Breve exposición de un principio de observación interna
por Raúl Ortega
Según narra el propio autor: "Hace algún tiempo un amigo me pidió que intentara confeccionarle un manual de trabajo sobre uno mismo a partir de los preceptos de la psicología profunda. Así elaboré este escrito". Eso es precisamente lo que puede leerse aquí: el relato de un acercamiento práctico a los misterios de la psique. Una bella descripción (en lenguaje alegórico) de los avatares y progresos ínternos en la vía de la individuación. Esbozos de una experiencia viva del inconsciente, camino a la integración de la "sombra" y la consciencia.
El costo de "ser-en-el-mundo" es a menudo perder en esa senda la propia identidad, pues el llamamiento de la realidad externa nos diferencia del sustrato inicial, pero no tiene en cuenta la individualidad latente, que se anuncia en mil signos y sólo se realiza cuando el hombre la rescata de su oscura inconsciencia, cuando osa descubrirla e interpretarla. Para esto es preciso...
Atender con penetración las características propias más punteras y las más deprimidas, es decir, los excesos y los defectos. Tomar sencillamente como baremo la media social de nuestro entorno cercano, pues esa es la tierra en la que estamos sembrados. Es preciso recordar que un hombre realizado se eleva sobre lo común humano trasmutándolo, no eludiéndolo. Lo común humano es propio de todos; nuestros cuerpos se parecen, nuestros cerebros también y es por lo tanto de esperar un funcionamiento psíquico semejante, al menos de manera natural dentro de una media humana. Un recorte artificial realizado en este patrimonio común produce una especialización muy privilegiada y una sobreadaptación exitosa, pero la energía del resto que también uno es queda indisponible. Un encuentro con la Totalidad implica un retorno de lo desusado en el mismo nivel en el que quedó, una vivencia intensa en ese nivel que implica la decadencia de la actitud sobreadaptada, un equilibrio de energías y, finalmente, una acumulación convergente de todas en un nuevo paradigma.
El ciclo recomienza en una espiral semejante pero superior. Desconfiar de los defectos, quiero decir deficiencias, pues son siempre expresión de material eludido por complejos. Aquí es preciso entender el concepto de que ciertos contenidos profundos pueden estar en situación conflictiva con el yo y producir malestar interno que intenta conjurarse con todo tipo de maniobras de distracción compulsiva y/o proyectarse en analogías externas. Un ejemplo podría ser el caso de un poeta interno en un ingeniero de carrera feliz con una concepción práctica del Mundo: toda su poesía cargada de sentimiento sublime esta poseída por su feminidad inconsciente;si es extravertido principalmente, las mujeres le fascinarán, se enamorará perdidamente de una (más obsesivamente que la media) y en esa relación verá perecer o al menos tambalearse su carrera. Quizás en este punto aflore su poesía y con ello estabilizará su vida sentimental y la creativa laboral se verá trasladada a otro Punto. Quizás la mujer interna le posea, afeminándolo y creando una conflictiva situación neurótica que busca lo mismo que la anterior. Si estudiamos detalladamente la biografía de este tipo de carencias descubrimos una vida sentimental pobre e improductiva comparada con una vida sentimental media, o bien exuberante pero siempre inconclusa por conflictiva. Todo esto claro está es propio de personas en las que la Totalidad se hace tarea inaplazable. La sana media no sabe de estas cosas porque le basta vivir su totalidad proyectada en el prójimo, que no se le aparece conflictivo inminentemente mientras su Totalidad guste discurrir por los primigenios mundos del Inconsciente, lejos aún del yo.
Un tanto diferente es la problemática introvertida. Aquí el amor adopta una forma tan ideal (en el sentido platónico) que difícilmente se deja proyectar en un común humano. De esta manera nuestro ingeniero retornará, si es que alguna vez ha salido, al tema materno, que es un amor puro, virginal, etéreo. De alguna manera esto efectivamente se acerca más a la esencia de la poesía ¿verdad? Como hijo de la Madre se siente más cerca de lo alto, pues la Madre es un rango superior a la prosaica amante, en el lenguaje mítico. Pero el mito esta sobre la vida, y vivir en una metáfora no es vivir en efecto. El caso es que la poesía sigue aquí, como antes , irrealizada. En el campo biográfico tenemos un hombre algo infantil, que esconde una inadaptación al mundo físico detrás de unos constructos intelectuales muy veraces desde el punto de vista mítico metafísico, pero inaplicables al mundo de aquí. El Logos vive a gusto en estos campos monacales, pero el Eros no puede unir mundos tan inconmensurables como el ingeniero real y su fantasía. Por ello la vida se torna monótona, meláncolica, anhelando una princesa azul que no llega porque aquí no puede existir si no se encarna, no sea si no provisoriamente, en un cuerpo imperfecto humano. La madre, que como significado también incluye precisamente la materia, es el puente hacia ésta del introvertido. Se libraría anímicamente de ella si realizara en él este otro aspecto de ella, a saber, lo telúrico, lo carnal. Pero este aspecto lo aterroriza, porque no lo entiende. La poesía quiere efectivamente materializarse en un papel, no ser contemplada en su trono etéreo por ojos de niño fascinado. Para ello se necesita una valoración sentimental de algún objeto real del entorno, que reconduzca el sentimiento hacia el suelo. Esto producirá en un primer momento una desvalorización del intelecto y un gran conflicto. Se solucionará cuando nuestro ingeniero pueda poner en conexión sus elevadas concepciones con el Mundo Fisico. Hasta aquí, lo que teníamos era una biografía limpia de pasiones amorosas reales, y, como en el caso anterior, de bonitos poemas místicos...
En todas las culturas la valoración del mundo y la del Más Allá van de la mano creando costumbres que intentan mediar entre ambos, cada eón con su grado de penetración y su ingenuidad propia. En los Símbolos el ser humano encuentra siempre unos mediadores para lograrlo: por analogía puede ponerse en conexión su forma con algo de aquí, y poner en relación eso con el significado trascendental que le es propio al Simbolo. Así la vida transcurre abajo con vocación de lo alto, y todas las acciones humanas primigenias cobran valor en ambas direcciones. Una recaída en una u otra dirección significa desarrollo y progreso en esa dirección, pero enfermedad para la Totalidad. No está mal que así suceda porque si no nada habría cambiado desde el principio y todo seguiría en su equilibrio natural antediluviano, equilibrio que sin embargo vemos truncarse y restablecerse una y otra vez creando especialización (¡unilateralidad!) y disolviendo en el caos primigenio por mano de la misma Madre Naturaleza, madre de sapos y de Dioses. Recapitulando se diría que en el primer caso se encuentra lo Alto en amor y forma desde la combustión de lo Bajo, y en el segundo caso lo Alto se pone en relación inmediata y cercana con lo Bajo. Si no caen en una inflación excesiva y se transforman en sus contrarios, percibirán el juego cósmico doble y la profundidad del hermético "así es arriba ..." y añadirán: "antes abajo, luego arriba; no invertir es no querer llegar al fin de un arcoiris caminando por encima, no esperar frutos de la Muerte sin sembrar en la Vida".
Siguiendo con la exposición al hilo del epígrafe, es necesario advertir de la necesidad de desconfiar de las actitudes propias perennes. Una virtud recalcitrante, pertinaz, deja de ser virtud cuando coarta la voz de otras actitudes propias por más infames que éstas sean. La energía vital se expresa en todos nuestros temores y deseos. Unos y otros son expresiones de lo que efectivamente somos, por más inconducentes que nos parezcan o, peor, inmorales. Vuelvo a remarcar la verdad de la Trasmutación, frente a la evasión, excusable sólo en aquellos casos, por otra parte abundantes, en donde la Unidad y el Centro de Gravedad no sean un problema urgente. Un desarrollo humano natural, previsto desde la Fuente o Tao es característicamente serpenteante, unos intereses deben suceder a otros opuestos, con más o menos conflicto, pues el Hombre Total busca expresión siempre de esta manera. La unificación se realiza en un nivel superior de la espiral, pero en cada vuelta debe suceder naturalmente una exposición de todos los temas propios de un hombre contrapuestos en sucesión lineal. Donde en una biografía no haya estas fluctuaciones podemos hablar sin miedo de estancamiento. Para salir de él, hay que contemplar seriamente el deber de escuchar esas otras voces quedas de esas otras cosas soeces que pensamos, o de esas inmoralidades que imaginamos, o incluso de la criminalidad que nos es propia. Pronto vemos con dolor que esos otros "yoes" son los responsables precisamente de que nuestros mejores planes no salgan bien. En este punto la recomendación es el diálogo activo con ellos; aquellos contenidos que no sean del todo incompatibles con la actitud del yo, podrían llevarse a la práctica con sumo cuidado. Aquellos realmente incompatibles implican un proceso doloroso en el que el opuesto consciente se trasmutará por combustión de contacto con el opuesto emergente. Mientras, no se espere más que el frío del Caos y la Muerte, una noche oscura del alma, de la que renace un ser híbrido con otra implicación en la red de la vida y esperando la siguiente combustión. En este punto quizás sea oportuno considerar algunas cosas.
Hemos encontrado siguiendo el hilo de una transformación hipotética y esquemática de dos seres humanos en cierto modo opuestos un punto común: la implicación con un problema amoroso. Para un hombre "sabio" orientado esotéricamente estos asuntos no merecen más que una mirada superior de soslayo, dejándose caer con algún comentario cínico o exponiendo con claridad meridiana e iluminada la trivialidad de estas lides y regodeándose en expresiones tales como "nada más que energías, mejor utilizables en trabajos superiores". Y supone haber dicho algo con eso de las energías, y supone así haberse colocado por encima de un conflicto común de la Humanidad y, en el fondo de él mismo. Esto lo llamé antes evitar, no resolver; evidentemente una evitación más elegante que la inconsciencia histérica, pero no más efectiva. Desde nuestra interioridad más recóndita nos llega ese Misterio de la Conjunción que siempre ha funcionado de manera eficaz en su forma original concreta y que ha provocado la eclosión vital a la que nos debemos. Hasta los Dioses la emplean con gusto, y no extraña que entre los griegos Eros fuera a veces superior al mismo Zeus. Todos los frutos aparecen arriba y abajo como resultados de una unión, en último término masculino femenina, fomentada por una atracción que no es posible derivar de una lógica. Pues bien, todas las unificaciones a todos los niveles incluyen el tema de la Conjunción que une lo imposible, hasta el Agua y el Fuego. La implicación biológica es comprensible, y su importancia no es de señalar. Ahora bien, esto sería la continuación en la Physis de un Principio superior que no pierde su carácter erótico ni al acercarse a Dios ¡Cantar de los Cantares! Todo lo que podria decirse del Cosmos podría repartirse en dos categorías irreductibles: Eros y Logos. El Eros es el motor, es la energía. Su esencia no es conocimiento, pues es vida pura. Si el Eros empuja al movimiento a la materia en forma de energía física, también lo hace en forma de deseo al ser vivo. El Logos traza el camino delante de uno, mientras que el Eros empuja por la espalda. Si el Hombre fuera agua el Eros sería la gravedad y el Logos el camino que ésta traza desde la montaña al valle, que puede ser entendido, pero no creado artificialmente por ella misma. Si la gravedad no actúa el agua no corre. Por eso el hambre no se mitiga conociendo hasta la saciedad el proceso digestivo (si esto siquiera fuera posible); hay que comer. En la materia se expresa, en la divinidad también ¿y en el hombre psíquico, a medias entre cuerpo y espíritu? Todo lo inconsciente lleva una vida escondida en la materia y a través de ella se expresa. En realidad, la materia es en sí misma expresión de un factor trascendente a ella, a nosotros como expectador y al cosmos que se construye entre los dos, pero eso es otra historia.
Los contenidos inconscientes que no viven a la luz se expresan en el mundo circundante a la manera de proyecciones. Estos contenidos no son ideas y actitudes abstractas, como pudiera creerse, sino entidades yoicas con cierta personalidad propia y por supuesto autonomía, a los que en principio les basta llevar una vida detrás de bambalinas algo insípida como elementales proyectados en las personas y cosas del entorno. Pero si quieren realizarse, es decir, coparticipar en la creación de mundo con la conciencia explícitamente, pujan por salir de su posición de duendes traviesos y primeramente se concentran, si el totalizando es hombre, en una mujer que a partir de entonces es fascinante y peligrosa para él. Para un hombre, la atracción por una mujer no le es ajena; está avalada por su pasado biológico. El arquetipo se expresa en una forma ancestral propia, en este caso el sexo, aunque está buscando una expresión hacia otro plano,en este caso digamos psíquico. De esta manera abre una vía de agua en el yo, creando un diálogo con una persona real, que interacciona con él transformando su biografía y atrayendo los contenidos desde el mundo hasta el ser, impregnándolo en su totalidad, no sólo en el intelecto. De estos encuentros el hombre sale con un diferente talante teórico y práctico, que son los inexcusables de un ser creativo. Detrás de estos encuentros siempre destacan dos visiones complementarias: la propia unificación y la interacción en la unificación de otros. El Archei siempre quiere trascender el mundo y siempre quiere seguir viviendo en éste,como vivió eones hasta la llegada del ser humano. El Alma se opone al conocimiento intelectual si no se ha pagado el Karma vital. La forma correcta de abrir conciencia es no añadir datos al inventario intelectual, sino vivir con el corazón y comprender después con todo el ser. El problema de nuestro tiempo es que hombres y mujeres se han volcado al paradigma intelectual con premisas materialistas y todo lo irracional y místico se convierte en superchería y cae a vivir como sentimientos inconscientes. Así, detrás del Eros compulsivo de los razonables hombres de nuestro tiempo, si no de otra forma más trágica, se abre una puerta estrecha a lo que está detrás de lo aparente, dando a la vez un sentido nuevo a eso que pretendemos conocer como materia, como sexo, así como a eso que llamamos espíritu y que confundimos generalmente con intelecto.
Resumiría diciendo que de una actitud, de una idea vital a otra se pasa a través del pecado, que no deja de serlo, pero se hace ineludible. A través del sexo, primero exógamo, normal, y luego a través del endógamo, incestuoso y aberrante en su forma concreta, que se opone frontalmente al anterior, se crea el conflicto en el que la energía se transforma quemando la idea obsoleta y creando una nueva pasión vital hacia un nuevo sentido. Si el yo no se deshace en el proceso, el mundo sexual exógamo, reajustado dentro de otros paradigmas, regresa de manera natural posibilitando el seguir fluyendo de las relaciones en el mundo, tanto eróticas como amistosas. Despertar no es añadir más datos intelectuales al inventario mental, que no cambiarán la vida sino sólo el curso de las charlas de sobremesa; es una transformacion de lo anterior por fusión con otra persona interna, que cambia al hombre por dentro y por fuera (todas las relaciones cambian con él, reflejando el nuevo Universo abierto). Esta fusión empieza con la pasión del Eros, prosigue con las peripecias de un mito por dentro y fuera y alumbran, si quiere Dios, un nuevo Logos redentor. Una consideración no debe pasarse por alto: para definirnos aquí y ahora no basta con recapitular lo que más o menos sabemos de nosotros, también en este inventario hemos de incluir lo que nos sucede; en lo primero nos reconocemos nosotros, a veces con azoramiento. En lo segundo nuestro inconsciente, quizás con más pesar aún.
Me pregunto de qué sirven las enseñanzas sobre las esferas celestes y los coros angelicales a hombres que aún son hombres. Es como hablar de la pasión sexual a un niño de tres años:ni el lenguaje del niño puede contener esa información porque su lenguaje no abarca, ni el conocimiento intelectual sirve en los ämbitos del sentir para nada. Hay muchas cosas, precisamente las más importantes, que están para ser vividas, no para ser inventariadas. Todo lo que está vivo es forma sobre la que se puede hablar (si se ha visto, claro), pero también es energía que sólo cumple su esencia cuando actúa. Por eso es cuando poco banal hablar y escuchar cosas sobre etapas sublimes del Camino. Un ser es lo que es, lo que es aquí y ahora, no lo que devendrá. No se pueden podar semillas ni recoger de ellas frutos; hay que regar y esperar. No es mediocridad el querer ocuparse de la problemática propia de uno exclusivamente, por más prosaico que parezca. La poca cosa que uno es y la relación de esa poca cosa con el mundo de finales del siglo xx es la única manifestación divina que nos es útil. Por cierto habrá bienintencionados ingenuos que coloquen un acento en el conocimiento puro, la verdad directa o el saber total de sopetón. Estas historias, que hacen sonreír al místico y al muerto por su infantilismo, se convierten en veneno para, por ejemplo, una persona intelectual introvertida, que ya tiene la cabeza como un bombo a cierta edad y de esto ya le sobra hace rato. La Omnisciencia es atributo de Dios (?); la Vida es el nuestro, y en ella y no antes que ella se engarza el saber. Repito que el Mundo ha funcionado sin conocimiento expreso muchos eones antes que el Hombre, que es como la última moda en vida universal.