Aquella noche que pasé contigo
fue como un viaje del cual todavía no regreso.
Tus manos surcando incansablemente
los caminos de mi piel.
Besos, caricias y miradas de fuego,
y en un mismo instante tocamos las puertas del cielo
y ardimos en lo más profundo del infierno.
Días después seguimos como al final de la jornada,
separados aunque juntos,
y juntos aunque separados.
Tanto tiempo sin oír tu voz, sin ver tus ojos, sin oler tu esencia,
sin sentir tu piel, sin probar tu boca...
Y tú tanto tiempo sin tocarme, sin enloquecerme.
Sin que me hagas explorar lo inexplorado,
descubrir lo oculto,
soñar lo prohibido.
Sin tus manos llegando hasta lo más profundo
y después dando vuelta para vagar
por las montañas hasta entonces insondables
para otros viajeros.
Quisiera estar en tus brazos de nuevo,
pues descubrí que aunque no te amo, te siento;
y desde esa noche, cada vez que cierro los ojos,
sueño aquel que fue, es y será nuestro cuento.
( poema )
http://geocities.datacellar.net/Paris/Arc/7131/adriana.html