Quizá esta sea la última primavera ó,
¿porqué no?
una primavera que dure hasta la muerte.

Para qué pensar hoy lo que mañana suceda
si es tan delgado el hilo entre la realidad y la verdad.

Sin menoscabo cada día cuando amanece me digo:
¡Buenos días!
No sé de donde estoy lejos,
déjame vivir este sueño que me mece
y estremece a su antojo cada día que te pienso
y apareces por la puerta…