El Cadáver de Balzac

Una visión cuántica de la literatura y el arte

Esta obra de Gregorio Morales, un amigo de Planeta Jung, ha sido recientemente publicada, y será presentada el 24 de marzo en Madrid con un debate entre físicos, filósofos, escritores y periodistas. A manera de acercamiento al pensamiento vivo de esta obra, hemos publicado una breve reseña suya y una entrevista al autor.

Breve reseña de la obra

Hace un siglo y medio, Flaubert predijo que, un día, la ciencia y el arte se reencontrarían "en la cima después de haberse separado en su base". Este libro viene a dar cumplimiento a aquella asombrosa profecía. En sus páginas, arte, literatura, física subatómica y psicología profunda, se unen en un todo uniforme, dando lugar a lo que se ha venido en denominar estética cuántica. A través de cuanto se deriva de la más moderna y rupturista de las ciencias actuales, el realismo miope que nos abruma queda hecho trizas. Desenmascarado, resulta patente su esclerosis, el anclaje reaccionario en el siglo XIX y la inconsistencia de sus teorías sobre la realidad, que es mucho más amplia, compleja y misteriosa de lo que nunca pudieron soñar las mentes imaginativas. El autor postula un arte que ha de seguir el camino de la aventura y el descubrimiento, a la búsqueda del orden plegado de las cosas, donde reside la verdadera realidad. Y para emprender este camino, resulta, en su opinión, estrictamente necesario enterrar al padre Balzac, cuyo cadáver apesta desde los primeros lustros del siglo XX. De este modo, la estética cuántica inaugura un paradigma que está entre las propuestas más serias, profundas y coherentes que se han hecho para el arte y la literatura del próximo siglo, sólo comparables, en complejidad, novedad y subversión, al Surrealismo. Pero, probablemente, El cadáver de Balzac va aún más lejos, abriendo tantas posibilidades, que su mero desarrollo llevará varias décadas. Al lector se le presenta la poco frecuente oportunidad de asistir como protagonista a la eclosión de un nuevo arte, con el consiguiente y estrepitoso derrumbe de los viejos moldes. El misterio más diferencia, máxima en la que la estética cuántica cifra su poder dinamitador, comienza su mítica andadura.

Entrevista a Gregorio Morales

-¿Qué es la "estética cuántica"?

-Una renovación del arte y de la literatura.

-¿No pretenden lo mismo todas las estéticas nuevas? ¿Qué la diferencia de las demás?

-Que asume las consecuencias derivadas de los descubrimientos subatómicos.

-¿En qué se concretan esas consecuencias?

-En que la visión newtoniana de la literatura (es decir, el realismo mojigato que nos domina) queda hecha añicos. El nuevo arte vulnera los límites, trasciende la causalidad, apresa el destino, se concentra en la individuación, neutraliza el tiempo, utiliza la memoria holográfica y amplía el concepto de realidad.

-¿No ha hecho lo mismo la literatura fantástica de todos los tiempos?

-La diferencia es que, en base a los más novedosos descubrimientos científicos y psicológicos, la estética cuántica no considera ya a esa literatura como fantástica (lo que es una manera de relegarla a un guetto fantasmal), sino como plenamente real (por ejemplo, como una parte precisa del inconsciente), con todos los derechos que el realismo ha tenido hasta ahora.

-¿No se quejará justamente la ciencia de esta utilización artística que se hace de sus postulados?

-En una carta a Louise Collet, escribió Flaubert en 1852: "El arte será cada día más científico, del mismo modo que la ciencia se volverá cada día más artística. Las dos cosas se reencontrarán en la cima después de haberse separado en su base." No resulta vano que, para los físicos de partículas, sea la belleza la primera prueba de la verdad de sus teorías. Es decir, como vaticinó Flaubert, la ciencia se ha hecho artística... Estoy seguro, pues, de que la cima vaticinada por el autor de Madame Bovary, se ha alcanzado a finales de este siglo tanto con la física como con la estética cuánticas, pero, hasta llegar concretamente a la última, varios autores y movimientos han trabajado en este sentido. Así, el Naturalismo (Zola), el Surrealismo (Breton), el Cubismo (Picasso)... Todos ellos son avances parciales hacia la totalidad que alcanzamos ahora.

-Algo de esto viene haciéndolo también el "realismo mágico".

-En algunos casos, puede que sí, pero, en la mayoría, el realismo mágico limita lo extraordinario a un mero costumbrismo. Digamos que, en él, lo mágico cobra el mismo papel que las sandeces del tonto del pueblo. Se las admite porque se ha asumido su carácter de reforzador de la normalidad. El realismo mágico nunca ha aceptado las consecuencias de lo extraordinario. Su magia es casi siempre anécdotica, pintoresca. ¿Qué diferencia de perspectiva hay entre un relato de García Márquez y otro, pongamos por caso, de Mesonero Romanos? La intención fundamental del ambos es la de pintarnos al pueblo, sus costumbres, creencias y supersticiones.

-Así que las consecuencias de la ciencia van más allá de sucesos puntuales.

-Cuanto se deriva de la física subatómica es absolutamente revolucionario. Por poner un sólo ejemplo, le devuelve con creces al hombre cuanto se le ha ido arrebatando desde Galileo: Entre otras cosas, el centro del Universo. Lo cual posibilita, a su vez, un nuevo humanismo.

-¿No son un poco sospechosos estos conceptos: "Centro del universo", "nuevo humanismo"...?

-Cuando la estética cuántica habla de que el hombre es el centro del universo, significa: Es el hombre quien crea su realidad. Todo lo que le rodea es una proyección suya. El universo está compuesto de materia mental. Es lo que los físicos llaman el principio antrópico.

-¿Cuáles son las rupturas más evidentes de la estética cuántica?

-Individuo antes que generación; Jung frente a Freud; madurez versus juvenismo; pensamiento borroso en lugar de matemáticas tradicionales; pensamiento complejo frente a pensamiento binario; lo asombroso antes que lo común; el sentimental frente al ingenuo; sentido frente a absurdo; inseparabilidad ante división; acausalidad frente a causalidad; memoria holográfica en vez de recuerdo o evocación; multiplicidad frente a unidad; integración y no aplastamiento; diferencia frente a uniformidad...

-¿Y en cuanto al lenguaje?

-Sigue el ritmo interior, la vibración única e irrepetible que anida en el fondo de todo hombre, el tono musical diferente que es la clave de cada espíritu.

-¿Cómo considera la estética cuántica la literatura actual, la que es mayoritariamente promocionada por periódicos y medios de comunicación?

-Es una literatura plana, mediocre. Una literatura que se estrella contra las superficies; una literatura que sustituye las emociones por los fluidos, la renovación lingüística por el taco o la retórica, los personajes por estereotipos, la indagación por el tópico biempensante, la historia por la autobiografía, la crítica por el dogmatismo, el argumento por el guion plagiado del cine; una literatura temerosa por sacar los pies del plato, siempre dispuesta a huir al menor atisbo de heterodoxia. En resumidas cuentas, una literatura avejentada, santurrona, que nunca descubrirá nada nuevo.


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