El Adopcionismo de la Iglesia Española(1)

1. Orígenes

- El Adopcionismo Español se sitúa en el intento de acercamiento interconfesional, desde el ámbito de la doctrina Cristológica, de la Iglesia mozárabe, con la cultura árabe.

- El vocablo adopción fue importado de Oriente a Occidente por Teodisco, sucesor de San Isidoro en la sede de Sevilla. Teodisco fue depuesto de su dignidad por afirmar que Jesucristo no era Dios con el Padre y el Espíritu Santo, sino adoptivo. Posteriormente, pasó a los árabes.

- El principal personaje relacionado con el Adopcionismo es el monje Elipando de Toledo. Nació el 25 de julio del 717. Se educa en una escuela monacal y pronto hace profesión monástica. Siempre dedicado al estudio, se cree que pudo haber recibido influencias de escuelas religiosas sirias. Los sirios habían llegado a la península procedentes del norte de Africa en la temprana juventud de Elipando.

- Entre el 754? y el 800? rige la sede de Toledo. Combatió contra los intentos de Carlomagno de someter la Iglesia española a la franca.

- Elipando, con un arzobispado cuyo vasto territorio estaba bajo el influjo de los árabes, intenta pactar con los mahometanos para quien Jesús era solo un profeta y por lo tanto mero hombre. La doctrina proclamada por el obispo de Toledo es que Cristo, según su naturaleza humana es hijo adoptivo de Dios. Por lo tanto, en diálogo con los hijos de Mahoma convenía sostener la filiación adoptiva en cuanto hombre, y con los cristianos la filiación natural en virtud de su naturaleza divina.

- La exposición de la doctrina de Elipando aparece en relación a la refutación de Migencio, predicador que sembró ideas confusas en algunas regiones de la bética. Conocemos sus doctrinas por una carta que le escribe Elipando, en contestación a una especie de carta circular, método propagandístico usado por Migencio. Decía el arzobispo de Toledo: «Leímos tu carta sin poder contener la risa. En ella aparece tu fatua e ignorante locura de tu corazón. Vimos la carta y la encontramos ridícula por la falta de consistencia de tus afirmaciones y no sólo nosotros, sino toda la catolicidad te desprecia por tu pútrida doctrina y te declara digno de anatema... No se puede curar tu enfermedad con fomentos de vino y aceite, sino con un cuchillo de doble filo ha de amputarse podredumbre tan antigua.»

- Migencio afirmaba que la Trinidad estaba compuesta de tres personas, El Padre, David; el Hijo, Jesús de Nazaret; el Espíritu Santo, el apóstol San Pablo. Decía también que los sacerdotes mienten cuando se confiesan pecadores, siendo en realidad santos y si no lo son ?porqué se atreven a celebrar los sagrados misterios? Roma, para Migencio, era el único lugar santo, ya que allí habitaba Cristo.

- El error adopcionista de Elipando, lo encontramos en la refutación de la doctrina sobre la segunda persona de la Trinidad, que para Migencio era de la desendencia de David, pero no la engendrada por el Padre. Elipando enfurecido contesta que cómo puede ser el Hijo de Dios, nacido únicamente de la madre y no engendrado por el Padre sin principio y, si en la Trinidad nada puede haber que sea corpóreo ni mayor ni menor, cómo se atreven a decir que aquella forma servil es la segunda persona de la Trinidad, ya que el mismo Hijo de Dios, con relación a esta forma por la cual es criatura del Padre dice de sí mismo el "Padre es mayor que yo"(Jn.4,28).

- El error de Elipando, admitiendo una diversidad de hijos, uno según la naturaleza divina que es igual al Padre, y otro (inferior) según la natura humana que era hijo de María y siervo de Dios, era una clara herejía.

2. Primeras respuestas

- Los primeros en responder y poner en duda la doctrina del metropolitano de Toledo fueron Beato, abad de Santo Toribio de Liébana, y el obispo fugitivo de Osma, Eterio. En torno al 785 escriben a Elipando manifestando sus dudas por la doctrina expuesta. El escrito lleva el nombre de Apologeticus (2)

- En defensa de la doctrina de Elipando aparece Félix obispo de Urgel. Félix era de carácter más razonador e inteligente que el primero. Estando su diócesis en la Marca hispánica - en ese entonces bajo el dominio de Carloomagno - causa con su ardiente debate, que la doctrina traspase el territorio peninsular y se convierta en una disputa de toda la Iglesia universal.

3. El Adopcionismo más allá de los Pirineos

- Entre los años 786 y 787 el Papa Adriano I dirige una carta a Ascárico, metropolitano de Braga y a Elipando, llamándolos a que abandonen su doctrina

- Al no lograrse ninguna retractación, el Papa convoca en unión con Carlomagno -temeroso éste por la ruptura de la unidad del Imperio- un concilio en Ratisbona (792). Allí comparece Félix, quien expone sus tesis. Habiendo sido convencido de sus errores, Félix va a Roma donde compone una profesión de fe en la que condenaba la doctrina del hijo adoptivo y profesaba que Jesucristo est proprius et verus Filius Dei.

- Vuelto Félix a su sede en Urgel, por invitación de Elipando, vuelve a caer nuevamente en el adopcionismo y se traslada a Toledo, donde tenía mayor apoyo.

- En vista de la persistencia, y de las cartas que Elipando había dirigido a muchos obispos germanos y franceses, Carlomagno convoca otro concilio general con el consentimiento del Papa en Francfort (junio del 794). Asisten unos 300 obispos, y ademas una representación pontificia. Elipando expone en un magnífico discurso la fe en litigio. Al terminar pregunta «?cuál es vuestra opinión?».

- Las conclusiones dicen que la frase «hijo adoptivo» no solo es desconocida en la antigüedad, sino falsa, porque induce a creer que Cristo no es propio hijo de Dios.

- Elipando y Félix no reconocieron el Libellus Sacrosyllabus compuesto por el concilio. Por ello se reunió un sínodo romano en el 799 que pronunció un anatema contra Félix. Félix fue convocado nuevamente por Carlo Magno en Aquisgrán, donde después de haberle expuesto varios obispos la falsedad de su doctrina, con razones de la Sagrada Escritura, renuncia a ellas. Muere al parecer en Lyón, donde el emperador había mandado que permaneciera. Elipando murió obstinado en sus doctrinas.

 

Notas

1. Cf. J.F. Rivera, La Iglesia mozárabe, en. Historia de la Iglesia en España, dirigida por Ricardo García Villoslada, BAC Maior (Madrid 1982) Vol. II-1, pg.37-46; R. Silva, Adopcionismo, en: DHEE, I, 10-11; M. Díaz y Díaz, Elipando, en: DHEE, II, 782; M. Menéndez y Pilayo, Historia de los Heterodoxos Españoles, Espasa-Calpe Argentina (Buenos Aires 1951) II, 256-329; Oliver, A., Félix de Urgel y el adopcionismo, en: Historia de la Iglesia en España, II-1 89-92; Riu, M., El adopcionismo: una herejía cristológica en la España islamizada, en: Historia de la Iglesia, dirigida por Fliche-Martín (Valencia 1975) VI, 521-531; Vilanova, Evangelista, Historia de la Teología Cristiana, I. De los orígenes al siglo XV, Editorial Herder (Barcelona 1987) 387-389.  

2. PL 96, 893-1032.

Volver al índice de documentos


© Fernando Gil - Ricardo Corleto, 1998-1999
© Pontificia Universidad Católica Argentina, 1999
Todos los derechos reservados

Este texto forma parte de los Documentos para el estudio de la Historia de la Iglesia Medieval una colección de textos del dominio público y de copia permitida relacionados a la historia de la Iglesia Medieval.

Salvo indicación contraria, esta forma específica de documento electrónico está amparada bajo derechos de autor. Se otorga permiso para hacer copias electrónicas, su distribución en forma impresa para fines educativos y uso personal. Si se reduplica el documento, indique la fuente. No se otorga permiso alguno para usos comerciales.

1