Venus hermosa,
áurea cabellera arrojada al céfiro caudal de mis deseos,
cuando te vi de blanca tez detrás de tus ojos de melancolía
que brillaban como soles inocentes,
entre la bruma te miré perdido
(sin voz no pude remecer a este continente)
y trémulo fui sólo suspiros
despojando tus maneras de diosa y sonrisa nácar.
Y vi como te elevabas sobre las mareas tempestuosas,
sobre el bullicio de la gente que tañía sus colores al viento
mientras caía la lluvia y llovía panfletos rebeldes
como mariposas haciéndose al silencio con alas de hojas secas.
Otras banderas se alzaban por otras causas y no por ti,
poesía de ese caos, ángel en llamas y beldad ensortijada,
hojarasca de nieve en la hoguera de masas,
porque a ti hay que encumbrarte alabanzas profanas
hay que mirarte con el sino del fruto prohibido.
Y yo quise morder tu piel con un grito de revolución
pero el grito se atascó
porque antes el tuyo fue feroz torrente de ti misma
y otra vez me desvanecí con la lluvia entre la gente.
( poema: Máximo Hernández )
http://www.angelfire.com/biz3/literario/maximo_hernandez.htm
( imágenes: Sandro Botticelli )
