Por: Porfirio García trejo

Aquí seguimos, entre las brumas del alma,

la desesperación ácida del sueño, y el olvido.

Sin lograr todavía resolver el crucigrama,

la magia oscura del instinto, ni la triste corrosión

de nuestros libros.

Aquí seguimos, entre música de Silvio y de Serrat,

empujando, página tras página, la ciencia,

haciendo el tiempo con nuestros nombres, nuestros brazos,

nuestra enorme soledad de guerrilleros que cantan.

Aquí seguimos, interpretando la historia,

remodelando el futuro, pretendiendo con nuestra juventud

enseñar el respeto y la honestidad a los que mandan,

la infame corrupción de la inconciencia.

Aquí seguimos y seguiremos tras nuestro propio sueño;

echando a caminar el optimismo,

por entre la insensibilidad y la cerrazón de un pueblo

que de tan agredido y lastimado, ya no se queja.

Aquí, entre estas Facultades de la historia,

Incitando a la gente a que nos entienda,

que nos apoye, que ponga su corazón

junto a nuestras demandas.

Exigiendo a la vida o a Dios o a quien

hace las leyes de la ciencia, que nos entienda,

que respalde nuestra lucha

somos sólo un fragmento de este pueblo sufrido,

que cansado de su insensibilidad y su humildad,

se ha levantado en armas.

Por: Morris. (Huelguista de la Facultad de Ingeniería)

Dedicado a todos los niños de México y el mundo, en especial a Javan Gamaliel

Me dan ganas de llorar cada vez que pienso en

cómo estamos: tan fuertes, tan débiles, qué se yo;

todos al parecer luchamos por un mismo objetivo,

algunos de manera muy entusiasta, otros, con ganas de ser

los protagonistas y los demás trabajan por el bien de

nuestros niños.

Nadie sabe cómo va a terminar esto, ni cómo vamos a terminar,

ni qué va a pasar después,

¿qué pasará con estas amistades que se están formando?,

¿qué dirán de nosotros en unos años?,

¿qué dirán nuestros niños en unas décadas?

Ah, nuestros niños, sí, nuestros niños.

Nuestros niños dirán: trabajaron así, se organizaron de ésta forma,

nos tomarán como ejemplo y llegarán a comentar que en el

movimiento del 99 se lanzó una estación de radio

clandestina, revolucionaria y rebelde.

Para muchos, la mejor paga es que se nos cumpla el pliego petitorio;

la mejor paga sería que nuestros niños, ¡sí, nuestros niños!,

logren tener una excelente educación, porque lo que queremos

y exigimos hoy es más gente crítica, consciente y, además de todo,

capaz de organizar más movimientos como éste.

Nuestros niños los traemos todos los que estamos, ya sean filósofos,

veterinarios, odontólogos, arquitectos, abogados, economistas, cualquiera,

aunque inconscientemente, todos los traemos dentro, todos pensamos en

nuestros niños.

Habemos muchos soñadores que pensamos que el día de mañana

llegarán las nuevas generaciones a Ciudad Universitaria, y éstas

posiblemente nos busquen para relatarles nuestras experiencias

y hacernos partícipes de algún otro movimiento.

Nuestros niños son el calor que nos abriga por las noches,

ellos son la energía que nos hace continuar en el camino,

son el alimento sagrado para nuestra alma, para no claudicar,

para no dar marcha atrás, para vencer.

Otro de los objetivos del movimiento es darles un mejor México

a nuestros padres, a nosotros y más que a nadie

a nuestros niños.

Por: Abel Flores Sánchez

Soy universitario, gente de lucha, de combate, lleno de vida, salud y esperanza, hoy gozo y disfruto mi juventud, con trabajo, esfuerzo, dedicación, con amor, en fin, que les puedo decir.

Una gran alegría siento cuando escucho reír a un niño, una niña, cuando los veo jugar y correr por ahí. Cuando sé que existen personas a quien querer y a quien amar. Cuando veo que una flor es hermosa con sus colores, con su aroma.

Me llena de mucho orgullo y satisfacción defender la UNAM, la educación gratuita y pública tan necesaria para todo mexicano. Por cada voz que demanda justicia, por cada puño levantado al cielo.

Compañero, es para mi un honor seguir adelante, continuar, pelear con la razón y la verdad con las demás almas universitarias que sienten lo mismo que yo, porque somos la esperanza, el porvenir, el futuro de nuestro país, es justo y fundamental alcanzar la victoria, por hoy y para siempre.

Quiero decirles que los éxitos y resultados que obtengamos de ésta lucha se transformarán en la felicidad y prosperidad de generación en generación que todos nosotros anhelamos para los seres humanos que más sufren y que menos tienen, en verdad lo siento así y quiero compartir lo que hay en mi mente y corazón con ustedes.

Considero importante, que no debemos olvidarnos de nuestros compañeros y amigos que siempre fueron fieles con nosotros y con la universidad, les debo mucha lealtad a todos ellos, pues su memoria y su recuerdo estarán por siempre y para toda la vida con la historia que hoy estamos construyendo juntos.

Es mi deseo e interés participar en la formación de un pueblo nuevo, una sociedad diferente, porque mi mente y corazón han madurado y no vacilarán ante los peligros que haya que enfrentar, es necesario evitar que la adversidad termine con nosotros, hay que proteger a nuestros amigos, nuestro hogar y porque no, a nuestra UNAM.

Y ya para terminar, siento que debemos ser solidarios en el trabajo y generoso de corazón, porque no hay riqueza mejor que la salud, el amor y la educación, mismas que dan vida a los seres humanos día con día y permiten que nos fortalezcamos más y más, para poder educarnos a nosotros mismos y hacernos estimar no sólo por las palabras, sino por los hechos, experimento una inmensa felicidad por hablar a oídos que escuchan y que confío compartirán, quizás, tan sólo un poco de lo que aquí les he expresado.