Este corazón que se desangra cada vez que te vas,
este amor que es herida y a la vez puñal,
estos ojos clavados en los tuyos,
pupilas inmóviles congeladas en el tiempo...
Este cuerpo que yace casi muerto
despojado de tus manos,
abierto al silencio.
Esta boca, rosa marchita,
que esconde en sus grietas
la pesadilla de tu ausencia.
Y ésta vida, vacía y podrida,
portal inerte de tantas ilusiones...
Ya no significan nada,
ya no son más que retazos
de una figura incompleta,
escombros de un alma
triste y vagabunda,
mi alma,
abismo entre dos puertas
por siempre cerradas...