EL RIO Y MI SOLEDAD
desde mi ventana, solo,
muchas veces miraba el río,
quería llegar a él
mas no encontraba el camino
un día, después de mucho,
llegué hasta su ribera
con una sed de mil años
y cansancio de cien esperas,
me descalcé en sus playas
y recorrí sus arenas
esperando que sus aguas
se alzaran y me cubrieran
me recosté a su lado
bajo la noche de enero,
luego penetré en sus aguas
y él empapó mi cuerpo
luego vino la alborada
se alzó de nuevo el misterio
y entonces yo tuve miedo
de que el río quedara seco,
pero aunque el río se seque
calmará igual mi sed,
pues fue él quien me ha quitado
la soledad de beber
desde mi ventana, solo,
muchas veces miraba el río,
hoy yo miro mi ventana
porque su cauce es el mío