como los otros seminaristas, el hábil Pensamiento piadoso del S. Bochard,
quien buscaba gente de buena voluntad para una obra todavía imprecisa (cf. doc.
33). Él pudo muy bien, también haber sido invitado a unirse a las sociedades
con las que el S. Bochard quería combatir la influencia sobre los seminaristas:
Sulpicianos o Lazaristas ( (cf. doc. 28) y sobre todo Padres de la Fe, a quien
la Bula Sollitudo Amnium Ecclesiarum
del 7 de agosto de 1814 abría las puertas de la Compañía de Jesús, restablecida
en todo el universo (cf. doc. 29). Se sabe que un grupo de seminaristas, del
que formaba parte Louis Querbes, parece haber alimentado en común el proyecto
de unirse a la nueva compañía (cf. OM 1, p. 180, nota 2).
2 Sobre las
modalidades de la adhesión de Juan Claudio Colin al proyecto marsita, ver doc.
591, § 8 y nota en este sitio, y sobre todo doc. 868, § 2.
3Con esta
frase reinicia la cita de la nota dictada al hermanoJuan María (cf. doc 840, §
124), ella misma, muy próxima sobre este punto, del doc. 815, § 2. El resto del
párrafo en cambio, no figura en la copia de esta nota inserta en el doc. 840.
Pero como, en este sitio de la memoria de 1870, el P. Jeantin no se interesa
más que en las afirmaciones del P. Colin concernientes al P. Courveille, es
posible que se haya omitido una parte de la nota dictada al hermano Juan María
y que los datos sobre las reuniones en el seminario hayan formado parte
originalmente de esta nota. Pero es muy posible también que ellas hayan sido
dadas directamente por el P. Colin al P. Jeantin en abril de 1869.
4El hecho de
las reuniones tanto en el seminario como en la casa de campo, está
abundantemente atestiguado (cf. docc. 551, § 2; 591, § 8; 163 (750), §§ 4-6);
164 (752), § 9; 769, § 4). Como se puede ver por esos textos, ni el P. Déclas
ni el P. Terraillon ni el S. Cattet hacen alusión a una prohibición formal del
S. Gardette. Por tanto, el P. Colin
debía ya haber debido tener en cuenta esta prohibición en las
narraciones de su generalato, como resalta del historial del P. Convers (cf.
doc. 748, § 1). Es probable que el superior se habrá negado a
reconocer al grupo como tal y autorizar oficialmente sus reuniones, no
oponiéndose a que esta asociación funcionara discretamente bajo la vigilancia
del S. Cholleton. El P. Déclas tiene en cuenta a la vez las reticencias del S.
Gardette (cf. docc. 551,§ 4; 591, § 9) y las reuniones secretas (cf. doc. 591,
§ 8).
del seminario
mayor, de esto hacía confesión) que esta idea había difundido un fervor [p.9]
extraordinario en la comunidad1.
[11] El Padre Courveille y sus compañeros,
habiendo terminado su curso de teología, hacia fines de 1816, fueron llamados
al sacerdocio, después enviados a varias partes en las parroquias en calidad de
vicarios. El Padre Courveille fue
colocado en Rive-de-Gier, después fue cura en Epercieux, cerca de Feurs, en el
Forêt, departamento de Loire, donde permaneció hasta 18242, época en
la que vino a reunirse al P. Champagnat, que se ocupaba en la Valla en fundar
la comunidad de los hermanos Maristas enseñantes3.
[12] El Padre Colin fue colocado como vicario en Cerdon, donde su
hermano mayor era cura. Esta nominación alarmó su conciencia; temía que el
afecto natural que lo unía a este excelente hermano se convirtiera en un
obstáculo a su vocación religiosa. El S. Cholleton, consultado sobre esta
dificultad, dijo al joven vicario: Vamos, su hermano será su primer compañero4.
[13] El buen padre comprendió más tarde los
caminos de la divina Providencia. Si hubiera sido vicario en otra parte, no
hubiera tenido la libertad sufi[p.11] ciente para trabajar en la realización de
su proyecto, sobre todo por los viajes y las ausencias necesarias5.
________
85mayor tachado rev 85
conciencia rev + delicado
88 joven pr
+ sacerdote
___________
1 El testimonio del S. Cattet había debido ser
evocado por el mismo P. Colin. Es difícil fijar el momento en el que el vicario
general había podido hacer una tal confesión, que no se encuentra como tal en
su reseña biográfica sobre el S. Cholleton (cf. doc. 769, § 4).
2 Hasta allí,
este párrafo reproduce casi literalmente la nota dictada al hermano Juan María
(cf. doc. 840, § 125). Los hechos son substancialmente exactos. Para el
detalle, ver la sinopsis histórica.
3 Dato tomado
del inicio de la nota del hermano Juan Bautista que va a ser citada más abajo
(cf. infra § 18).
4 Dato no
atestiguado hasta aquí, pero psicológicamente muy probable.
5 Efectivamente, Marcelino
Champagnat sufrió a causa del S. Rebod (cf. Juan Bautista, T. 1, pp. 136-137) y
Juan Claudio Courverille no se pudo entender con el S. Lancelot (cf. doc. 876,
§§ 5 y 8). Es cierto que la calidad de vicario de Juan Claudio Colin y el hecho
de que su hermano estuviera adherido al mismo proyecto que él debieron
facilitar mucho, entre otras cosas, los viajes a París de 1822 y 1823.
[14] Esta misma
delicadeza de conciencia se había ya manifestado en Sn. Jodard, en la época de
la conscripción militar. Como el S. Gardette, entonces superior de ese
seminario menor, quería inscribir al joven Colin al número de alumnos
reclamados por la Iglesia, éste lo rechazó inmediatamente. El superior,
extrañado de ese rechazo, preguntó la razón. Yo temo, dijo el joven alumno, que
esta reclamación no influya más tarde en mi vocación eclesiástica. –Esté
tranquilo, replicó el buen superior; ¿No es usted siempre libre de partir
cuando quiera1?
[15] Pero volvamos a nuestros jóvenes
sacerdotes. Como fueron dispersados, unos en la Diócesis de Lyon, y otros en
las parroquias que pertenecieron en 1823 a la Diócesis de Belley, se hizo
necesario seguir la formación de la Sociedad de María en las dos diócesis.
[16] Durante todo el tiempo que pasó después
de su salida del seminario hasta 1824, el Padre Courveille no hizo nada con el
fin de realizar [p.13] su proyecto, y sus jóvenes compañeros colocados en la
misma diócesis, separados los unos de los otros, olvidaron pronto su promesa de
contribuir a la dicha Sociedad, y no se
ocuparon más del asunto2.
[17] No obstante, el Padre Champagnat,
vicario de la Valla, se había entregado a la fundación del Instituto de los
Hermanos Maristas. La idea de este Instituto fue solamente de él. Fue él quien,
golpeado por la dificultad que él había tenido para instruirse, dijo a
sus
________
100-101
eclesiástico. –pr + No 101
no eres rev no permanezca 105
pertenecieron pr llegaron a ser/ pertenecieron – al rev3 pertenecían al
antiguo
_________
1 El hecho había sido narrado de
manera más pintoresca por el P. Colin al
inicio de su generalato (cf. doc. 499, § 3 y notas en este sitio).
2 Todo ese
párrafo reproduce la reseña dictada al hermano Juan María (cf. doc. 840, §
126), ella misma próxima, sobre este punto, del doc. 815, § 3. La afirmación
relativa a la inacción del S. Courveille de 1816 a 1824 no tiene en cuenta las
iniciativas del padre concernientes a sus fundaciuones femeninas de Saint-Clair
y de Rive-de-Gier (cf. docc. 759, § 7; 876 §§ 1-16) y su intento de hermanos
enseñantes en Epercieux y en Feurs (cf. doc.
19 (75), §§ 14-16, 22; 873, § 5).El P. Colin no sueña claramante más que en la sociedad de
los sacerdotes y esquematiza de una manera sumaria la historia de esos primeros
ocho años, sin pensar en un Déclas ni en un Terraillon, de los que no se podría
decir que ellos habían abandonado el proyecto.
Cohermanos
del seminario mayor: Será necesario también fundar hermanos enseñantes1.
[18] El S. Courveille dejó su curato de
Epercieux y se reunió al P. Champagnat en la Valla, en el mes de julio de 1824a2.
Aunque él no hubo hecho nada por los hermanos3 y que hasta entonces
ellos no hubiesen jamás oído hablar de él, tomó el título de fundador y de
superior general de los hermanos y de los padres. Es así nombrado en un
prospecto del Instituto de los hermanos que fue impreso en esta época (agosto
de 1824)4. El P. Champagnat sólo tenía el título de director. Al S.
Courveille le gustaba recordar que él había tenido[p.15] primero la idea de
fundar la Sociedad de los Maristas5. Es en base a este título que se
estableció como superior general de los hermanos. Vestido ridículamente una grande
y larga capa azul6, se dio el tono de un abad de convento7,
y se presentaba como tal en todas partes a las que iba.
a Los datos que se van a leer sobre el S. Courveille han sido
proporcionados por el hno. Juan Bautista, contemporáneo de los acontecimientos.
__________
120 Courveille pr + párroco 122
que él rev que el S.
Courveille 127 director pr
+ vestido ridículamente con un grande
127 recordar rev decir 134
contemporáneo rev + y testigo
___________
1 Cf. docc.
755 y 757, § 2. Es sin duda a este último que se refiere el P. Jeantin.
2 Con esta frase comienza el escrito del hermano Juan Bautista, que se
encontrará en doc. 840, §§ 840 y
siguientes. La fecha de julio de 1824 parece deducida del prospecto del que va
a ser cuestión. De hecho, el S. Courveille fue autorizado a reunirse al S.
Champagnat el 12 de mayo y parece
haberse presentado en la Valla desde el mes de junio (cf. docc. 25(101)
y 111, así como sus notas).
3 Si el S.
Courveille no se había ocupado personalmente de los hermanos del S. Champagnat,
no obstante, él había ayudado grandemente a su instituto desde el punto de
vista financiero (cf. docc. 16(57) y 26(102)).
4Cf. doc.
26(108), § 15. Las siglas que acompañan allí el nombre del S. Courveille son
ciertamente a interpretar s(acerdote)
s(uperior) g(eneral). En cuanto al título de f(un)d(ador), aparece en los docc. 41(147), § 3; 45(152), § 18; 49 (165), § 2. Una nota
general rectificando las interpretaciones erróneas de esas siglas, de las
cuáles la llave ha sido encontrada demasiado tarde, será editada en OM 4. Sobre
el título de fundador atribuido al S. Courveille, ver también los docc.
32(120), §§ 6,20, 23(10 ); y 30(110).
5Cf. doc. 757, § 27.
6Cf. OM 2, doc. 160 (625), §
4, y p. 456, nota 3.
7Cf. doc. 883, § 2
[19] Aportó
una regla que decía haber hecho él mismo y nos la hacía leer. Pero no
conviniendo esta regla a los hermanos, se continuó viviendo según el reglamento
de la casa; y no ha quedado nada de esta regla, que no era más que una bella
teoría1.
[20] El S. Champgnat quien tenía primero una
alta idea del S. Courveille y una muy baja opinión de él mismo, no tuvo la
menor dificultad para dejarle tomar el título de superior general y recomendó a
los hermanos mirarlo como tal2.
[21] Los hermanos lo aceptaron en principio,
pero, en la práctica, continuaron dirigiéndose al P. Champagnat, tanto para lo
espiritual, como para lo temporal. Disimulando la molestia que sufría por esto,
el S. Courveille se esforzó por ganar la confianza de los hermanos y, creyendo
haberlo logrado, concibió el proyecto de [p.17] hacerse nombrar especial y
exclusivamente a todo otro para dirigir a los hermanos3.
[22] Él hizo, pues, hacer elecciones; pero
todos los votos se manifestaron, una primera, después una segunda vez, sobre el
P. Champagnat4. Profundamente herido por la preferencia que se le
había dado al P. Champagnat, el S. Courveille se encontró disgustado;
encontraba censurable todo, desaprobaba todo, y aún, llevó sus quejas al
arzobispado5.
_________
1 Sobre las circunstancias de
redacción, el contenido y la amplitud de esta regla se ha reducido a
conjeturas. Se sabe que, en su carta del 4 de junio de 1826 a la comunidad del
Hermitage, el S. Courveille hará alusión a las “constituciones de la orden”
(cf. doc. 45 (152), § 15). Posiblemente se puede distinguir entre esas
constituciones –aquéllas a las cuáles, sin duda, había hecho alusión en la
carta a Pío VII del 25 de enero de 1822 (cf. doc. 69, § 4) – y una regla para
los hermanos que había sido redactada por el Padre Courveille. Pero tampoco se
puede excluir que haya habido un solo texto y que el S. Courveille haya
reivindicado como suyas las constituciones de toda la Sociedad. Quedaría saber
si el hermano Juan Bautista no aumenta aquí un poco esta pretensión del Padre
Courveille, como lo hace en otros puntos de su nota. En todo caso, deducir de
su texto que el S. Courveille es el autor de las constituciones a las que se
hace mención en la carta del 25 de enero de 1822, sería ir demasiado aprisa, y
también el P. Leturia escribe prudentemente a este propósito: “Esto no resulta
bastante claro en el texto” ( LETURIA, p. 35).
2 El hermano
Juan Bautista sigue aquí de cerca el doc. 757, § 27.
3 Cf.
doc. 757, §§ 27-28.
4 Ibid., §§ 28-31.
5 Ibid., §§ 34 y 44.
[23] Su
gobierno falto de inteligencia, severo y duro, durante una enfermedad del P.
Champagnat, le hizo perder la confianza de todos los hermanos. Nadie lo podía
soportar1. Es en ese tiempo que él se comprometió con un joven
postulante2. Para poner orden en su conciencia, en abril de 1826,
fue a hacer un retiro a la trapa de Aiguebelle3.
[24]
Pero lejos de abrir los ojos sobre el abismo en el que su orgullo lo había
precipitado, y persistiendo en su loca pretensión de gobernar todo, escribió
una carta en la cual, se lamentaba de que no se le rindieran los honores que le
eran debidos, y declaraba que no regresaría al Hermitage ( donde los hermanos
habían [p.19] establecido su casa madre) más que después de que se le hubiera
hecho la promesa formal de dejarle en el futuro toda autoridad y tratarlo como
superior4.
[25] En este intervalo, habiendo sida
conocida por Monsr. el Arzobispo su falta, el P. Champagnat y el P. Terraillon
le escribieron conjuntamente pidiéndole permanecer en Aiguebelle si allí se
encontraba bien, y que en todo caso, no debía pensar más en volver al Hermitage5.
[26] No permaneció en Aiguebelle. Después de
haber recibido su permiso de traslado6,
__________
169
toda pr + 1
______________
1 Ibid., §
36.
2 Es este el
testimonio más preciso que se posee sobre el escándalo dado por el S.
Courveille en el Hermitage. Se ve que si pudo tener allí varias faltas, como lo
deja entender el doc. 757, § 46, ellas se realizaron con el mismo individuo.
3 El hermano
Juan Bautista da aquí de memoria una fecha que no había precisado en su obra.
De hecho, en mayo el S. Courveille estaba todavía en el Hermitage y parece
haber dejado la casa entre el 18 y el 24 de ese mes (cf. OM 1, p. 380, nota 2).
4 El hermano
Juan Bautista copia aquí su obra, pero según el primer tiraje (cf. doc. 757, §
47, columna izquierda)
5 Ibid., §
48.
6 El S.
Courveille tendrá más tarde un permiso de traslado en regla de la diócesis de
Bourges (doc. 408). No parece haber tenido jamás un permiso de la diócesis de
Lyon. No solamente no ha sido encontrado tal documento en sus papeles, sino
ninguna mención de concesión de permiso de traslado al S. Courveille, es hecha
en el registro de ordenaciones de las AAL. En donde son fielmente anotados
todos los permisos de ese género. Lo que le fue concedido por el arzobispado
es, el 17 de junio de 1826, es un testimonial ad revocationem (doc. 154). Ver también doc. 195.
Vino a
habitat a St Clair, cerca de Roches de Condrieu, en el departamento de Isère1,
y allí sirvió de capellán a las religiosas2. Las comprometió a
comprar la abadía de St Antoine cerca de St Marcellin3, y, con la
aprobación de Monsr. De Bruillard, obispo de Grenoble, allí estableció a las
hermanas y un noviciado de hermanos4. Pero esta obra no tuvo ningún
éxito. En menos de dos años, los pocos sujetos que había reunido, se
dispersaron5. Las hermanas fueron las víctimas de los gastos que ese
proyecto de fundación había costado6.
[p.21].
[27] El S. Courveille se retiró a Apinac, su
parroquia natal. El S. Beynieux, su tío y venerable cura de la parroquia,
obtuvo del arzobispado que permaneciera allí como sacerdote autorizado para
ayudar7. Allí pasó solamente algunos mesesa8. Habiendo
construido una pequeña capilla en un bosque vecino, allí conducía a los niños
en peregrinación y había adquirido una grande reputación de santidad9.
Un día, como una mu-
___________
178
de las pr + hermanas
_______________
1
Él allí se encontraba el 29
de septiembre de 1926(sic) ( cf. doc. 49
(165)) y se dijo residir allí en las
actas del 5 de octubre siguiente (cf. docc. 50 (166) ,2 y 51
(167)).
2
Sobre estas hermanas de Sain-Clair, entre las
cuales Marie Jotillon había pasado varios años, cf. docc. 64; 748, §§ 9-10;
759, § 7; 876, §§ 1-16. Respecto a esto ver también en OM 4 La
introducción al repertorio biográfico.
3
Sobre esta compra, cf. docc. 160
(625), § 6; 859, § 1; 860, § 3 y notas en esos sitios.
4
Sobre la cronología de esos
establecimientos, ver las notas de los docc. 859, § 3; 873, §§ 6 y 11.
5
El hermano Juan Bautista coloca
entonces la dispersión en 1828. Su testimonio será discutido, con otras
atestaciones divergentes referentes al cierre del establecimiento de los
hermanos de Saint-Antoine, infra,
p. 894, nota 5.
6
Afirmación sumaria y poco clara.
Las hermanas se mantuvieron en Saint-Antoine hasta las leyes de 1903, y sus
apuros financieros provinieron de la anulación del testamento de Pierrette
Olagnier, sobre el cual ellas parecen haber contado para pagar la abadía ( cf.
docc. 187 y 873, § 12).
7
Esta frase y la siguiente forman
todavía parte de la nota del hermano Juan Bautista (cf. doc. 840, § 143 ). Este
último era originario de Saint-Pal-en-Chalencon, a cinco kilómetros de Apinac,
y debía conocer esos hechos por la tradición de la región. Sobre la situación
canónicva del S. Courveille en esta parroquia, cf. docc. 205, 245y 840, § 145.
8
En realidad el S. Courveille
pasó tres años en Apinac (cf. docc. 205, 245 y 840, § 145).
9
Con esta frase, como lo indica
la adición a, comienza un relato dado oralmente por el P. Lagniet, el cual era
originario de Apinac. Que el S. Courveille haya podido hacer construir alguna
cosa en un bosque, no tiene nada de anormal, puesto que poseía uno en el
territorio de la comunidad (cf. doc. 106). La tradición que recogerá el P.
Detours hablará no directamente de una capilla, sino de una ermita (cf . docc.
873, §12; 876, § 20).
jer reprendía
a un niño que no había querido ir en peregrinación y le reprochaba vivamente su poca consideración
por un santo como el S. Courveille, el niño indignado exclamó: ¡Su S. Courveille! ¡su S. Courveille! Yo lo
conozco. Extrañada de esta respuesta, la buena mujer interrogó al niño y
descubrió misterios de iniquidad. Otras mujeres, advertidas por la primera,
interrogaron a sus hijos y se encontraron seis que habían sido víctimas de esta
abominable pasión1.
a Aquí se coloca un horroroso
escándalo dado por este pobre sacerdote. Nosotros lo recibimos de boca del P.
Lagniet su paisano.
[28] El cura del cantón2,
informado, denunció al culpable a la autoridad diocesana, quien
___________
193
peregrinación pr
+ éste
_______________
1 La fecha de esos hechos no está
indicada por el P. Lagniet, pero ellos han debido necesariamente producirse
entre el 21 de marzo de 1832, fecha en la cual el S. Courveille está todavía en
Apinac y no despierta ninguna sospecha (cf. doc. 245) y el 18 de febrero de
1833, día en el que es aceptado en la
diócesis de Bourges (cf. doc. 407). Como las peregrinaciones al bosque son poco
concebibles en pleno invierno en una región situada cerca de mil metros de
altura y normalmente con nieve en esta época del año, se está invitado a situar
los hechos más en 1832 que en 1833. Por otra parte, parece que en el
momento del retiro pastoral de Lyon del
20 al 27 de septiembre de 1832, el S. Courveille haya todavía estado en la
diócesis ( cf. docc. 746, § 17; 819, § 78 a). La época más probable para los
acontecimientos aquí señalados, es pues, el otoño de 1832. Habiendo partido de
Apinac en octubre o noviembre, el S. Courveille
habría andado de un lugar a otro algún tiempo antes de hacerse admitir en
Bourges.
2 Apinac es del cantón de Saint-Bonnet-le-Chatêau.
Esta última parroquia tenía como cura, a inicios de 1832, a Jean –Marie
Rousset, quien murió el 21 de mayo de este año. El 13 de junio, fue nombrado
Jean Thévenon, quien debió atender la aceptación del gobierno y fue instituido
el 25 de agosto (cf. AAL, reg. pers. 1, en fecha del 13 de junio de 1832). Es
pues un cura completamente nuevo en la región quien sería intervenido por
denunciar, en el otoño siguiente, las artimañas del Padre Courveille. También
es permitido preferir la tradición recogida por el P. Detours, quien hace
intervenir no a un cura de cantón, sino a un cura del cantón, el de Merle, a
cuatro kilómetros de Apinac ( cf. doc. 873, § 12). El cura de Merle era
entonces el S. Jacquet, en el lugar desde 1817 y conocía pues, muy bien tanto
al S. Beynieux como al S. Courveille.
lanzó un
entredicho1. Ante esta noticia, el bueno y digno cura de Apinac
cerró la sacristía, para [p.23] impedir a su sobrino celebrar la santa misa.
Éste, habiendo tenido la audacia de reclamar la llave de la sacristía, el
venerable cura le respondió: Miserable, desde hace mucho tiempo que tú dices la
misa; tú no la dirás más aquí.
[29] Entonces el S. Courveille desapareció,
y durante mucho tiempo no se supo qué había pasado con él2. Más
tarde, se supo que era religioso con los benedictinos de Solesmes, donde murió
hace dos años3.
[30] El S. Courveille tenía un cabeza débil;
se jactaba de tener visiones y hablaba de apariciones de la Sma. Virgen4.
Esto es conocido de todos aquellos que lo han frecuentado.
__________
1 Los archivos del arzobispado de
Lyon no conservan ninguna huella de esta historia, tampoco en el registro de
las deliberaciones del consejo, donde, no obstante, se hace más de una vez
mención, al menos brevemente, de denuncias por hechos contra las buenas
costumbres.
2 Aquí retoma
el escrito del hermano Juan Bautista (cf. doc. 840, § 143).
3 El hermano Juan Bautista ignoraba
ciertamente dónde estaba el S. Courveille cuando apareció su obra en 1856.
Debió enterarse que estaba en Solesmes por la carta del P. Favre al hermano
Francisco del 17 de septiembre de 1856 (cf. OM 2, pp. 763-764). En cuanto a la
fecha aproximada de la muerte del benedictino, es probable que la conoció de aquél
que le pidió su reseña, que se tratara
del mismo P. Colin o del P. Jeantin.
Este deceso, ciertamente conocido muy rápido en Apinac, donde el benedictino
tenía familia y por consiguiente , herederos, había podido llegar al
conocimiento del P. Lagniet en el curso de los meses siguientes, entre otras
noticias de la región y se propagó así a
la casa madre.Por otra parte, es posible que la noticia haya venido
directamente de Solesmes a Lyon, viendo los contactos que existían entre la
abadía y la sociedad de María, contactos a los cuáles el P. Favre hará
precisamente alusión en julio de 1869 (cf. doc. 817). En todo caso, no parece
que ceda en hacer intervenir aquí la breve nota transmitida por Dom Chamard al
P. Mayet el 28 de junio de 1868 ( cf. doc. 718, § 36). Anterior a la decisión
tomada por el P. Colin de redactar una memoria, la solicitud del P. Mayet que
supone esta nota parece poner todo sencillamente en relación con el trabajo de
copia de las Memorias, entonces en curso. En el momento de incluir definitivamente
en esta colección los datos concernientes a Dom Courveille, el P. Mayet habrá
deseado saber lo que había pasado con este último, posiblemente con la
esperanza de obtener de él alguna última precisión. Si se piensa que antes de
1870 las pesquisas del P. Mayet cerca de dom Courveille eran ignoradas por el
P. Colin (cf. Mayet-Colin del 5 de junio de 1870) y con mayor razón de sus
secretarios, se puede excluir que de ese lado se haya dirigido al P. Mayet para
tener datos sobre el benedictino, y no se ve tampoco por qué el autor de las
Memorias habría comunicado de él mismo este dato.
4 Según el
doc. 820, § 28, esta frase y las dos siguientes pertenecen todavía a la nota
del hermano Juan Bautista (cf. igualmente doc. 845, § 38). En cuanto al fondo,
no hay razón para poner en duda la atestación del hermano Juan Bautista,
testigo direct. El P. Colin, por su parte, decía solamente que el S. Courveille
hablaba de comunicaciones celestiales y de revelaciones (cf. supra, § 5, y doc. 839, §§ 12-13,43),
no de visiones o apariciones.
Por otra
parte, era piadoso y tenía una grande devoción por la Sma. Virgen .El M. R. P.
Colin asegura que en el seminario mayor el Padre Courveille era agradable a
Dios y que recibía gracias extraordinarias: Un día, dice él, cayó en éxtasis, a
los pies de su confesor; se tuvo necesidad de llevarlo cargandoa1.
a Tal es el
rol que el S. Courveille ha jugado en la obra de la fundación de la Sociedad de
María: Manifiesta exteriormente la idea de esta Sociedad, que otros tenían
desde hacía lago tiempo; da los nombres de
Sociedad de María, de Maristas,
he allí todo. No ha dado ninguna regla, ninguna idea, no ha hecho ninguna
gestión, no ha escrito ninguna carta a las autoridades eclesiásticas2.
[31]3 El P. Terraillon
vino al Hermitage en 1825, en octubre, y salió de allí en la misma época en
1826, bajo pretexto de predicar [p.25] el jubileo, pero en realidad porque no
se llevaba bien con los hermanos4. En Pascua de 1827, fue nombrado
cura de
la pequeña pa-
________
222 esta Sociedad pr + él da 223 da rev + exteriormente 223-224 los nombres – Maristas rev2
el nombre de Sociedad de María 224 He ahí todo rev no ha [pr nada] hace otra cosa 226-227
vino- época rev2 había
venido a reunirse al S. Champagnat al Hermitage durante el mes de octubre de
1825; lo dejó.
___________
1 El P. Terraillon testimoniaba por
su parte la santidad del S. Courveille en el seminario mayor y hacía alusión,
si no a excesos, al menos a lágrimas abundantes durante sus confesiones. (cf.
doc. 798, § 3).
2Este párrafo
recuerda de cerca el doc. 804, §§ 7-9, pero también el doc. 813, § 2; supra § 6, e infra, § 40 (negativa que
contiene la existencia de una regla del S. Courveille). El hecho de que esta
adición esté orgánicamente unida al texto invita, no menos que su carácter
sintético, a considerarla como un sumario del P. Jeantin redactado desde la
primavera de 1869, sumario, que por otra parte, será integrado a la segunda
redacción de la memoria (cf. doc. 820, § 31). Se notará que las palabras de
Maristas han sido suprimidas en 1870, sin duda después de que el P. Colin hubo
hecho la declaración consignada en § 6 a, la cual atribuye al S. Courveille la
sola paternidad del nombre de la Sociedad de María.
3Los §§ 31-36
provienen de la nota del hermano Juan Bautista (cf. doc. 820, § 33).
4Cf. doc.
757, §§ 27 y 49, así como sus notas.
rroquia de St
Martín de Fontaines cantón de Neuville1.No permaneció allí más que
seis meses. Llegando a estar vacante el curato de N(uestra) S(eñora) de St
Chamond, el S. Champagnat, quien conservaba la esperanza de atraer al S. Terraillon, pidió con
instancias a Monsr. El Arzobispo el nombrarlo a N(uestra) S(eñora), lo que le
fue concedido2. El P. Séon, profesor en el colegio de St Chamond,
vino al Hermitage en el mes de abril de 18273.
[32] El P. Bourdin llegó allí en 1828, no
siendo todavía más que diácono. El P. Pompallier algunos meses después4.
[33] En 1829, hubo un proyecto de nueva casa
de Padres. El S. Thérel, cura de Charlieu, ofreció ceder para eso la vasta
abadía de los Benedictinos que está en esta ciudad. El P. Séon fue a tomar
posesión de ella y allí pasó el año; pero la Revolución de 1830 y la muerte del
S. Cura, acabaron por hacer fracasar ese proyecto5.
[34] El P. Champagnat ofreció entonces la
Grange-Peyre, para que se establecieran allí los padres; pero el S. Rouchon,
cura de Valbenoite, habiendo ofrecido su [p.27] casa, antiguo convento de
Benedictinos, se aceptó su proposición. El P. Séon fue nombrado allí como
superior a inicios de 18316.
[35] El P. Chanut entró en 1830.
[36] Los PP. Servant y Forest en 1831ª7.
a El P. Colin algunas veces visitó a los
padres de Valbenoite, a fin de conservar la unión y el mismo espíritu. Un día,
habiendo ido el padre a ver al S. Gardette, sup(erior) del seminario mayor,
éste le dice: ¿Viene usted a pervertir a nuestros sujetos? El P. Respondió: S.
Superior, Monsr. De Belley no tiene necesidad de sujetos de Lyon. Si mi presencia
aquí lo contraría, yo estoy listo a retirarme. Esas pala-
___________
1 Esta nominación no tuvo lugar, en realidad, más que en la fiesta de Todos
los Santos siguiente (cf. OM 1, p. 444, nota 2).
2 Esta intervención del S. Champagant para la nominación del S. Terraillon
al curato de Nuestra Señora (9 de abril de 1828) por otra parte, no es
atestiguada, pero constituye un dato extremadamente probable, tanto más que a
principios de 1828 el arzobispado había
correspondido al S. Champagnat con respecto a este curato, pidiéndole
dar allí una ayuda provisional (cf. doc. 59 (179)).
3En realidad en junio de 1827 (cf.
doc. 160 (625), § 10 y notas en este sitio).
4Sobre sus fechas de entrada, cf. OM
1, p. 922, nota 1.
5Sobre este asunto de Charlieu,
imperfectamente conocido, cf. docc. 65 (198), § 4; 69 (202); 70 (203); 160
(625), § 18.
6Se tiene aquí prácticamente un
resumen del doc. 757, § 64.
7Sobre la fecha de entrada de esos
tres cohermanos. Cf. OM 1, p. 922, nota 1.
bras firmes, dignas, cerraron la boca al
superior, quien se dio prisa en tomar un tono más dulce y más afable1.
Misma conducta con el S. Courbon y el S.
Cattet2.
[37] Tales son los inicios de la Sociedad de
María en la diócesis de Lyon. En este intento se ve a cohermanos que buscan
unirse, pero no se ve ninguna gestión hecha, sea ante la administración
diocesana, sea sobre todo, ante la S. Sede, con el fin de erigir canónicamente
una sociedad religiosa. Sólo uno trabaja
con ardor y éxito: el P. Champagnat. Él funda y desarrolla la obra de los
Hermanos Maristas de la Enseñanza. En cuanto a la Sociedad de los Padres, hay,
lo repito, intentos, frecuentemente infructuosos, algunas veces mezclados con escándalos,
como lo hemos visto; pero no hay ninguna gestión ante las autoridades
eclesiásticas3.
172 (844)
13 de agosto
de 1870.- CARTA DEL P. COLIN AL P. JEANTIN: Respuesta a tres cuestiones
históricas. Según copia hecha a mano
por el hermano Juan María con firma autógrafa, APM 233.2
En respuesta a una carta del P
Jeantin que no se ha conservado, el P. Colin hace en seguida algunas
aclaraciones sobre tres puntos de la historia de los orígenes. Además del
interés que presentan en ellas mismas
________
257 y
más pr + conven 266
En cuanto a pr + la idea
269 eclesiánticos rev2
+ punto de fundación propiamente dicha.
__________
1 Se tiene allí manifiestamente una anécdota
contada por el mismo P. Colin y que
hasta entonces jamás había sido anotada por escrito. Ella no carece de
verosimilitud, pero es prácticamente imposible reportarla a uno más que a otro de
los viajes hechos por Juan claudio Colin en la diócesis de Lyon entre 1830 y
1836 (cf. OM 2, p. 706, nota 3). En cuanto a la fecha de esta adición, que no
será retomada en las ediciones siguientes, no posee tampoco elementos
positivos.
2 La mención del S. Courbon, muerto
en 1824, es aquí completamente anacrónico. Sin duda el P. Colin quería hablar
del S. Barou.
3 Este párrafo esquemático no hace
más que retomar las afirmaciones hechas de una manera más explícitas todavía
por el P. Colin en su carta al P. Mayet del 23 de enero de 1865 (cf. doc. 804,
§ 9 y notas en este sitio)
esas precisiones tienen además la ventaja de
dar indirectamente ciertas indicaciones sobre el trabajo de la comisión de las
constituciones, en el seno de la cual trabajaba el P. Jeantin. Dejando a las notas
el cuidado de comentar las afirmaciones del P. Colin como tales, se cree conveniente interrogarse
previamente lo que hubiera podido impulsar a los comisarios, o al menos al P.
Jeantin, a recurrir así a la inteligencia del fundador1.
Sobre el primer punto, “dimisión” del Padre
Courveille (infra, §1), el
origen de la cuestión es simple. En las noticias históricas del 14 de
septiembre de 1869, el P. Colin había hablado de dos encuentros con el S.
Courveille, uno en Belley y el otro durante un retiro pastoral en Lyon,
encuentros al término de los cuales el desventurado padre había sido despedido
(cf. doc. 821, § 11 y notas). Ahora bien, la narración del P. Terraillon, que
la comisión tenía entre manos, y se preparaba a utilizar largamente, hablaba de
una dimisión del S. Courveille aceptada por los SS. Colin, Champagnat y él
mismo en el Hermitage (cf. doc. 163 (750), §§ 10-11). Semejante dato era
completamente nuevo para el P. Jeantin, pero, por otra parte, el hecho de una
respuesta colectiva escrita del Hermitage al S. Courveille para manifestarle no
regresar más, se cotejaba bien con la narración del hermano Juan Bautista (cf.
doc. 820. § 21). El cual, no obstante, no hablaba de dimisión. ¿Cuáles eran
entonces las circunstancias exactas de poner aparte al promotor del proyecto
marista? Se comprende que sobre este importante punto , se hayan elevado
importantes discusiones entre los comisarios, volviendo prácticamente
indispensable el recurso a la inteligencia del P. Colin.
El segundo punto (§§ 2-5) comprende la
identificación de las ramas que comprendía el proyecto primitivo de la
Sociedad. En su circular impresa el 6 de mayo, el P. Colin había indicado la
composición del plan presentado a Roma en 1833, o sea, cuatro ramas: Padres,
hermanos, hermanas y tercera orden (cf. doc. 827, § 15). La cuestión, no
obstante, podía con razón, parecer poco clara a los comisarios. Por otra parte,
en efecto, la narración enviada por el P. Mayet
al P. Colin y puesta en el informe de la comisión,
recordaba la vieja “revelación” siguiendo la cual, la Sociedad hubiera sido
vista bajo el emblema de un árbol de tres ramas (cf. doc. 835, § 10).Por otra
parte, y sobre todo, el proceso verbal de la primera sesión del capítulo de
1866 reportaba así el inicio de una intervención del P. Colin sobre la regla:
“Él nos ha dicho que en su idea primera la Sociedad debía tener cuatro ramas: los padres, los hermanos, las
hermanas y los contemplativos.Estos últi-
____________
1 Se
supondrán adquiridos aquí los datos que establecerá la introducción al doc. 845
relativos a las piezas que poseían los miembros de la Comisión de las
constituciones (cf. O.M. 3, pp. 628-633).
mos, en el
antiguo proyecto de regla, hubieran formado la casa de retiro”1.
Finalmente, el hermano Juan Bautista, en su obra, que los comisarios conocían,
indicaba que la idea del Instituto de los Hermanos, era propia del S.
Champagnat, quien había sugerido a sus condiscípulos del seminario la adición
de ésta al plan primitivo (cf. docc. 757, § 2; 821, § 9). Si se añade a esto
que el informe del Cardenal Castracane transmitido por el P. Nicolet a la
comisión hablaba desgraciadamente de tres
diversas congregaciones de sacerdotes (cf. doc. 304, § 2), se
comprenderá fácilmente que el P. Jeantin y sus colegas hayan deseado más amplia
luz sobre la cuestión, sin que se pudiera, por tanto afirmar que ellos habían
expresamente confrontado al instante, todos los datos indicados.
El tercer punto, relativo al fin y al
contenido de la apertura de corazón que el P. Colin pretendía hacer al Papa (§
6), puede haber representado un último esfuerzo realizado por el P. Jeantin en
su nombre propio para conducir al fundador a revelar su famoso secreto. Sigue
siendo muy posible, no obstante, que sea la misma comisión, quien haya decidido
hacer interrogar oficialmente al P. Colin sobre este punto capital, a fin de
saber, a qué atenerse a ese propósito en el momento de la redacción del informe
(cf. doc. 845, §§ 43 y 72).
Resumiendo, parece que, con fecha del 11 de
agosto, el examen de las cuestiones
históricas en el seno de la comisión haya sido seriamente comenzada. Ese día,
el P. David había entrado a la Neylière2, anunciando o confirmando
que el P. Fundador no tenía la intención de
venir por el momento. Es viendo eso, sin duda, que el P. Jeantin se
decidió a escribir sin más tardar al P. Colin. La respuesta de éste último, que se va a leer, fue
comunicada por su destinatario a la comisión, al menos oralmente (cf. doc. 845,
§ 14). Es más tarde solamente3,que el P. Jeantin ejecutó, bajo el
título Plan Primitivo de la Sociedad
de María expuesto por el M.R.P. Fundador, una copia ligeramente retocada
de los §§ 2-6 ( APM 921.392).
J M. J. La Neylière, 13 de agosto del 70.
Mi querido y apreciado padre,
[1] Dos
palabras de respuesta, rápidamente, a su carta del 11 de los corrientes.10
Si la memoria no me falla, no fue al Hermitage sino a Belley, a donde el P.
Te-
1 Cf.
Actas del capítulo de 1866, proceso verbal de las sesiones, p. 8. (texto citado
más ampliamente en Acta S.M., t. 6, p. 577).
2 Cf. supra , p. 591, nota 2).
3 Esta copia,
en efecto, escribe los imperfectos en ai
y no en oi, costumbre que el
P.Jeantin no adopta más que hacia 1884 (cf. infra. P. 921, nota i).
raillon hizo un viaje, que fue problema del despido del
Padre Courveille1. La palabra dimisión
de la que se sirve el P. Terraillon no me parece la palabra apropiada.
El Padre Courveille, no habiendo sido jamás designado y aprobado por los superiores
eclesiásticos ni elegido canónicamente por los cohermanos como superior, no
tenía qué dar ninguna dimisión2. Las notas del hermano Juan Bautista
de las que tiene copia entre las manos3 me parece más claro y más
verídico.
[2] 20 Las cuatro ramas presentadas
a Roma forman una misma sociedad bajo la autoridad del mismo superior y
justamente rechazada por el Cardenal Castracane4 son las ramas de Padres, allí comprendidas,
los hermanos sirvientes, los hermanos enseñantes, las hermanas religiosas y la
tercera orden5.
[3] Los hermanos enseñantes no se
encontraron jamás ante Dios en mi plan primitivo de la Sociedad; si más tarde
fueron admitidos en ella, fue por complacencia y en reconocimiento de los
servicios que ellos nos rendían y
sobre todo a petición del P.
Cham-
________
1 No
parece dudoso que a la rectificación presentada, por otra parte, bajo reserva
por el P. Colin sea preciso preferir la
narración del P. Terraillon a la cual se refería el P. Jeantin (cf. doc. 163
(750), § 10). La narración del P. Terraillon había sido puesta por escrito, en
efecto, cerca de treinta años antes y estaba unida a recuerdos precisos, como
se puede ver por el doc. 798, §§ 7-8.
2 Si, de la
primavera de 1824 a los alrededores del verano de 1825, el Padre Courveille fue
generalmente considerado como superior de los hermanos, tanto por el
arzobispado (cf. doc. 28 (108), §§ 15-16) como
por el S. Champagnat (cf. doc.
757, § 27) y hasta un cierto punto, por el mismo Juan Claudio Colin (cf. doc.
122, nota), no se tiene indicio contermporáneo de que una superioridad sobre
los padres le haya sido oficialmente reconocida, y el doc. 38 (141), 190,
parece aún excluirlo, al menos en lo que concierne al arzobispado.
3 Cf. doc.
171 (819), § 25. El hermano Juan Bautista no mencionaba la presencia del P.
Colin en el Hermitage en el momento de la respuesta a la carta escrita de
Aiguebelle por el S. Corveille, pero ese
silencio no puede prevalecer contra las
afirmaciones positivas del P. Terraillon.
4 La
expresión justamente despedido
ya había sido empleada por el
P. Colin en el doc. 827, § 16. De la mención expresa del Cardenal Castracane se
puede, no obstante, deducir a menos a título hipotético, que el P. Jeantin
había hecho alusión en su carta al expresivo informe de dicho cardenal (doc.
304), del que el descubrimiento había debido constituir para él una sorpresa.
5 Es exacto
(cf. doc. 125 (294), § 5). Los hermanos
coadjutores son mencionados en el capítulo consagrado a los Padres (cf. ant. Textus, fasc. 1, p. 78).
Pagnat y de
sus hermanos1. Los Padres, las hermanas y la tercera
orden entraban en el plan
________
1 Que la rama
de los hermanos enseñantes haya sido considerada desde el seminario mayor sobre
proposición del P. Champagnat, el P. Colin lo sabía bien y lo había él mismo
recordado en su reseña del año precedente (cf. doc. 820, § 10) .¿Pretende decir
aquí que antes de 1816, había, por su parte, concebido el plan de una sociedad
de tres ramas sin hermanos enseñantes y que estos últimos no fueron admitidos
más que en esta fecha?. Esta explicación parece rechazada, porque no se ve, en
este caso, cómo el P. Colin podría decir que los hermanos habían sido admitidos
“en reconocimiento de los servicios que ellos nos rendían”, puesto que en 1816
ellos no existían todavía. Por otra parte, nada en las otras declaraciones del
P. Colin, deja suponer que antes del seminario mayor él haya tenido ya una
clara visión de las ramas de una sociedad que él desearía sin aún tener todavía
el nombre de ella . (cf. docc. 171 (819),§ 6 a;
839, § 39). Lo que bien parece sobre todo afirmar
aquí, es que, en la regla primitiva escrita en Cerdon, ningún lugar fue hecho a
esos hermanos enseñantes, y sobre este punto, no se tendrá pena en creerlo si
se está atento a los hechos siguientes: 1) En los dos únicos fragmentos
conservados de la regla de Cerdon, las hermanas son explícitamente mencionadas
(cf. h, 17-18, g, 3-4: Ant. Textus, fasc. 1, pp. 22-23), así como los hermanos
coadjutors (cf. h, 1, 14, 20), pero no los hermanos enseñantes, cuando, por
tanto, los puntos a propósito de los cuales se habla de las hermanas ( informes
financieros entre ellas y la virorum
communitas; papel del superior general en la elección de la superiora de
las hermanas) hubieran normalmente hecho una mención de esta otra rama si ella
hubiera estado prevista en la regla.Por otra parte, se hará notar que la palabra
misma de virorum communitas parece
indicar que no existe más que una comunidad de hombres, la que comprende a la
vez a los Padres y a los hermanos coadjutores. 2) La primera carta conservada
de Juan Claudio Colin a Marcelino Champagnat después del despido del S.
Courveille ( doc. 53 (169)) testimonio de un real interés del superior de
Belley por la obra de su correspondiente pero permanece reservado y no es claro
sobre la pertenencia de los hermanos enseñantes a la Sociedad. 3) En el curso
de los años siguientes, la unión entre los
aspirantes sacerdotes y las hermanas de Belley por una parte, los
aspirantes sacerdotes y los hermanos de Lyon por la otra, estrechan los
vínculos; todo eso forma la “obra de María” (cf. docc. 91 (227), § 1; 92 (228),
§ 1, etc.), pero es claro que el modo de pertenencia de los hermanos a la
Sociedad de María no está definida en el espíritu de Juan Claudio Colin, la
cuestión de la relación entre hermanos José y hermanos maristas crean en ese
campo una real dificultad. 4) El 15 de abril de 1833, el P. Colin tiene el
propósito de presentar a Roma sólo las constituciones de los Padres,
mencionando a las hermanas y a los hermanos (cf. doc. 268, § 3). 5) Es
solamente en el mes de junio siguiente, una vez decidido el viaje, que pide al
P. Champagnat “un resumen sobre la regla de sus hermanos” (cf. doc. 116 (272),
§ 3), texto del que no se sabe si lo recibió y que no parece haber tenido en
Roma (cf. doc. 298, § 2) en el momento
en el que en el Summarium da “un resumen de la regla de los Hermanos Maristas,
un resumen de la regla de las hermanas” (cf. doc. 295, § 4), conforme al plan a
cuatro ramas del que el primer testimonio se encuentra en la súplica del 23 de
agosto de 1833 (doc. 120 (282)). Todo eso parece claramente indicar que la regla
de Cerdon no contenía efectivamente nada sobre los hermanos enseñantes y que su
presencia en el summarium de 1833 fue la consagración de una unión de
hecho a la cual el P. Champagnat tendía
( cf. doc. 153 (417), § 5 ) y que él había sabido hacer reconocer por el
superior central.
primitivo,
como también los hermanos sirvientes bajo el nombre de hermanos josé1.
[4] Esta combinación, que, en los designios
de Dios, no debía ser más que provisional, fue el efecto de una providencia
particular. Esas diversas ramas, en los inicios, tenían necesidad las una de
las otras, y una tal organización conservaba entre ellas la unidad, la unión y
una santa armonía.
[5] La obra de Santo Sacramento debía hacer
una obra aparte y separada2.
[6] 30 deseando hacer una
apertura de corazón a su Santidad, mi único fin era descubrirle por cuál camino
yo había concebido el plan, indicado arriba, de la Sociedad y el espíritu que lo debía animar3.
Yo desearía hacer esta apertura para mi segur[i]dad personal. No pude hacerla a
su Santidad, pero la hago en parte al cardenal Odescalchi4.
[7] Procuraré bajar pronto a Lyon.
[8] Mis respetos al r(everendo) sup(erior)
gene(ral) y a todos los PP. Del capítulo. Si no estoy presente corporalmente en
medio de ellos, si lo estoy en espíritu.
[9] Como siempre, todo de usted en Jesús y
María,
mi
bueno y muy querido padre,
su
muy humilde serv(idor).
Colin.
__________
1 Se acaba de ver que además de los
sacerdotes, la regla de Cerdon, a juzgar por los dos fragmentos conservados,
consideraba la existencia de hermanas y de hermanos coadjutores. Es posible que
desde ese momento estos últimos hayan recibido la denominación de hermanos
José, que aparece por primera vez en un documento escrito el 3 de febrero de
1832 ( cf. doc. 102 (242), § 3). En cuanto a la tercera orden, no hay ningún testimonio directo, inclusive, ninguna
idea, de lo que en esta regla podía concernirle.
2 ¿Cuándo
había tenido el P. Colin la idea de esta obra? No lo dice aquí. Es muy evidente
que no estaba prevista desde Cerdon, aún como “obra aparte y separada”, puesto
que la primera idea de una casa de retiro no apareció con él más que en 1835-36
y no adquirió un carácter eucarístico
más que en 1851 (cf. supra, p.
295, nota 1). También está permitido
preguntarse, si, redactando el proceso verbal de la primera sesión del capítulo
de 1866 citando anteriormente en la introducción, los secretarios habían
interpretado bien el pensamiento del P. Colin. Se puede ver a este propósito
las reflexiones hechas en Acta S.M.,
t. 6 p. 577.
3 Cf. doc. 171 (819), § 40 b.
4 Cf. docc. 171 (819), § 40 b; 841, § 3; 842, § 12. Es este el único sitio en el que el P. Colin afirma que esta apertura de
corazón al cardenal no fue más que parcial.
173 ( 865 )
1889-90. – EL
ACUERDO COURVEILLE-CHAMPAGNAT y el papel del S. Gauché. Según una hoja doble de 299 X 195 mm. Escrita en las pp. 1 y 3 , APM
922.124.1.
Aunque no fechado, el documento que
se va a leer puede ser, sin gran riesgo de error, remontado al período de la
estancia del P. Detours en Saint-Chamond, tanto a causa de la identidad de su
papel con el del documento siguiente, que en razón de la mención del cura de l’
Horme parroquia vecina de Saint-Chamond. En esas líneas se tiene a la vez un
ejemplo de la facilidad con la cual el P. Detours construía hipótesis y reconstruía
el pasado y una prueba de la justeza de sus suposiciones. Es también posible
que el S. Gauché haya tenido con el S. Courveille relaciones más antiguas y más
estrechos , que no conjeturaría nuestro investigador, y se ha permitido reunir
a ese propósito en las notas, los indicios del lugar que Chavanay ha podido
tener en los proyectos de fundación del promotor de la Sociedad de María.
Courveille
[1] Courveille firmó en Chavanay un acta notariada por la cual, salvo
5 000fr(ancos) y un cuarto en el Hermitage, él se desiste y deja al P.
Champagnat dueño absoluto del Hermitage y de sus propiedades1.
[2] Ahora bien, me ha dicho el Sr cura de
Lhorme2, había entonces en Chavanay un cura de nombre de Gaucher3
( Ese Sr Gaucher tiene todavía una sobrina en Chavanay).
________
1 Doc. 50 (166).
2 El Padre Juan Antonio Grenier, quien ocupó el puesto del primero de agosto
de 1875 hasta su muerte, ocurrida el 19 de abril de 1895. Era originario de
Chavanay, donde había nacido el 20 de septiembre de 1831 ( cf. AAL, reg. pers.
2).
3 Joseph Gauché fue nombrado el primero de octubre de 1808 cura de Chavanay,
del que era ya vicario en ese tiempo (cf.
AAL, reg. pers. 1). Permaneció al frente de esta parroquia hasta octubre
de 1855 (cf. VACHET, p. 592). Durante los primeros años de su ministerio debió
conocer jóvenes mujeres , las futuras religiosas de Saint-Clair originarias de
su parroquia: Anne Perreton y las dos Verrier. ¿Hasta qué punto las había
animado y ellas habían participado en los intentos de fundación religiosa que
tuvieron lugar en Chavanay bajo la Restauración? No se puede, en el estado
actual de las investigaciones, dar respuesta a esta pregunta, pero no se puede
omitir señalar aquí ciertos hechos que pueden comprobarse útiles para una
profundización ulterior de la historia de las fundaciones del Padre Courveille.
El Sr Gaucher
era un sacerdote muy santo y un hombre muy fino. El P. Champagnat le había dado
hermanos1 y ellos eran íntimos. Sabiendo que Courveille estaba en St
Clair ( y, sin duda, Courveille había debido ver frecuentemente al Sr Gaucher),
el Sr, Gaucher, muy fino, habrá guiado las negociaciones entre el P. Champagnat
y Courveille2. Vista su habilidad, habrá hecho aceptar a Courveille
las condiciones del acta que fue en seguida notariada. El P. Champagnat se
encontraba así liberado y tranquilo.
[3] Courveille, quien fundaba en St Clair y
quería ir a St Antoine, habrá estado bastante contento de sus cinco mil francos
y sobre todo, habrá estado halagado con el cuarto concedido en el Hermitage.
___________
El 27 de
noviembre de 1816, el secretario del consejo del arzobispado de Lyon señalaba: “El Cura de Chavanay teniendo
varias casas de mujeres consagradas a la educación que viven con este fin en
comunidad, aunque ellas no sean de ninguna manera religiosas, pretende y
trabaja desde hace tiempo para eso, que
una de esas casas adoptó una regla y se asoció a una institución religiosa;
pide previamente el consentimiento del ordinario a este efecto. Sobre qué se
determina que está autorizado con el fin de agregar la casa que considere la
más dispuesta en la congregación o de San José o de San Carlos, pero a condición
de que todo sea de mutuo acuerdo entre los diferentes sujetos de la dicha
casa”. (AAL, reg. delib. 4). No se sabe
qué seguimiento dio el S. Gauché a esta recomendación, pero el 9 de diciembre
de 1820 cinco muchachas eran autorizadas en Chavany para la educación: Marie
Paret y Marie Olagnier, de Chavanay; Eléonore Goutarel, de Roche (Isère);
Etiennette Cadis y Jeanne Durand, de Lyon (cf. arch. Dep. de la Loir, registro
utilizado en doc. 63). La segunda de esas señoritas cederá en 1824 a los
Hermanos Maristas la casa donde ella daba clases (cf. nota siguiente).
1 La mención de una fundación a hacer en
Chavanay figura en uno de los cuadernos del S. Champagnat antes del otoño de
1824 (cf. doc. 29 (109)) y parece haber sido pedido todavía después de mucho
tiempo (cf. doc. 166 (754), § 25 y nota en este sitio). No se tiene, pues
prueba de que el S. Courveille haya estado mezclado en esta fundación, pero no
se guardará de excluirlo, vistas las relaciones que sus religiosas de
Saint-Clair tenían con Chavanay. Parece bien, en todo caso, que los hermanos en
noviembre de 1824 tomaron el relevo de una escuela tenida por una de las
piadosas hijas del S. Gauché (cf. El texto de los Anales Avit citado en OM 2,
p. 782, nota 2). Precisemos que la Marie Olagnier de la que se trata aquí y en
la notas precedente, nació en Chavanay, el 2 de noviembre de 1793, de Juan
Bautista y Margarita Paret y no parece, en consecuencia, haber tenido
parentesco inmediato con las dos hermanas Olagnier de Châteauneuf ni con la de
Pélussin, que las tres serán religiosas de San Antonio (cf. OM 1, p. 451, y
rep. biogr.).
2 Lo que para el P. Detours no era más que
una hipótesis se encuentra notablemente apoyada por la mención del S. Gauché
llevado sobre el sobre de la minuta del acta (cf. doc. 50 (166), líneas 46-47).
El P. Detours, trsbajando sobre los documentos del Hermitage, no había visto,
por su parte, más que la expedición.
No se le despedirá completamente; se le mirará como
a un amigo de la casa; eso lo rehabilitaba un poco a los ojos de todos y era
también un acto de hábil caridad y apaciguamiento. [4] ¿Courveille ha utilizado
ese cuarto del Hermitage. Posiblemente? No encuentro huellas de su aparición en
esta época y más tarde en el Hermitage1.Por tanto, él llevó a San Antonio
algunos hermanos del Hermitage2. Entonces, él tenía todavía contacto con esta
casa y los hermanos. Por demás, su falta no fue, posiblemente muy divulgada,
gracias a la prudencia del P. Champagnat. Los hermanos no podían saber
exactamente lo que pasaba y creer que el alejamiento de Courveille era debido
a los desacuerdos que habían existido y
sobre todo, porque queriendo ser considerado como superior y honrado como tal,
se había retirado viendo que no se le concedía lo que deseaba. Es la razón que
él ha dado al cura de St Antoine cuando
pidió la posesión de esta Abadía3 . Es la razón que él ha dado en todas partes,
sin duda, cuando su falta no era bien conocida y sobre todo en un tiempo en que
sus faltas futuras no habían llegado y donde gozaba todavía de una reputación
de austeridad y de santidad.
[5] Un rasgo que describirá el Sr Gaucher.
En una reunión, un cierto voltarianio se encontraba allí y, como se cantaba, el
voltariano cantó una cancioncilla poco conveniente. El dueño de la casa le
pregunta riendo: Y bien, Sr cura, qué
piensa usted de esta cancioncilla. “Sí, sí, dijo maliciosam(en)te el cura.
Acepto la tonada, pero dejo a los otros la letra”.
174 (874)
Sin fecha.-
notas del p. Detours citadas en GRENOT, Anales
S.M., t. 1, pp. 12-28.
Se ha tenido
la ocasión de ver anteriormente que el conjunto de los papeles del P. Detours
fueron, después de la muerte del P. Jeantin, remitidos al P. Grenot,
___________
1 Ninguna huella de tal pasaje existe, en efecto, se puede considerar
como moralmente cierto que el S. Courveille no reapareció en estsa casa después
de octubre de 1826.
2
Cf. docc. 859, § 2; 860, § 3; 873, § 11.
3 Cf. doc. 860, § 3.
quien
destruyó una gran parte de ellos1. Todos los pasajes citados por el P. Grenot en sus Anales han particularmente
desaparecido, e importaba, entonces, editarlas , de ninguna manera
garantizando, evidentemente, la fidelidad de las citas hechas por un autor poco
escrupuloso en la materia. Reservando para el documento siguiente una
importante nota sobre el S. Courveille, se han reunido aquí las diversas “notas
del P. Detours” citadas en el párrafo “Favores celestiales” del capítulo 1 de
los Anales consagrado al P. Colin Las otras raras notas del mismo citadas en el
resto del volumen no aportan elementos nuevos o no interesan a la historia de
los orígenes.
[p. 13]
[1] Para no citar mas que un ejemplo de
esto2, él había visto y sabido de una manera indudable, mientras tomaba sus
clases en S. Jodard, que el P. Jallon, su profesor se convertiría en uno de sus
primeros compañeros3 . Un poco más
tarde, él se afanó en tranquilizar al P. Champagnat acerca de la partida del
Padre Terraillon, su compañero en el Hermitage, haciéndole entender que él
vendría a tomar su lugar, a pesar de todas las apariencias contrarias, entre
los primeros elegidos de la Sociedad de María4 (1).
(1) Notas del P. Detours.
[2]
Por otra parte, se pidió al P. Colin si él había visto al S. Courveille, como
iniciador de la Sociedad de María, entre aquellos que debían cooperar
eficazmente en su fundación: “No, respondió, él no era5 (2)”.
__________
1 Cf. supra,
pp. 816-817.
2 El P. Grenot acaba de resumir JEANTIN, t.
1, p. 176, sobre la visión que Jean Claude Colin hubiera tenido,, desde antes
del seminario mayor, de aquellos que deberían colaborar con él.
3 Cf. doc. 872, § 4.
4 Es un hecho que, contrariamente a
Marcelino champagnat, que hablaba de la deserción del S. Terraillon (cf. doc.
286), Juan Claudio Colin no desesperó jamás de verlo algún día unido a la
Sociedad (cf. docc. 95 (233), § 8; 101 (241), § 4; 145 (380), § 1). Nada, no
obstante, en esos textos muy sencillos, invita a pensar que se haya beneficiado
a causa de su inteligencia. Es posible, no obstante, que, sacando de esas
cartas, que conocía, la afirmación según la cual el P. Colin había visto a
todos aquellos que debían un día colaborar con él, el P. Detours haya creído
poder discernir allí una prueba de e
se fenómeno carismático, a menos que no sea el P. Grenot quien haya
interpretado en ese sentido una observación de su predecesor.
5 Cf. doc. 839, § 10. Este dato que el P. Jeantin no reprodujo en su obra
pero que insertó tardíamente al margen de su ejemplar personal (cf. JEANTIN
interfoliado, t. 1, figuraba posiblemente en su redacción de 1891, donde el P.
Detours lo hubiera encontrado.
(2)Notas del P. Detours. ( Ver Apéndice B,
fin del capítulo I01..
[14, en nota]
[3] Es de tradición constante, en Cerdon y
en la Soc(iedad) de María, que la Sma. Virgen se le hubiera aparecido, no
solamente en el camino de Mérignat, como
acabamos de decirlo2, sino varias veces aún, cuando oraba en el estudio de su
cuarto, convertido en oratorio, en esta parroquia3.
_________
1 Doc. 875.
2 En el texto, el P. Grenot acababa de
encontrar ese hecho según JEANTIN, t. 1, pp. 101-102.
3 El P. Grenot utiliza aquí manifiestamente el
texto de los “artículos” preparados por el P. Nicolet, postulador de la causa
del P. Colin, en vista del interrogatorio de los testigos del proceso
ordinario. He aquí el texto: Es de tradición en Cerdon y en la Sociedad de
María, que la Santísima virgen se le apareció varias veces cuando oraba en la
oficina de su cuarto convertida en oratorio. Se ler apareció todavía en el
camino de Mérignat, cuando se dirigía a Belley para tratar con Monsr. Devie los
asuntos de la Sociedad”. ( n. 289, p. 85). Habiendo sido él mismo uno de los
testigos del proceso, el P. Grenot había
declarado a ese propósito, el 4 de mayo de 1900: “Es de tradición en la
sociedad que ‘la S(an)tísima Virgen se le había aparecido varias veces en Cerdon,
en Mérignat y en los últimos tiempos de su vida en la Neylière” ( copia
pública, f. 399v) . Se habrá notado que en esta declaración el P. Grenot no se
había comprometido relativamente a las apariciones en la oficina del cuarto, y
los otros testigos habían estado todavía más vagos que él. Sobre los veinte
padres o hermanos coadjutores maristas interrogados, nueve habían hablado de
apariciones, pero sobre ese número, dos se habían referido explícitamente y
únicamente a la de la Coria (cf. copia públic, ff. 272r y 479r), cuatro no
habían dado ninguna precisión (ibid., ff. 329v, 465r,, 502v ) ,
y dos solamente, además del P.
Grenot, habían hablado de Cerdon pero sin distinguir como él, Cerdon de
Mérignat, lo que hace pensar que ellos se referían también, incluso únicamente,
a la aparición de la Coria (ibid., ff. 307v y 383v). En cuanto a los tres
testigos Cerdonianos, uno había hablado de apariciones sin precisión (ibid., f.
575v ), otro no sabía nada (ibid., f. 577r ), y el tercero. El Padre Clerc,
cura desde 1898, había señalado la tradición sobre la aparición en Mérignat sin
hacer alusión a los hechos acaecidos en la casa del cura (ibid., f. 617r). Se
puede pues preguntarse si la tradición concerniente a las apariciones de la
Virgen del P. Colin en la oficina de su cuarto en la casa cural estaban, en
1899, también establecidas en la Sociedad de María y en Cerdon como el P.
Nicolet acaba de dejarlo entender. En 1913, en cambio, luego del proceso
apostólico super fama sanctittis,
tres testigos cerdonianos hablarán de apariciones de las que el P. Colin se
habría beneficiado en su cuarto (cf. proceso apostólico, copia pública, ff.
134r , 136r , 146v). No obstante, sin poner en duda la sinceridad de esos
testigos, se puede preguntarse seriamente si los recuerdos de las declaraciones
de los ancianos a partir de los cuales
ellos declaran no han sido influenciados por las afirmaciones del P.
Grenot, cuya obra había aparecidoen 1903, afirmaciones que, indirectamente al
menos, habían debido llegar a Cerdon por los padres maristas u otros
peregrinos.
Es cuestión
de construir una capilla en el lugar de la aparición1. (Notas del P. Detours)
[16]
___________
Así pues, la
“tradición” a la cual se refiere la presente nota parece muy frágil. Proviene
sin duda simplemente, del doc. 839, § 36, retomado en forma equivalente en CJN,
p. 8. La palabra oficina,
utilizada en este texto y en la presente nota, sugiere particularmente este
origen. Sería suficiente confrontar este texto con ciertas alusiones hechas por
el P. Colin a favores sobrenaturales recibidos en los orígenes (cf. doc. 839,
§§ 22-23 y 28) para llegar, sin demasiado trabajo ¡desgraciadamente! a la idea
de apariciones recibidas por el vicario de Cerdon en la oficina de su cuarto. A
partir de allí, será inevitable que se busque situar en la casa del cura los lugares de esos favores
celestiales .Confiscada en 1905 como consecuencia de la ley de separación de la
Iglesia y del Estado, esa casa cural fue recuperada en 1913, y el cura de
entonces, el S. Poncet, se instaló allí el 25 de noviembre de 1913 ( cf. Eco Parroquial de Cerdon, enero de
1914). Él debió entonces informarse con los ancianos del apartamento que había
sido el de Juan claudio Colin y la bautizó con
un nombre nuevo, como “cuarto de las apariciones” la pequeña pieza
mediana del piso inferir , cuya ventana da al camino que sube al monte Carmier.
De hecho, la localización del departamento del vicario era erróneo, el P.
Detours, habiendo especificado detrás de una foto de la casa parroquial, hacia
1890, que ese apartamento era el del piso superior( cf. fig. 99). Aunque haya
permanecido bastante viva hasta estos últimos años, la seudo tradición
referente a este cuarto e las apariciones es pues carente de fundamento y por
otra parte, se encuentra en camino de desaparecer.
1 Dado que, para la tradición sobre las
apariciones en la casa parroquial el P. Grenot parece claramente depender del
P. Nicolet (cf. nota precedente), la indicación Notas del P. Detours vale sin duda, únicamente para la última
frase de la nota, en la medida que se refiere al proyecto de construir una
capilla en el camino de la Coria. Tal proyecto había sido concebido, en efecto,
desde 1870 (cf. supra, p.
. 257, nota
2), y en 1875 el P. Eugène Colin parecía alimentar la misma preocupación (cf.
dos. 852, § 9). El 20 de febrero de 1901, el Padre Joseph Clerc, cura de
Cerdon, manifestará en su declaración al proceso ordinario: “Una tradición de
la región dice que la Sma. Virgen se había aparecido en el camino de Cerdon a
Mérignat originaria de Cerdon. Se dice también que un antiguo cura de Mérignat
había querido hacer construir un recuerdo de esta aparición, que tuvo
dificultad para ello, por la dificultad de definir el lugar exacto” (copia
pública, f. 617r) . Habiendo sido anexada Mérignat a Poncin entre 1888 a 1892 ( en el tiempo precisamente
de la indagación del P. Detours), el antiguo cura al que nos referimos aquí, debe haber estado
en funciones antes de 1888, y se le uede pensar ya sea en N. Pigeon
(1864-1876), ya sea en J.-A. Bolliet ( 1876-1888). Uno u otro habría recibido
la visita de uno de los Padres Maristas interesado en comprar y construir y se
habría mostrado interesado en el proyecto. Es a través de él que la aparición
en el camino de Mérignat había entrado en la tradición de la región, en la que
se puede fuertemente dudar que haya existido anteriormente. Luego de su paso
por Cerdon, el P. Detours habría escuchado hablar de ese proyecto de
construcción.
[14] Cuando en el curato de Cerdon, asentó
sobre el papel los primeros borradores de Constituciones, compuso también las
reglas para las Hermanas Maristas y la Tercera Orden de María. Sin embargo, un
hecho lo dejaba en la ansiedad; Dios le había mostrado la Sociedad de María
bajo la forma de una antorcha o de un árbol de cuatro ramas. No fue sino más tarde que comprendió la
realización completa de esta misteriosa visión, cuando el P. Champagnat propuso
establecer el Instituto de los P(equeños) H(ermanitos) de María, para la
enseñanza de la juventud, y que su santo [p. 17] Fundador pretendía absolutamente que dependiera del
tronco común1. ( Notas del P. Detours).
[5] En el capítulo general de 1870, repitió
lo que frecuentemente había hecho escuchar: “Yo declaro resueltamente que no
reconozco otro fundador que la Santísima Virgen; de mi parte, yo no he sido más
que un medio pasivo. No temo
afirmar de nuevo, , en presencia de Dios y en el umbral de la tumba; jamás
hubiera tenido la temeridad de escribir las Constituciones si yo no me hubiera
visto obligado por un poder superior al mío. La circunstancia que me ha
determinado a ello, es mi secreto y el
de mi hermano; los otros Maristas no lo conocerán más que en el cielo2”.
Él había confesado al P. Champagnat que para determinarlo a vencer sus resistencias
y marchar sin temor, la Santísima Virgen se le había aparecido dos veces3.
(Inf(orme) del P. Detours).
__________
1 Nota basada en parte, sin duda, sobre los manuscritos
del P. Jeantin utilizando el doc. 172 (844), § 3, y preparado por JEANTIN t. 1,
p. 75. Nunca, no obstante, el P. Jeantin habla de la visión de un árbol de
cuatro ramas, y el P. Detours ha debido tomar este dato, por otra parte,
posiblemente de el P. David. En todo caso, lo había impresionado y, en el
prefacio de su cuaderno Tercera Orden
Secular de María, escribirá: “Henos aquí, llegando a la historia de la
4a rama de la Sociedad de María. El árbol misterioso compuesto de 4 ramas que
habíua visto el M.R.P. Colin nos aparecerá ahora en todo su engrandecimiento y
toda su belleza” (p. 2). En cuanto a la imagen de la llama, no se encuentra en
ninguna parte.
2 Cf. doc. 848, § 5.
3 Se permanecerá muy reservado sobre esta
afirmación, de ninguna manera atestiguado, por otra parte, y que el P. Detours
había sin duda recogido en el Hermitage de una tradición indirecta. Se sabe, en
todo caso, que el P. Champagnat casi no creía en los fenómenos maravillosos que
hubieran marcado los orígenes de la Sociedad (cf. doc. 156 (440)).
175 (888)
24 de
diciembre de 1864. – CARTA DEL CARDENAL DONET al hermano Luis María:
Observaciones sobre la Vida del P. Champagnat por el hermano Juan Bautista; sus
relaciones con los primeros maristas. Según
la expedición autógrafa, AFM; editada con algunos retoques en “Circ. P.F.M.”,
t. 3, pp. 544-545.
A propósito
de una petición de hermanos maristas para una parroquia de su diócesis, el
Cardenal Donet , Arzobispo de Bordeaux, que acaba de terminar la lectura de JUAN BAUTISTA, se deja ir a
evocar el período ya lejano de los orígenes maristas. Visto el fin interesado de su carta, es
llevado a embellecer un poco su propio escrito, pero su testimonio merece ser
escuchado, porque ese futuro príncipe de la Iglesia, había sido bastante bien
colocado para decir en la ocasión su palabra a uno u otro de los protagonistas
de esta historia. Nacido el 16 de noviembre de 1795 en Bourg-Argental (Loire).
Ferdinand Donet, después de los estudios secundarios en el colegio de Annonay1
, había entrado a Saint-Irénée en noviembre de 1813, al mismo tiempo que Juan
claudio Colin y Marcedlino Champagnat2. Hizo con ellos toda su Teología, pero,
en razón de su edad, debió esperar algunos años la recepción de las órdenes
mayores. Profesor de humanidades en el Colegio de Belley de 1816 a 18193,
recibió el sacerdocio el 7 de marzo de 1819 en Grenoble4, después fue
sucesivamente vicario en la Guillotière, misionero con los cartujos a partir de
octubre de 18195 y cura de Irigny del 15 de septiembre de 1821 al 30 de
septiembre de 18226. El 15 de noviembre de 1822, es oficialmente autorizado a
ir como misionero a Tours7, donde permanece cinco años. Llamado a su diócesis
por Monsr., de Pins, es nombrado al curato de Villefranche el 24 de agosto de
18278. Preconizado el 6 de abril de 1835 coadjutor de Monsr. Forbin-Janson,
Obispo de Nancy, es consagrado el 30 de mayo siguiente y, después de un año y
medio en Nancy, es nombrado el 30 de noviembre de 1836 Arzobispo de Bourdeaux,
___________
1 Cf. POUGEOIS, Vida, Apostolado y Episcopado de S.E. el Card. Donet, t. 1, París, 1884
2 Cf.
arch. Del sem. Mayor de Lyon, reg. 1, a la fecha.
3 Cf. POUGEOIS, ob. cit. , y El episcopado
Francés, p. 388.
4 Cf. Aal, reg. ordin. 2.
5
Cf. ODIN,
p. 218
6
Cf. AAL,
reg. Pers. 1.
7
Cf. AAL,
reg. Ordin. 2.
8
Cf. AAL,
reg. Pers. 1.
Sede que
ocupará hasta su muerte, ocurrida el 23 de diciembre de 1822, habiendo recibido
el cardenalato el 15 de marzo de 18521. El texto que se va a leer y sus notas
permitirán al lector darse una idea de los contactos que en sus diferentes
puestos, Ferdinand Donet había tenido con los primeros aspirantes de la
Sociedad de María.
Bourdeaux, 24 de Xbre de 1864.
[1] Yo he leído mi muy querido hermano, con
una inmensa edificación la vida de vuestro excelente y siempre tan
llorado2 fundador; éramos casi paisanos3
y él ha hecho todo su seminario conmigo, y colocado, ya sea en la clase de
teología, o ya sea en el corredor donde se encontraban nuestras celdas, siempre
al lado mío: era, como lo dice el autor de la Vida, uno de los hombres que se
relacionaba bien con todos.
Frecuentemente me confiaba sus pensamientos más íntimos . Entonces, nada de la
historia de su vida me ha extrañado. Yo haré leer esta vida en el refectorio de
mi seminario mayor en el próximo retiro pastoral. Resultará de mucho provecho.
[2] Yo creo que sería bueno suprimir, no lo
que se refiere al S. Courveille, sino de no dar más que la inicial de su
nombre. El S. Champagnat no entró al seminario mayor exactamente en 1812, sino
el 1o de 9bre de 18134. El Se(ñor) de
Saint Trivier no ha tenido nada qué ver en la fundación de los hermanos de St
Sauveur. El honor en esta fundación, se debe completamente a la familia Colomb
de Gaste5. ElS. De Saint Trivier ha hecho mucho por la escuela de
Bourg-Argental, de acuerdo con el S. De Playné, yerno del S. De Sablon y que
era entonces alcalde de mi pequeño pueblo natal6. Usted no verá mal que yo
reivindique mi parte en esas dos fundaciones: Habiendo conservado contactos con
el Padre Champagnat a causa de nuestra vieja amistad,
__________
1 Cf. El Episcopado Francés,
p. 144.
2
Leer evidentemente llorado. Este interesante lapsus ha
sido rectificado por el editor de lasCirc. P.F.M.
3 Marlhes, donde nació Marcelino Champagnat, no está más que a trece
kilómetros a vuelo de pájaro de Bourg-Argental, patria delCardenal çdonnet.
Pero antes de la Revolución la primera parroquia pertenecía a la diócesis de
Puy y la segunda a la de Vienne.
4 Es exacto (cf. doc. 9 (25)).
5 El cardenal rectifica aquí JUAN BAUTISTA, t. 1, p. 101; cf. también doc.
166 (754), § 11.
6 Cf. JUAN BAUTISTA, t. 1, pp. 105-108; cf. también doc. 166 (754), § 12
En las diversas posiciones que la Providencia me ha hecho, es sobre mis
instancias y las de las autoridades locales que él consintió en dar su primeros
hermanos a St Sauveur y a Bourg1 y a enviarnos, de acuerdo con el P. Colin, él
también mi antiguo hermano de armas del seminario mayor en 1813, 14, 15 y 16,
una colonia de Padres Maristas en mi diócesis en 18382. El Padre Chanu ha sido
el primer superior de los misioneros de Verdelais, establecimiento que ha
llegado a ser un ode los másimportantes de la Compañía.
[3] He entrado, mi muy querido
hermano, en todos esos detalles para que usted no tenga más el ánimo de
negarnos hermanos para la parroquia de Gironde.
[4] Yo soy no únicamente uno de
los mejores amigos de su Orden, sino casi uno de sus fundadores. Yo había
anunciado al P. Champagnat las malas pasadas que le jugaría el S.
Courv(eille)3. Yo había tranquilizado más de una vez al S. Bochard4. Yo os
había vuelto favorable a Monsr, de Pins y había,
___________
1 La
intervención de ese joven sacerdote de Bourg-Argental ante uno de sus amigos de
seminario para decidirlo a esas fundaciones es muy probable.
2 No se ha visto que el P. Champagnat haya intervenido de alguna manera en la
fundación de Verdelais, qque no le concernía y a la cual él no quiso enviar
hermanos (cf. carta del P. Colin al P. Champagnat del 22 de febrero de 1839; el
original, que pertenecía al lote de los AFM, está hoy perdido; varias copias de
esta carta subsisten en los APM 914,113). El cardenal claramente apela a todos
los medios para encontrar contactos con el Instituto de los hermanos.
3 El Padre Donet, se ha visto, recidió fuera de la Diócesis de Lyon de
noviembre de 1822 a agosto de 1827. Como en esta última fecha, el S. Courveille
había ya causado al P. Champagnat los disgustos a los cuales hace alusión aquí
el cardenal, la predicción se puede ituar muy probsablemente antes de 1822,
posiblemente, aún, desde la época del seminario mayor.
4 Entrando en la comunidad nombrada de los Cartujos en Lyon en octubre de
1819, el Padre Donet permaneció allí dos años, y, aunque no haya podido
resolverse, al fin de ese tiempo a emitir el doble voto de obediencia, guardó
buenas relaciones con esta Sociedad, de la que fundó una filial en Tours (cf.
ODIN, pp. 218-219). Es evidentemente de 1819 a 1821 que conviene situar su
acción moderadora ante el S. Bochard, fundador y protector de la Sociedad. Se
sabe que en 1821 serias dificultades opusieron al vicarioi General y al Padre
Champagnat y que un período de calma entre los dos hombres, parece haber
seguido a esas dificultades (cf. doc. 166 (754), §§ 17-25). Una cierta
influencia del Padre Donet en este asunto es muy posible.
5 El favor de Monsr. De Pins fue concedido a los hermanos maristas desde su
llegada a la diócesis (cf. doc. 22 (95. El Padre Donet estando entonces en
Tours, se tiene mayos dificultad para representarse cómo hubiera podido ejercer
en ese momento una influencia eficaz sobre el administrador apostólico.
Advertido por el S. Cholleton, descubre algunas de las conspiraciones del
S. Cattet1 y hace caer las consideraciones en las que se había inspirado el S.
Dervieux, cura de St Pierre, todo el orden2, del cual, en un cierto momento, no
quería más escuchar hablar más que al S. Alirot de Marlhes3 . Tengo todavía la
carta que me escribió el S. Dutreuil su sucesor, quien fue mi vicario en Villefranche
en 1828, sobre los últimos momentos del P. Champagnat. El S. Dutreuil mira como
uno de sus más conmovedores recurdos los últimos momentos de vuestro fundador.
“La escena de la que acabo de ser testigo en una celda de la casa madre del
Hermitage, me decía él, permanecerá grabada en mi corazón en caracteres
imborrables”.
[5] Por favor, pues, querido
hermano, en virtud de todos esos recuerdos, deme hermanos para Gironde sin
tardanza, y en 1866 me dará para la Teste4.
Su Seguro Servidor
+ Ferdinand Cardenal Donet
Arz(obispo) de
Bord(eaux).
__________
1 Se sabe que el S. Cattet, encargado a fines de 1825
del cuidado de las comunidades religiosas, tuvo dificultad a ese título con los
hermasnos y Padres de la Sociedad de María en la Diócesis de Lyon hasta que el
S. Cholleton sea personalmente designado para ocuparse de los Maristas ( cf.
docc. 146; 267, § 3). Entre tanto, el S. Chelleton debió ciertamente tener más
de una ocasión temer el celo de neófito
de su colega (cf.doc. 44 (151), § 1) y, no pudiendo intervenir directamente,
buscarás hacer actuar a terceros. Es difícil, no obstante, suponer en 1826 en
el momento en el que el S. Cattet hizo correr al Instituto sus más grandes
riesgos (cf. docc. 757, §§ 44-45; 48 (159)), una intervención del Padre Donet,
entonces en Tours. Éste pudo intervenir, al contrario, a partir del fin de
1827, cuando, cura de Villefranche, tenía la ocasión de venir al arzobispado y
usar de su influencia ante Monsr. De Pins.
2 Esta oposición del S. Dervieux
parece haber sido clara hacia la Pascua de 1821 (cf. doc. 166 (754), §§ 18-22),
es decir, en una época en la que el Padre Donet, aureoleado por el éxito de la
gran misión que predicaba en Saint-Etienne (cf. ODIN, p. 218, y Amigo de la Religión, t. 28, pp.
106-107), puede muy bien haber tenido la ocasión de deslizar algunas palabras
eficaces al cura decano del cantón vecino de Saint-Chamond.
3 Fundada en 1818, la escuuela de Marlhews debió ser cerrada en 1821 y fue
reabierta solamente después de la muerte del S. Alirot en 1832.
4
La Teste de Buch ( Gironde). El
editor de las Circ. P.F.M. ha leído equivocadamente el resto.