Los Oráculos
Los sistemas oraculares no son tan
sólo instrumentos de predicción, o estímulos para la visión. Ellos reproducen
en pequeño un mundo de relaciones análogo al cosmos, a través de números,
pautas, cifras o proporciones, en las que el Universo se expresa. Un oráculo es
un mundo en pequeño, y reúne dentro de sí la posibilidad de todo lo que ha
sido y será. Incluye en su diseño una serie de alternativas rítmicas que se
producen en determinados espacios y tiempos reincidentes, y que se signan
aritmética y simbólicamente, y dan lugar a los cálculos de posibilidades.
Estas relaciones numéricas, macrocósmicas y microcósmicas, permiten la
transposición de lo universal a lo particular, mediante un juego de
coordenadas que el oráculo traduce a nivel sensible; de allí la posibilidad de
constituirse en vehículos iniciáticos. Este es el caso del Tarot y también del I Ching y los calendarios precolombinos
mesoamericanos, que se basan en una perfecta construcción matemática. En
líneas generales podría decirse que la utilidad de consultar un oráculo es
válida en cuanto el consultante desee obtener una radiografía interior de sí
mismo, adecuada a la situación o pregunta que ha formulado, con todo respeto,
en ocasiones solemnes. Por otra parte se debe recordar que el futuro es sólo
una proyección del pasado, y que no somos ajenos a los acontecimientos que
nos toca vivir. La reincidencia en nuestros gestos y acciones es algo que vale
la pena observar en las respuestas oraculares. Más difícil es romper con las
situaciones y hábitos que nos aprisionan; y en muchos casos lo que nos dice un
oráculo es una sugerencia en este sentido. Trate siempre de entender las respuestas
por lo más elevado, y luego considérelas a distintos niveles. A veces las
respuestas son claras y otras no lo son. Sucede también que en ocasiones no se
quiere aceptar lo que los oráculos tienen para decir. Pregunte poco y hágalo
claramente. Lo más probable es que su destino sea completamente desconocido
para usted mismo.
Indicaciones
para el uso del Tarot
– Las cartas se baten, o barajan, sobre la mesa, con ambas manos, con
movimiento circular, preferiblemente de derecha a izquierda, como se escribe
el alfabeto hebreo (esto debe hacerse así para que se mezclen las unas con las
otras, al derecho y al revés).
– Las cartas deben cortarse siempre, con la mano izquierda, según es
costumbre.
– Las cartas han de ser sacadas del mazo de la parte de arriba, y
colocadas sobre la mesa. Al abrirlas deberá tener la precaución de hacerlo
dándoles vuelta verticalmente y llevando el naipe hacia usted. Este punto es
particularmente importante porque según salgan los naipes en los tendidos –es
decir, al derecho o al revés– sus significados varían completamente puesto que
se hallan invertidos entre sí. Debe considerarse que la carta está derecha o al
revés, de acuerdo a como se halle con respecto al que lee la tirada de cartas.
– Envuelva su Tarot en un paño de seda del color de su preferencia, y
dedique una caja especial de madera para guardarlo en ella.
Creemos que ya tiene usted la información necesaria para comenzar a
practicar este maravilloso "juego". Sin embargo, antes de comenzar a
explicar las primeras tiradas queremos añadir algunas ideas y recomendaciones
que nos serán útiles para comprenderlo mejor y sacar de él mayor provecho. En
primer lugar, recordemos que el Tarot, como todos los oráculos sagrados, ha
sido diseñado a través de símbolos que expresan una doctrina cosmogónica; por
esa razón, se recomienda utilizarlo fundamentalmente para realizar consultas
doctrinales, y sólo en modo secundario para hacer preguntas de orden personal,
las cuales de todas maneras serán respondidas por añadidura. Sugerimos también
muy especialmente conseguir una buena versión del Tarot. Nosotros utilizamos,
como ya se ha visto, el Tarot de Marsella, y éste es el que recomendamos en
primer lugar. Ocurre con todos los libros sagrados, que algunas veces han sido
"traducidos" con graves errores y serias tergiversaciones, que en
ocasiones aun invierten el sentido original de la escritura. Lo mismo ha
sucedido con el Tarot, y a menudo nos encontramos con ciertas versiones que
más bien parecen haber sido realizadas para confundir, muchas de las cuales
llevan implícitas "segundas intenciones", cuando no son el producto
de meros fines comerciales.
Es muy
importante no alejarse en ningún momento de los Principios que se encuentran
implícitos en las láminas; a veces tenemos la tendencia a quedarnos en el
sentido predictivo de los oráculos, y se nos olvida el origen de sus símbolos.
Para esto, es recomendable recordar constantemente los significados numéricos,
geométricos, cabalísticos, astrológicos, etc., de cada carta, lo que nos
permitirá tener una comprensión más cabal de este "Libro". Todos los
símbolos sagrados transmiten también las energías de los sabios y hombres de
conocimiento que en ellos han meditado, lo que podremos comprobar con la
experiencia.
En muchas
escuelas que han utilizado al Tarot como vehículo iniciático, se acostumbra
conocer primero los veintidós Arcanos Mayores, antes de comenzar a jugar con
los Menores y las Cartas de la Corte. Para
comenzar juegue sólo con los veintidós Mayores.
No utilice las otras cincuenta y seis láminas hasta que esté seguro de ser apto
para ello.
Preparación
Es recomendable
guardar el Tarot –y todos los objetos y libros sagrados– en un lugar escogido,
fuera del alcance de los profanos. Es ideal si usted tiene una mesa especial
para leerlo –redonda o cuadrada– y que pueda cubrirla con un paño que le
facilite el barajar las cartas.
Es también
muy conveniente que usted realice un rito –aunque fuese una sencilla ceremonia–
cuando reciba por primera vez su Tarot. Espere para abrirlo en un día de luna
nueva, o luna llena, y hágalo preferiblemente en horas de la noche. Encienda una vela (fuego), un incienso
(aire) y ponga una copa con agua. El mazo de cartas y la mesa simbolizarán a la
tierra. Saque las cartas del paquete en que vienen guardadas, y luego siga los
siguientes pasos:
a) Limpieza
de las cartas: tome todo el naipe sosteniéndolo firmemente entre los dedos
pulgar e índice de la mano derecha, y sacúdalo con fuerza por siete veces
seguidas (en forma similar a como sacude un termómetro para bajarlo),
pronunciando en voz alta los nombres de los siete planetas. Puede seguir el orden de los días de la semana: Luna, Marte,
Mercurio, Júpiter, Venus, Saturno y el Sol.
b) Concentración y visualización: una vez
limpias las cartas, páselas una a una, concentrándose en todas las láminas por
un rato. Cada carta es un mandala y
puede servir como soporte para la meditación.
Ya está usted
preparado para realizar su primera tirada. Siga los pasos y recomendaciones que
le damos, uno a uno, con atención. Hágalo lenta y relajadamente.
En todas las
ocasiones que vaya usted a consultar el Tarot, procure tener los objetos que le
hemos indicado, sobre la mesa. También debe realizarse la limpieza de las
cartas cada vez que se va a hacer una nueva consulta. Como al principio sólo se
utilizarán los veintidós Arcanos Mayores, guarde las restantes cincuenta y
seis láminas en su paquete. En las próximas tiradas únicamente haga la limpieza
y la concentración con las primeras veintidós. Antes de hacer una nueva tirada,
ponga siempre las 21 cartas numeradas en orden de
1 a
21. La carta sin número, El
Loco, se coloca de primera o de última.
Pregunta
Ya limpias
las cartas, y después de haberse concentrado en cada una de ellas, júntelas
todas y póngalas sobre la mesa. La pregunta que se le haga al Tarot es muy importante, pues muchas veces
es ella la que determina el nivel de la respuesta. Ponga su mano derecha sobre
el mazo, procurando tocar las láminas con las yemas de los dedos. Concéntrese
bien y haga la pregunta clara y confiadamente. Con seguridad el oráculo va a
contestarle –quizá al principio a niveles inconscientes–, y esta respuesta
deberá ser aceptada como solución a lo que se pregunta. Si en las primeras
tiradas no comprende claramente lo que tiene el Tarot para decirle, no se preocupe. Con la práctica entenderemos cada
vez mejor e iremos rectificando nuestros errores de interpretación.
Cómo barajar
Una vez formulada la pregunta,
proceda a revolver las cartas en forma circular y de derecha a izquierda (como
ya le indicamos, contra las manecillas del reloj). Barájelas bien. Sepa que
está transmitiendo sus energías al Tarot, y que en verdad es de usted mismo de
quien está saliendo la respuesta. Habiéndolas ya revuelto por primera vez,
junte todas las cartas en un solo mazo y póngalas con las ilustraciones hacia
abajo sobre la mesa. Córtelas en tres grupos con la mano izquierda y júntelas
de nuevo procurando que queden en posición distinta a como estaban antes de
cortar. Haga lo mismo un total de tres veces, barajando y cortando cada vez.
Luego de haber cortado y juntado las cartas por tercera vez, póngalas en el
centro de la mesa. Usted ya está listo para hacer la tirada.
Tiradas o tendidos
Hasta este punto la ceremonia es
siempre la misma. Procure repetirla de igual forma, porque la reiteración del
rito le otorgará cada vez mayor fuerza y vigor. De aquí en adelante lo que
varía es la forma de colocar las cartas, es decir, las distintas tiradas o
tendidos. Hay muchas maneras de hacerlo, y todas ellas tienen en su estructura
figuras geométricas. Si dijimos que cada carta es un mandala, debemos
mencionar que también cada forma de colocarlas en un tendido lo es.
Le indicaremos a continuación
cómo hacer algunas tiradas, para que empiece a practicar. Recuerde que estos
trabajos estimulan la paciencia y la perseverancia. Estamos aprendiendo un
nuevo lenguaje con el que poco a poco nos iremos familiarizando. De momento
abramos nuestro corazón y permitamos que el Tarot nos transmita su luz.
La tirada o tendido de la cruz La tirada de la cruz es la más
simple de todas y a la vez la más sintética y quizá la más perfecta. Es
excelente para comenzar a aprender el Tarot, y nos será siempre útil cuando
queramos obtener una respuesta clara y concisa.
1. Cómo se realiza la tirada:
a) Coloque 4 cartas hacia abajo, haciendo una
cruz, poniéndolas en el orden que se muestra, comenzando por la de arriba.
b) Abralas
una a una, como le hemos indicado, dándole vuelta a la carta verticalmente y
hacia usted.
c) La
carta central o quintaesencia se obtiene sumando los números de las cuatro
cartas que salieron. Si la suma da 22 o menos, saque la carta que tenga el
número resultante y póngala en el centro de la cruz, como se dirá. Si suma más
de 22, haga la reducción numérica, obteniendo así la carta central. Si la suma
diera, por ejemplo, 68 (20+17+21+10 = 68 = 6+8 = 14), se coloca la carta número
14 en el medio. Si la carta "El Loco" –a la que se asigna valor cero
ó 22– saliere entre las cuatro primeras, se la tomará por cero, es decir no
sumará. Pero si la suma de las cuatro da 22, se debe poner "El Loco"
en el medio.
d) La
carta central se coloca al derecho o al revés, según la posición de las otras
cuatro cartas. Si la mayoría (3 ó 4 cartas) está al derecho, se coloca la
quinta de esa manera. Si la mayoría sale al revés, así se colocará la central.
Si salen dos al derecho y dos al revés, deberá colocarse la quinta acostada
horizontalmente y leerse de ambas maneras.
Si la suma de
las cuatro cartas diera por resultado el número de alguna que ya había salido,
esto significa que el oráculo se niega a contestar. (Ejemplo: si salieran las
carta números 7, 13, 11 y 3, la suma nos daría 34, que se reduce 3 + 4 = 7, y
este número 7 ya está afuera). En este caso junte las cartas, vuelva a hacer la
pregunta, baraje y corte una vez más, e intente de nuevo. Si llegare a negarse
otra vez, pruebe una última oportunidad. Si esto ocurre por tres veces
seguidas, indica que el oráculo se niega a contestar definitivamente. Esa
negativa es toda una respuesta. Guarde su Tarot para otra ocasión.
2. Cómo se interpreta:
a) La carta de la izquierda, que hemos colocado
en el Nº 2, indica las energías que se encuentran a favor del consultante; aquéllas
que le benefician y que le conviene atraer.
b) La
de la derecha (N° 4), señala las energías que se hallan en su contra y que debe
temer y rechazar. Sucede muy a menudo que una carta al revés sale a favor, o
que una al derecho aparece en posición contraria. Esta es una de las paradojas
–tan propias de los oráculos y libros sagrados– que debemos aprender a
comprender. Salvar estas contradicciones es parte importante del trabajo.
c) La
carta de arriba (N° 1) es una síntesis de las dos anteriores –tesis y
antítesis– y se debe comprender en relación con ellas. A su vez las dos
primeras serán más claras a la luz de esta tercera.
d) La
de abajo (N° 3) es el consejo que da el Tarot al consultante respecto a la
pregunta formulada. También puede darse la paradoja de que en el consejo salga
una carta invertida.
e) La
carta del centro (N° 5) es la síntesis de toda la respuesta. Está influida por
las cuatro exteriores y a su vez ejerce influencia sobre ellas.
Debemos
acostumbrarnos a leer las cartas en relación unas con otras, y no aisladamente.
También hemos de saber que no todos los significados que se han dado de cada
arcano son aplicables a la totalidad de las preguntas. Si lo tomáramos así,
estaríamos realizando una lectura literal que jamás nos permitiría captar lo
que el Tarot nos está transmitiendo. Aunque conviene estudiar, y hasta
memorizar, las distintas acepciones de cada una de las cartas, lo más
importante es despertar poco a poco la intuición para poder reconocer a qué se
están refiriendo. Las significaciones que hemos dado variarán según la ocasión,
ajustándose a la pregunta formulada, y de acuerdo a las relaciones de las
cartas entre sí. Poco a poco iremos captando el "sentido" de los
arcanos, que está más allá de la suma de sus significados. En la lectura del
Tarot nada debe considerarse como "fijo". Una carta que en determinadas
circunstancia nos dice una cosa, puede decirnos algo distinto en diversa
situación o desde otro punto de vista. El artista del Tarot no simplifica ni
reduce su perspectiva.
Recordemos
además que el Tarot es tan sólo un vehículo, al que nunca deberemos confundir
con la meta a que nos conduce. También sepamos que las respuestas de estos
oráculos no deben ser tomadas como un predeterminismo, ni debemos entender las
indicaciones que obtengamos hacia el futuro como algo que necesariamente
habrá de ocurrir. El Tarot –como pasa también con
la Astrología y los influjos
planetarios– nos da ciertas pautas acerca de las influencias que ejercen sobre
nosotros las energías invisibles. Quizá el desconocimiento de ellas –o su
simple negación, por ignorancia– haga que ciertamente nos determinen; pero el
conocerlas a través del oráculo nos permite liberarnos de aquéllas que nos
impiden el crecimiento y la realización espiritual, y aprovecharnos mejor de
las que nos benefician.
La tirada o tendido del arco
La tirada de la cruz se refiere
siempre al presente. Esta otra forma de colocar las cartas nos permite observar
además el pasado y el futuro. Se la llama también "tirada del sí y el no", porque las cartas que salen al derecho son consideradas afirmativas,
y las invertidas negativas.
l. Cómo se realiza la tirada o tendido:
Coloque las cartas, siempre hacia abajo,
en el orden que se muestra:
2. Cómo se interpreta:
Las tres primeras cartas se refieren al
pasado, siendo
la N°
l el pasado más remoto (el origen de la situación por la que se pregunta),
la N° 2 el pasado intermedio y
la N° 3 el pasado inmediato,
íntimamente ligado con el presente.
La
N° 4 es el presente, síntesis de toda la tirada. Y las tres
últimas se referirán al futuro, de la misma manera, es decir,
la N° 5 al inmediato,
la N° 6 al intermedio y
la N° 7 al remoto.
Si
la tirada de la cruz puede ser vista como una radiografía o una fotografía del
presente, ésta debe ser leída más horizontalmente, como si fuera una película
cinematográfica en la que una imagen se va superponiendo a la otra en forma
sucesiva, influenciando, claro está, la anterior a la siguiente, tal cual
sucede con la ritualidad del karma.
La tirada o tendido del arco y la
cruz
Puede usted hacer las dos
tiradas explicadas anteriormente de manera simultánea, colocándolas en el
siguiente orden. Se leen interactuando las unas con las otras:
Tirada o tendido
de la espiral
Esta tirada lleva ese nombre por el
orden en que se colocan las cartas, tal como puede observarse en el diagrama.
Su estructura es el cuadrado de 4, llamado también "cuadrado mágico de
Júpiter". Es esta una forma muy completa de tirar las cartas, pues permite
diversos modos de interpretación que pueden hacerse sucesiva o simultáneamente.
Una vez realizada la ceremonia,
tal como se explicó, coloque las cartas en el orden siguiente:
Las 12 primeras cartas, que
quedan colocadas en la parte de afuera del cuadrado, indican los aspectos más
exteriores de la respuesta; las cartas colocadas en los puestos
13 a
16 se refieren a los más
interiores y ocultos. Divida el cuadrado general en 4 pequeños cuadrados de 4
cartas cada uno, e interprete la respuesta de la siguiente manera: la carta
situada en el puesto 13, estará íntimamente ligada con la 12, la 1 y la 2; la
14, con las 3, 4 y 5; la 15, con las 6, 7 y 8, y la 16 con las 9, 10 y 11. Esto
quiere decir que las energías simbolizadas por las cartas de adentro, influyen
en las de afuera, y a su vez se ven influenciadas por éstas.
Las cartas ubicadas en los
casilleros
1 a
4 se refieren al pasado, siendo la 1 el más remoto, la 2 el intermedio, la 3 el
pasado inmediato, y la 4 el punto de intersección con el presente, al que
también se refieren las posiciones 5, 6 y 7. Las numeradas
7 a
10 corresponden al futuro,
desde el más inmediato hasta el más remoto. Y las 11 y 12 constituyen la
síntesis de la tirada, que a menudo es contradictoria, pues salen cartas que
indican aspectos opuestos y complementarios de la respuesta.
También suele hacerse otra
interpretación de este mismo tendido, viendo en las 4 líneas horizontales a
los 4 niveles o planos del Arbol Sefirotico,
así: los casilleros 4, 3, 2 y 1 se refieren al Mundo de Atsiluth; las numeradas 5, 14, 13 y
12, a
Beriyah; las 6, 15, 16 y
11 a
Yetsirah;
y finalmente las 7, 8, 9 y
10 a
Asiyah.
Como vemos, la misma tirada nos
puede servir para hacer una interpretación en el tiempo sucesivo, y también
para obtener una respuesta del presente en profundidad. A este tendido, como a
los que le siguen, pueden agregarse los Arcanos Menores, a medida que se
comprendan sus significados.
Tirada o
tendido astrológico
Este tendido tiene una
estructura similar al anterior, pero en forma circular, sirviendo en este caso
como base el símbolo del Zodíaco. Suele emplearse esta forma de colocar las
cartas para investigar acerca de un ciclo completo, ya sea pequeño, como un ciclo
diario, o mayor, como el del año, o aun para observar ciclos históricos o hasta
ciclos cósmicos.
Algunos recomiendan hacerlo en
el día del cumpleaños de una persona, o el primer día del año, o en los días de
los solsticios o de los equinoccios.
Aunque en este caso la respuesta
se referirá a las distintas influencias en el tiempo sucesivo, se dice que
todas las lecturas del Tarot han de referirse siempre al presente, viendo pues
al pasado y al futuro desde la perspectiva del ahora.
Coloque las cartas en el orden
que se indica en la página siguiente, determinando previamente la magnitud del
ciclo que quiere investigar y el tiempo a que se referirá cada una de las
cartas:
Como en el
tendido anterior, las 12 cartas que quedan colocadas afuera se refieren a
aspectos exteriores, y las 5 de adentro a los más interiores, estando
igualmente el puesto 13 ligado a los numerados 12, 1 y 2; el
14 a
las 3, 4 y 5; la
15 a
las 6, 7 y 8; y la
16 a
las 9, 10 y 11. En este
caso la carta 17 será la síntesis de la tirada, y deberá leerse al derecho y al
revés, en la misma proporción en que hayan salido las otras 16 cartas,
derechas o invertidas.
Esta tirada se presta también
para hacer diversas especulaciones y cálculos referidos a los simbolismos
astrológicos, asignándose a cada una de las 12 cartas exteriores, los 12
signos zodiacales; las 4 cartas de la cruz interior corresponderán a los solsticios
y a los equinoccios, y la 17 y última será el centro, síntesis y quintaesencia
inmóvil de la rueda cósmica. Recuérdese que a esta tirada pueden agregarse los
Arcanos Menores, una vez que se comprenda su sentido.
El tendido de las casas
astrológicas
Así como el zodíaco en su ciclo
anual, se divide en doce signos mensuales, si lo vemos en un ciclo diario la
rueda zodiacal hará también un recorrido aparente completo al girar
la Tierra
alrededor de su
propio eje. Algunos astrólogos consideran que durante las veinticuatro horas
que siguen al nacimiento de una persona se reflejará toda su vida. Para hacer
las observaciones dividen la rueda del zodíaco en doce Casas y hacen
corresponder dos horas a cada una de ellas. Esto determinará el signo
ascendente y descendente del individuo y diversos aspectos de su personalidad.
Estas doce casas
son:
I. |
Vita: es la casa del nacimiento que indica las particularidades, tendencias,
talentos y potencialidades del individuo. |
II. |
Lucrum: se refiere al plano material, los bienes, riquezas y adquisiciones, así
como a la alimentación y al mundo físico. |
III. |
Frates: casa de los hermanos, y también de la educación, la instrucción y de la
adaptación al medio. Se relaciona con viajes menores. |
IV. |
Genitor: es la casa de los padres y de las características heredadas del medio familiar
y social. Se refiere también al patriotismo y a las sucesiones. |
V. |
Filii: esta casa está relacionada con los hijos, y en general con lo que el individuo
produce, crea y engendra. |
VI. |
Valetudo: casa de los súbditos, los esclavos y los animales domésticos, lo es también del
trabajo, los deberes y las obligaciones. |
VII. |
Uxor: se refiere al matrimonio, los afectos y las uniones, y también a las alianzas y
las asociaciones. |
VIII. |
Mors: es la casa de la muerte y las grandes transformaciones. Lo es también de
la descomposición y la putrefacción. |
IX. |
Peregrinationes: casa de las peregrinaciones y grandes viajes, está relacionada con la
espiritualidad, la filosofía, la religión y el misterio. |
X. |
Regnum,
Honores: se relaciona con los objetivos, las dignidades y la gloria,
así como con la profesión, las ambiciones y las recompensas. |
XI. |
Amici
benefacta: casa de los amigos, benefactores y admiradores. |
XII. |
Inimici: en esta casa se ven los enemigos ocultos, la prisión, el exilio, así como las
enfermedades, debilidades y dolencias. |
Queremos presentar a
continuación una tirada directamente vinculada con estas casas o mansiones
astrológicas.Después de realizar los ritos
propios de cualquier tendido, ya explicados, coloque doce cartas íntimamente
vinculadas con las casas zodiacales, en los siguientes puestos, de esta forma:
Debe leerse el significado de
cada carta que sale en relación con los sentidos atribuidos a cada casa. O sea
que han de combinarse para la interpretación los símbolos de las cartas en
relación a las doce mansiones que permanecen fijas e inalterables en cuanto a
sus valores. Se pueden mezclar los arcanos mayores y los menores en esta
tirada, así como utilizar exclusivamente los mayores.
La tirada o tendido del Arbol de
la Vida
Este tendido es especialmente
adecuado para establecer relaciones, sobre todo si ya hemos tenido prácticas
con el Arbol sefirotico y estamos bien familiarizados con él.Coloque las cartas en el orden
que se indica, que es el mismo del Arbol de
la Vida
de la Cábala:
Observe las distintas cartas que
hayan salido en cada una de las sefiroth,
y establezca las correspondencias. Esto le permitirá comenzar a interrelacionar
las esferas unas con otras, pues cada carta, como hemos visto, corresponde
también a una sefirah y su simbolismo
nos ayudará a comprenderlo mejor.Se acostumbra realizar este
tendido para hacer un análisis del momento presente, y muy a menudo para
observarnos internamente en las distintas fases de nuestro proceso. Para esos
efectos, divida el Arbol en los cuatro planos –según lo hemos visto– y relacione
especialmente las cartas que se encuentran en cada uno de ellos, lo que le
permitirá conocer su realidad oculta en los diversos niveles del ser.Pueden hacerse también dos
recorridos del Arbol de Vida, uno de arriba hacia abajo y el otro de abajo
hacia arriba, observando en este caso las energías ascendentes y descendentes.También, si la pregunta así lo
requiere, puede hacerse corresponder un Arbol al pasado y el otro al futuro,
aunque, como siempre, viéndolos desde la perspectiva del presente.
Las cartas del
Tarot pueden ser visualizadas, según lo hemos comprobado, desde muy distintos
puntos de vista. Como ellas expresan a su manera una cosmogonía, constituyen
un pantáculo o pequeño todo capaz de hacernos comprender lo macro y lo microcósmico
expresándose en una perfecta armonía. Lo dicho sobre el Tarot, debe ser
entendido –como ya lo habrá observado el lector atento– en relación con toda la
información que hemos dado. Los temas tratados constituyen una unidad, y están
entretejidos de tal manera, que las mismas ideas se van expresando a través de
diversos símbolos, lográndose su comprensión y vivencia por la reiteración
ritual que con el estudio, la meditación y las prácticas que hemos sugerido, se
va realizando en el interior de la conciencia de cada cual. Las cartas cumplen
la función de evocar pensamientos y relaciones que despiertan la inteligencia,
y también la de recordarnos –gracias al estímulo visual del símbolo– las ideas
que están en ellas contenidas. Hicimos especial énfasis en las relaciones de
los arcanos con el Arbol de
la Vida Sefirotico,
pues éste constituye su estructura esencial e invisible, y nos permite
conectar las cartas con los principios de
la Numerología, la Astrología y la Alquimia, y todas las demás
artes y ciencias sagradas, gnósticas y herméticas, como una unidad, en forma
global.
Recordemos
que el Tarot es un libro sagrado, y que además es un oráculo
y a la vez un magnífico consejero. Es
por medio de la práctica, y siempre tratando de encararlo en el nivel
más alto,
que iremos descubriendo sus múltiples virtudes. Las ideas y relaciones
expresadas acerca de cada uno de los arcanos, son sólo llaves o claves
que el estudiante deberá utilizar por sí mismo, abriendo con
ellas las puertas del entendimiento. Siendo sus posibilidades prácticamente
ilimitadas, a los interesados corresponderá la tarea de desarrollarlas
y ampliarlas, lo que redundará –estamos seguros– en una
mejor comprensión y realización del
trabajo interno que toca a cada quien según sus posibilidades. "Conócete
a ti mismo".
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