Acurrucada entre tus brazos
respiro de tu aliento,
ya cesó la tormenta fruto del deseo
ahora la calma reina al compás de nuestro silencio...
Nunca nadie te ha dado más seda
que la que en mi cuerpo por tí se destrenza
ni has sentido más intenso fervor
que el que te ofrecen mis caricias en flor...
Es mi piel una dulce ondulación de llama
alfombra de tersas rosas cárdenas
y es mi boca el origen donde se desata
la pasión producto de nuestras ansias...
Estás dormido,
y me aferro a tí con angustia infinita
temblando te suplico al oido
jamás apartes tu vida de la mía...
Porque eres tú
mi único motivo para seguir,
porque a tu lado
no me hace falta el resto del mundo para existir...