EL VIAJE DE LA RE VOLUCIÓN NOVELADA.
ALEJO CARPENTIER: ARTISTA INTEGRAL, GUÍA E ILUMINADOR. |
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History is a needle
forputting men asleep
anointed with the poison
of all they want to keep.
LEONARD COHEN.
La Revolución es concebida como un viaje, un camino que recorrer. No me parece casual que Esteban lleve el mismo nombre que Stephen Dédalus, aquel viajero interior y exterior, el Telémaco busca a su padre y que en ese viaje se termina encontrando con su esencia. En El Siglo de las Luces, Esteban sale como Telémaco pero regresa transformado en Ulises1. El camino revolucionario es largo, tortuoso y complejo, por lo tanto toda revolución necesita un parámetro de equilibrio, algo a lo cual ceñirse como bitácora: un fundamento ideológico que se articule lingüísticamente, desde conceptos tan amplios como libertad, igualdad y .fraternidad, hasta las necesidades particulares y concretas del hombre. Es en este tránsito de lo colectivo a lo particular donde se produce. un contrapunto entre el hombre y la ideología que sustenta su revolución, entre el espíritu y la idea. Carpentier señala en el epígrafe de El Siglo de las Luces: "Las palabras no caen en el vacío". El hombre puede flaquear, pero aún así la Idea pervive. Para alcanzar las metas que se plantea, el camino a recorrer es largo, y es durante el recorrido de este camino que puede flaquear, pues quiere cambios "aquí" y "ahora", y es por esto que a veces pretende tomar un atajo (que en realidad no es tal): la Revolución. Recordemos el epígrafe de La Consagración de la Primavera,
un fragmento de Alicia en el País de las Maravillas de Lewis Carrol:
La novela misma es un largo camino que va desde la dictadura de Machado en Cuba hasta la victoria de la revolución, pasando por la Alemania nazi y la Guerra Civil española. Ya recorrido el camino, luego de la sucesión de revoluciones y conflictos, parece ser que no se ha llegado a ningún lado, pues la novela termina como comienza, con Vera contando los pasos de ballet (1,2,3, 1 yyyyy 2 yyyyy 3 ... ). Pero para Carpentier no importa cuán largo o cuán difícil sea el camino, lo importante es que el hombre no debe dormirse en sus laureles, no debe someterse ciegamente a una u otra ideología, sino que debe ser fiel a su Tarea: el mejorar lo que es, aunque lo que es no sea tan malo, e incluso mejor a lo que fue; en suma: mejorar el reino de este mundo. ¿Por qué Carpentier le da tanta importancia al pasado
a lo largo de toda su obra? He aquí la respuesta, dada por el mismo
escritor cubano:
El pasado es, entonces, un instrumento de ubicuidad para el presente, y un medio para plantearse el futuro. Pero esta visión Carpentariana no sólo se manifiesta en abstracto, como una de las claves para entender el problema del tiempo en sus novelas. Formalmente, Carpentier trabaja por añadidura, adición perpetua que se articula como las notas de cada uno de los instrumentos que ejecutan una majestuosa sinfonía. De ahí la preocupación por lo particular (perspectiva del hombre común) y el barroquismo del lenguaje (único medio para describir lo paradójico y lo exuberante, como escritor que pinta objetos), lo que en la superficie parece un caos sin sentido: el adjetivo que trabaja por dependencia del sustantivo y por recurrencia dentro de esta compleja red de palabras en adición perpetua, las cuales al final logran dar al lector la sensación de haber asistido al taller de un gran pintor y observar cómo éste pinta un gigantesco fresco, o bien de haber asistido a la composición y posterior ejecución de una sinfonía; con la última palabra parece estarse cerrando un círculo, pero no es así: es un nuevo círculo, un nuevo camino, el que se abre, Carpentier le deja una tarea al lector-participante: hay que hacer algo para mejorar lo que es. Hacer algo, mejorar lo que es, imponerse Tareas. Reformular un Arte
Nuevo, propio, esa es la tentativa del escritor cubano. En su obra vemos
cómo los modelos europeos, al ser implantados miméticamente
en América Latina, están condenados al fracaso. Entonces,
Carpentier novela el fracaso de la Revolución Francesa en el Caribe,
así como en sus ensayos rechaza la aplicación de los automatismos
surrealistas, y del resto de las vanguardias europeas de comienzos de siglo,
al arte latinoamericano. La dependencia crónica que América
Latina tiene de Europa es un tumor que debe ser extirpado, antes de que
siga creciendo, de las mentes de nuestros artistas e intelectuales. Debe
haber una revolución artística4, debemos formular un Arte
Nuevo orientado en nuestras tradiciones, cosmogonías y mitos, articulando
un lenguaje estético acorde con nuestra realidad, geografía
y con la época en que vivimos.
POR SERGIO CODDOU MC MANUS.
1 Es el mismo Esteban, al regresar a Cuba después de su vano
peregrinaje revolucionario, quien se compara con Ulises. (696)
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