Cuando mi cuerpo muera arrópame con mi bandera.
En el camposanto acuesta mi cuerpo inerte mirando al sol
No me brindes por piedad ausente, una corona de flores
Sólo mi bandera, que con sus colores brindan suficiente amor.
Deja que mi cuerpo descanse en algún lejano monte
Deja que los verdes verdes, se acuesten mirándolos yo.
Deja que la lluvia sutilmente bese siempre mi frente,
y el coquí me acompañe a mi tumba con su mejor canción.
Deja que aunque esté muerta y aparente estar mi alma ausente,
deja que la montaña vierta en mí todo su llanto y su dolor.
Deja que mis luceros esten también en mí siempre presentes,
este cielo mío que amo, de mi suelo borincano de esplendor.
No quiero que en tus ojos las lágrimas se queden.
Prefiero la de mis montes, ríos las lágrimas de mis lagos.
Cuando muera, no llores, arrópame con mi bandera.
Será en mi largo viaje de todos será mi mejor regalo.
Perfuma mi cuerpo inerte si quieres, con gardenias silvestres.
Y con flores de moriviví adorna si quieres mis manos.
Para aún así cuando este muerta sienta, que las estoy pisando
Para abrirse nuevamente en otro cielo quizás esta vez más lejano,
y la neblina del Yunque me abraze y me esté esperando.
y derramarse en mi luz de luna, y de madrugada levantar el gallo.
Cuando me muera no llores. ¡Arrópame con mi bandera!
Mi cabello péinalo con las caricias suaves del árbol.
Y mi vestido sea las noches de ópalo de mi tierra,
Mi almohada sea la playa para dormirme, en silencio en sus brazos.
¡Arrópame con mi bandera! Será el sueño absoluto y sacro-santo.
¡Qué me acompañen, las palmas, los flamboyanes, los jibaros del campo!
¡Arrópame con mi bandera! En las tardes hagan fiesta los cucubanos.
Apacible recuerdo cuando la arena y mi cuerpo con el mar se besan.
Cuando la ola insiste siempre de nuevo y en la noche nos alejamos.
Como lloran en mis versos en las noches ardientes de mis luceros.
¡Arrópame con mi bandera!,
Será el abrazo de todos los boricuas mis hermanos.
Me quedaré en la poesía loca, verde de lluvia de mis versos amados.
¡Arrópame con mi bandera!
Cubre mi cuerpo con malojillo verde verde.
Mirando siempre a mi cielo azul de mi tierra en el ocaso.
cuando el mar ajeno en el horizonte se pierde y se duerme,
donde en silencio las nubes cantan con los angeles su hermoso canto.
Corona mi frente con amapolas, rosas, café y una danza de laureles.
¡Qué se quede mi cuerpo al fin para siempre, en mi bendito suelo Borincano!
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Puerto Rico-Yira